lunes, 5 de mayo de 2008

¿Preprogramación social?

Por Ignacio Navas Garijo


Una obra de arte, es una prostituta, elegante y bella, en la época en que los poetas, estaban aun malditos, tal vez se buscaba el disfrute estético, de una manera romántica, una especie de forma de vida, enamorarse del arte, “el arte por el arte”. Aunque el ambiente del arte “de vanguardia” se movía en ambientes de ese estilo, la bohemia parisina, por ejemplo. Quienes buscaban esto, consumían arte, podría decirse que era la “elite intelectual que se alimentaba de arte”. Ahora, con el estado del bienestar se “nos asegura” las primeras necesidades de la pirámide cumplidas (a la mayoría), así que, junto al concepto de separar trabajo/ocio, todo va rodado…
 
Hablando en perfecto castellano, obviando las explicaciones que pueden culpar a alguien/algo, damos por sentado que la sociedad avanza y cambia, así pues, se encuentra con otras necesidades, saquen sus conclusiones (tal vez con el ejemplo de la lectura como ocio intelectual se entiende mejor, fenómeno Dan Brown), pero es sencillo:
Intelectualidad = Alta categoría social = Bueno. Arte = Intelectualidad.
No podemos ir de paletos por la vida (miento, mejor dicho sería “debemos parecer cultos por la vida”, autosatisfacción), así que vamos a los museos a sentir nuestro ego “inteligente” alimentado. Los museos se convierten fácilmente en un zoo (o un circo, depende de la institución) Vamos ahí a ver a los animalitos, sin mayor interés que pasar una tarde entretenida con agradables efectos secundarios.
¿Experiencia estética?

Cualquiera tiene una experiencia estética contemplando un urinario... Eso de que una obra de arte se plasma en la materia gris del receptor, no en la retina (por no hablar de la historia de la elección) no suele ser muy conocido (siempre hablando desde el grueso de gente que entra a un museo) y creo que no me equivoco cuando digo que gran parte del arte actual nada en ese río, es cuestión de tiempo que la gente lo aprecie (o mejor dicho, que el sistema lo adapte)…Pero hoy, se podría decir que la mayoría de gente no tiene ninguna experiencia estética, ni aun en museos ilusionistas… Las frasecitas típicas las conocemos todos. La panacea puede ser el estudio de la obra y del artista, pero claro, no podemos pretender que los museos sean un club de “a ver quien sabe mas”… ¿No?Pero en cambio, a todo el mundo le gusta el arte, compruébelo, vaya un día en el Caixa Forum, cerca de “ese circulo de piedras”, contemplando la cara de la gente sirve para salir de dudas, y luego su correspondiente cara en el Prado, pero esto no es nada nuevo… Dicen, que prefieren “otro tipo”.
Lo mejor es que, el mercado ya ha absorbido esto (ya se apuesta por la contemporaneidad como fuente de ingresos), los museos nos regalan explicaciones, que a veces (solo a veces) van mas allá de las anécdotas biográficas del artista, pero esto solo sirve para realimentar la espiral.
Por otra parte tenemos el problema de la devaluación la palabra “Arte”, Solo hace falta encender la caja tonta para comprobarlo. El arte se ha popularizado, cualquiera tiene acceso a el (cosa buena), pero claro, cualquier cosa que parece que tiene esfuerzo, es arte… cualquier cosa que se le parezca, de lejos… es arte (y no esas horribles creaciones que hay en los museos, por supuesto).Pero claro, la gente no se para a investigar sobre que significan las cosas, “todo pasa por el aro”, pregúntenles a sus vecinos a ver que ocurre… A ver si te pueden decir de que trata el arte de hoy en día, o para que sirve.¿Alguien es capaz de decir, no me gusta ningún tipo de “arte”? ¿Educación?

Volvemos al os museos, ya hemos aceptado el disfrute ficticio autoinducido, hablemos de efectos colaterales… Merchandising de Van Gogh (que gracioso el peluche de un tipo sin oreja… a ver cuando hacen uno de Rothko y su agujerito), aunque esta parte no es sustancial, dejémoslo en graciosa…
Lo importante es que el arte se usa para otros fines, hablando de capital judío y catedrales creo que todos nos entendemos, por poner un ejemplo, sobran las explicaciones.Al pocker se juega siempre por debajo de la mesa… ¿Qué valor tiene esto? ¿Los artistas tienen derecho a una compensación por ser la base de semejante motor? ¿Los artistas quieren serlo? ¿Pueden evitarlo? ¿Seria razonable evitarlo?Nos encontramos con que “el arte” vale más que una persona, pero parece que así están las cosas, si destrozas una obra, pagas mas que si matas a una persona… en el trafico de esclavos me pregunto como andaría el precio (comparen cuanto puede cobrar alguien a lo largo de toda su vida, en un trabajo honrado y remunerado, claro, y cuanto vale el Pollock #5).Quien no quiera que siga así, le aconsejo no pagar la entrada de los museos (o revindicar el derecho de estudio de las obras, a ver que pasa), o tal vez lo mejor seria un cambio del modelo económico, aunque evidentemente mantener las obras tiene su coste, por no hablar de la seguridad, estudio y restauración. Pero según como se mire, las cosas no van tan mal, un poeta cubano me dijo una vez que la mierda es ambidextra, dejémoslo entonces en el análisis, al menos de momento. Pero lo que hay que tener claro es que el precio del arte, lo ponemos nosotros, no los expertos ni los galeristas.
Voy a intentar explicarlo fríamente, en términos de sistema:Si tenemos algo que nos hace incrementar los ingresos de una institución en X, ese algo, ¿cuanto vale? ¿X?Traspasemos este paso a una persona, somos empresarios y una persona nos hace ganar Y, ¿cuanto vale una persona si le damos una patada a la conciencia de la moral? Claramente: Y. (Otra cosa es lo que le paguemos).Si dirigimos económicamente un país, y tenemos que desechar una cosa ¿Esta claro, no? Recordemos que hemos hecho con la moral, es duro decirlo así, pero es la mejor forma de verlo claro. (Luego esta el problema, que si nos cargamos los engranajes, el reloj no sirve para nada, tal vez por eso se usa la moral)
Si al final, el arte encaja en cualquier sistema político, de una manera u otra… hagamos memoria… ¿Percepción no voluntaria? ¿Arma infalible y letal? ¿Cuánto vale nuestra querida prostituta?

Entonces ¿El arte es inútil? ¿El arte por el arte?
A estas alturas creo que ya hemos abandonado la idea romántica (aparte de las inocentes concepciones del arte) de que la mayoría de personas que van a un museo tienen realmente una experiencia estética, con algo de suerte, algo les llegará a la retina, pero como ya he dicho, el arte hoy parece jugar en la masa gris, y siempre hablo de arte contemporáneo. ¿De que sirve decir? “Que bonito” o “Que bueno como juega con la percepción humana para lograr tal cosa”, es absurdo, no ocurre nada, resumiendo, ¿de que sirve tener una experiencia estética retiniana (o mental, si no se le saca provecho)? ¿De que sirve algo si no nos hace nada? Este caso mas claro de la trascendencia que busco se ve con la filosofía, ¿Acaso no ha cambiado el mundo algún filósofo bigotudo? Esto lo tratare mejor, en el siguiente artículo.¿Para que se crean exposiciones entonces? ¿Qué interés tiene que todos podamos ver la obra de Picasso así, de golpe? ¿Qué sentido tiene ir a verla? Es una fuente de dinero interesante, pero esto ahora eso no me interesa, nos interesa el porqué. A nivel personal: ¿Para que vamos a verla? ¿Contemplación autosugestiva de una divinidad?. Si nos podemos a estudiar la obra, sea como artistas, expertos, o aficionados a la pintura (como lenguaje), entonces si que tiene su utilidad, a estudiarla y sacar provecho como cuervos, pero la mayor parte de gente, no va por este camino…¿Por la gente es atraída a algo que no comprende en ese momento (hablando de arte contemporáneo)? ¿Hacia algo que no puede atrapar? ¿Sublimidad? ¿Disfrute estético? ¿Ocio? ¿Educación?




Volviendo a las catedrales faraónicas y sus efectos ¿El arte se crea para provocar todo esto, o todo esto lo provoca el arte? Se pueden dar los dos casos, el primero creo (espero) que es muy minoritario, digamos que el sistema actual adapta el arte a si mismo (le da cierta utilidad como decía antes) De una manera u otra, nos guste mas o menos… creo que prima lo segundo. Pero claro, al artista, ¿que le interesa?, ¿hago lo menos posible y gano lo mas posible, hago un cagarro, lo llamo arte? ¿Hago desnudos artesanos constantes e insípidos? si nos acusan, esto tiene un gran tiempo gastado detrás, y mucho virtuosismo técnico (dando por hecho que si, claro), por ese camino no nos cogerán… Pero tampoco podemos pretender defenderlo como “Arte”…
Lo que no hay que dejar pasar, es que al artista tal vez le interesa este arte zoologico, se establece una dualidad dinero/interés conceptual, que juegan por separado en distintos grupos sociales… Pero ya he dicho que no quiero adelantar acontecimientos.Pensando, que “todo vale”, que nos estafan, que todos son enchufados, solo tenemos un pensamiento muy infantil… otra cosa es que haya desnivel temporal entre países, pero eso no importa ahora, hablo de la cima del triangulo. En el arte, no se hacen movimientos estúpidos, ni por la parte de los críticos, ni por la parte de los artistas, ni por la parte de los compradores (a partir de un volumen de dinero considerable)… esto creo que se olvida a menudo… Tal vez haya que repasar el tema de las expectativas, que la palabra “Arte” genere tales expectativas es lo interesante… los ingredientes perfectos para convertirlo en un Mass Media, también hablaré de eso en profundidad.




Hemos llegado ya al punto interesante, la palabra “Arte”, y así, podemos volver al principio… ¿Es todo una cuestión cultural? ¿Al final algo adquirido culturalmente va a mover tanto dinero? Si nos ponemos paranoicos, podemos decir que el arte es un gran engaño que nos hacen para sacarnos dinero… seria gracioso. ¿Experiencia estética?. Discutan…




El artículo era demasiado largo y pedregoso, así que he decidido separarlo en dos, en la segunda parte, lo intento ver desde la perspectiva del creador, a ver que pasa… probablemente, sea algo más opínico que analítico… y espero que concluyente, ya que ya he presentado muchos temas que tratare de matizar.
Se que no he hablado del coleccionismo privado (donde hay parte de inversión y parte tal vez de experiencia estética real, de vida privada), hablo siempre del grueso institucional del mercado, del arte para la gente de a pie… Pero en fin, tras dejar tantos cabos sueltos, creo que tengo una respuesta:
¿Preprogramación social?

2 comentarios:

  1. Gran articulo que aborda muchos de los aspectos debatidos en clase y engloba mucha parte del temario de la asignatura de Bases Didácticas. Algunas de las preguntas que se exponen y de las opiniones que plasmas son dignas de reflexión.

    Destacas que el arte parisino; bohemio de la época, fue el ambiente artístico que imperaba en esa época porque como ya hemos visto, el arte va ligado a la situación social/cultural de cada periodo. Actualmente, esa forma de vida no es considerada como el ambiente reinante, pero aun así sigue siendo una forma de vida. La motivación implícita en el ser humano, las exigencias del ego, son en muchas ocasiones esas formas de vida, y aun más si la persona en cuestión es de las que intentan dar la espalda al sistema y se encuentra “necesitado” de alternativas.
    Enfatizando en el arte actual, podemos crear comparación entre los precios de las obras y los sueldos de los futbolistas. Arte al igual que fútbol solapándose como uno de los ápices fundamentales del capitalismo, el entretenimiento/consumo/sensacionalismo (con grandes diferencias obviamente). Eso es lo que quieren difundir magnates del arte contemporáneo, como los del Guggenheim, Arte = Entretenimiento = Distracción ante los verdaderos problemas (y ya de paso sacando tajada en ciudades como Abu Dhabi) Guggenheim = Campo de fútbol (hablando en términos arquitectónicos, cada vez mas futuristas y extraordinarios perceptivamente hablando). Es cierto que el precio del arte lo ponemos nosotros aunque también cierto que está amparado y tolerado por los mandatarios, al igual que el dinero desorbitado que vemos cada día en medios de comunicación dentro del mundo del fútbol. El arte por tanto, se ha convertido en un motor más del sistema, en el que se apoya, ahora los artistas juegan a ser Dios conmocionando nuestra mente con artimañas que tocan esos mecanismos de preprogramación genética.

    El arte actual, lo incluyes solo en círculos elitistas, cosa que discrepo, ya que, como marca la globalización, se intenta llegar al máximo público posible (globalización mercantil), por tanto, el MOMA Art como yo lo llamo, plantea sensacionalismo en la “sociedad no elitista”, y admiración en la “sociedad elitista”.
    Hago un inciso en mitad de este escrito para diferenciar y definir, según lo hace un libro que recomiendo (En busca de un nuevo orden – Ralph Dahrendorf) estos dos términos y como han jugado su papel en la implantación, evolución y en su situación actual. Se plantea, con la globalización (eliminación de los estados/naciones por una forma de gobierno más efectiva) se intenta la aparición de un sistema o mercado económico común, pero al mismo tiempo se creó un mercado denominado de economía sumergida como es el caso de las mafias de narcotráfico. Además iba ligada la multiculturalidad, (que todo el mundo conociera la cultura de los otros) pero lo que se ha conseguido, sobre todo por el efecto de la inmigración, es que en las grandes ciudades multiculturales como Londres, existan varias culturas pero realmente separadas en diferentes barrios. Relacionándolo con el mundo del arte, cuando se pone como excusa la globalización o la incentivación de multiculturalidad como en los casos de Abu Dhabi o la puesta en marcha de la globalización estética para monopolizar la experiencia.
    ¿Hasta que punto nos quieren vender el término multicultural para hacernos pensar que quieren que el mundo entero visualice el arte de los demás?
    Siguiendo con esta idea de globalización, la idea actual de museo se adapta a dicho término. Poniendo el ejemplo de la exposición de Picasso, los diferentes “consumidores” que nos podemos encontrar son: estudiantes y personas conocedoras de la evolución y vida artística de Picasso, gente no conocedora, y gente no conocedora pero guiada e informada para contemplar y comprender la exposición. En todos los casos sublimación, aunque de diferentes tipos.

    ¿Nadie posee una experiencia artística en la época actual? No creo que sea así. Precisamente al poseer cierta experiencia, somos capaces de ser críticos con lo que percibimos, tener una opinión personal propia.

    ¿Por qué las exposiciones? Interés institucional, por haberlo, lo hay, pero bienvenido sea poder tener la obra de Picasso a unos minutos de casa, ya sea por auto remuneración intelectual o consumista. Quizá el sistema en el que vivimos también se sostenga en esta base, el Reina Sofía nos parece algo que nos sirve de sublimación, el propio sistema actúa de tal manera que nos ofrece ”consumo gusto” con esa finalidad, acercándose al extremo ya hace bastantes años, basándose en una automatización severa de la sociedad para ser simples piezas más del puzzle, con un salario paupérrimo, donde apenas tenemos unas horas la fin de semana para desligarnos de él y de nuevo caer en sus redes; el consumo alimentando este circulo vicioso. Interesante el libro Utopía de Tomas Moro en cuanto a este respecto.

    Varios matices de la evolución artística:
    Bohemios parisinos --- Necesidad de un modelo de vida.
    Arte conceptual ---- Aprovechamiento del modelo freudiano para poseer la sublimidad y “poseer” la mente de los espectadores
    Consumismo ---- Publicidad Cranach
    Exposición con un perro muriéndose
    Exposición con un hombre muriéndose
    Como nos muestra Kuspit en el Fin del Arte, la obra Homenaje a Nueva York refleja este pensamiento (curiosamente dentro de este movimiento).

    Las altas instituciones se encargan de comprar nuestras sublimaciones, entramos en la sociedad del conocimiento, pero no tenemos en cuenta que ellos son más poderosos (gracias a su poder adquisitivo, como dice Andrea, ya que es el verdadero trono del rey) y siempre obtienen ventaja ante la sociedad que sostiene el sistema, así que ese conocimiento es jugado a favor de ellos, ¿se han leído por tanto el modelo freudiano? Lo tienen más que estudiado. Comprando esas necesidades que nos exige el ego y por tanto mercantilizando nuestra vida; solo la creación artística no nos hace partícipes del consumismo y por tanto nos hace estar al margen del sistema (siempre y cuando se jueguen bien las cartas, ya que en un mero suspiro y sin darte cuenta puedes estas ligado a ellos). Si al final acabamos siendo creativos artísticos de profesión acabaremos siendo un producto más para otro numeroso grupo de gente que necesita del consumo para autosatisfacerse. Creatividad no vendida a instituciones como en el caso del Desyellow, a pesar de intereses especulativos que pueda haber detrás de la reapertura de estos lugares. Iniciativa alternativa de arte, que está sujeta a los grandes magnates y que a su vez desafían al sistema, una vía de escape de la que se intenta explotar por otros caminos pero que lo directo causa efecto sublimacional sin tener que desembolsar dinero y que inspira esa creatividad en el espectador, juego peligroso a lo que se exponen políticos/magnates. Al respecto de esto, es normal que se haga hincapié en “planes Bolonia” y cualquier forma de desaparición de lo artístico como pedagogía.
    Lo cierto es que no poseo mucha información acerca de los departamentos pedagógicos del Thyssen o del Guggenheim, pero ¿No estará todo unido con la globalización antes planteada?

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  2. Arte, clases sociales, modelos sociológicos, "simulacro", etc. Para desarrollar el asunto planteado por Nacho, merece la pena seguir la pista a R. Barthes y a Pierre Bourdieu y, en especial, su idea de "habitus". También es recomendable leer las cosas de Jean Baudrillard, a mi juicio, mucho más vigentes.

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