sábado, 18 de febrero de 2017

El cartografo

En una entrada del año pasado me ocupé de una obra de Juan Mayorga representada en la sala Jardiel Poncela del conjunto de la plaza de Colón. Entonces mencionaba algunas de las, a mi juicio, referencias más relevantes de su teatro, que también se manifiestan en El cartógrafo. Concretamente, en ésta, gracias al énfasis que pone en la recuperación de la memoria, me parece clara la influencia de Harold Pinter...
El Cartógrafo es una obra de 2009 que, según sus propias palabras, nace de la experiencia que le proporcionó a Juan Mayorga visitar Varsovia y enfrentarse con la realidad que sorprende a cualquier viajero relativamente despistado: la desaparición de los núcleos históricos y, por supuesto, del gueto judío. Frente a lo que sucede, por ejemplo, en Berlín, visitar Varsovia crea una sensación desconcertante porque apenas es posible localizar alguna referencia que permita a los restos materiales del pasado movilizar su capacidad retórica. Si el lector, que no tiene opciones de tomar un avión hacia Polonia, se toma la molestia de "pasear" mediante Street View por el interior del perímetro marcado en el plano adjunto, lo advertirá enseguida. En pocas ciudades europeas sucede algo parecido; quizás la más atronadora en ese sentido, incluso por encima de Varsovia, sea San Petersburgo...

Gueto de Varsovia. Fuente: Wikipedia

Varsovia al final de la Guerra
Y es que Varsovia —no sólo el barrio judío— fue aniquilada casi por completo: en el año 1944. Cuando la guerra estaba a punto de finalizar, la resistencia polaca intentó liberarla, anticipándose a la llegada de los soviéticos. Sin embargo, el ejército alemán se hizo con el control a un precio atroz: Varsovia fue aniquilada en el 80 % de su extensión; se estima que murieron alrededor de 200.00 civiles, muchos de ellos, en ejecuciones masivas, y 700.000 más debieron abandonarla. Esos números sitúan a Varsovia, junto a Hirosima, Nagasaki, Leningrado, Bochum, Maguncia y algún otro lugar ignorado, el frente del penoso ranking de las ciudades que más sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial.
En esas circunstancias, poner el foco sobre una parte del drama polaco, resulta, cuando menos, sorprendente, por no decir que parece inducido por la dictadura del presente; una dictadura que en Occidente, ofrece una imagen de la Segunda Guerra Mundial muy distinta de la realidad de un acontecimiento esféricamente monstruoso. En ello es donde, a mi juicio, se puede poner el mayor reparo a la obra de Juan Mayorga, porque esa circunstancia choca frontalmente con los objetivos expuestos por su autor. Por añadidura, emplear a una niña para potenciar el componente empático resulta un recurso demasiado manido, que obliga a pensar en El Diario de Ana Frank y en las circunstancias políticas relacionadas con su difusión escolar en tiempos no muy lejanos.


Varsovia al final de la II Guerra Mundial
En términos estéticos, puede interesar destacar que la creación de la obra coincide con un momento en que estuvieron de moda los mapas como referencia retórica en el universo de las corrientes estéticas de raíz conceptual. Más allá de algunas propuestas insulares, destaca la de Alighiero Boetti que en los años sesenta comenzó a ofrecer mapas como dispositivos reflexivos que, desde entonces, se convirtieron en los elementos más característicos de sus obras, por lo general, vinculadas con situaciones bélicas e, incluso, también de genocidio.
Casi en paralelo, en el universo de las teorías de la conducta, se fueron extendiendo ideas que vinculaban ciertos procesos cognitivos con las cualidades de los mapas. En los años setenta, Tony Buzan, personaje heterodoxo pero de probado talento, propuso que la realización de mapas era una opción magnífica para aprovechar las posibilidades cognitivas y, muy especialmente, las relacionadas con la adquisición de conocimientos. En suma, "algo" debían tener los mapas, en su fundamento conceptual, que sintonizaba bien con las posibilidades de nuestras capacidades reflexivas...
Durante los años próximos al cambio de siglo era rara la exposición de arte contemporáneo que no integraba algún mapa, sobre todo si las obras ofrecidas se inclinaban hacia la vertiente sociológica, por supuesto, con matices críticos. Es el caso, por ejemplo de Hans Haacke y de Juan Luis Moraza, entre otros muchos.
Aquellas ideas que germinaron en tiempos conceptuales "primitivos", crecieron con vigor en el universo estético posmoderno: al tiempo que Mayorga redactaba El cartógrafo, el MNCA Reina Sofía preparaba una exposición dedicada a atlas Mnemosyne de Aby Warburg, comisariada nada menos que por Georges Didi-Huberman. La exposición se inauguró el 26 de novimbre de 2010 y se mantuvo "en cartel" hasta el 27 de marzo. Sugiero al lector que compare los textos generados por dicha exposición con los planteamientos expresados por el propio Mayorga:

(...) "durante la ocupación alemana, un cartógrafo anciano e inválido se propuso dibujar un mapa del gueto, es decir, el mapa de un lugar en que todo –empezando por las cuatrocientas mil personas allí enjauladas- estaba en peligro. No pudiendo salir él a las calles, el éxito de su tarea dependía de una niña, su nieta, que iba donde él le indicaba a buscar los datos con que hacer y rehacer el mapa. La leyenda del cartógrafo –inventada por mí, creo- impulsa las dos tramas sobre las que se desarrolla la obra: la de Blanca buscando en la Varsovia actual aquel mapa y la del anciano y la niña construyéndolo sesenta años atrás. Finalmente, las dos tramas parecen converger cuando Blanca encuentra en la Varsovia actual a una anciana llamada Deborah en la que ella quiere ver a la niña cartógrafa. Pero Deborah niega ser aquella niña y dice no creer en la leyenda. Sin embargo, Deborah reconoce que le gustaría que la leyenda se transmitiese, preferiblemente a través de una obra de teatro porque, según afirma, “en el teatro todo responde a una pregunta que alguien se ha hecho. Como los mapas”. 

Más allá de ese paralelismo, dando un paso en la dirección de las coincidencias, el MNCARS ha nombrado una de sus líneas de acción, la Red de Conceptualismos del Sur, que responde perfectamente a uno de sus objetivos fundamentales (el "archivo de lo común") como "Cartografías". En ella se incluía una primera fase, de naturaleza eminentemente organizativa, a partir del año 2007... ¿Coincidencia anecdótica? Entendiendo el arte como un dispositivo capacitado para favorecer la reflexión sobre los asuntos que nos preocupan e interesan, no cabe la menor duda de que la idea de "mapa" proporciona múltiples posibilidades retóricas que encajan perfectamente tanto en el universo "plástico" como en la realidad teatral. De hecho, la obra de Mayorga se ajusta bien a la definición mencionada y aún hace extensible ese potencial reflexivo a un colectivo muy amplio de personas que se sentirían desconcertadas profundamente paseando por las salas del Reina Sofía, incluso, aunque se tratara de una antológica dedicada a Alighiero Boetti o a la Red de Conceptualismos del Sur. Es obvio que los mapas son elementos de representación que, mediante convencionalismos más o menos intuitivos, tienen la posibilidad de suministrar un caudal enorme de información, más o menos controlada, según la voluntad finalista o instrumental del cartógrafo. Y desde esa circunstancia, se comprenderán las posibilidades que puede ofrecer a cualquier forma expresiva, tanto si es plástica como literaria, pero sobre todo, si se aplica en el territorio teatral o en el cinematográfico. Algo comparable hizo Lars von Trier en Dogville (2003), aunque no creo que nadie relacionado con la puesta en escena de esta obra se haya inspirado en la película del peculiar director danés... ¿O sí?

Foto Teatro Español
En el universo "plástico", los mapas tienen una limitación: en su concepción tradicional, no pueden integrar el factor tiempo. Los mapas dinámicos son un "invento" relativamente moderno, relacionado con el desarrollo de los recursos de la imagen en movimiento; "esculpir en el tiempo", como diría Tarkovsky. Sólo son posibles contando con una forma expresiva que integre el tiempo como factor primordial y, con ello, ofrezca la posibilidad de construirlos, como si fueran formas vivas que se desarrollan en un plano o en el espacio tridimensional, a imagen y semejanza de las estructuras rizomáticas, tan queridas en ciertos ambientes del arte contemporáneo... Y ese es el caso también de la expresión teatral, que por su propia naturaleza, ha de prestar una atención muy especial a ese factor, tanto para "controlar" la tensión dramática como para adaptarse a las posibilidades receptivas del espectador. Juan Mayorga se lanza a explotar esa posibilidad y consigue definir una especie de referencia post-cartesiana que le permite abrir múltiples posibilidades sugerentes que, de nuevo, hacen pensar en Pinter. En este caso concreto, la fórmula me ha echo pensar en los enlaces holónomos y no holónomos, tan queridos en ciertas áreas del conocimiento tecnológico y filosófico.
Supongo que en cualquier momento a alguien se le ocurrirá utilizar las posibilidades de los nuevos mapas, transformados en poderosos instrumentos de "realidad aumentada", para abrir una puerta de posibilidades expresivas ilimitadas...

Foto Teatro Español
Más allá de esas consideraciones, la función, cargada de acotaciones capacitadas para mantener al espectador en estado de reflexión permanente, se digiere bien, incluso aunque se advierta un cierto colapso de ritmo en el ecuador de la obra, acaso porque es difícil —¿imposible?— conseguir que el público esté en proceso de reflexión activa durante dos horas, Por fortuna el colapso queda mitigado por el trabajo de los actores, Blanca Portillo y José Luis García Pérez, que están sencillamente magníficos.
Contando incluso, con los matices críticos indicados, el texto me ha parecido de calidad sobresaliente. Juan Mayorga maneja perfectamente el lenguaje, aunque en este caso no sé si emplear sólo dos actores para representar a todos los personajes, enfatiza la calidad literaria o la desvirtúa, por supuesto, levemente. Concretamente, no me ha gustado el "cambio" de roles del final, que no describiré por no dar pistas sobre el desenlace y los juegos de simetría, duplicidad e identidad que movilizan una traca de propuestas reflexivas, de entre las más brillantes que he contemplado en el territorio teatral de los últimos años.
Lo más discutible, a mi juicio, es el planteamiento escenográfico, firmado por un profesional tan acreditado como Alejandro Andújar, que, a pesar de las argumentaciones empleadas para justificarlo, pudiera haber trabajado bajo condicionantes "ajenos"... El juego entre rojo y negro está bien, pero la distribución de los objetos, los objetos mismos, y las líneas que delimitan el espacio, componen una referencia demasiado pobre, teniendo en cuenta las asociaciones que podría sugerir al espectador un escenario integrado en las capacidades significantes, indicativas y sugerentes de los mapas. Por supuesto, no se me escapan las limitaciones que tiene la sala Fernando Arrabal, pero aún así, creo que se podría haber hecho algo más espectacular, más efectivo, mejor dotado de posibilidades retóricas.

Al final, el público, que llenaba la sala, aplaudió a rabiar; en este caso, creo que muy merecidamente, contando incluso con el "factor" Star System, particularmente claro. Sería una lástima que finalizaran las representaciones el próximo 26 de febrero... aunque no sé si la garganta de José Luis García Pérez resistiría muchas sesiones más.
Para finalizar y junto al mapa a escala 1:400.000, ofrezco al lector "otra" posibilidad para integrar el tiempo en el discurso estético, vinculándolo a la capacidad de activación emotiva y reflexiva que tiene la música... en escala 1: 1.500.000.

miércoles, 15 de febrero de 2017

"Art et Liberté". "Surrealismo" en Egipto

Hoy mismo se ha inaugurado una nueva exposición en el MNCARS. Según la página web:

"Esta exposición presenta por primera vez de manera monográfica la actividad del grupo Art et Liberté, un colectivo de artistas establecido en El Cairo durante la Segunda Guerra Mundial. La muestra está integrada por un conjunto de alrededor de cien obras pictóricas y numerosos materiales fotográficos y documentales.
El grupo Art et Liberté, fundado por Georges Henein, Ramses Younane, Kamel el-Telmisany y Fouad Kamel, cultiva una práctica artística vernácula ligada al surrealismo y al debate artístico internacional. Sus miembros cuestionan la tendencia academicista y nacionalista del arte burgués predominante en Egipto en aquel momento, al tiempo que trazan intercambios artísticos con los movimientos surrealistas de otras áreas, como París, Bruselas o Ciudad de México.
La imbricación del colectivo con la realidad española de los años treinta se produce a varios niveles, manifestándose en particular a través del compromiso frente a la expansión del fascismo. La elección de los surrealistas egipcios de la imagen de Guernica de Picasso para ilustrar su primer manifiesto, Vive l’art dégeneré [Viva el arte degenerado, 1938], y su condena en diferentes publicaciones del alzamiento franquista, con la que ofrecían su solidaridad a los artistas y el pueblo español, son un ejemplo de esta implicación.
La exposición forma parte de la iniciativa Art reoriented, fundada por los comisarios, que propone una crítica a las clasificaciones historiográficas convencionales, interesándose especialmente por el carácter múltiple de la modernidad."

Samir Rafi', Sin título, 1946
La exposición es interesante para contemplar cómo los sectores egipcios "europeizados" eran receptivos a las corrientes "de vanguardia" que habían triunfado en casi toda Europa. Recorriéndola se nos olvida que se trata de un país islámico... tal vez, porque el montaje tampoco lo enfatiza.
Más allá de algunas obras de enorme vinculación con las fórmulas de Picasso y Dalí, lo más interesante es, a mi juicio, el manifiesto "Viva el arte degenerado", que me apetece reproducir para documentar hasta qué punto se imponían las ideas que, gracias al desenlace de la Segunda Guerra Mundial, definieron las referencias estéticas occidentales de la segunda mitad del siglo XX:

"Es bien conocida la hostilidad con que contempla la sociedad actual cualquier creación literaria o artística que amenace, de fomr más o menos directa, las disciplinas intelectuales y los valores morales de los que depende, en gran mediada, su propia continuidad, su supervivencia. 
Esa hostilidad se manifiesta hoy en los paises totalitarios, y particularmente en la Alemania hitleriana, mediante la más abyecta agresión contra un arte que unos brutos condecorados y elevados al rango de árbitros omniescentes califican de "degenerado". Las creaciones más libres y humanamente válidas del artista moderno, lo mejor que ha dado el genio artístico contemporáneo desde Cézanne hasta Picasso (y en el plano literario desde Heinrich Heine hasta Thomas Mann), están proscritas y son objeto de insultos y vilipendios.
Consideramos absurdos y merecedores del mayor desprecio los prejuicios religiosos, racistas y nacionalistas que pretenden someter el destinod e la obra de arte a la tiranía de algunos individuos ofuscados por su omnipotencia efímera.
Consideramos que esos mitos regresivos son auténticos campos de concentración del pensamiento. El Arte, como intercambio espiritual y afectivo permanente del que participa toda la humanidad, ya no puede conocer límites tan arbitrarios.
En la Viena entregada a los bárbaros se rasgan los lienzos de Renoir y se queman las obras de Freud en las plazas públicos. Se candenan los logros más brillantes de artistas alemanes como Max Ernst, Paul Klee, Kokoschka, George Grosz, Karl Hofer (premio Carnegie 1938), dando paso en su lugar a ala banalidad y la ineptitud del arte nacionalsocialista.
En Roma la comisión de "mejora literaria" ha concluido su indecente labor estableciendo la necesidad de retirar de la circulación "todo lo que es antiitaliano, antirracista, inmoral y deprimente". ¡Intelectuales, escritores, artistas! Asumamos juntos este desafío. Todos somos absolutamente solidarios con el arte degenerado. En él residen todas las oportunidades del porvenir. Luchemos por su victoria sobre la nueva Edad Media que se cierne sobre el corazón de Occidente."

El grupo creado en torno a este manifiesto evolucionó en dirección nacionalista, tal vez porque no cabía otra opción en un ambiente cultural condicionado por el factor islámico.

Más allá del manifiesto, las obras que se ofrecen definen una realidad estética que me ha hecho pensar en ciertas corrientes españolas posteriores a 1945; por supuesto sin que ello implique el menor juicio de valor sobre las relaciones estéticas entre España y El Cairo, enfatizadas en el tríptico, tal vez, con excesiva generosidad diplomática.

Carlos III en la Academia

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ofrece dos exposiciones relacionadas con Carlos III. La primera está dedicada a los Sitios Reales; la segunda, en articulación que implica al Museo Arqueológico de Nápoles y a la facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México, a "la difusión de la Antigüedad".
Aunque las iniciativas de Real Academia de San Fernando, por lo general, me abren las carnes, debo manifestar que, en este caso, me he sentido defraudado. La primera exposición me parece demasiado elemental y, en cierto modo, reiterativa.


La segunda está articulada en dos "espacios" perfectamente individualizados: la zona expositiva convencional y otra en la que ofrecen una experiencia de espacio virtual. El espacio convencional también me ha parecido excesivamente simple; y la experiencia virtual, demasiado infantil. Es difícil entender que la colaboración de tres instituciones de tanta notoriedad proporcione unos resultados tan pobres, aunque las "razones" se intuyen poderosas..
Por fortuna, la página web de la Academia sigue siendo interesante...

martes, 14 de febrero de 2017

El castillo de Abrantes

En varias ocasiones me ha manifestado sorprendido gratamente por la forma en la que, por lo general, se plantean en Portugal el asunto de la gestión patrimonial. Son numerosas las poblaciones que han apostado por rehabilitar sus restos y ofrecerlos al público en condiciones muy aceptables. En esa línea me ha llegado la noticia  de que el concurso de ideas convocado por las autoridades municipales de Abrantes para rehabilitar el castillo y sus inmediaciones, se ha resuelto recientemente y el primer premio ha correspondido al estudio español integrado por Laura Bacete, Raúl Cubo, Alejandro Domínguez, Andrea Figueroa, Pablo Navas.

Foto ADR
Según el propio estudio, el proyecto pretende "convertir el Castillo no sólo en un elemento protagonista dentro de la imagen de la ciudad sino en un referente activo para sus habitantes y en un agente generador de la identidad de la ciudad de Abrantes. Para lograr este objetivo, se establecen tres líneas de actuación: mejorar la conexión entre la ciudad y el Castillo de Abrantes, mejorar las comunicaciones internas entre las distintas partes del conjunto y plantear una serie de escenarios que acogerían nuevas actividades implantadas en el entorno histórico."
Uno de los detalle más interesantes acaso sea que el proyecto se plantea como una serie de intervenciones arquitectónicas independientes, sumamente adecuadas para tiempos de crisis.
Ahora sólo resta que el proyecto se ponga en marcha...

De lo cordobés al mudejarismo y viceversa

Hace unos días, eldiario publicaba que faltaba un mes para que la Iglesia católica se apropie "definitivamente" de dos edificios mudéjares de Zaragoza (La Seo y la iglesia de La Magdalena); el proceso de apropiación se produjo mediante la fórmula de inmatriculación en el año 1987. Según la Ley, pasados treinta años, la apropiación pasaría a ser "definitiva"...
Al hilo de esta cuestión, me he acordado del juicio expresado hace un mes por el obispo de Córdoba para justificar el carácter cristiano de la antigua Mezquita Mayor:

“En realidad, los Omeyas, los califas, no tenían arquitectos propios ni crearon un arte nuevo, no es arte musulmán. Fueron a por sus paisanos cristianos de Damasco y los trajeron a Córdoba. Pero el arte no es musulmán. Es bizantino.” (...)“Es cristiano bizantino. Los moros solo pusieron el dinero”.

Obviamente, el "razonamiento" del obispo de Córdoba, que es formulación torpe de juicios "expertos" discutibles, proporciona argumentos para justificar que los edificios mudéjares de Zaragoza se "entreguen" a la comunidad islámica de Zaragoza. Es la "esencia" del mudejarismo: arte realizado por artífices empapados de cultura islámica puestos al servicio de las instituciones cristianas que, poco a poco, se hacían con el control territorial de la Península.



Reconozco que me ardían las manos por responder como se merecía al juicio de Demetrio Fernández; pero también reconozco que, en esa dirección, los esfuerzos son estériles y que ello me empodera de pereza. En todo caso y puesto que acaso sea una de las personas que más defienden en España el peso de la cultura bizantina entre los siglos V y X, me gustaría enfatizas algunos circunstancias particularmente claras:
1. Tal y como expresó en su día K.A.C Creswell, el primer arte islámico, en efecto, fue continuación prácticamente absoluto del arte bizantino. La aparición del Islam coincidió con un momento de auge hegemónico de la cultura bizantina, que se manifestó con contundencia a pesar del cambio institucional; lo mismo había sucedido con el primera arte cristiano, que no fue sino continuación de la cultura romana.
2. Frente a lo que en su día publicaron ciertos "expertos" y entre ellos, Fernández Puertas, no parece razonable imaginar que El Emigrado (el primer emir omeya de Alándalus) escapara de Damasco a uña de caballo en compañía de sus arquitectos y, por su puesto, del grupo de alarifes necesario para construir la primera Mezquita Mayor de Córdoba. Es más probable que se valiera de los artífices locales, que aplicarían sus conocimientos constructivos para realizar aquel primer edificio.
3. Es probable que cuando se afrontó su construcción los usos culturales arraigados en la Bética estuvieran muy condicionados por el peso de las tradiciones tardorromanas y seguramente también por las aportaciones de la cultura bizantina. En ese sentido, es importante tener en cuenta que, con anterioridad a la llegada de los musulmanes, en Andalucía apenas han aparecido restos materiales de manifiesto carácter bizantino; tanto es así que algunos especialistas de nuestros días emplean la categoría "protobizantina" para valorar unas cuantas piezas de cierta relación con los modelos de Constantinopla. Escapan de esa carencia unos cuantos objetos repartidos irregularmente por la geografía peninsular... En consecuencia, la inmensa mayoría de los estudiosos, incluso quienes enfatizan el peso de "lo bizantino", suelen destacar el componente tardorromano en la concepción del planteamiento estructural de la Mezquita Mayor de Córdoba; quien firma este blog ya se ha manifestado en varias ocasiones en ese sentido. La fórmula fuste-capitel-cimacio es propia de "lo bizantino" pero también de las primeras basílicas cristianas; y la sobre-elevación de las arquerías hace pensar en soluciones de ingeniería civil afines a las empleadas por los romanos en la construcción de acueductos (Torres Balbás).
4. Los elementos expresamente bizantinos que han aparecido en Andalucía fueron realizados, precisamente, en tiempos de los califas cordobeses, es decir, mucho después de la construcción de la primera Mezquita Mayor de Córdoba, cuando gran parte de los habitantes de la capital ya eran musulmanes y cuando el Califa omeya tenía unas magníficas relaciones diplomáticas con la corte bizantina; de hecho, según acreditan las fuentes literarias, los príncipes bizantinos prestaron artífices y materiales para realizar la espectacular ampliación de Alhákam II.

Don Demetrio se lo ha puesto fácil a quienes deseen recuperar sus argumentos; podrían decir que todas las iglesias mudéjares fueron construidas por musulmanes; y que los "politeistas" —así nombraban despectivamente los musulmanes a los cristianos, que admitían el dogma de la Trinidad, durante el siglo X— sólo pusieron el dinero.

jueves, 9 de febrero de 2017

La ciudad de las estrellas (Chazelle, 2016)

La película comienza bien, con un “plano secuencia” espectacular, rodado al amparo de las posibilidades que proporcionan los medios tecnológicos de nuestros días, que hace pensar en West Side Story,… Por desgracia, esa referencia se desvanece y  la película proporciona pocos momentos más de especial singularidad.
Aunque la fotografía es aceptable —y la cámara se mueve con cierta agilidad—, se aprecian demasiados detalles de elaboración poco cuidada, especialmente en la  iluminación, en las localizaciones y en la postproducción.
El guión es correcto, dentro de los estándares de la industria norteamericana, pero se apoya en un “mensaje” demasiado manido, que sólo hará las delicias de quienes sean benevolentes y, por lo tanto, propensos a disfrutar con la parte positiva de las cosas: quien se empeña en sus sueños, acabará triunfando. ¿Cabe planteamiento más infantil en tiempos tan "interesantes"? Ello se complementa con una adenda asimismo manida: el éxito impone sacrificar el “amor verdadero”…
Y poco, poquísimo más, para una película que, a mi juicio, dura demasiado (127 minutos). La extensión no se justifica mediante la inclusión de elementos que mantengan vivo un ritmo que comienza siendo trepidante y termina en tedio nebuloso de puré de guisantes; los guiños a la historia del cine y a la historia del jazz no disuelven la bruma. Desde el Cantor de jazz (Crosland, 1927) han sido numerosas las películas que han sacado partido de la faceta musical más relevante de la cultura norteamericana del siglo XX.


Entre lo más “ocurrente” acaso están las referencias metafóricas al James Dean de Rebelde sin causa (Ray, 1955) y a Nicole Kidman, que por razones “comerciales”, ya está condenada a papeles secundarios.  Por lo visto, salvo en excepciones monumentales, el star system funciona con las actrices hasta que cumplen los 50 años…  ¿Qué fue de Bette Davis? De la maldición de Cronos y del "sexismo" galopante, no se salva ni Julia Roberts.
A pesar de las peligrosas referencias endogámicas, los actores están bien, sobre todo, si con actitud malévola, cedemos ante las comparaciones odiosas: pero es importante advertir que la historia no es demasiado exigente en la vertiente interpretativa.
En suma, una película de la que apenas es posible destacar la mencionada secuencia que abre la película y algunos —muy pocos— momentos musicales. Dicen que es la mejor película que se puede ver estos días en salas comerciales…  Pues vaya panorama.

Podemos en la encrucijada

En situación de grandiosa complejidad, ennegrecida para los intereses de la Unión Europea por el Brexit, por la actitud hostil del señor Trump y por el previsible futuro de la France, ¿qué hacen los políticos españoles? Los del PP, al trantrán, que es estrategia conservadora de jugador peripatético, si cabe tal especie entre los forofos del mús; los del PSOE, intentando poner orden en un cortijo cada vez más encabronado, que ha empezado a desmoronarse gracias al empuje de un médico singular.
¿Y los de Podemos? ¿Aportando ideas a la situación que, de modo inefable, se avecina? ¿Colaborar con la marea blanca andaluza? ¿Ofrecer alguna solución constructiva al problema catalán? No, en absoluto... Los de Podemos están a "lo suyo", a consolidar una estructura organizativa que resuelva los conflictos generados por la endogamia, pero sin salir de la endogamia. Dicho con otras palabras: como Penélopes cazurras, están "ordenando" los cabos de las diferentes "cuerdas de méritos" en el chiringuito de Podemos, señoreado por el genio pesimista del Goya más oscuro.

Foto el Confidencial
Sin negar que habéis cumplido una función relevante como agitadores sociales y que gracias a vosotros se han puesto en marcha algunas reformas de cierta entidad, cada vez está más claro que el futuro no pasa por materializar vuestros objetivos explícitos —si así fuera, habríais puesto en marcha otras iniciativas—, sino, sencillamente, por otros más difusos...  Al oír los debates que protagonizáis, me debato entre imaginaros obsesionados con el espacio "tradicional" de IU (área del señor Anguita) o por emular a los "pijos" de Soñadores (Bertolucci, 2003), atentos a ponerse al frente de movilizaciones ajenas. ¿Realmente creéis que "la gente" os ha votado por la brillantez de vuestros argumentos? ¿Realmente creéis que podríais llegar a formar gobierno en un futuro próximo?  Bajo un debate que, en apariencia, se centra en "asuntos organizativos" y de "modelo de partido"... ¿deseáis hacernos creer que sois algo más que juguetes en manos de quienes pretenden asegurar a corto y largo plazo la estabilidad política bajo la flema del señor Rajoy?


El mundo al revés o no tanto

Es para desmadejarse, contemplar a la legión de sesudos periodindas y demás profesionales de la manipulación, enfrentarse a la anomalía en la secuencia espacio-temporal, engendrada por la elección de un personaje tan políticamente incorrecto como Donald Trump. Y aún ese efecto se potencia si tenemos en cuenta que, en muy poco tiempo, todos ellos se verán obligados a reconducir sus juicios como líderes "sensatos" del PSOE, en cuanto la embajada USA de unos discretos "toques de atención" a proceder tan irreverente; al fin y al cabo, por "exótico" que sea, el señor Trump es el Presidente de la Nación más Poderosa de la Tierra; y ese detalle no es baladí ni en acotaciones ortográficas. De hecho, ya se empiezan a notar tics revisionistas entre los sectores que se muestran más unidos solidariamente a los principios de la globalización o del "narcoliberalismo", que ahora denominan "liberalismo progresista". ¡Manda güevos!. Pero nadie crea que los susodichos se han vuelto locos; sencillamente se comportan como suelen hacerlo, como veletas ante el vendaval: hoy, cuando impera el prestigio de los medios norteamericanos más sesudos, apuntan hacia el norte; mañana, cuando domine la tramontana, hacia el sur o hacia el trasero de quien mande.

Foto Slate.com
Y sin embargo, la elección del señor Trump no es sino un testimonio más de lo cabreadas que están muchas personas en un sistema que les ha empobrecido radicalmente y que no puede ni debe convertirse en fórmula sagrada que esté por encima de los intereses generales. La competitividad en un contexto globalizado ha funcionado como un sistema de vasos comunicantes, igualando a todos a la baja, mediante la diabólica media aritmética definida entre el desarrollo occidental y la precariedad social de Oriente. Como es obvio, en ese juego, del que siempre salen con pingües beneficios los mismos, los sectores financieros y las grandes multiancionales, los demás salimos más o menos trasquilados, según nuestro respectivo lugar de residencia; en algunos lugares, incluso achicharrados.
Mientras quienes propugnaban "reformas" que detuvieran el proceso globalizador eran personajes de escasa relevancia, todo iba bien: bastaba con movilizar las baterías "antipopulistas" y la retórica antivenezolana para conjurar el peligro; pero que sea un supermillonario de ideas conservadoras quien lo haga, funde todos los fusibles de las mentes más preclaras del integrismo globalizador. Para cauterizarlo, de modo casi automático, surge la consigna más devastadora: es un personaje de extrema derecha y lo ha elegido la extrema derecha. Y asunto resuelto; por desgracia, los juicios vacíos tienen poca utilidad para movilizar a "la gente", que dirían ciertos líderes y "lideresas".  Mucho me temo que en muchas regiones del planeta, son cada vez más numerosos quienes se pasan por la entrepierna lo políticamente correcto: Francia podría dar una sorpresa desagradable a quienes creen que las palabras tienen cualidades mágicas; y desde ella, nacerían consecuencias nefastas para todos. Si las autoridades europeas no dan un enérgico golpe de timón, la Unión Europea apenas tiene otra opción que polarizarse en torno a "la Gran Alemania". ¿A qué me suena esa opción...?

Marine Le Pen, foto Newsweek
La situación es tan radical que ahora mismo manifestarse a la expectativa ante los demarrares de la prensa podría tomarse como gravísima afrenta por quienes están adiestrados para defender a toda costa las bondades de una globalización que, supuestamente, va unida en su desarrollo a la superioridad moral del Sistema Democrático. Para solaz de escépticos, en los ambientes políticamente correctos, el señor Trump se ha convertido en la quintaesencia de la maldad y la torpeza: los medios han enfatizado que acepta la tortura, como si ésta fuera un elemento novedoso; que segrega por razones de religión, como si la segregación fuera un invento de quien comparte nombre con el afamado pato; que se enfrenta a los periodistas "del sistema", como si no hubiera razones objetivas (sin comillas) para hacerlo... El Papa Francisco se ha puesto en jarras y hasta Kjell Magne Bondevik, ex primer ministro de Noruega, se ha manifestado indignado porque las autoridades de inmigración le retuvieron durante una hora en el aeropuerto... como si fueran anómalas las "maneras peculiarides" que aplican dichas autoridades a quien tiene en el pasaporte un visado poco común o un nombre "sospechoso".

En suma, si seguimos los juicios dominantes en los medios, Donald Trump ha de ser un ser intrínsecamente malo y quienes le han votado, una legión de idiotas. ¿No cabe otro análisis? No, por lo visto; porque como sucede con otros asuntos "sensibles", detenerse un segundo ante los datos más elementales se interpreta como veleidad parafascista. Y sin embargo, desde mi punto de vista, Donald Trump apenas se ha manifestado como portavoz de un sentir muy arraigado en ciertos sectores sociales que, para evitar toda descalificación a priori se he revestido de cosmética ultraconservadora antigua. Tiempo habrá de ver si es posible anteponer los intereses de esos sectores sociales a los imperativos de la globalización. De momento, creo que sólo una cosa está clara: Donald Trump no le gusta absolutamente nada a quienes, de un modo u otro, proporcionan soporte "teórico" a una globalización "humanizada" desde los fundamentos del Sistema Democrático. Por lo demás... puede que sea un show man, puede que tenga ideas cavernícolas, puede que sea perverso en asuntos ecológicos, puede que sea muy hortera, puede que sea... lo que más o menos nos guste o nos disguste; pero es el presidente del Estado más poderoso del orbe y aquellas consideraciones no deberían impedirnos percibir las consecuencias previsibles de una situación nueva para el Sistema Global.
¿El mundo al revés? Tiempo habrá para contemplar cómo se equilibra la situación entre proteccionistas y globalizadores, pero mucho me temo que las mediadas aplicadas por el señor Trump repercutirán regativamente sobre quienes no vivan en USA.

domingo, 5 de febrero de 2017

El MoMA y Donald Trump

Según informa The New York Times, el MoMA ha replanteado la quinta planta de su colección permanente para incluir en ella obras de autores de los países afectados por la orden ejecutiva del Presidente Trump. El Museo ha concretado la intención del gesto mediante textos bastante explícitos:

 "Esta obra es de un artista procedente de una nación a cuyos ciudadanos se niega la entrada en los Estados Unidos, de acuerdo con una orden ejecutiva presidencial emitida el 27 de enero de 2017. Ésta es una de las obras de arte de la colección del Museo instaladas a lo largo de las galerías del quinto piso para afirmar los ideales de bienvenida y libertad, que son vitales para este Museo y para los Estados Unidos"