domingo, 18 de noviembre de 2012

Ma Yansong

La Fundación ICO, en colaboración con Casa Asia, ofrece en su sala de la calle Zorrilla, un interesante y amplio montaje de maquetas del arquitecto chino Ma Yansong, Seguramente quienes "trabajan" en la acera de enfrente habrán tomado nota, porque muchos de sus proyectos son bálsamo de fierabrás para políticos, maná para liberales,  manjar afrodisíaco para banqueros...

patrickshu
"En palabras de Menene Gras, de Casa Asia, “Ma Yansong ha conseguido llevar la arquitectura contemporánea hacia una nueva dimensión con el diseño de edificios singulares y únicos, producto de una arquitectura formalista y escultórica, en línea con la arquitectura internacional de la última década, tan atractiva para los ojos como confortable para los usuarios. Una arquitectura que se replantea su relación con el arte y sobre su futuro como disciplina, entendiendo que la arquitectura debe ejercer un impacto social teniendo en cuenta la tradición local y la necesidad de un urbanismo global”, explica la comisaria de la muestra, y continúa, “la producción de espacialidad genera para él unas dinámicas relacionales que no se pueden omitir y que se extienden al ámbito de las interacciones entre la localización, el hábitat y el sujeto que ocupa los espacios construidos de la organización socio-espacial de la ciudad”.




Ma Yansong, junto con sus compañeros, propugna un tipo de arquitectura sumamente espectacular, pero difícil de entender en un contexto dominado por la racionalidad, por una concepción de la arquitectura atenta al equilibrio entre forma, funcionalidad, "contextualización ambiental" y costes de ejecución. Sus edificios son jalones, hitos, espectáculos destinados a la curiosidad del turista y a las veleidades de la cámara fotográfica; algo parecido a los de Frank Gehry, aunque con mayores concesiones a lo orgánico y, en consecuencia, con menor sometimiento a la funcionalidad específica.
En la vertiente urbanística, el estudio MAD ofrece propuestas que me han recordado a los utópicos del siglo XVIII, aunque rápidamente he reconducido esa asociación, porque conociendo las tasas de desarrollo de China, acaso no sean tan utópicas sus ciudades singulares, muy útiles para ofrecer hermosa imagen del hacinamiento humano. Y a lo mejor, sólo se trata de eso.

Dentro de unos años, la locura de Manhattan y Benidorm nos parecerá juegos de niños...

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