lunes, 24 de diciembre de 2007

Mark Wallinger, premio Turner 2007


Conocida la obra de Tomma Abts, mujer, alemana y pintora, a quien se otorgó el premio Turner en 2006, era difícil prever que este año el distinguido fuera Mark Wallinger, un personaje de tradición conceptual , eterno candidato desde los tiempos de Damien Hirst (el de los animales en peceras de formol y la calavera enjoyada). La elección se argumentó: por "su inmediatez, su intensidad visceral e importancia histórica".
Sabiendo que en este premio se valora la obra reciente, Wallinger es bocado de cardenal para la prensa reaccionaria y para quienes entienden que, en asuntos estéticos, ya está bien de hacer el oso… El chiste fácil casi es obvio en este caso, porque sus obras má relevantes son:
1. “Sleeper” (2004), que documenta una performance realizada en Berlín: Durante diez días se encerró en la Galería Nacional de Berlín disfrazado de oso. Creo que la “idea” pasaba por “ocupar”, con las vivencias propias del autor, un espacio recientemente sacralizado por una exposición con fondos del MOMA, que había tenido gran éxito de público.

 
2. "Estado Gran Bretaña". Mark Wallinger organizó en la Tate Gallery una réplica del montaje (especie de “campamento”) que en 2001 había construido en las calles londinenses el pacifista Brian Haw para protestar contra la guerra de Irak, y que fue desmantelado por la policía seis años después. La obra de Mark Wallinger ha sido valorada en 180.000 dólares USA.
El premio, dotado con 50.000 dólares, fue entregado excepcionalmente en Liverpool por Dennis Hopper, que, según mi buena amiga Puri, sigue viviendo de las rentas de haber dirigido una de las películas más oportunas y discutibles de la Historia del cine: Easy Rider, 1969… Y sigue Puri, que está a punto de acabar Bellas Artes y entiende mucho de arte actual:
— ¿Lo ves? Si ya te lo decía yo: los del la Tate (por supuesto, lo pronuncia con acento de Oxford-Serrano) se han vuelto locos. Consintieron aquella instalación y luego se premian a sí mismos. Mira, yo también estoy contra la guerra de Irak… como todo el mundo civilizado, pero todo tiene su lugar: las manifestaciones pacifistas se hacen en la calle, a las puertas del Congreso, por el paseo del Prado y en sitios así. Los museos son para otras cosas… Si el arte se politiza, no hay arte sino panfleto… Y hasta te diría que la obra de Mark (lo cita con familiaridad insolente) ha desprestigiado al mismísimo Brian Haw, pobrecito, convertido en carne picada para las hamburguesas del Hopper (como nació en Barcelona menudea contracciones anómalas para los de Valladolid).
—Visto así… —respondo entre bostezos y cambio de tema, porque hablar de política en ciertas situaciones reduce las posibilidades sexuales…
Pero en mi cabeza mariposean las obras de Goya, Daumier, Dix, Picasso y de todos los artistas de reconocido prestigio que incluyeron el factor político en el proceso creativo. Si el arte habla para todo el mundo, de las cosas que interesan a todo el mundo… Obviamente, no estoy de acuerdo con Puri… Pero, en este caso, tampoco con los criterios de la Academia Británica.
 

Cuando las normas sociales son tan celosas en la defensa de la propiedad intelectual, me parece insultante que los 50.000 dólares se hayan entregado a Mark Wallinger y no a Brian Haw. Me parece asumible que el reconocimiento estético y el incremento de cotización que ello supone recaigan sobre aquél, pero el premio en metálico deberían habérselo dado al pacifista británico, por razones obvias y, desde luego, para acreditar los derechos de autor… Llevamos casi cien años descontextualizando objetos, para que la “réplica descontextualizada” sea un mérito estético relevante; el mérito estético estaba en crear un espacio visual reivindicativo (con carácter de furúnculo para el gobierno británico) y mantenerlo activamente durante más de seis años.
Además existe otro importante argumento. Conocidos los perfiles psicológicos de ambos, no sé a qué dedicará el dinero Mark Wallinger, pero seguro que Brian Haw habría encontrado una finalidad más digna… como, por ejemplo, un museo estable dedicado al movimiento pacifista.

2 comentarios:

  1. Me gusta ver la palabra Dix.

    Por cierto, la foto de arriba, la del desagüe... muy sugestiva :-)

    Vera

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  2. Según el artista, sus intenciones son las de rendir homenaje a un comportamiento cívico ejemplar.

    Según fuentes de Internet” Lo cierto es que no significan lo mismo unas camisas marcadas por el rojo color de la sangre en un área (frente al parlamento) en la que está prohibido realizar protestas y en el sacrosanto y climatizado ambiente del museo donde «todo está permitido», porque acaso lo polémico está, de antemano, neutralizado.” El artista simplemente lo que hace es citar ese acto de protesta, mientras que la intención del pacifista Brian Haw era el cese de la guerra de Irak.

    Yo tampoco estoy de acuerdo con tu amiga Puri, es cierta la contradicción de valorar la obra en 180000 dólares y aun menos el premio de 50000 para el artista. No se si habrá ocurrido, pero creo que no, ya que estaría mas que documentado, que una parte del premio fuese a parar al pacifista (aunque el verdadero premio de la reconocida Academia tendría que haber sido algún comunicado al Gobierno de su país para la retirada de sus tropas de aquella guerra, y aun más para que se impliquen de verdad los países culpables de ella en restablecer una situación normal en ese país). Arte de nuevo de denuncia que parece que está teniendo tirada últimamente…mis más sinceros agradecimientos.

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