martes, 6 de septiembre de 2016

Un capitel del Museo de Serpa

Es una edificación de buen tono arquitectónico, casi imperceptible, añadida al castillo, que contiene una pequeña colección de restos de naturaleza variable, entre los que destacan unas cuantas piezas de ornato arquitectónico. La instalación museográfica, muy reciente, se apoya en las "nuevas tecnologias", que no sé si son eficaces para retener la atención del visitante.


Me ha hecho gracia la manera de ofrecer restos que tradicionalmente se habrían catalogado como “visigodos” o de época visigoda”. En el Museo de Serpa, como en otras instituciones portuguesas, se ha impuesto una terminología más ajustada a la realidad histórica: “antigüedad tardía”. Chapeau!
Así, por ejemplo, la pieza de la imagen adjunta, de perfil prismatoide, con relieves sumarios que no sabríamos si evaluar como capitel-imposta o como cimacio, se acompaña de una cartela con la siguiente leyenda:  “Elemento arquitetónico decorado. Proveniência desconhecida. Antiguidade tardia”.
 

También es digno de elogio la que anuncia la pieza de la imagen adjunta: “Possível elemento de cancela de Basílica. Marmelar (Vidigueira). Antiguidade tardia”.

Las sorpresas positivas continúan en la evaluación de un capitel muy “degenerado” (SERP01), procedente de Brinches y estructurado mediante dos coronas de pencas con un cuerpo superior ornado mediante una especie de guirnalda  y ábaco prácticamente cuadrado. En la cartela se puede leer: “Capitel corintio. Pedra. Brinches, Séc. IV d.C.” No creo que sea oportuno clasificarlo como capitel corintio; sería mejor decir, si así lo han interpretado, “capitel derivado del orden corintio”.
Por la manera de resolver el cuerpo superior, nos pone en conexión con capiteles muy evolucionados de noroeste peninsular (Pontevedra, Zamora, Asturias, etc) y con una casuística que no merece la pena reiterar.

SERP01
Como me consta que para muchos eruditos del mundo del arte y, por supuesto, del más “riguroso” de la arqueología, la historia la hacen los reyes… porque son ellos quienes ordenan construir los palacios y templos que estudiamos todos, aplaudo enfervorecido la actitud de tantos estudiosos portugueses que han superado la vieja sobrevaloración de las instituciones en el desarrollo histórico y del exceso de celo en la apreciación de un germanismo apenas documentado en los restos de cultura material, mediante el ajuar personal. Sí, ya sé que acaso exista algún sustrato nacionalista de por medio, pero en este caso...

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