lunes, 12 de junio de 2017

Los capiteles del templo de Augusto y Livia de Vienne

Templo romano de Vienne
El templo de Vienne, es un testimonio de cómo se materializaron en muchos puntos del Imperio Romano los cambios políticos derivados de la "superación" de la República. Desde el punto de vista arquitectónico, el edificio que ha llegado a nuestros días, sometido a muchas transformaciones pero recuperado con cierta fortuna, fue construido en dos fases, acreditadas por los estudios arqueológicos que, en este caso, se han apoyado muy especialmente en los capiteles. La primera corresponde al último cuarto del siglo I a. C. Por desgracia, no existe acuerdo unánime para situar en el tiempo la segunda; algunos estudiosos la relacionan con una iniciativa del emperador Claudio, que podría haber beneficiado especialmente a sus "paisanos"; otros no tienen tan claro el fundamente de una acción personalizada por quien acaso naciera en Lugdunum... Sea como fuere, el paralelismo con el templo de Nimes —dedicado al culto imperial— indica que en los alrededores del cambio de era hubo mucho interés por enfatizar el poder de Roma en el sur de la actual Francia; y de hacerlo, precisamente, enalteciendo la figura de Augusto.
Con el paso de los años y los avatares históricos, el edificio fue convertido en iglesia y continuó su periplo de transformaciones y readapataciones con un punto de inflexión muy relevante a mediados del siglo XIX, cuando Prosper Mérimée, propuso poner en valor el templo romano que había llegado a "la modernidad" en mejores condiciones, incluso que las del de Nimes. Recordemos que para los herederos de la Revolución Francesa la cultura romana ofrecía connotaciones de gran proyección simbólica.
En la actualidad, se conserva en un estado menos atildado que el de Nimes y, francamente, no sé si ello es digno de elogio, como de reproche el "exceso" de restauración de éste. En todo caso, aunque las plazas respectivas sean especialmente gratas en su actual configuración urbana, de cara a recomponer la época romana, no sé cual de las dos apuestas es más apropiada.

VTAL0B, capitel de la primera fase (hacia el cambio de era)

VTAL01. capitel de la primera fase del edificio (hacia el cambio de era)
Los capiteles del la primera fase, irregularmente conservados y algunos "restaurados" en exceso, pero que permiten recomponer el formato original, responde a los modelos que se emplearon en el foro de Augusto, de Roma, con detalles de virtuosismo que hacen pensar hasta dónde llegaron los esfuerzos del poder imperial por ofrecer una imagen depurada y la voluntad de embellecer las ciudades sujetas a su dominio. A destacar el formato "barroco" del florón, confeccionado mediante "palmas" de acanto, la configuracón de las volutas interiores, con naturaleza de zarcillos, y el "tercer orden" de hojas, que ocupan el lugar de la espata. Sobre lo indicado en otras entradas, tiene interés muy especial la manera de tallar los folíolos de los acantos forzando la angulosidad mediante biseles que, en cierto modo, hacen pensar en piezas que generalmente atribuimos a la llegada de los influjos orientales a partir del siso II. Todo ello acredita, una vez más, la aparición de elementos "heterodoxos" en momentos particularmente tempranos...
Desde los objetivos implícitos en este blog —siempre orientados hacia la ornamentación arquitectónica del fin de la Antigüedad—, es interesante en grado sumo comparar estos capiteles más antiguos de Vienne con los de Nimes. Ambos fueron realizados en la misma época y, sin embargo, ofrecen planteamientos ornamentales diferentes, que permiten hablar de distintas variedades de orden corintio o cuando menos, de diferentes maneras de interpretarlo. Deseo llamar la atención del lector sobre la diferente manera de interpretar el kalathos: en Nimes está muy enfatizado, mientras que en los capiteles de Vienne. deudores del corintio itálico, desaparece por detrás de la acumulación de ornato; algo parecido vimos en Tarragona. También tiene interés cómo en un caso el frente del ábaco apenas está "adornado" mediante molduras lisas, mientras en el otro se emplean lengüetas y ovas y dardos. En suma, dos edificios de épocas similares ofrecen fórmulas marcadamente diferentes, seguramente porque los talleres imperiales no eran tan homogéneos como han planteado algunos estudiosos.

Capitel de la Maison Carrée

Roma, capitel del foro de Augusto
Los capiteles de la segunda fase cuentan con una estructura más cercana a los capiteles de Nimes, pero la naturaleza del ornamento, se aleja de los tiempos de Claudio. Los acantos responden a modalidades alejadas de las fórmulas estandarizadas del siglo I y aún del II. Aunque se ha dicho de ellos que poseen "acanthus mollis",  me gustaría indicar que algunos estudiosos enfatizan la diferencia en el tratamiento del ornato vegetal, indicando que en unos casos se emplea "acanthus spinosus" y en el otro "acanthus mollis"... Sin embargo, no creo que esa referencia sea útil más que para enfatizar planteamientos estéticos matizadamente diferentes, porque no parece probable que en el ánimo de los tallistas existiera la menor intención por "imitar" las hojas de las diversas variedades de acanto, en el supuesto de que las conocieran.
Más allá de ese detalle, en cierto modo anecdótico, destaca el carácter del kalathos, que, en su parte lisa, apenas define el tronco de cono que es más propio de los capiteles tardíos que de los del siglo I. Otro tanto sucede con el ábaco, de escasa curvatura, con los florones, de concepción irregular, relativamente alejados de las fórmulas "iniciales", y con las volutas, sumamente estrechas, que hacen pensar en las del corintio asiático.
No obstante, el mantenimiento del conjunto axial, con detalles que iluminan sobre una concepción que ya no sigue fielmente las fórmulas del siglo I (el pedúnculo no ofrece continuidad), impide situarlos en época muy tardía.
En suma, entiendo que estos capiteles probablemente fueron realizados más cerca del año 200 que de los tiempos de Claudio.

Capitel de la segunda fase del edificio
Para finalizar

La serie más moderna de los capiteles del templo de Vienne no refuerza la hipótesis de que fue "completado" en tiempos de Claudio; más bien se diría que corresponde a un momento posterior, tal y como han sugerido algunos estudiosos. En suma, es muy posible que el templo fuera completado o, incluso, "restaurado" a finales del siglo II, mediante soluciones ornamentales que me hacen pensar en los "más romanos" de San Fructuoso de Montelius, aunque éstos, como es natural, presenten una articulación estructural más relacionada con las modalidades (locales) del noroeste peninsular. Pero podría ser que ambas series, la de Vienne y la de Braga, estén aludiendo a problemas similares: la relevancia de las aportaciones locales cuando ya no era necesario recurrir a tallistas que acompañaran a las tropas de ocupación.

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