jueves, 19 de junio de 2008

Viejos y nuevos ritos

El otro día regresé a la catedral vieja de Vitoria (la nueva es del siglo XX), aquella que han convertido en un excepcional museo de arquitectura gótica… o, tal vez, en un “parque temático” de arquitectura gótica... ¿No es lo mismo? Es difícil emplear el término adecuado... Los viejos ritos dejan su lugar a otros nuevos. Los sacerdotes han sido sustituidos por empleados de una empresa de “interposición” (antes decíamos "de pistoleros"), que cobran la entrada y definen las pautas de conducta a seguir en el interior saturado de andamios, puntales y arriostramientos: En primer lugar es preciso ponerse una cofia blanca (cuestión de higiene); sobre ella, un casco de plástico también blanco, que devolveremos a la salida: se trata de una medida preventiva acorde con la situación del edificio "en obras", y con la normativa vigente en asuntos de "higiene y seguridad en el trabajo"; debemos permanecer agrupados (de nuevo, la pasividad ovina), no se puede hablar en voz alta, hay que tener sujetos a los niños, se prohiben los movimientos bruscos sobre los andamios y ¡cómo no! está terminantemente prohibido hacer fotografías… Ante la pregunta provocador, la cicerone (¿o “cicerona”?) nos explica con palabras cargadas de sobreentendidos políticamente correctos que no se trata de preservar el espíritu de la catedral ¡qué barbaridad! sino de evitar la divulgación de “datos inéditos”. Al parecer, "los datos" son patrimonio exclusivo de quienes los obtienen. Todo el mundo conoce el origen divino de la propiedad privada de "los datos". La joven uniformada explica con desenfado pero con frialdad de androide la letanía histórica prediseñada para aborígenes curiosos y guiris idiotas. Nos explica que la catedral fue construida por iniciativa de un “rey castellano”… En el contexto del discurso deduzco que si se hubiera tratado de un “rey vasco” la edificación no hubiera tenido tantos problemas de conservación… ¡Qué chorrada! Las catedrales góticas fueron producidas en el contexto de un movimiento religioso y cultural con epicentro en Francia… ¿O tal vez, en Donosti? Recomiendo visitarla con tapones en los oídos y cara de lerdo para experimentar la magia de un edificio que, por su estado, me recordó el cuerpo de Frida Kahlo, bestialmente encorsetado con ortopedias metálicas. E imaginé que acaso ambas prefirieran sobrevivir aunque fuera pagando el precio de la atroz incomodidad… ¿Para dar testimonio de náusea “sartriana”? ¿En quén han quedado las pretensiones trascendentes del abad Suger?

Lo mejor: la portada; lo más interesante, aunque deprimente: el nuevo rito... De vuelta en casa, me asaltan pensamientos turbadores… Francamente, prefiero tratar con sacerdotes lacónicos o histéricos o con monjas resabiadas antes que con “guías” de estas empresas de gestión, por lo general, aburridas, desmotivadas, casi deshumanizadas, y de verbo torpe.
Honor para al cura de Wamba, encabronado con los periodistas y las guiris morbosos que le obligan a enseñar el “osario camboyano” dispuesto en una habitación próxima a la iglesia que, según sus propias palabras, cualquier día manda a la basura. Un recuerdo entrañable para el “cariñoso” sacristán de cierta catedral de el norte de España (acaso ya esté jubilado), que se empeñaba en pasar el brazo por los hombros de los visitantes varones… O, incluso, loor para la concejala de cultura de Briones, que aprovecha la explicación a los visitantes curiosos para lanzarles sus soflamas políticas… Todos ellos son infinitamente más interesantes y, desde luego, mucho más humanos...
Y se apodera de mi ánimo una conclusión lacerante: es preferible que los edificios religiosos del Patrimonio Histórico Español sigan siendo gestionados por el estamento eclesiástico.

7 comentarios:

  1. Es realmente una triste conclusión, y sin embargo pienso que quizás sea peor el remedio que la enfermedad

    PD: Me encanta tu cámara mágica, me tienes que decir donde la compras, a ver si con un poco de suerte aparecen en ella fotos de una vecina mía que está de muy ver

    Salud

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  2. Juas... A mí también me interesa esa sutileza que tienes a la hora de maniobrar con tu cámara.

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  3. será generacional o que yo siempre he sido mucho más anticlerical que tú, pero de ninguna de las maneras prefiero a los curillas que a las guías. ESas chicas quizá no entraron al trapo porque cobran o se ganan el puesto en prácticas en el yacimiento-obra, pero seguro que tienen más que decir de lo que tuvo munca en la sesera ninguno de los curas que he conocido. Mira que venirme ahora con lo de la España rural y el hablar con los paisanos...allá tú si te quedas con los obispos, ellos tienen muy claro que los no creyentes no existimos para nada. Yo, pleitesias, las justas, que ya tengo conserjes en el curro.

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  4. No te pases "Paleolítico Superior"; tu comentario me ha herido cual espada flamígera... La disyuntiva no es entre el clero y los licenciados en turismo, sino entre el poder eclesiástico y los círculos endogámicos próximos al poder político, Y mi propuesta es muy sencilla (y poco extremista): en asuntos de patrimonio cultural, titularidad pública sin gestión "privada"; es decir, titularidad y gestión públicas; y los curas a lo suyo.

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  5. Comentario de C. Bandera Gallego

    No sabía que las restricciones en el uso de las cámaras fotográficas se debían a la privacidad del dato , tenía entendido que el flash estropeaba los cuadros y las obras de arte, lo prohiben hasta en las cuevas , porque dicen pueden dañar a las estalactitas y estalagmitas. Claro que las normas están para saltárselas , porque si se hacen fotos, lo único que pueden hacer es avisar de la normativa y posteriormente si se insiste expulsar del rebaño al sujeto infractor por considerarlo un lobo que se ha colado entre las ovejas .Cicerone o cicerona, es una duda que estimo sería conveniente elevarla a consulta de nuestro nuevo ministerio de igualdad , que por lo visto tienen pensado renovar los géneros, solo si faltara, por supuesto, el género femenino, pues, por ejemplo la palabra artista puede seguir sin adoptar el masculino de “artisto”... no suena bien. Muy interesante y acertada la figura de Frida Kahlo encorsetada, me refiero a la figura literaria de comparación con la catedral, la cual observamos en las imágenes casi cruelmente apuntaladas. Puede que sea cierto, el mejor cuidador del patrimonio artístico de la iglesia sería ella misma, en base a aquel principio que, de alguna manera, gravitaba en la obra El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.En cierta ocasión tuve la oportunidad de ver en Amsterdam una iglesia gótica que había sido transformada en residencia universitaria: las naves laterales estaban divididas en pequeños rectángulos que cumplían la función de habitaciones, sirviéndoles de puertas los grandes arcos que aún sobresalían pese a que se habían intentado ahogar entre ladrillos, cemento y pintura blanca. Resultaba también curioso como en el baño de la supuesta habitación, frente al inodoro, se entreveía aún el zócalo poligonal que servía de base a una columna .El sagrario junto con el retablo, creo recordar, que no lo habían movido de su situación de origen, al igual que el altar mayor, este último lugar de reuniones de los estudiantes. Las altas bóvedas tampoco estaban reformadas, por lo cual se producía una gran resonancia que resultaba algo incomoda en las fiestas que se organizaban, ya que si se elevaba un poco la voz la reverberación se hacía evidente y se tenía que ir graduando el tono hasta conseguir el adecuado para burlar dicha resonancia, ...y la verdad que meterse en esas complicaciones en una fiesta en donde se intenta seducir o ser seducido ... no era agradable. No se, pero todo parecía algo extraño.

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  6. Para C. Bandera.

    El problema surge cuando desaparece el "uso ritual" o cuando el "uso ritual" debe compaginarse con el "uso cultural". La "doctrina jurídica" española (común con la europea)desde los tiempos de García de Enterría, establece que debe prevalecer el "uso" que interese a la mayor cantidad de ciudadanos (proporción), por supuesto, sin menoscabo de los derechos de las "minorías". Por desgracia, el desarrollo de la Ley del PHE se ha hecho pensando más en los intereses colaterales que en los de la mayoría de los ciudadanos; y en ese sentido estoy de acuerdo con Paleolítico Superior. Es absurdo que un sacerdote no atienda a los turistas porque no les interesa el hecho religioso sino el arqueológico. En este sentido podría contar mil anécdotas, algunas, incluso, impublicables por su gravedad. Recuerdo, por ejemplo, entre las "suavea" que tuve que levantar la voz en la catedral de Palencia para que me abrieran la cripta de san Antolín; recuerdo mil conflictos en la mezquita-catedral de Córdoba, los pagos irregulares en muchos sitios... En cierta catedral próxima a Madrid tenían un acetre de los siglos X-XI de paragüero en el despacho de cierto canónigo. Mucho me temo que, en general, el clero no tiene ni interés ni capacidad para gestionar el patrimonio monumental que aún controla, porque esa gestión presupondría implícitamente dejar en segundo lugar el "uso ritual"...
    Y espero que no repliques mencionando Las Edades del Hombre, porque las últimas exposiciones han sido eventos propagandísticos en el más puro estilo de Propaganda Fide.

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