lunes, 31 de marzo de 2008

Arte para turistas de gran capacidad adquisitiva.

Thomas Krens ha presentado su dimisión en la fundación Guggenheim para dedicarse por completo a la creación del museo comprometido por la entidad norteamericana en Abu Dhabi, que será inaugurado en el año 2012, según un proyecto de Frank Gehry. El empeño forma parte de una iniciativa del gobierno correspondiente, que tiene la intención de, siguiendo el ejemplo de Dubai, invertir las plusvalías procedentes del petróleo y del gas natural en incrementar las posibilidades turísticas de aquel antiguo desierto. Para ello han comenzado las infraestructuras de lo que acabará siendo un centro turístico “de siete estrellas”, con edificaciones diseñadas por los arquitectos más reputados del momento.
La iniciativa se completa con la construcción de varios museos destinados a albergar obras de las instituciones más importantes del mundo. De momento, está clara la participación de El Louvre, que prestará 300 obras por 400 millones de €, y la del mencionado Guggenheim , con una empresa comparable a la de Bilbao, pero desbordante, tanto por las cifras que se barajan, como por el tamaño del museo, que sería el mayor y mejor dotado del mundo entre los de su misma especialidad.
 

Si desde Abu Dhabi, la iniciativa se justifica en términos de gran inversión turística, desde Occidente, los argumentos son mucho más prosaicos: rentabilidad y “globalización cultural”... Thomas Krens parece haber tomado partido por la “alianza de civilizaciones”... ¡Qué cosas!
¿Inversión turística? ¿Política globalizadora en el mundo islámico? ¿El Guggenheim vuelve a convertirse en un instrumento de la política norteamericana? Y todo "por amor al arte"... Por mi parte, comenzaré a ahorrar con la esperanza de que abran algún hotel de 3 ó, estirándome un poco, de 4 estrellas... Creo que es un destino magnífico para las vacaciones de Navidad.

5 comentarios:

  1. ¿ y no crees que este proyecto encierra la profunda visión del arte como un manifiesto de mercachifle ?
    Parece que no tiene nada que ver con un enriquecimiento cultural, si no con un carrera de galgos.

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  2. Sí, está calro; pero creo que oponerse a esa corriente, como hicieron los de La Tribune de l'Art, es comparable a pretender parar la tormenta con las manos. Se mueve demasiado dinero y demasiadas personas dependen de los negocios circundantes. Y por si ello fuera poco, casi todos estamos despuestos a "pagar lo que sea" (dentro de nuestras posibilidades, obviamente)por contemplar lo que ha sido sacralizado en su naturaleza material...

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  3. Destaco unas palabras aparecidas en una entrevista al señor Krens que contrasta de una manera susceptible, sus objetivos y la dinámica que ha seguido y seguirá.
    P. ¿Es una amenaza? El museo Guggenheim de Abu Dabi es parte de un complejo totalmente nuevo con museos de todo tipo y diferentes orientaciones, pero también con hoteles y campos de golf...
    R… y viviendas.
    P. Eso suena más a un parque de atracciones que a un oasis de la cultura.
    R. En esa isla cercana al continente surgirá toda una ciudad. ¿Qué se puede objetar a la infraestructura? En los alrededores del Louvre de París también se encuentran hoteles y restaurantes. Eso no disminuye el valor de nuestro proyecto. Esta isla de la cultura llamada Saadiyat es, en primer lugar, la visión del príncipe heredero de Abu Dabi. Es su país, su dinero. (¿Su país? ¿Su dinero? muy cuestionable, por no decir absurdo a la vez que autoritario).
    Una entrevista que da bastante para pensar. El tono del encuestador me hace recordar a alguna que otra serie de preguntas realizada a dirigentes del PP por parte de Iñaki Gabilondo.
    Indagando un poco por Internet encontré un artículo interesante en el Noticias de Gipuzkoa en referencia al proyecto de éste magnate.
    En referencia al artículo encontrado, y que aquí facilito

    http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2008/03/16/mirarte/cultura/d16cul82.961740.php

    comento varios aspectos que sin duda no dejan a uno indiferente. Éste emirato (uno de los 7 de los EAU), es la ciudad mas rica del mundo, y como se puede deducir, gracias a su gran producción petrolífera. Su emir es el Jeque Khalifa bin Zayed Al Nahayan, y es considerado unos de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes, ascendiendo su fortuna a 19.000 millones de dólares, ubicándose en el tercer puesto entre el listado de los gobernantes más ricos del mundo hecho por la mencionada revista. A quien quieren engañar, si por mas que busquemos en referencia a este proyecto, se hace más contundente el interés turístico de esta isla natural convertida en una isla turística y “cultural”: la Isla de Saadiyat ("La isla de la Felicidad"). Un gran complejo propio de ciudades estatales como Murcia o Valencia (pero a gran escala y no solo con campos de golf y viviendas con jacuzzi). Una evolución mas grotesca de la estrategia del gran recaude de dinero con paisajes y viviendas paradisíacas, pero no se si por fortuna o desgracia, con gran aportación artística. Fortuna porque ya era hora de invertir no solo en casinos y piscinas cercanas al mar, y desgracia porque creo que es un mero ápice más de acumulo capitalista, dejando a segundo plano el propio arte.

    Enfatizo que, a pesar de toda critica que se pueda hacer a estos empresarios del arte, se abren dos debates, primero que, se invierte mejor en arte contemporáneo que en intereses capitalistas, abalorios personales, y demás especulaciones (eso es evidente), pero a su vez, la segunda cuestión es, si ese dinero que se produzca del turismo de esa megaciudad, será para un mayor acumulo de dinero para, de nuevo adquirir más de lo antes dicho (a mi juicio también evidente).

    Además de este proyecto en esta parte de los Emiratos Árabes Unidos, hay un nuevo proyecto por parte del Louvre y algún que otro complejo cultural más, que enriquecerá a este gran productor de petróleo.

    Otro debate se abre con la introducción de arte que podría ser ofensivo a la cultura y la religión del país como por ejemplo con los desnudos. Globalizar el arte que promueve el MOMA, Guggenheim y demás instituciones, que se apoderaron del nombre de éste tras la segunda guerra mundial, controlar esta arma cargada de futuro (frase extraída de la recomendada película Noviembre), hacerlo presente en el ámbito mundial…
    Las piezas del puzzle cada día están más resueltas y cada vez es más difícil desarmarlo, ya que todas las hacen encajar a la perfección, por tanto no creo que sea algo que no le deje dormir a este hombre el problema de la censura.

    Otro tema de discusión y que seguro, no será el ultimo, es el de siempre (pero que no va relacionado con la asignatura aunque deseo señalar), porque a diferencia de como dijo Enrique en clase, las pirámides no fueron ejecutadas por esclavos, los esclavos del siglo XXI (los explotados laborales) son muy patentes en este territorio. Se sabe gracias a la HRW (Human Rights Watch) que en múltiples ocasiones se produjeron abusos a los cientos de miles de inmigrantes que trabajan en esa zona del Golfo Pérsico. Aquí más información:

    http://www.soitu.es/soitu/2007/11/14/info/1194996540_529168.html

    En cuanto a los aspectos técnicos, se podrían materializar varias opciones pero las más destacadas se encuentran en este enlace a otro diario:

    http://www.arqhys.com/contenidos/museo-guggenheim-abudhabi.html

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  4. A mi eso de "la isla de la felicidad" me resulta muy gracioso.

    Y dices... "si se invierte mejor en arte contemporáneo que en intereses capitalistas, abalorios personales, y demás especulaciones (eso es evidente)..."

    No sé si podemos decir que el arte contemporáneo no sea un interés capitalista, abalorio personal y objeto de especulación. Creo que es todo eso.

    Y la segunda cuestión: "si ese dinero que se produzca del turismo de esa megaciudad, será para un mayor acumulo de dinero para, de nuevo adquirir más de lo antes dicho (a mi juicio también evidente)."

    Pues eso, evidente...

    Insisto, a mí esto de mezclar la Guggenheim con el golf, las piscinas y el garruleo (al que me apunto), y llamarlo "felicidad" me resulta muy gracioso.
    Saludos.

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  5. No pretendía oponerme a esta corriente actual, si no a enfatizar esa actitud, que parece desligar por completo al arte de sus pretensiones en favor de una verdadera serialización como producto.

    Y sin embargo este proyecto lo único que hace es ensanchar este desliz, pues creo que cualquiera que se precie de haber estado en el Louvre habrá llegado a pensar si realmente se encontraba allí o en Disneylandia

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