sábado, 19 de mayo de 2018

Un proyecto familiar...

Et tu, Brute (Shakespeare, Julio Caesar)

Acabo de borrar un texto de cierta extensión dedicado a valorar los acontecimientos recientes de este país nuestro de charanga, pandereta, boina grande y barretina. Para tranquilizar mi necesidad expresiva, únicamente ofrezco al buen juicio del lector unos pocos renglones, que contienen la conclusión de un análisis seguramente reiterativo pero que puede hacer cualquiera:
Se diría que los líderes de Podemos, con la encomiable intención de proporcionar a sus hijos el mejor futuro posible, han decidido garantizar la "estabilidad económica" de España y esforzarse para que el próximo presidente de gobierno sea el señor Rivera, espejo preclaro de valores liberales.
Entre genéricos femeninos y formulas nominales para fieles aguerridos, a muchos se nos está quedando cara de imbéciles —no ya de tontos— y, francamente, la sensación es muy desagradable.

Imagen toma de la edición de El Plural de la rueda de prensa del 18 de mayo de 2018

7 comentarios:

  1. "...han decidido garantizar la "estabilidad económica" de España y esforzarse para que el próximo presidente de gobierno sea el señor Rivera...".
    Reconocer que en el fondo pedimos sacrificio a los políticos no sé si es liberador o para darse con una piedra en la cabeza.

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    1. ¿Sacrificio? Es una simple cuestión de prever las consecuencias de lo que se hace en un territorio político tan embarrado como el nuestro. Si tomas una "decisión personal" que, con el auxilio de unos medios de comunicación particularmente sesgados, puede ser entendida por un número importante de personas (de votantes) como una "afrenta inadmisible", sencillamente te has equivocado. Y en lo político, como en la publicidad comercial (la acción política activa mecanismos de conducta similares a los de la publicidad), una variación de un 5 % en el electorado puede ser decisivo para que el gobierno "tenga que ser" "de izquierdas" o "de derechas". Ya sé que la acción de cierta prensa invariablemente va a mover lo indecible para que Podemos no gobierne, pero si además les proporcionas "buenas cartas", las consecuencias pueden ser demoledoras.

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  2. Es indudable que ha sido una torpeza y me sorprende que la hayan cagado como lo han hecho. En caso de que no lo vieran venir esto les retrata como torpes profundos. Pero dudo que no se lo olieran. Lo que a estas alturas (de Podemos) explica esta situación (Y las que vendrán) creo que es un cierto cansancio y la toma de contacto con una realidad que es precisamente agotadora, o por lo menos, la calma chicha habiendo quedado (en parte) atrás el 15M. Creo que lo que se le debe echar en cara a Podemos en términos de falta de previsión es precisamente que no debieron depender de la supuesta ejemplaridad de un código ético que, con el paso del tiempo, nadie se saltase.
    Me parece necesario exigir análisis y previsión en la "práctica" política, y que un líder político debe ser cauto en la toma de cada decisión (faltaría maás!), por mínima que sea. Pero, hay que afrontar que (incluso) la construcción y el funcionamiento interno de los partidos políticos están profundamente determinados por "la irracionalidad" y por procesos más cotidianos de lo que la previsión por el fin político querría esperar. Es imposible llegar a prever todas las consecuencias extraídas de todo esto, y más con la atención interesada de los medios con Podemos. En última estancia, y presuponiendo como "buena" la decisión del partido de criticar ciertas actividades personales clasificables como "casta", sólo nos quedaría esperar de "nuestros políticos" su sacrificio personal. Es decir, quedaría exigir (como parte de los Anticapitalistas del partido exigen) que Pablo Iglesias sacrifique sus necesidades personales (por justificadas que sean) en favor de la causa.
    Puestos a pedir capacidad de predicción, por qué no pedir capacidad de predicción con respecto a la futura falta de capacidad de predicción.

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    1. Ja, ja. No saques las cosas de quicio porque es una cuestión elemental... Conseguirás que me vea obligado a reconstruir el texto inicial. Tanto Irene Montero como Pablo Iglesias son profesionales del, en ocasiones, difuso universo de las Ciencias Sociales, donde llevamos demasiados años especulando (repito, especulando) con el potencial científico de casi todas las disciplinas en él incluidas. Sin embargo, por encima de los debates alejandrinos, hay algunas cuestiones bastante claras, sobre todo, si tienes en la cabeza la pretensión de acercarte (he dicho acercarte) a un cierto conocimiento científico. Por ejemplo: no caben muchas dudas de que si cualquier forma de conocimiento no es capaz de formular leyes, es decir, de predecir fenómenos, no es conocimiento sino especulación.
      A mi juicio, uno de los problemas de Podemos es que sus líderes no han sabido o no han querido salir del nicho endogámico original, seguramente porque les parecía mejor tener el aparato controlado que arriesgarse a culminar en un partido infiltrado hasta en las letrinas. Y es obvio que esa disyuntiva respondía a un problema real… La contrapartida era (es) la que se aprecia con claridad desde hace tiempo: se ha consolidado una estructura muy similar a la de los partidos tradicionales, de corolarios poco edificantes respecto de las exigencias éticas iniciales; incluso con fenómenos especialmente poco edificantes: ¿No existe en Podemos una persona mejor capacitada para ejercer el cargo de portavoz que Irene Montero? No creo que tenga la capacidad comunicadora de Evita Perón, sin ir más lejos. ¿Qué consecuencias electorales tiene esa “anomalía”? Desde los intereses electorales, ¿en un partido político, es conveniente que las dos cabezas de mayor rango duerman en la misma cama?
      Desde las circunstancias que explican el éxito social inicial de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero, si realmente desean substanciar una alternativa de poder, deberían tener más claras las consecuencias de sus actos, también —muy especialmente—las del plano personal. Pero a la vista de cómo han afrontado la solución del conflicto, da la sensación que ni se lo han planteado… La solución no va a salir de un plebiscito que, salvo intervención de los hados capitolinos, reforzará sus errores estratégicos. Y de ahí brota una pregunta inquietante: como no creo que sean imbéciles, ¿realmente tienen interés en alcanzar el poder o sólo tienen la pretensión de estabilizarse en la profesión política?

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  3. Confieso que al comenzar a leer la entrada del blog me lamenté de que decidieses publicar la versión corta sobre un asunto complejo y que parece que su verdadera comprensión se encuentra muy lejos de lo que se puede leer en los medios. Aquí hay alguien que leerá con interés esa reconstrucción del texto que a otros pueda parecer evidente.
    Si he entendido bien, creo que defiendes que parte de las causas de que Podemos no tenga el éxito que "el momento histórico actual" permite (incluso a pesar de los medios) tienen que ver con esa estructura que ha adquirido que es semejante a la de los "viejos partidos" porque precisamente no permite que otras ideas y otras posiciones se lleven a cabo.
    No sé si lo he entendido bien. De haberlo hecho, en un momento dices que era un problema real el de la posible infiltración y que es por esto por lo que se cierra y produce esta situación. Si esa infiltración no es deseable, ¿cómo podría haberse llevado a cabo? Porque parte de lo que argumento yo tiene que ver con la imposibilidad de una apertura acusada, de una estructura más sólida, posiblemente más opaca, pero entendiendo precisamente que la función del partido es hacer virar la política del país hacia un espectro que el PSOE abandonó hace mucho tiempo.
    Y sobre la relación con las ciencias sociales desconozco todo. Pero entiendo que es cuestión de leer sobre filosofía de la Ciencia?

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    1. Sobre lo de las Ciencias Sociales... Ha pasado algo parecido a lo que sucede con los partidos de izquierdas... en todo el mundo. La obsesión movilizada por las universidades norteamericanas de la posguerra —teñidas ideológicamente con matices libereales— derivó muy pronto en situaciones de sainete, que se reprodujeron en la órbita del pensamiento posmoderno. Recuerda el caso de Sokal. En Filosofía de la Ciencia, pero sobre todo en la práctica científica, es primordial que existan un objetivo propio, un método específico con un sistema de contrastación operativo y claro y, sobre todo, que los estudios culminen en la formulación de leyes (capacidad de prever fenómenos) que, a su vez, abran la posibilidad de poner en marcha el sistema de contrastación para que, cuando sea necesario, se articulen nuevas leyes y, si es preciso, nuevos "métodos específicos". Esta dinámica, descrita a brochazos gruesos, es el fundamento del carácter dialéctico de la Ciencia. Si hablas con un químico, con un ingeniero aeronáutico o, incluso, con un médico, advertirás que para ellos ese carácter dialéctico es una obviedad. Sin embargo, no sucede lo mismo en las Ciencias Sociales, donde según los métodos que en cada momento estén de "moda", puede suceder que sea prácticamente imposible establecer criterios de contrastación. Para resolver ese inconveniente, los más puristas apostaron por metodologías que, con frecuencia, desbordan en sus limitaciones la complejidad de los problemas a tratar. Es lo que seguramente le sucede a la señora Montero como a muchos otros psicólogos, que no quieren saber nada de “asuntos de motivación” porque los métodos de contrastación de los modelos más “eficaces” a la hora de explicar fenómenos y preverlos, son difíciles de contrastar. En definitiva, en las actuales Ciencias Sociales —las que se emplean en casi todas las universidades del mundo— anteponen la necesidad de contrastación a la capacidad de formular leyes. Y ello se ha llevado hasta tal punto que es difícil encontrar estudios (sociológicos, antropológicos, de historia, etc.) que salgan de cuestiones excesivamente restringidas (detalles puntillosos o muy particulares) y que vayan más allá de confirmar hipótesis que, por lo general, son obviedades o chorradas monumentales. Y cuando salen es para reforzar tesis de “los grandes santones” como Bauman, Lacan, Gadamer… Gómez Moreno, etc., aunque se haya puesto de manifiesto que muchas de sus tesis son fruto de apreciaciones muy desenfocadas, de metodologías carentes de linealidad lógica o, incluso, de plagios descarados (Bauman). En todo caso, la cohesión de ciertos juicios es tan fuerte que cada vez son más numerosos quienes entienden que las Ciencias Sociales, en sus vertientes académicas, se han convertido en feudos dogmáticos sobre los que se ha cimentado la famosa “post-true” (por supuesto, en la vertiente culta).

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    2. Sin embargo, algunos, desde posturas ideológicas alejadas de los paradigmas posmodernos, entendemos que se debe propugnar lo contrario: apostar por mantener la capacidad de previsión aunque se sacrifiquen criterios de rigor metodológico. Seguro que te imaginas las ideas, desde las que encajaría bien esa relajación metodológica… y supongo que te imaginas los efectos de ese clamor en el desierto.
      Sobre el asunto Podemos… ¡Claro! “Todos” sabemos que uno de los problemas más serios que tenemos en España, especialmente, en ambientes de gran relevancia social, es la endogamia. Si realmente quieres hacer un planteamiento político de gran calado, deberás afrontarlo y apostar por una fórmula más abierta sin hacer trampas. ¿Cómo se podría haber resuelto el problema de “los infiltrados”? A mí se me ocurren algunas cosillas, pero todas incompatibles con el modelo “asambleario” de Podemos. Por ejemplo, poniendo en marcha mecanismos que busquen e integren en sus cuadros de gestión a profesionales de acreditada capacidad… que no tienen por qué ser “de reconocido prestigio”, incluso, aunque sean de ideologías “poco gratas”. Supongo que imaginas por dónde voy...
      Sobre lo de recuperar el texto inicial… o plantear un análisis más detallado: tal vez en otra ocasión, cuando no me sienta tan decepcionado con los acontecimientos circundantes.

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