Y con la dinámica evolutiva de la institución religiosa, es de suponer que las cosas irán a peor, a mucho peor. Ahora mismo son numerosísimos los edificios que han dejado de ser atendidos, sencillamente, porque las instituciones eclesiásticas no tienen "personal" para afrontar las necesidades más elementales del mantenimiento arquitectónico. Los conventos y las iglesias se cierran por falta de religiosos y sacerdotes y, en consecuencia, nadie vigila si aparece una gotera, si se rompe una tubería, si han entrado los ladrones. Y en esas circunstancias, sería absurdo esperar que alguien se ocupara de atender a las personas interesadas en "la cosa estética"... Las consecuencias se ofrecen nítidas en la actualidad... Me limitaré a enfatizar dos fenómenos muy concretos...
La iglesia también especula "El Patrimonio Histórico Español es una riqueza colectiva que contiene las expresiones más dignas de aprecio en la aportación histórica de los españoles a la cultura universal. Su valor lo proporciona la estima que, como elemento de identidad cultural, merece a la sensibilidad de los ciudadanos. Porque los bienes que lo integran se han convertido en patrimoniales debido exclusivamente a la acción social que cumplen, directamente derivada del aprecio con que los mismos ciudadanos los han ido revalorizando.
En consecuencia, y como objetivo último la Ley no busca sino el acceso a los bienes
que constituyen nuestro Patrimonio Histórico. Todas las medidas de protección y
fomento que la Ley establece sólo cobran sentido si, al final, conducen a que un número
cada vez mayor de ciudadanos pueda contemplar y disfrutar las obras que son herencia de la capacidad colectiva de un pueblo. Porque en un Estado democrático estos bienes
deben estar adecuadamente puestos al servicio de la colectividad en el convencimiento
de que con su disfrute se facilita el acceso a la cultura y que ésta, en definitiva, es
camino seguro hacia la libertad de los pueblos."
Por desgracia, el Estado español no ha mostrado capacidad para hacer valer esos principios frente a la Iglesia, por dos razones obvias. La primera: el intento de no chocar con una entidad que aún conserva poder sobre las conciencias de un porcentaje estimable de los ciudadanos. Y la segunda: porque asumir activamente esa responsabilidad supondría un gasto incompatible con la actual estructura económica. Si el Estado no ha sido capaz de poner en valor el patrimonio histórico artístico que está bajo su tutela (los edificios de "segundo nivel" permanecen en situación de abandono fáctico), ¿cómo afrontar el cuidado de un conjunto tan extenso como el eclesiástico?
La pasividad consiguiente tiene, pues, ventajas obvias, pero también ciertos inconvenientes...

La catedral de la Almudena
"LOS EMMOS SRES CARDENALES D. ANGEL SUQUÍA GOICOECHEA Y D. ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA DECIDIERON CULMINAR ESTE TEMPLO CATEDRAL EN HONOR DE SANTA MARÍA LA REAL DE LA ALMUDENA.
FUERON SUS PRINCIPALES COLABORADORES EL ILMO. Y RVMO. MONS. D. ANTONIO ASTILLERO BASTANTE (PROTONOTARIO APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD), COMO DELEGADO Y LOS EXCMOS. E ILMOS. SRES. D. ÁLVARO LACALLE LELOUP, D. PEDRO OJALVO MANZANARES, D. FRANCISCO MUÑOZ GARCÍA-VASO Y D. ALFONSO RAMONET GARCÍA, QUE CONSTITUYERON LA JUNTA PARA LA REALIZACIÓN DE LAS OBRAS.
FUERON SU ARQUITECTO Y CONSTRUCTOR, AMBOS BENEFACTORES, LOS EXMOS. SRES. D. FERNANDO CHUECA GOITIA Y D. ÁNGEL-CÉSAR BELTRÁN SANZ, RESPECTIVAMENTE.
LA ARCHIDIÓCESIS DE MADRID DA TESTIMONIO DE SU RECONOCIMIENTO Y GRATITUD
XXXI-XII-MCMXCVI
"IN LAUDEM GLORIAE EIUS" (EfI, XIV)

De su lectura deduzco que el templo fue construido con el dinero de las personas mencionadas en la lápida conmemorativa... Sin embargo...
Para la finalización de las obras, iniciadas en 1883 y que se eternizaban, hubo que reunir las aportaciones de varias entidades públicas y privadas (Casa Real, Ayuntamiento, Comunidad Autónoma, Caja Madrid, Cámara de Comercio y Asociación de la Prensa) movilizadas por la voluntad del Presidente de Gobierno, por entonces, un tal Felipe González Márquez. Por fin, el 15 de junio de 1993 Juan Pablo II pudo consagrar la catedral de La Almudena... Naturalmente, la lápida habla de otra cosa y, por consiguiente, no es una falsedad en bronce... Un refrán popular dice: "Quien echa pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro"...
Completamos la visita dando un paseo por su interior, donde imperan las "sorprendentes" pinturas de Kiko Argüello, extraño híbrido entre la iconografía tradicional rusa (Andréi Rubliov) y el cartelismo cinematográfico de los años centrales del presente siglo (Macario Gómez), que repiten fórmulas empleadas previamente en un templo neocatecumenal de la República Dominicana (Seminario Misionero Archidiocesano Redemptoris Mater de Santo Domingo).
La Real Academia de Bellas Artes hizo público un comunicado de sus miembros, al parecer, firmado por unanimidad, en el que consideraban que las modificaciones en la decoración de la Catedral de la Almudena alteraban «de forma muy negativa la visión de la girola de la Catedral» Y continuaban: «Por ello, la Corporación deplora que los encargos realizados por el Cabildo para el ornato y decoración de interiores de un monumento arquitectónico tan significativo no se hayan hecho con el rigor y la exigencia profesional mínimamente necesarios».
Julio López Hernández expresó su opinión en los siguientes términos: "No me gustan las pinturas de Kiko Argüello. Se ha intentado recrear un estilo desfasado y no encaja en la mentalidad actual. Por mucho que quiera recordarnos que los colores puedan ser picassianos o evocarnos a los de Matisse, esa decoración interior de la Almudena es anacrónica. De poca ventura buscando una especie de fluido gótico-bizantino. Esas pinturas no están hechas con el espíritu de esa época que buscaba retratar. Faltaba, precisamente, espíritu de lo bizantino y de lo gótico. Son, por supuesto, deplorables".
No suscribo las palabras de Julio López Hernández porque según mi opinión, la situación era y es mucho más absurda desde el punto de vista estético. La respuesta escandalizada de la Institución Académica y de sus miembros nacía de un hecho que interesaba al corazón del Estado: la celebración de la boda del príncipe Felipe....
Visto de la escala de prioridades definida en la Ley del Patrimonio Histórico Español, era lógico que las jerarquías eclesiásticas decidieran lo que más les convenía para el ejercicio de las necesidades rituales , y si el Arzobispo de Madrid entendía que las pinturas de Kiko Argüello eran las más adecuadas para sus fines, nadie podía argumentar nada. En caso contrario, habríamos cometido la misma insolencia que, a diario, cometen las dignidades eclesiásticas cuando intentan imponer sus criterios a todos los ciudadanos.

Como ese no es mi caso y no me siento "afectado" personalmente por el espectáculo naif que ofrece el interior de la catedral de Madrid, me limitaré a indicar que tiene gracia la propuesta "estética" mezclando los "estilos" de Andréi Rubliov y Macario Gómez... Y deduzco que tienen por objeto publicitar un modelo ritual vuelto hacia el pasado, hacia la época en que el cristianismo se imponía a la sociedad al amparo de un poder político que nadie discutía. Son muchísimo más interesantes las pinturas de Macario Gómez y, desde luego, las de Andréi Rubliov, que tenían la virtud de ofrecer propuestas claras a la piedad popular, pero también encerraban una complejidad simbólica extraordinaria. Pero comprendo que si Kiko Argüello hubiera optado por sacar partido a un planteamiento similar al de la Trinidad del Museo Tetriakov, habría entrado en conflicto con uno de los objetivos apostolares definidos desde el movimiento neocatecumenal, que él mismo dirige: la elementalidad...
El arte actual da la espalda a la Iglesia y la Iglesia da la espalda al arte ofreciendo, de hecho, unas cuantas ideas (¿beligerantes?) que, en su elementalidad ("La belleza salvará al mundo"), calarán en los sectores sociales afines: el arte debe ser, ante todo, "algo bonito", desprovisto de matices inquietantes salvo que convenga al uso ritual (Pasión de Cristo, imágenes de martirios, etc.), que ennoblezca los ritos, refleje la maestría y la piedad del "artífice" (¿"artista"?) y sea fiel trasunto de la fusión que debe existir entre el Bien la Verdad y la Belleza. Es decir, que también los "artistas" permanezcan anclados en los valores estéticos, religiosos e ideológicos anteriores a la Revolución Industrial y a las transformaciones científicas y culturales del siglo XX.

Un sonido molesto y continuo comparable a un chirrido persistente ameniza la visita... sobre todo en la sala de exposiciones, donde sobrepasa los límites de lo soportable. Me dirijo a una segunda religiosa, que toma el relevo a la primera. Se trata de una mujer de entre sesenta y ochenta años (reconozco incapacidad para aventurar la edad de las monjas), de modales vivos y verbo mucho más refinado; nos habla con sencillez y amabilidad... Me explica que el sonido está pensado para ahuyentar a las palomas, “que lo ponen todo hecho un asco y además, estropean los paramentos y la madera”... Le hago notar que en la sala de exposiciones el sonido es inaguantable y me contesta en los dormitorios del convento apenas se oye nada... Y me pregunto si el objetivo del molesto sonido sólo serán las palomas. 




No había visitado el nuevo
En estos días nos ofrecen dos exposiciones: “GUSTOS, COLECCIONES Y CINTAS DE VÍDEO” y “BAJO TECHO: CUATRO ESTADIOS DE INTIMIDAD Fondos de la colección de Arte Contemporáneo de la Comunidad de Madrid – Donación Fundación Actilibre”. En esta última podemos ver una colección de estampas de algunos de los artistas españoles “oficiales” durante los últimos años: Antonio Alcaraz - Juan Luis Baroja Collet - Fernando Bellver - Joan Brossa - José Manuel Broto - Miguel Ángel Campano - Marta Cárdenas - Martín Chirino - Antoni Clavé - Josechu Dávila - Mónica Gener - Juan José Gómez Molina - Luis Gordillo - Jan Hendrix - David Israel - Iván Larra - Óscar Manesi - Ana de Matos - Max Ernst - Juan Moro - Luis Moro - Antoni Muntadas - Blanca Muñoz - Javier Pagola - Carlos Pazos - François Righi - Bernardí Roig - Johan Ryno de Wet - Concha Sáez - Unai San Martín - Jose Mª Sicilia - Susana Solano - Mónica Sotos - Jordi Teixidor - Juan Ugalde - Juan Pablo Villalpando.
Algo más interesante es la exposición dedicada a la vídeo-creación; la relación de autores y obras es la siguiente:
Otras curiosidades:
Claro, exposiciones como la de Star Wars, o la que hicieron de Chaplin en el CaixaForum, parece que tienen mucha mas acogida (hacen mas taquilla) que otro tipo de exposiciones, aunque habrá que esperar a las cifras para compararlas con la que hubo con la del amigo Picasso.
Lo más exótico: la actitud de una “vigilanta”, empecinada en forzar el recorrido de las distintas salas sin la posibilidad de regresar a la precedente; según las instrucciones que ella había recibido de su superior, los visitantes estan obligados a circular según la dirección de la visita y, en consecuencia, si desean regresar, deben salir y volver a entrar. Como es habitual en el Patrimonio Nacional, la protección de las exposiciones corresponde a “vigilantes uniformados” (con aspecto de guardias jurados), poco versados en los protocolos culturales, seguramente aleccionados para tratar a los visitantes con atenciones "estabularias"...





Esta tarde hemos recorrido las dos exposiciones que ofrece el Museo del Prado... El arte no tiene precio, pero la entrada “vale” 8 € “de vellón”. Superadas las surrealistas dificultades derivadas de las nuevas instalaciones (esperar cola en el exterior, pagar, salir, volver a entrar, superar un primer control, pasar por el detector de metales y explosivos, volver a pasar por el arco porque se activan las alarmas a causa de una cremallera y, por fin, otro control más en el acceso a las salas de exposiciones temporales) nos encontramos con una multitud comparable a la que hallaríamos un sábado por la tarde en Carrefour.
Por fortuna, en este caso nos rodeaban personas de aficiones comunes y preocupaciones comparables y, francamente, se notaba enseguida: olía a buen gusto, a emoción contenida, a sensibilidad. ¡Qué éxtasis! ¡Cuánto placer! Deambular en tan grata compañía en un ambiente de clímax singular e irrepetible... Salimos traspuestos, proyectando halos luminosos como angelotes de Murillo...
Para completar el periplo, amortizar el gasto del aparcamiento y rentabilizar la entrada, recuperados del síndrome de Stendhal, nos encaminamos a disfrutar de la exposición Entre dioses y hombres, con 46 esculturas grecolatinas del Albertinum de Dresde y otras 20 más del propio museo. Por fortuna, el ambiente “carrefoureño” no llegaba hasta el edificio Villanueva y hasta era posible pasear con tranquilidad, a ritmo de Musorgski y no de "Paquito el chocolatereo", entre las reliquias de hace más de 1600 años. El montaje es, a mi juicio, magnífico; las obras, de gran calidad. Francamente, merece la pena afrontar la penitencia que los gestores del Prado imponen a quienes pretendemos pecar contra la ascesis estética.


El resultado de “Sing for Me" es sobrecogedor, particularmente sobrecogedor, tal vez, porque no había nadie más que nosotros y la situación aludida (mujeres forzadas a prostituirse en la frontera checo-alemana) resucitaba la siniestra idea del matadero... con matices morales.
También hemos recorrido las salas de Intermediae, que según reza en la 





Siempre echo en falta a los académicos condenados al ostracismo, por lo general, de cualidades pictóricas excepcionales: Benedito, Álvarez de Sotomayor (etc.) y las obras más "etnográficas" de Romero de Torres... Algunos cuadros de estos autores provocan un grado de hilaridad que desde este púlpito deseo reivindicar para la práctica museística...





Y me pregunto yo, si nos basamos en el modelo freudiano del equilibrio entre el Eros y el Thanatos, este hombre tiende bastante hacia este último polo, ya que centra su obra en dicho ámbito, la muerte. Pero no creo que tenga ningún problema interno, la verdad, simplemente
Rembrandt, Velázquez y Goya, todos ellos pensaban, creo yo, en los aspectos comerciales del arte. Yo me limito a hacer lo que harían ellos si estuviesen vivos", dijo Hirst. En parte tiene razón, lo único que cambia son los tiempos en que vivimos, fiel reflejo de la primera potencia mundial, a la cual seguimos en términos artísticos. Eros y Thanatos de nuevo a la palestra, en este caso viendo como Thanatos impera en el planeta donde vivimos, se pasea campantemente poniendo en evidencia a lo puro y bello.

