martes, 22 de octubre de 2013

CentroCentro en precario contradictorio

Como ya no se puede ir al MNCARS porque cobran, la mañana del pasado domingo, modificamos el rumbo y nos acercarnos al antiguo Palacio de Correos, por ver cómo se substancia la política cultural de nuestro muy ilustre y "colombiano" Ayuntamiento. No imaginaba una situación tan deprimente y tan contradictoria con la escandalosa inversión realizada en su “adaptación” a las “necesidades” de sus magnates. Hace unos días empleaba el término “en precario” para evaluar la exposición de un centro provincial… Para evaluar lo que he visto en el CentroCentro me faltan las palabras. Sería absurdo emplear el término "precario" teniendo en cuenta lo que costó su remodelación y las comisiones que, muy probablemente, circularon por los sótanos. Pero si nos centramos en la naturaleza de las exposiciones... En honor a los amigos y lectores que tanto se preocupan por la precisión terminológica, propongo el constructo "precario contradictorio"; suena a metáfora recurrente implementada como interjección rizomática de sesgo crítico, por supuesto, para un comentario banal... sin ninguna pretensión de trascendencia.

La Colección Helga de Alvear

Helga de Alvear es una de las personas más influyentes de cuantas aún hoy se mueven en los territorios hispanos del arte contemporáneo. En los tiempos de la "homologación estética" —en época franquista— y junto a Juana Mordó, jugó un papel esencial en la consolidación institucional de las vanguardias derivadas de las corrientes informales norteamericanas; dicen las malas lenguas que cierta embajada jugó un papel primordial. Y desde la muerte de Juana, a mediados de los ochenta, se convirtió en una de las pocas personalidades "españolas" (en realidad, es alemana) con presencia internacional.
Pero debo advertir que no me pareció prudente pagar 5 € por ver la Colección Helga de Alvear (El arte del presente). Además, una de las personas que informan al visitante nos comentó que…
—En principio, está previsto no cobrar la entrada a la colección Helga de Alvear durante las dos últimas semanas de la exposición.
—¿Por qué? —pregunté con curiosidad forzada.
—Pues porque son las dos últimas semanas —respondió con seguridad.
Como se decía "antes, "argumento en bárbara". Lo ha publicado ABC en términos igual de claros:

"Con motivo de que se acerca el cierre de la exposición y en señal de agradecimiento a Helga de Alvear, la entrada a la muestra será gratuita desde el próximo martes 22 de octubre hasta el domingo 3 de noviembre, según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado."

No sé si lo he entendido... ¿En señal de agradecimiento? ¿Debemos imaginar que el Ayuntamiento "pagará" la entrada de quienes visiten la exposición? Otro medio describe la situación con similar soporte lógico:

"Incidiendo en este objetivo, en agradecimiento a la generosidad de Helga de Alvear, y con el fin imitar su vocación de difusión del arte contemporáneo, CentroCentro abrirá las puertas de la exposición durante sus dos últimas semanas. Desde el próximo martes 22 de octubre y hasta el domingo 3 de noviembre, la entrada será gratuita."

Así, pues, volveremos otro día y nos sumaremos al agradecimiento municipal...

El resto

Si este edificio, remodelado gracias a los impuestos de quienes vivimos en Madrid, va a servir para ese tipo de exposiciones, es mejor que lo vendan a cualquier entidad financiera, porque, al menos, organizarán eventos interesantes… y podremos entrar gratuitamente con sólo abrir una cuenta bancaria por la que, además, nos darán "puntos", canjeables por un reloj Casio o por otra baratija similar. Si como parece obvio, estos pijos del monopoly son incapaces de gestionar nada, ¿por qué no privatizan sus propios cargos? Existe un precedente notorio: lo sucedido a la muerte de Pertinax, cuando un grupo de soldados ofrecieron el Imperio Romano a quien más pagara por el cargo. Y el afortunado resultó ser Didio Juliano...

Smartcitizens es un engendro incompatible con las expectativas de cualquier aficionado medio a las actividades culturales: más parece un manifiesto de voluntades utópicas para formar alevines de políticos o periodistas, obligados a formular discursos políticamente correctos. Mucha sostenibilidad, mucha sociabilidad, mucho reciclaje... demasiados valores "positivos" para maquillar situaciones deshumanizdas, que dejan a los trabajadores en los umbrales de la esclavitud. El montaje parece concebido exclusivamente para dar satisfacción a los diseñadores del evento y a quienes la inauguraron. Desde las expectativas del público, tiene poco sentido ofrecer tantos paneles escritos "a palo seco". Tampoco parece consecuente proyectar vídeos sobre el techo para que los visitantes los contemplen tumbados sobre una cama. Puede ser buena idea como aportación al Kama Sutra, pero como iniciativa museística, sólo la veo útil para los acólitos de Baco, no para los de Juan Valdez. Y aún como propuesta erótica me cuesta imaginar que a alguien se le anime "la conciencia" con vídeos de ese tipo...
Cityscapes (Cinco fábulas urbanas), con mayores "concesiones a "lo estético", adolece de las mismas virtudes... Los escasos visitantes vagan sin detenerse ante ninguna pantalla, como quien pasa revista a un batallón de los espíritus dolientes, tal vez pertenecientes a los creadores no reconocidos porque quienes debían haberlos protegidos jamás leyeron a Castiglione ni entendieron la utilidad que para "el interés de la república" tiene la consolidación de una realidad cultural sólida.
MADRID ¿IM?POSIBLE  me ha recordado las exposiciones fin de curso de los institutos con director voluntarioso. Los trabajos de los alumnos de la Escuela de Arquitectura de cierta universidad privada hacen honor al “dicho” con el que se conoce a ese centro en los ambientes politécnicos madrileños y que no reproduciré por no herir la sensibilidad de algún amigo. No entiendo el sentido de una exposición que parece concebida para alegrar a los parientes de los alumnos participantes. ¿Por qué no lo hacen en los locales sociales de la mencionada universidad? Y me pregunto si no será mera publicidad…
La Feria Internacional Ciudad Creativa es, en su propia formulación, un evento más propio de los centros especializados en exhibiciones comerciales. Tampoco entiendo la existencia de una “feria” sin feriantes ni curiosos, pero a lo mejor es asunto ultramoderno que no entendemos los nacidos en el siglo XX; preguntaré por ahí…
La ciudad en viñetas…  Acaso sea mejor pasar en diario para entender la propuesta...
Puede que lo más interesante sea en “apartado” dedicado a Emiio Ambasz y su proyecto supermoderno, superguai y superecologista para crear el MAADU sobre el dignísimo edificio aún existente en el Paseo de la Castellana, 30. Cuenta con una maqueta que es posible iluminar a voluntad... ¡Preciosa!

Lo más alucinante: las dos cajas de tono neoyorkino dispuestas en el hall para recoger donaciones: "Aquí tu donación para apoyar este espacio cultural. ¡Gracias! Imagino que "alguien" se dio una vuelta por Londres y regresó con las cuatro neuronas iluminadas... Me pregunto si con la generosidad de los vecinos del barrio Salamanca obtendrán lo necesario para pagar el viaje a Londres del magnate y las dos huchas de alegre diseño.
Si exceptuamos la cafetería, las zonas de descanso con wifi y los ascensores que conducen a la terraza panorámica, pocos son los aficionados que recorren las espléndidas salas de este espectacular edificio; el mayor éxito social parece corresponderle al “olivo milenario” de Ugo Rondinone, visible desde la entrada principal y donde los turistas se hacen fotografías…


Derroche versus cosmética para la propia clientela

Me cuesta entender el sentido de estas exposiciones pretenciosas pero banales, desbordadas por la magnificencia del edificio; la codicia proporciona pañuelos de seda a quienes carecen de narices; si con ellas buscan ofrecer una buena imagen de la gestión cultural municipal, se están equivocando como cuando pretendieron crear puestos de trabajo con los Juegos Olímpicos. O quizás no se equivocan... La magnificencia del edificio proyecta imagen idílica a la propia clientela; por no mencionar otras "razones" mucho más prosaicas...
Aunque ya manifesté los recuerdos entrañables que me suscita el antiguo Palacio de Correos, el pasado domingo y durante unos segundos, me sentí como en Cuelgamuros. Me pregunto si Didio Juliano estará enterrado en los sótanos, en compañía de los espíritus propios y junto con la inteligencia desaprovechada de tantos talentos anónimos. Aquí prevalece el "A relaxing cup of café con leche en la Plaza Mayor".

2 comentarios:

  1. Sobre si se debería vender este famoso edificio a alguna entidad financiera que lo gestione de una manera notoria, según el programa del propio centro parece que algunas de las exposiciones celebradas desde el pasado mes de abril ya cuentan con la colaboración de entidades bancarias como la fundación Banco Santander.

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  2. Tras la reforma valorada en 126 millones de euros de los madrileños, “5Cs” afirma que es un espacio dedicado a la reflexión que se centran en las ideas de integración y de bienestar, al servicio del ciudadano, “una vida en común al servicio de la felicidad de las personas”. Pero mientras caminas por las instalaciones te encuentras que todo a tu alrededor es dinero, dinero y dinero… no solo por la tienda o el restaurante de diseño, si no por el hecho de tener que pagar por visitar el mirador (30 minutos) 2 euros por persona o pagar 5 euros por ver la exposición “el arte del presente” de la colección de Helga de Alvear, no obstante los ciudadanos madrileños debemos darle las gracias a Helga de Alvear por su generosidad de dejar las dos últimas semana la entrada gratuita, sin olvidarnos de las dos cajas de donativos para apoyar este espacio cultural. Por no hablar del Club de Amigos donde sus cuotas oscilan entre 60 y 3.000 euros.

    VClaudio

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