miércoles, 8 de abril de 2015

Algunas piezas de la catedral de Tarragona

En la visita turística, además del recorrido catedralicio, ofrecen un diminuto "museo" de instalación manifiestamente mejorable, donde podemos ver varios objetos de relativo interés. Lo más sobresaliente es, a mi juicio, la placa califal, de reducidas dimensiones, que estuvo en el claustro y que es relativamente difícil de explicar en tierras catalanas. Contiene una inscripción que añade poco a lo habitual en la epigrafía andalusí de mediados del siglo X:

"En el nombre de Dios, la bendición de Dios para el siervo de Dios, Abd al-Rahman, príncipe de los creyentes, Dios prolongue su vida. De lo que ordenó hacer bajo la dirección de Yafar, su oficial y liberto en el año 349 (960)"


Seguramente este Yafar sea el mismo personaje que, años después, en tiempos de al-Hakam II, aparece mencionado en el mihrab de la mezquita mayor de Córdoba; muy probablemente, este Yafar fuera uno de los personajes más influyentes en el desarrollo de la estética califal.
Es probable que se trate de una pieza tallada en Córdoba y trasladada a Tarragona, tras la caída del califato, antes de la construcción de la catedral, en el contexto de la diáspora que padecieron gran parte de los restos de las ciudades palatinas (al-Zahra y al-Zahira). En tiempos "históricos" aparecieron restos cordobeses en Sevilla, Toledo, Torrijos, Segovia, Valencia... Pisa, Fez, Marraquech...
El arquillo conjuga tres de los elementos más comunes en la ornamentación arquitectónica de aquellos tiempo, ya fuera sobre madera, mármol, yeso o pintura mural:

  • Ataurique o retículas vegetales organizadas mediante la seriación de motivos derivados (por lo general, estilizados) de la tradición grecolatina.
  • Estructuras geométricas, en este caso, configuradas mediante entrelazo.
  • Epigrafía en caracteres cúficos, como será habitual durante el siglo X. En los siglos posteriores se impondrán modalidades más "barrocas".

Al arco nos indica hasta qué punto los artífices cordobeses del siglo X intentaron recrear el universo ornamental grecolatino, prestando especial atención a las fórmulas de época bizantina. Con ello contribuyeron decisivamente a conformar una concepción estética que, con escasas modificaciones, se mantendrá prácticamente inalterable hasta nuestros días en buena parte del mundo islámico.

Me pregunto qué finalidad tiene el resalto colocado en el suelo del "museo" delante de la placa. Acaso fuera concebido para evitar que el público se acerque demasiado a la pieza, pero lo cierto es que nada ni nadie impide subirse… También me pregunto si ha merecido la pena trasladar la pieza desde su emplazamiento original, que informaba de la estimación que pudieron tener de este tipo de elementos en tiempos medievales; ahora sólo es una pieza de museo, que apenas informa al viajero de sí misma y la instalación museística no permite contemplarla mejor que en su emplazamiento anterior. Y me pregunto si no mediará voluntad de desvincular la catedral de Tarragona de "lo hispnaoislámico"...

Relieve atribuido a época visigoda
También merece la pena destacar el sarcófago de Apolo y las nueve musas, confeccionado en mármol de Carrara, hallado en la capilla del Corpus Chisti, y que, según la cartela correspondiente, pudo ser realizado en los alrededores del  año 200 d. C. No se cuenta entre lo mejor de aquellos años, pero tiene su gracia. Asimismo cuentan con algunos fragmentos sueltos de interés irregular, entre los que destacan un disco de capitel compuesto y un trozo de placa (¿cancel?) atribuido a época visigoda, que seguramente corresponda a tiempos anteriores.

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