viernes, 17 de abril de 2015

Un alarde tecnológico

El museo hostil nos ofrece como obra invitada el San Juanito de Miguel Ángel, perteneciente a la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. La página del museo dice:

"En un acto de vandalismo cometido a comienzos de la Guerra Civil, en julio de 1936, la escultura quedó rota en pedazos y la cabeza fue quemada. Solo se pudieron recoger catorce fragmentos, el equivalente al 40% de su volumen original. El delicado y complejo proyecto de recuperación de la obra empezó en 1994 en el Centro de Restauración de Florencia (Opificio delle Pietre Dure). Se utilizaron para ello métodos novedosos, como el uso del láser para limpiar la superficie negra y abrasada de la cabeza, o la reconstrucción virtual en 3-D de la escultura completa basándose en fotografías tomadas poco antes de su destrucción. Una vez montada la estatua con los fragmentos originales de mármol, se integraron las partes perdidas, realizadas con fibra de vidrio y luego estucadas, entonadas con témpera y selladas con cera y barniz. La escultura recuperada fue presentada al público florentino en 2013."

Imagen del Museo del Prado (levemente girada y recortada)
Al contemplar la obra, me ha parecido estar en una capilla de reliquias, como la de cualquier gran centro religioso convencional, Recuerdo haber visitado con cierto detenimiento la que poseía cierta catedral española próxima a Madrid... En ella era posible ver multitud de objetos ricamente ornados, supuestamente concebidos para honrar a los restos de los mártires: allí era posible adivinar un fragmento de la cruz de Cristo; más allá, un fémur de un santo muy popular; más allá, un cráneo de una de "las once mil vírgenes"... Y lo digo así, porque, en realidad, lo que destacaban en los huecos de aquellos columbarios solemnes eran las espectaculares obras de orfebres mejor o peor conocidos, que habían convertido los restos orgánicos en una escusa para construir un alarde de habilidad y riqueza.
Creo que en este caso sucede algo parecido o, tal vez, exactamente lo mismo: con la excusa de ofrecer a la veneración del fiel los restos milagrosos de una obra de Miguel Ángel, se nos regala un alarde tecnológico-creativo más propio del MNCARS.

1 comentario:

  1. No hay nada de lo que alardear con la tecnologia ni en la esfera de lo humano.Alardear es , a mi modo de sentir , una bajeza, un chulearse...lo digo por lo que trasluce en su uso del lenguaje.
    Y quien pregunto a Miguel Angel o penso en que opinion tendria este artista sobre la mejor manera de restaurar o reconstruir su obra?Miguel Angel era escultor ,.un escultor muy sensible a los diferentes niveles de acabado con ese material vivo que es la piedra de marmol, Esa sensibilidad es propia del artista , y del oficio , y de los gustos y repelencias que alguien con amor a la materia puede poseer.Que la reconstruccion no la haga un escultor es un fracaso , que consideremos progreso que una maquina haga unos moldes en 3d resobados y nos hinchemos de orgullo progresista es ridiculo.Tan ridiculo y evidente como que en momentos en los que los progresados y los ideologos politicos que se obsesionan en dictarnos en cada epoca lo que tenemos que decir y que pensar pierden su capa de barniz de homo sapiens y surge su verdadera naturaleza , naturaleza que no tiene otra cosa que hacer que destruir la belleza de la manera mas infame y inquina posible , tan solo por que esta dentro de una iglesia, viva el progreso.

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