sábado, 4 de febrero de 2012

Paul, un dibujante peculiar




A mediados de abril de 2004 la prensa española informaba sobre el proyecto Aikon II, que, dirigido por Patrick Tresset  — formado como dibujante, con algunos años de experiencia—  y Frederic Foy Leymarie, ofrecía resultados sorprendentes: un robot era capaz de "dibujar" con resultados gráficos afines a los de un dibujante humanos.
El robot, al que llaman Paul, ha evolucionado con el tiempo y ya es capaz de dibujar con el "estilo" del propio Patrick. Los dibujos han encajado bien en el mercado artístico, que ya ha absorbido más de 400 "obras".



Tresset ha indicado que no ve muchas dificultades para construir un robot capaz de dibujar con "estilo propio"...

23 comentarios:

  1. Increible...si ahora ya nos preguntamos qué estamos haciendo con nuestra vida, al ver esto llego a la conclusión de que dentro de unos años ya no existirá la facultad de bellas artes

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    1. Es posible que con el tiempo desaparezca la facultad de Bellas Artes, pero no tendrá que ver con cosas como este robot, sino más bien con la gestión, con la calidad de la enseñanza que se imparte aquí y con la adaptación práctica a profesiones de utilidad en el mundo real. "No temáis" que la fotografía no acabó ni con el dibujo ni con la pintura, ni el libro digital acabará con el tradicional.... Cada elemento tiene su lugar y su público, a veces minoritario....Por Ana Mª Gómez

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  2. Totalmente de acuerdo. Adiós a la creación artística humana.
    Sin embargo no creo que se le pueda considerar "arte" tal como nosotros lo consideramos. El robot Paul lleva a cabo acciones automáticas, mecánicas, reproduce lo que ve. Pero no lleva consigo ninguna finalidad emocional, puede que estética si. Pero lo que se refiere a representación de sensaciones o emociones, a lo que desea expresar un artista mediante sus creaiones, pues no. Precisamente porque se trata de cualidades especificamente humanas. Un robot no es un ser sensible, nunca podrá llegar a expresar sentimientos al modo humano. La creación artística implica y exige esa parte emocional del artista. Por lo tanto, y como he dicho antes, no creo que deba llamarse "arte" a esto, y mucho menos artista a un robot. Puede que esto cuele dentro del mercado del arte, consideren los dibujos como obras y se le saque un buen rendimiento económico, pero nunca llegará a ser arte en el sentido más humano.
    Aún así no deja de ser ciertamente asombroso.

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  3. Para Monik:
    En arte... ¿las emociones son importantes?

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  4. Hoy en día parece que no, es algo indiferente.
    Una obra ha de transmitirte, por lo general, algún tipo de sensación, no debe ser un mero objeto de exposición. Y el artista, no digo en todos los casos, cuando crea su obra, lleva implícita una parte emocional, no en el sentido más estricto de la palabra, pero es un medio para expresarse y muchos artistas pretenden a través de ella que el espectador evoque, de alguna manera, sus sensaciones. Por ejemplo los cuadros de Munch a mi me resultan constantemente angustiosos, supongo que como a muchas personas. Y esto se debe en parte a que Munch tuvo una vida complicada y de alguna manera terminó reflejando sus experiencias y sensaciones en su modo de pintar, y así te lo transmite.
    Imaginó que es una visión un tanto clasista y anticuada del arte, demasiado idealizada, creo. Evidentemente esto está desfasado en el arte contemporáneo. Interesa únicamente vender, vender y vender, y si la obra es conceptual mejor que mejor (me da la sensación que es lo único que se considera arte hoy en día, obras conceptuales).
    El robot es un producto generador de dinero fácil, un objeto mecánico que reproduce "arte" de forma automática, les saldrá rentable. Como lo que interesa es vender, da igual que sea humano o no el que lo origine. A mí no me termina de convencer del todo, pero puede que este sea el futuro del arte, quien sabe.

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  5. Silvia dice:

    Unos profesores dicen que lo importante es la mancha, el claro-oscuro, la tonalidad del fondo en relación al modelo, que hay que partir de un encaje geométrico, previo, que hay que fijarse en quién lo hace bien, y hay que hacerlo como él. Otros dicen que la mancha es lo menos importante, que la línea y su lenguaje dibujístico es lo que debe primar, que el dibujo mejor que no esté acabado y que la línea debe ser perfecta desde el inicio, sin una esquematización previa, que la personalidad dibujando es para los talleres creativos y no para la asignatura de dibujo de la facultad. Los hay que hablan de tener cuidado de no perder la personalidad dibujando, por el adiestramiento de la mano en el aprendizaje, que el alumno se debe mostrar en el dibujo. Yo me quedo con éstos últimos, que piensan que hay que afianzar la identidad del artista. Para dibujos perfectitos, ya están los robots. Más claro, agua.

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    1. Aitor dice:

      Pero lo interesante que tienen los dibujos de este robot consiste, aparte de estar hechos por un robot, precisamente en que no parecen perfectos, y su realización cumple con los requisitos de los profesores que animan a sus alumnos a "liberar la mano" (en este caso, el brazo mecánico)para dejar impresa la huella de su "personalidad" (de su espíritu) sobre el papel.

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  6. Silvia Dice:
    Para Aitor:
    Yo no veo nada en ese dibujo, aparte de líneas enmarañadas, probablemente siguiendo una secuencia numérica por la intensidad de luz reflejada que capta la cámara, del retratado. Un truco cualquiera. Pero ¿tú ves ese dibujo y te llega? ¿Te dice algo, te emociona?. Pretender que una máquina haga arte es imposible.

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    1. Aitor dice:
      Para Silvia: Líneas enmarañadas, ¿y nada más? Pues será que mis ojos me engañan porque yo soy incapaz de no ver la cara de un señor con la cabeza levemente inclinada y el ceño fruncido. En el dibujo de arriba veo el rostro de una mujer mirando hacia fuera del cuadro, y a mi juicio esta mirada es sugerente (porque provoca una tensión visual). Si estamos de acuerdo en el hecho de que el trazado de las líneas (automático o no) compone retratos que podemos reconocer como tales, entonces no veo ningún inconveniente en comparar los resultados de las obras materiales que produce este robot con las que producen los humanos, al margen de cómo hayan sido realizadas. Desde este punto de vista, como espectadores que desconocieran que el autor de estos dibujos es un robot, el juicio crítico que emitiríamos al respecto sería el usual que emplearíamos con otra imagen artística hecha por la mano del hombre, basándonos en los datos objetivos que percibimos: la composición (si es equilibrada o no), el estilo, la técnica, el interés, el agrado perceptivo… Los resultados de la evaluación, en función del criterio de un profesor de dibujo que tuviera que examinarlos como apuntes de línea rápidos de un estudiante de arte, por ejemplo de nuestra facultad, serían, por lo general, positivos. Es decir: nos encontramos ante retratos dibujados por un robot cuyos estímulos visuales desencadenan una reacción en nuestro sistema perceptivo igual a como lo hacen producciones humanas similares; y la diferencia entre las distintas respuestas estéticas en el plano perceptivo elemental no depende de si el dibujo lo ha hecho una máquina o una persona. Por lo tanto: si las imágenes comunican algo, esto no depende de cómo han sido hechas, sino de lo que éstas hacen surgir en la mente de los individuos subjetivamente. En este sentido, cualquier persona proyectará inconscientemente unas determinadas sensaciones sobre los rostros de estos retratos, y podrá (lo hará) experimentar una sensación estética, como he dicho, igual a como si hubieran sido retratados por un estudiante de arte. Es decir: los dibujos de Paul nos comunican, en general, la sensación de ver unos rostros dibujados (lo cual concluyo que es un hecho que responde afirmativamente a tu dos primeras preguntas: lo vemos, y nos llega (a todos)); mientras que las cualidades implícitas en el trazado de líneas de los dibujos generan una respuesta subjetiva en cada una de nuestras mentes que cada uno describirá a su manera verbalmente. En base a esta última afirmación, que también considero que expresa un hecho objetivo, responde a tus dos siguientes preguntas con otra afirmación: sí me dice algo y sí me emociona (por lo pronto una emoción de empatía hacia las expresiones de las caras retratadas). Si no comento más específicamente el tipo de emoción es porque abrir un debate en torno a esa cuestión, aparte de azaroso dado que entra en el terreno de nuestras apreciaciones personales, creo que resultaría impropio en el contexto de este blog.

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    2. Aito dice:

      Respecto a tu última aserción: “Pretender que una máquina haga arte es imposible”, entiendo que tu intención es expresar que pretender que una máquina tome por sí misma la decisión personal de hacer una obra de arte es imposible. Si eso es lo que quieres decir, estoy de acuerdo contigo hasta cierto punto, porque aunque de momento parece imposible, no veo por qué negar una posibilidad que podría ser real en el futuro. Por otra parte, aunque las máquinas no toman decisiones personales, sí participan activamente en el proceso de realización de muchas obras de arte como instrumentos que facilitan su creación hasta el punto de resultar indispensables para los artistas. Seguramente, desde este punto de vista, considerando al robot no como un creador, sino como un instrumento puesto al servicio de su inventor, se podría entender mejor el papel de esta innovación dentro del contexto del arte. En el artículo se especifica que el estilo de dibujo del robot sigue las pautas del estilo de dibujo de Patrick Tresset. Si es evidente que Tresset no hace directamente los dibujos, también lo es que es él quien ha planificado la manera de hacerlos mediante un invento nuevo. Si el patrón de movimientos que sigue el robot está definido mediante un código especificado por Tresset, y este código dice poder controlarlo de tal manera que el robot aprenda nuevos estilos de dibujo, esto quiere decir que el resultado final de la obra se puede prever, y esta previsión de momento parece estar en manos de su inventor. Si es posible prever un resultado estético, ¿por qué diferenciarlo de otros modos de creación artística que también son ejecutados mediante máquinas a partir de diseños previamente planificados? En el artículo se dice que los dibujos que hace ya han entrado en el mercado del arte, así que el futuro que les aguarde dentro de este mercado dependerá de hasta qué punto esta innovación técnica se imponga como un instrumento útil para servir a los intereses de los creadores. Mi opinión personal en este sentido seguramente coincidirá con la tuya. No creo que esta herramienta haya aportado nada nuevo al arte más allá de un recurso técnico con pocas posibilidades de extenderse dentro del mercado de los útiles de los artistas. En cambio, en el mundo de la robótica seguramente supondrá otro tipo de avance más interesante.

      Aunque he justificado el uso de este robot como un instrumento que sí puede utilizarse como un recurso técnico, capaz de realizar obras comparables a las que realizan algunos dibujantes realistas con sus bolígrafos, no por ello lo considero un artista, ya que si sus dibujos son valorados en ese sentido, como obras de arte, en todo caso el mérito de haberlas realizado debería ser achacado al propio Tresset, o a quien hubiera manipulado a su conveniencia con vistas al resultado final, el código de la secuencia de movimientos del robot.

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  7. Eso es Silvia. Lo que hace este robot está predeterminado por unos parámetros cualesquiera y en base a eso actúa. Aitor, no puede decirse que tenga "personalidad", le han marcado una forma de dibujar y ya. No ejecuta un dibujo suponiendo cual es la mejor forma de realizarlo o por qué lo hace así, eso es algo que compete al ser humano. El robot no piensa, no siente, por lo tanto no puede plasmar en sus "obras" su personalidad, su forma de crear. ¿Que pude encajar dentro de lo que se exige hoy en día? pues sí. Pero no deja de ser un producto hecho por un mecanismo de forma automática, sin ningún tipo de finalidad. Solo reproduce algo y entonces otras personas se encargan de venderlo, haciéndonos creer que es una "obra de arte". A mí no me convence, creo que es un campo que hay que dejárselo a las personas, no a las máquinas. ¿Qué queremos, que el arte se convierta en una cadena de producción automatizada?, porque a este paso...

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    1. Aito dice:

      Monik, yo en ningún momento he dicho que el robot tenga personalidad. En cualquier caso, dado que le han marcado una forma de dibujar, estilo de estos dibujos derivaría de la personalidad de aquel que ha decidido codificar al robot para que se comporte de la manera en que lo hace. En este sentido el inventor es explícito ya que él mismo dice que ha intentado que el robot reproduczca su estilo. Y yo supongo que Tresset sí tiene personalidad.

      En cuanto al uso de las máquinas en las obras de arte, ya lo he comentado en la respuesta a Silvia. No solo existe esta posibilidad, sino que es frecuente. La finalidad en cualquiera de los casos, depende de los diseñadores. La consecuencia del uso de estas máquinas con una finalidad de pretensiones artísticas puede observase en los edificios, las películas, las instalaciones, las esculturas, en las que se utilizan métodos de reproducción, pero según un proceso de diseño previo que determina el resultado final.

      Por otra parte, al margen de esto, en artículo se especifica que el robot reproduce la realidad que ve mediante un sistema similar al que empleamos nosotros. Y eso también es interesante. ¿Acaso al tratar de representar de forma realista un retrato, no utilizamos unos criterios similares a los que usa este robot? Si queremos hacer un retrato realista, seguramente nos sometemos a las mismas servidumbres a las que parece someterse éste, y nos corregirnos cuando no resaltamos lo suficiente los brillos, la claridad o la oscuridad, como parece hacerlo aquél.

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  8. A este paso acabaremos metiendo cajas de jabones producidas industrialmente en un museo

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  9. Silvia dice:

    Verás, todos los dibujos pueden ser evaluados, también las pinturas abstractas de los monos, y los dibujos de robots. Pero la evaluación que puedes hacer es de un grado muy bajo, como de muchas películas o fotografías, y no merece la pena entrar a evaluarlos, aunque se les pueda llamar artísticos, no tienen arte. Aquí entra en juego la estética, la ciencia que valora y estudia los problemas del arte: http://es.wikipedia.org/wiki/Est%C3%A9tica . Sólo los humanos pueden hacer obras que tengan mucho arte y sólo unos pocos, hacen un arte sublime: http://es.wikipedia.org/wiki/Sublime.

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    1. Aitor dice:

      En mis comentarios he expresado básicamente tres ideas. La primera es que considerando el resultado los dibujos del robot son comparables a los que podría hacer una persona con habilidad para dibujar. La segunda es que si bien este resultado es comparable, este robot no puede ser considerado como un artista, porque no aporta otros estímulos perceptivos complejos que dependerían de la facultad de la que carece para poder tomar la decisión de dar un sentido artístico a sus dibujos (por ejemplo, decidiendo exponerlos en una galería). Sin embargo, con la tercera idea he defendido que esta última carencia la puede suplir por su parte el diseñador que ha programado el robot, de tal manera que la evaluación artística posterior de los dibujos podría estar hecha, por ejemplo, en función de cómo el artista hubiera decidido utilizar esos dibujos, sobre los cuales a su vez habría podido tener también influencia. Por esta razón al final he definido al robot como un instrumento.

      Hasta aquí llegaban mis comentarios. Creo que la posibilidad de utilizar ese instrumento en un contexto artístico existe, pero también he reconocido que tendría un uso muy limitado que en cualquier caso dependería de cómo evolucionara el aparato. De hecho me parece que le estamos dando demasiadas vueltas. Mi intención era defender estas ideas, pero yo no me opongo con ellas a que, finalmente, tú opines que por sí mismos estos dibujos no tengan interés estético.

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  10. Silvia dice:
    Aitor, es imposible que un artista traslade sus emociones a un robot para que este a la vez las traslade a un soporte. Y de eso se trata en el arte, de la comunicación de emociones entre el artista y el espectador. El artista se puede valer de herramientas, de una cámara de fotos por ejemplo, pero nunca podría ir un robot haciendo fotos y con ellas hacer arte. Pues lo mismo con los dibujos. Los parámetros que hace moverse a un robot, no contienen emociones que comunicar.

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    1. No entiendo al categoría de las emociones. Pienso en un arquitecto diseñando un edificio y en todas las personas implicadas en el proyecto. El resultado final es el que había proyectado el arquitecto. Se trata del Guggenheim de Bilbao. Pero no llegó a considerarse artístico, mucho menos sublime. Frank Gehry, en ninguna de sus visitas al edificio en construcción hizo buenas migas con una de las grúas a las que, incomprensiblemente, olvidaba siempre saludar. Además, fue infructuosa su comunicación con los obreros, cuando intentaba convencerlos de que los parámetros que los tenían que mover a trabajar no tenían que ver con el salario, sino con la emoción de hacer algo trascendental y sublime. Debido a estas interferencias intermedias entre el artista y los medios de producción, los espectadores no llegaron a sentir las emociones que debía haber suscitado el edificio Guggenheim en sus entrañas, y el resultado fue un estrepitoso fracaso que llevó a la ruina a todos los implicados.

      O me imagino a Rubens y a su equipo de ayudantes trabajando en el taller, pensando todos al unísono por telepatía un único pensamiento emocional que transmitir mediante sus pinceladas al cliente. En vez de imaginar algo mucho más improbable, como que cada uno trabajara con una inquietud distinta que difícilmente se transmitiría finalmente al espectador, como tener que trabajar con un poco de hambre, y pensar en costillas asadas, mientras se pone un poco de azul en el lienzo.

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    2. Esta última respuesta la firma Aitor.

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  11. Vale. Respecto a lo del uso de máquinas en el arte estoy de acuerdo contigo. Es más que evidente que se utilizan en este campo. Ahí tenemos las cámaras de fotos, los ordenadores con sus programas específicos de diseño, etc, etc...Pero son máquinas que se utilizan como instrumentos, como herramientas para crear arte. Es comparable al uso de un pincel o un lápiz, el artista los maneja de forma directa, está en contacto con ellos. A través de estos el artista plasma en sus obras su personalidad. Es él quien lo realiza, de forma voluntaria y con firme deseo. Paul puede ser considerado como un "instrumento", el artista lo utiliza para hacer "su supuesto arte"...bueno, yo no lo veo así. Él no está en contacto directo con "el instrumento". Para mí es una especie de, por así decirlo, esclavo autómata que reproduce sin personalidad y codifica, porque es un robot por mucho que muestre el estilo del autor, las señales que recibe.
    Esto tiene que ser algo espontáneo, y para ello solo puede ser humano, un robot no tiene voluntad.
    En cuanto a lo último que comentas, visto desde ese punto de vista, puede que en parte tengas razón. Pero aunque nos sometamos a esas servidumbre que tu mencionas, el ser humano siempre terminará aportándole una connotación personal al retrato que hará que de alguna manera no llegue a ser totalmente lo que está viendo, por muy realista que parezca. El robot puede llegar a reproducirlo tal cual lo ve y no se verá interferido por esto que mencionó. Lo que quiero decir es que al ser humanos no podemos ser tan correctos y precisos como lo podría ser un robot. Siempre hay circunstancias, no sé, elementos que van a interferir en nuestra forma de plasmar lo vemos, llámalo obstáculos (que no tienen que ser ni malos ni buenos). A robot esto no le interfiere, como está programado y obedece lo impuesto, siempre va a ser preciso en su trabajo. Esto es lo que nos hace humanos, la no perfección, y esto se termina plasmando en la obra.
    El robot Paul puede reproducir la forma de dibujar de su creador, pero va a ser muy preciso y el autor sin embargo si se pusiese a dibujar seguramente no llegaría a esa exactitud del robot, sería más espontáneo u dibujo más azaroso, porque los artistas aunque sigan un estilo no reproducen sus cuadros con unos mismos parámetros, tan exactos y precisos. A esto no llegará el robot. Por eso no lo llego a considerar propiamente "arte", es demasiado controlado, muy mecánico, muy tipo cadena de producción.

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    1. Este útimo comentario iba dirigido a Aitor. Es que así solo no se entiende(se me ha olvidado ponerlo antes je,je).
      A ver si llegamos a alguna conclusión enn la que estemos todos de acuerdo :)

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    2. Aitor dice:

      Lo relevante en una obra de arte no creo que se encuentre en lo espontáneo, ni en los obstáculos. Depende.

      Si tu obra artística trata sobre eso, puedes desarrollar ese tema. Pero en principio no veo que la mayoría de artistas enfaticen esa parte que describes del azar como lo que hace de sus obras un arte. Las grandes obras maestras destacan justamente por lo contrario: porque los artistas consiguen lo que se proponen, ya sea hacer una escultura de Apolo y Dafne tan realista que parezcan correr el uno detrás de la otra de verdad, o una serie de grabados que expresen los vicios de la sociedad, o como han dicho por aquí, una obra minimalista que consista en una prisma blanco perfecto (por supuesto no construido a mano) encargado por teléfono.

      Por otra parte. No sé por qué te parece que el robot sea tan perfecto. Es contradictorio porque los pintores hiperrealistas no parecen quedarse tan atrás en ese sentido. Y, por otra parte, ¿perfecto en qué? Puede haber un cuadro perfectamente ejecutado de forma expresionista, o una fotografía perfectamente tétrica.

      Como le he comentado a Silvia antes, los dibujos del robot se pueden introducir en el mercado artístico como se le ocurra hacer al que le interese. Y la opción de valorarlo como una forma de arte o no, pues a excepción de lo que digan los expertos, depende de cada uno. (Otra cosa es que los demás estén de acuerdo contigo).

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  12. ¿¿Como se llama el pintor minimalista que encargaba sus obras por telefono??

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