sábado, 19 de mayo de 2018

El Museo íbero de Jaén

Acaba de ser inaugurado el Museo Íbero en Jaén, que ya ya ofrece una exposición bastante interesante sobre dicha cultura... en la actual provincia de Jaén. Pudiera parecer una magnífica idea crear un museo dedicado específicamente a los íberos... si estuviéramos hablando de Alemania o de cualquier otro país medianamente civilizado. Hacerlo en España más parece una excentricidad, si contamos que los restos materiales de la "cultura íbera" —sobre ello habría mucho que matizar— han aparecido en una zona muy amplia de la Península, que cubre el litoral levantino, buena parte de Andalucía y de lo que hoy es Castilla-La Mancha, etc.. Desde esos parámetros, sería "natural" que alguien dijeran ¿por qué en Jaén  y no en Elche o en Alicante? Incluso en el País Vasco... Si a ello añadimos los "condicionantes simbólicos, "que últimamente se han concretado en la última —por supuesto, penúltima— instalación del Museo Arqueológico Nacional, se comprenderá que la mente menos crítica pueda inferir la dificultad que entrañaría cualquier empresa concebida con la sana intención de ofrecer una imagen lo más nítida posible de "la cultura íbera" o, si se prefiere, de "las culturas íberas". No quiero ni imaginar lo que sucedería si a quien gestionara el Museo íbero de Jaén se le ocurriera "exigir" la Dama de Elche o cualquier otro objeto "relevante" de procedencia levantina o aragonesa. Tal parece que ni tan siquiera les está resultando fácil contar con piezas aparecidas en yacimientos de otras provincias andaluzas. Según dicen, está previsto que ingresen en el museo piezas de yacimientos "cordobeses" de cierta entidad...  Veremos.
En suma, en el mejor de los casos, seguramente el nuevo Museo Íbero de Jaén se convertirá en un gran museo íbero-andaluz; en el peor, en un museo íbero-jienense.


Al hilo de estas consideraciones, que seguramente habrán hecho los promotores institucionales, considerando la fragmentación taifa de la actividad museística española y teniendo en cuenta las condiciones del actual Museo Arqueológico de Jaén, me pregunto si no hubiera sido más realista haber concebido este museo como el nuevo Museo Arqueológico de Jaén. ¿Habré dicho una tontería?

El museo, de concepción arquitectónica espectacular, pero de dudoso gusto arquitectónico, fue inaugurado el 11 de diciembre del pasado año en situación anómala, porque no asistieron los autores del proyecto que ganó el concurso internacional, fallado en 2003. La idea generadora del edificio actual fue de Javier Maroto y Álvaro Soto, profesores de la ETSA de Madrid, hoy enfangados en un pleito surrealista con la Junta de Andalucía, que, de momento, sólo conoce sentencias contrarias a la entidad gobernada por Susana Díaz. Según los datos recogidos por la prensa, el desencuentro surgió cuando, en el proceso constructivo, hubo que afrontar acciones no contempladas en el proyecto inicial y derivados de la demolición forzada de los muros de la antigua cárcel en cuyo solar se estaba construyendo. Las obras realizadas para construir un aparcameinto en las inmediaciones causaron daños irreparables a lo que se deseaba conservar, para dejar testimonio de que allí hubo una cárcel de infausto recuerdo. Ante el desacuerdo entre los arquitectos y la Junta, ésta decidió rescindir el contrato a ETSA para derivar el encargo al estudio sevillano IDDIP Dirección de Proyectos, hoy, Eddea. Como el edificio apenas se había iniciado, el resultado final, el que hoy vemos, ha de adjudicarse a este último estudio... 
A lo mejor es una casualidad, pero que se sustituyera al estudio ganador por otro "local", es "sorprendente". Si además nos dicen que Javier Maroto y Álvaro Soto están ganando los pleitos puestos a la Junta, por lo que ellos interpretan que fue una decisión contraria a derecho, el asunto hiede peor que el sobaco de Atila.
En todo caso, sería absurdo discutir la espectacularidad del nuevo museo, al menos en las partes que puede ver el visitante del común. Pero no sé si su "diálogo" con el ambiente circundante es convincente; la contraposición de superficies que hacen pensar en planteamientos brutalistas interpretados en claves posmodernas, compaginan mal con un entorno urbano de escasa caracterización.


En la actualidad son accesibles unos pocos metros cuadrados del conjunto, dedicados a una exposición de título demasiado adaptado a los valores políticamente correctos de nuestros días: "Dama, Príncipe, Héroe, Diosa". En ella se puede contemplar una aproximación, a mi juicio bien condensada, a ciertos aspectos de la cultura íbera, a partir de unos cuantos objetos de interés excepcional. Ello debería ayudarnos a entender algunas cuestiones que han aparecido mencionadas en este blog con frecuencia...
A destacar, los relieves de las imágenes adjuntas, procedentes de Cástulo, que documentan la llegada de ciertos elementos ornamentales de raíz griega antes de la romanización. Seguramente realizados entre los siglos IV y III, garantizan la existencia temprana de unos influjos orientales que proporcionarían continuidad a un proceso histórico de conexión con el Mediterráneo oriental bien documentado desde, al menos, el Bronce Final.



También quisiera destacar la "urna de los guerreros" de la necrópolis de Piquia (Arjona), atribuida a la primera mita del siglo I a. J.C, que contiene elementos que hacen pensar en el doble sogueado que en tantas ocasiones ha aparecido en las entradas de este blog. No creo que existan razones para relacionar directamente estos detalle con los ornatos netamente romanos ni, por supuesto, con los bizantinos, pero es obvio que esa relación podría ser bocado de cardenal para los partidarios del formalismo. En todo caso, es de justicia indicar que, posiblemente por influjo griego, los motivos de desarrollo lineal son comunes en la cerámica íbera.

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