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Se han recogido alrededor de 170 obras de naturaleza variable, entre las que destacan unas pocas obras de Goya y algunas otras de diferentes autores menos valorados por la ciudadanía...
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Me han sorprendido dos cosas en este evento... La primera, el escaso "interés objetivo" de la exposición (seguramente el catálogo solventará las carencias en ese sentido y en otros detalles, como el da la supresión de los jesuitas), según mi particular juicio, que obviamente no se corresponde con el de otras muchas personas. Entiendo que centrar el estudio de la historia en las biografía de los "grandes prohombres" no es, precisamente, la más adecuada. Interpretar la Ilustración como un fenómeno supeditado a la voluntad de tres o cuatro "espíritus refinados" es, cuando menos, tendencioso, incluso, sabiendo que se habla de "Despotismo Ilustrado". En ese sentido, esta exposición parece anexo pobre a la que se realizó en el Palacio Real: Ilustración y Liberalismo, 1788-1814.
La segunda: en el montaje se ha empleado un sistema de iluminación propio de un oratorio, que dificulta considerablemente la visión de las pinturas y hasta la lectura de las cartelas. Es sabido que la luz estropea las pinturas, pero si se hace una "exposición" es obvio que los visitantes deben poder contemplar lo que se exhibe... Imagino que los señores académicos habrán pensado en mostrar el alma de las obras y dejar la imagen para cuando llegen los técnicos de Google...
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