jueves, 8 de mayo de 2008

Réplica al texto de Ignacio Navas: "¿Preprogramación social?"

Por Andrea López Montero

Obviando la descripción inicial de arte como prostituta elegante y bella; no tanto por el término prostituta, como por los adjetivos que lo acompañan.
Matizar en la descripción de sociedad como avance y cambio, que se deriva en los conceptos de progresión y evolución, que engañosamente difieren entre sí. El arte como elemento de evolución, en cuanto a ir transformando, desarrollando, yendo más allá; y no como progreso, mero perfeccionamiento (más comparable a la máquina).
Separar trabajo y ocio hasta la necesidad uno del otro para el subsistir.
El hecho de formar parte de una sociedad en exceso correcta, pasiva en cuanto a las injusticias e inactiva en elementos acción/reacción, siendo esta última prácticamente inexistente. El miedo al fracaso público, a la no adecuación según lo políticamente correcto. Miedo injustificad, inducido y arraigado que nos hace permitir cualquier situación a nivel individual y nos limita a unirnos en colectivo.
En esta sociedad, ¿hasta que punto se permite cultivar el conocimiento? Y tal como están las cosas ¿qué futuro le queda a esa posibilidad de adquisición? Socialmente ¿se valora el intento de lograr un capital simbólico cultural? Creo, se tiende a rechazar las complejidades que hacen de lo artístico más, en cuanto a referencias y alusiones específicas perdiendo el bagaje sociocultural a un mero elemento formal de juego en ámbitos perceptivos elementales del estímulo visual.
El hecho de asociar la intelectualidad a una alta categoría social creo es demasiado discutible, aunque por lo que se perfila promete ser el futuro. Creo que hoy por hoy el cultivar el intelecto puede estar aun en manos de sino todos, casi todos y en caso de que así no sea intentar de otras maneras que esto sea así. Por tanto no creo que sea la intelectualidad lo que marca la alta categoría social hoy, sino el mero poder adquisitivo.
El museo como circo no es sino el resultado de la pasividad social de la que somos participes. A parte del hecho de que para hablar de arte de manera seria/oficial, parece hay que olvidar conceptos tales como entretenimiento, diversión, ilusión, adrenalina… y demás, que van unidos en origen al concepto de arte y que fundamentan la existencia en origen del mismo y que actualmente van acompañados de connotaciones negativas y dañinas.
Lo pensado para divertir/emocionar se vuelve serio; lo pensado para fomentar el estudio/interés por la estética/cultural/conciencia humana pasa a depender de organismos institucionales que derivan la importancia y responsabilidad que esto supone a empresas privadas con “seguratas” no muy distintos de los que te encuentras a la salida de una tienda.
Y como he dicho la actitud ante estas situaciones es de la más absoluta pasividad en el contexto que el diferir de lo establecido conlleva.
“No hay nada más común que el amor al arte” que decía Dubuffet
Experiencia artística sí… en distintos niveles y para todos los públicos incluyendo la “minoría intelectual”; he ahí la calidad en el cine, permite sintonizar simultáneamente elementos populares y referencias a la “alta cultura”.
¿Hasta que punto se puede o se debe simplificar, unificar, categorizar, limitar las experiencias artísticas? La diversidad a la hora a la hora de interpretar/sentir la obra de arte determina su calidad e impacto artístico; mueve al espectador, incide, provoca una reacción positiva o no en cuanto a la obra.
Creo, te contradices al decir que la mayoría no tiene una experiencia artística; expectativa y educación; creo que se entiende que no todo el que visita un espacio artístico vaya interesado en esa experiencia. Trasladándonos al turismo cultural; los abuelotes de gorra en mano y bocadillo de mortadela; ¿se les limita el interés, la expectativa? Por el hecho de sus perfiles se les categoriza; arte como elemento de consumo obligatorio que conlleva el desinterés hacia lo importante que es acercarse a la cultura, con el consecuente rechazo y una actitud automática al desenvolverse en dichos ámbitos.
Si no se les permite pasar de ese nivel, si no se les da otra opción que la mera visita obligada en el horario del viaje, no se hace sino alejar al espectador del arte y frenarle a sentirse atraído, limitando la experiencia artística en un punto del itinerario.
Me da la impresión por tu actitud que la única manera de tener derecho a acercarse al arte es formando parte activa del colectivo que lo integra. Arte cuanto más alejado del populacho mejor para que pueda salvarse de la devaluación en que se estanca y de lo que ese disfrute ficticio autoinducido supone.
Preguntas como el porqué de la atracción ante algo que no se conoce y no se comprende sino en las altas instancias, llame la atención de los de a pie. ¿Por qué se ha sustentado el cristianismo? ¿Por que la gente va a la playa? Hasta que punto el juego en los niveles perceptivos y el disfrute autoinducido es suficiente para que despierte interés pese a necesitar de una cierta base cultural. ¿Es una nueva costumbre adquirida o hay algo más?
¿Es posible desprenderse de la pre-programación social? Y he ahí la palabra clave: EDUCACIÓN Enganchando con lo que está en auge actualmente (plan Bolonia etc.) proponiendo una preparación específica en dirección al mercado, especificado por las empresas que decidirán que aprendemos y que no. Censura desde la obtención del conocimiento. Salida a nivel personal y aprendizaje limitado por el nivel económico de cada individuo.
A nivel institucional, de mercado, organismos artísticos etc. creo que queda más que claro que despertarnos al conocimiento o dotarnos de la conciencia suficiente para entender la situación social y ver a donde nos puede llevar la “mercantilización del conocimiento” no interesa, cuanto menos conocimientos de base ideológica o filosófica y educativa tengamos tanto mejor (digamos por ejemplo, el no ser conscientes del neoliberalismo reinante en Europa y lo que eso significa).
La base para despegarse de dicha preprogramación social es aumentar el conocimiento y tener otras nociones de distintas perspectivas, apreciaciones etc.; en cambio la dirección que se esta tomando va en dirección contraria: globaliza a favor de lo occidental y la “integración” de minorías; se olvida la coexistencia, la amplitud de miras, la diversidad, la riqueza estética y cultural.
Arte tratado desde la mera objetividad, desprendido de toda trascendencia, magia, disfrute real, y nos quedamos en la superficie de la preprogramación social como elemento único a considerar.
Peligra el simplificar en exceso el carácter humano, el arte y lo inexplicable que aún nos queda; pues sí, pese a ser conscientes de la manipulación en que estamos metidos y las armas que se tienen para jugar con los otros conscientes del carácter fisiológico y las respuestas del mismo; aún así seguimos enganchados. No será tan simple, sino que implica un camino lleno de alicientes a explorar. Algo que va más allá de estética, ética y manipulaciones varias.
La experiencia artística a nivel personal, con lo subjetivo que contiene pero a considerar. Sobre todo si en las última instancias del triángulo y dentro de unos parámetros a seguir, es la subjetividad del “oficial de los oficiosos”, del responsable del MOMA, lo que determina o no la calidad artística, opinión subjetiva que dada la importancia del individuo en sí pasa a convertirse en la verdad universal a seguir.
Si desvaloramos la experiencia a favor del juicio objetivo centrándose en la percepción y además dentro de dichos juicios se rechazan otros elementos según intereses de otra índole. ¿El sentido inicial sigue teniendo sentido? ¿El lucro y el gusto y el impulso? Esa sería mi pregunta ¿Qué sentido tiene el arte?; porque, no obstante, como utilidad, herramienta, instrumento de manipulación a todos los niveles socioculturales y todos los sinónimos que pudiesen usarse… dicha capacidad es, sin lugar a dudas, irreprochable.
La elección de con qué tipo de utilidad y connotaciones hemos de usarlo, es algo que se ha de considerar a nivel personal.

1 comentario:

  1. Es muy bueno que te arriesgues, pero ten cuidado de que no vengan las hordas positivistas a lanzarte piedras. ( que muchos merodean por aquí )

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