domingo, 18 de octubre de 2009

Evolución: Arte y pensamiento

¿El arte creado? A raíz del texto : Lo útil.

Por Andrea López Montero


“El propósito de la utilidad es cumplir correctamente con la función por la cual ha sido creada”.
Dicha afirmación no creo que sea precisamente una respuesta amplia, sino el origen de las preguntas.
El arte surgió como respuesta a nuestra falta de funcionalidad, para dar sentido al sinsentido, en paralelo al pensamiento.
“La utilidad hoy en día depende de nuestro sistema socioeconómico… ¡pero eso no significa nada! Uno puede ser una distinguida personalidad en el ámbito medicinal y dedicarse toda su vida a recetar enemas.
Por el contrario, creo precisamente que ese es el principal problema: la creación y la difusión del arte se está limitando a la función que el sistema le permite o le provoca.
El arte no es un objeto que se pueda fabricar, habida cuenta de que abarca un concepto más amplio que el que se reduce a la materia (o al objeto artístico). Al igual que el pensamiento no es algo que se deba limitar y prefigurar con valores establecidos. Deben ambos fomentar la duda que despierte la necesidad de saber…y eso es lo que se controla.
El hecho de que el sistema haya marcado una función concreta y exigida al arte contemporáneo (y limitado al arte anterior, tachándolo de documento histórico incapaz hoy de generar una crítica en el presente) ha forzado al arte a una creación determinada, administrada por unos valores que coartan su capacidad de generar un conocimiento evolutivo.
Marina describe al artista actual como “frívolo maestro de la seriedad, que enseña moral desmoralizando, orgulloso con su papel de heraldo de la liberación”.
Se vende la libertad del arte actual y la del artista para decir, pero ¿Qué se le exige?
La receta actual ha de combinar un poquito de sublimación (con un sabor dominado por el Thanatos) aliñada de preocupación social, algo de regionalismo y minorías: a ser posible emplatada en un uso de la tecnología cutre como signo evolutivo.
Se le enmarca exclusivamente en una utilidad y el artista debe responder a la misma. Decía Elena: “debe impregnar aspectos de nuestra vida tal y como lo hace la imaginería popular” y “servir a la sociedad en la que vive en lugar de escindirse de ella “.
Y precisamente eso hace, lo que le han enseñado, lo que la sociedad consume… el servicio de facilitarles seguir con su vida actual, sin inquietarles realmente, siendo este el papel que se le ha otorgado y reconocido institucionalmente. La amoralidad queda subvencionada. Siendo este el papel del arte no hay cabida para que contribuya al enriquecimiento crítico.
La reflexión es dada por el propio creador, lo que sitúa al individuo en una posición pasiva: ya ha consumido su dosis de preocupación social y hecho gala de su alto nivel cultural, puede volver tranquilo a casa. Es lo oficial, y por tanto, correcto.
Ahora, ¿ es arte?.
El arte debe generar una crítica, no ser esencialmente una crítica. Debe general reflexión, no ser reflexión.
Hay una confusión entre el medio y el fin, cuando estos se confunden o equiparan bajo un mismo significado, entonces se genera discurso, entonces no hay arte, no hay experiencia artística.
Lo correcto al igual que lo útil se condiciona desde la sociedad, pero es accionado por el individuo.
El arte se entiende útil en el momento que permite al sujeto liberarse. Decía Russell que el intelecto libre es la principal máquina del progreso humano.
Pero si dicho intelecto se adormece mecido por el discurso y la autoridad no hay progreso. Porque si siempre te dan la comida masticada, no aprendes a masticar.
El arte correcto es por tanto el arte que permite liberarnos, en cuanto a instruirnos y no por el contrario, colaborar en el adoctrinamiento socioeconómico.

7 comentarios:

  1. "El arte correcto es por tanto el arte que permite liberarnos, en cuanto a instruirnos y no por el contrario, colaborar en el adoctrinamiento socioeconómico."

    Yo no entiendo esto. ¿ Dónde está el umbral de lo correcto ? ¿ Tiene algo que ver con la catequesis ?
    Podemos discernir la utilidad del arte como una pregunta real, pero dudo mucho de la eficacia que presupone saber ser "liberado" por este mismo. Eso es demasiado concreto; hasta el propio "adoctrinamiento" de nuestro sistema socioeconómico puede resultar liberador.

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  2. Ante la pregunta que sugieres en tu texto …
    “El anónimo que dejó esta maravilla en la red no nos deja discernir lo siguiente: ¿ qué es cumplir correctamente en el arte?”

    el umbral de lo correcto esta en exigirle a un objeto artístico “ cumplir correctamente con su función” es decir, que nos libere en tanto que nos lleve a cuestionar de manera individual y colectiva, dado que dudar permite evolucionar , es decir pensar libremente. El arte es correcto en la medida que es sincero con su función, con su categoría de arte. Es incorrecto cuando bajo el término arte no se libera al individuo (no se le lleva a pensar) sino que se le adoctrina, esto entra en conflicto con su propio origen, con su propia razón de existencia.
    Si el arte surgió como recurso para que el hombre se sintiese liberado frente a la conciencia de finitud y a la falta de destino, como sustento ante el trabajo, no solo como sublimación, no puede ser solo entretenimiento entonces es juego, ni solo reflexión, entonces es discurso. En eso considero esta el umbral de lo correcto.

    Creando un individuo inseguro desde la base de su educación cada vez más confusa y educándole en un egoísmo de intereses que evite cualquier agrupación social independiente al ámbito laboral, direccionándole a la soledad … no sé como el sistema puede resultar liberador…
    En cualquier caso considero que lo correcto es independiente a catequesis, que es o no correcto se sabe, otra cosa es que se olvide. Basta con pensarse en lugar del otro.

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  3. Pensar, o mejor dicho dudar, cuestionarlo todo, es liberador. Yo pienso que en ocasiones sí, y no se puede pasar una vida sin dudar y sin cuestionarse miles de cosas, y mucho menos aún sin pensar. ¿Pero hay que estar siempre en desacuerdo? ¿Qué ocurre cuando alguien sí que se siente a gusto con al menos una parte de ese sistema que parece que todos odiamos? Nunca nadie va a sentirse a gusto en él, pero puede ser que para alguien no se sienta mal siempre en él.
    No sé si me explico, respecto a lo que dices sobre:"Y precisamente eso hace, lo que le han enseñado, lo que la sociedad consume… el servicio de facilitarles seguir con su vida actual, sin inquietarles realmente." Facilitar a alguien seguir con su vida actual no siempre me parece algo negativo si alguien es feliz de cierta forma, el ser humano insisto, creo que aspira a ser feliz, y en ocasiones así se siente en momentos de su vida, que a mi personalmente me molestaría que me lo quitaran introduciendo más y más dudas en mi cabeza. Quiero decir, ¿se consigue realmente ser feliz forzando de continuo la duda y la incertidumbre? Podemos pasar la vida filosofeando sobre la vida y no vivirla realmente, y el día que muriésemos arrepentirnos de haberla estudiado y no disfrutado. Es obvio que el arte y la reflexión son plenamente necesarios, pero también creo que el arte es correcto de una forma u otra dependiendo del momento de la vida en que nos encontremos, cumple una u otra función. En ocasiones estaremos confusos y necesitemos reflexionar de verdad, en otras, nos encontraremos felices y solo queramos expresar algo increíble que llevemos dentro, sin mayores vueltas de tuerca.
    Y creo que estamos glorificando a los artistas y al arte de nuevo, hay gente que no necesita el arte para ser feliz y que ni lo entiende ni lo cuestiona para llevar adelante su vida, y sin embargo en otros aspectos de la vida, nos dan mil vueltas a los artistas en cuanto a reflexión. Y tampoco se necesita ser filósofo ni científico. Pensemos en cualquier persona, cualquiera, aún sin estudios, y si esa persona reflexiona o no, y si necesita al arte para hacerlo, o simplemente a su día a día y a su experiencia. Aunque quizá con esto ya me haya pasado si lo que se refería el comentario era exclusivamente a la forma de reflexionar del arte.

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  4. Estoy de acuerdo contigo, me refería en concreto a los requisitos que se exigen desde la critica oficial (la receta ) y que limitan al artista a crear.
    Expresar algo y transmitirlo al otro sin más argumentos, de forma directa. Por poner un ejemplo… una instalación que te haga sentirte de una determinada forma, o una película que te lleve a valorar el silencio desde distintos puntos de vista o qué se yo , una sucesión de imágenes que te hagan sonreír.
    Expresar felicidad y provocar felicidad y hacerte sentir bien. Es decir exaltar las sensaciones frente a la vida , tanto positivas como negativas pero desde una expresión real. No buscando el morbo que te eleve ante la critica solo por provocar.
    Pero en cambio, sucede que desde el posmodernismo te exigen curricularmente adaptarte a una serie de directrices que finalmente conllevan que el artista no cree para ofrecerse sino para formar parte del elitismo, haciendo lo que se le pide. A eso me refiero.
    El arte responde a una necesidad, ya sea expresar angustia o dolor, ligereza o pesadez, o placer. Es una válvula de escape ante las limitaciones diarias, no la única.
    El problema es que parece que hoy o haces ese arte comprometido con la corriente posmoderna (que desde la pedagogía artística se está proponiendo casi como lo único…) que te sitúa como arte de forma oficial, o para sostenerte acabas cayendo en lo artesanal… pintando paisajes.
    Que no quiero decir que esto sea lo único, serían los dos grandes extremos, pero planteo el hecho de que si incluso desde la educación artística no específica ya se está direccionando exclusivamente a esta creación, pueda acabarse con la creación de obras que dan sentido al arte.
    Es decir que el arte sea sometido absolutamente como una herramienta controlada para una reflexión concreta para evitar que haya una implicación del espectador activa y se logre una indiferencia ante los hechos similar a la que se da de cara a un telediario. Entiendes la reflexión del artista, la “aprendes” y la olvidas porque no te hace participar de todo ello, lo que te da no transciende de la visita a la galería, no te cambia. Lo consumes y sigues con tu día a día igual, sin que te haga sentir la necesidad de cambio sobre aquello que denuncia.
    Con lo que tampoco quiero decir que tras ver una obra de arte debas echarte todo el peso del mundo sobre tus hombros y sea eso lo correcto. Porque entonces no te libera, desde luego. Me refiero a que te vaya dando una visión crítica, activa, propia… ya sea para que tengas tu propio criterio sobre… la bondad por ejemplo, sin limitarse al concepto e integrando perspectivas. Pienso en la película Rompiendo las olas. No significa que uno no tenga un concepto propio de la bondad si el arte no hace que reflexione sobre él, sino sencillamente que el arte colabora en que vayamos evolucionando en el conocimiento sobre nosotros mismos y nuestro entorno, al igual que lo hace la experiencia con independencia al nivel cultural.

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  5. Por lo que explicaste ahora me siento de acuerdo contigo. El arte que primero nos enseñan es lo que llaman artesanía, que a mi personalmente no me disgusta como hobby, pero cierto es que no me hace reflexionar ni me cambia especialmente. Y después, cuando ya tenemos una edad como es nuestro caso ahora, nos meten sin parar por los ojos arte provocador, arte del morbo en cualquiera de sus aspectos, aunque no venga a cuento ni te enseñe nada, simplemente esta de moda. Las primeras vanguardias reflejaban un mundo cambiante al menos en su concepto, unos sentimientos nuevos en la humanidad. Sin embargo, hoy en día es muy moderno ir de alternativo incomprendido y provocador. La libertad y el todo vale en ocasiones es productivo, mismamente a nosotros nos suelen gustar los profesores que nos dejan desarrollar proyectos personales y libres, sin embargo, como casi todo donde se da demasiada libertad o donde se trata un ámbito es demasiado variado, llega la gente con morro y que aprovecha ciertas modas. Y es cierto que desgraciadamente muchos de esos tienen el poder y son los que determinan la élite.

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  6. Partiendo de las divisiones que se han hecho anteriormente y a raíz de los anteriores comentarios, creo que podríamos hablar en este momento de dos grandes grupos dentro del panorama artístico actual. Por una parte encontraríamos el arte “oficial”, enmarcado dentro de nuestro sistema sociocultural, político y comercial y por otra el arte “correcto” que tiene la capacidad de inspirar la reflexión, el análisis y el espíritu crítico de las personas. A estos dos grupos se le podría añadir un tercero, el de las obras puramente artesanales, aunque en mi opinión este grupo resulte más útil como fin que como medio.

    A raíz de este análisis y mostrándome de acuerdo con que no todo el mundo necesita el arte para reflexionar o existir y no todo el mundo es consumidor o espectador (esto lo dejo a vuestra elección) siempre de las mismas manifestaciones artísticas, ¿Dónde se encuentra la frontera entre las obras oficiales, tan de moda, y las que nos muestran un concepto del arte correcto?
    Es difícil establecer este límite, si no imposible. En tres años de carrera únicamente cuento con mi criterio personal y con unos pocos medios, muy pocos, que se me han proporcionado para tratar de resolver el enigma. Esta falta de información o medios me ha llevado a pensar, ¿qué es más fácil? Mostrar arte provocador porque sí, afirmando que es un producto que te hace reflexionar pero que solo resulta llamar la atención, o educar en un arte ambicioso en cuanto a necesidad de crear reflexión con uno mismo y con el medio en el que nos movemos, un arte que, como decíais, provoque en nosotros la necesidad de pensar, aprender y crecer.
    Evidentemente resulta más sencillo mostrar y sobre todo justificar un arte de las características del primero. Así mismo es más fácil y presenta menos complicaciones para el artista crear ese arte provocativo sin más que obras llenas de contenido que estén al alcance del entendimiento de todos y que permitan el pensamiento y la reflexión libre. Para el espectador común también resulta menos problemático enfrentarse a una obra que no le provoque planteamientos diferentes, pues además, está acostumbrado a que sean éstas las que se les muestren.

    Por lo tanto, no debería extrañarnos que el resultado de tanta complicación sea el panorama artístico en el que nos vemos envueltos hoy en día.

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  7. ¿Pero por qué necesitamos que alguien nos diga cual es el arte que se ha englobado como “correcto”? Esto es algo muy personal, a cada uno le impulsan razones diferentes (dentro de unos patrones generales para el ser humano, la supervivencia y esas cosas). Pero a la hora de encontrar algo en el arte cada uno percibirá algo distinto.. una obra que incite a reflexionar al individuo A no lo hará con el B. Teniendo más o menos claro cuando nos están vendiendo la moto creo que deberíamos enfrentarnos a las obras con una especie de ingenuidad, no se si me explico, un “a ver qué pasa”. No esto es arte correcto, me tiene que incitar a pensar, esto es arte morboso, me debe indignar sino dejarle a uno mismo sentir sus propias emociones y decidir si la obra es digna de admiración o no, si nos ha hecho rememorar o repensar, si se ha quedado algo de ella en nosotros, o nos ha incitado a indagar sobre ciertos asuntos.. cuando una obra es capaz de llegarle a una persona (de verdad, no porque esté bien visto) me parece un arte correcto. Y es que si es realmente es así, debería ser capaz de proporcionar reacciones diferentes, haciendo meditar al personal. Creo que me estoy perdiendo, lo que básicamente quiero decir es que no me parece necesario catalogarlo todo de “oficial”, “correcto”, etc.. y desechar algo mentalmente porque no pertenece a lo correcto.. ¡deberíamos dejarnos sorprender!

    ¿Nadie se ha descubierto alguna vez escuchando una canción que sabemos que ha sido compuesta para vender y vender y vender y.. sin embargo tiene una melodía, una frase, lo que sea, que hace que la disfrutemos igualmente? ¿Y es esto malo? Si somos conscientes de la realidad, yo creo que no.. tampoco debemos anular nuestros sentimientos bajo el influjo de la racionalidad que nos dice “esto es basura”.

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