martes, 5 de febrero de 2013

Exposición de Albert Oehlen. Conceptos modernos del color. La casa encendida

Por Marcos Galisteo


La exposición nos muestra la obra del pintor alemán Albert Oehlen, desde finales de los años ochenta, momento en el que abandona la figuración. Tras la exposición de Louise Bourgeois, pensé que en La casa encendida, podrían tener alguna otra exposición interesante que mereciese la pena visitar, con esta idea, me dirigí hacia allí con intención de contemplar la obra de “uno de los pintores más influyentes de nuestro tiempo, quien puede derrumbar paso a paso casi la totalidad de nuestras certezas acerca de la pintura, abriendo nuevos caminos para su apreciación” (según la descripción de Internet).
La verdad es que mi decepción fue mayúscula cuando contemplé el panorama. La exposición comenzaba con una descripción en la pared en la cual se incluía una mini entrevista entre el artista y su comisario. Este último afirmaba: “En el conjunto de tu obra encuentro un alto grado de complejidad. Estoy convencido de que no quieres ofrecer un bocado sencillo al espectador, si no que éste debe esforzarse en comprender lo que tiene ante sus ojos.” Ya con esto nos va avisando de que lo que vamos a contemplar no tiene mucho sentido, pero los culpables somos nosotros, porque no estamos a la altura de comprenderlo… Otra vez con la misma historia, tan de moda últimamente en el “arte contemporáneo”.
La visión que me recibe al entrar en la sala, la verdad, no fue de mi agrado. Aparte del dudoso carácter estético de las obras (lienzos enormes con papeles recortados de los precios y productos de un supermercado y pintura esparcida por distintas partes, a mi juicio, sin mucho sentido), la organización y calidad de la exposición no había por donde cogerla. Nada más entrar, aparece de un rincón oscuro un guarda de seguridad, que en tono muy borde me prohíbe realizar fotos con o sin flash. El espacio se queda grande y vacío, las obras están dispersadas por la pared, recibiendo la misma iluminación (poco uniforme en la sala) los oleos sobre lienzo que las aguadas o carboncillo sobre papel. A parte de esa sala, en mi opinión espacialmente desaprovechada, la exposición se componía de otras dos salas más, desconectadas de la primera, y que logré encontrar tras pasar delante de la cafetería, recepción y subir y bajar unas cuantas escaleras. Éstas tenían la misma apariencia que la anterior, pero además, aquí encontrábamos papeles enormes en los cuales se había gastado una barra de carboncillo haciendo “gestos” sobre ellos; supongo que aquello tendría alguna excusa, pero como no la explicaban en ninguna parte, solo puedo explicar mi impresión: un sinsentido de garabatos.


Intentando buscar la lógica y el sentido de aquello, miraba las cartelas de cada obra, pero en ellas solo te aparecía el título (en alemán) y la técnica empleada. Apenas se ofrecía información, pero es que, por si fuera poco, ¡además estaba equivocada! En una obra de carboncillo sobre papel (lo cual era fácilmente apreciable para cualquiera que colocase el cartelito) ponía que era óleo sobre lienzo. Viendo esto podemos descartar inmediatamente la función educativa y de estudio de esta exposición. En cuanto a la función de recreo, el escaso atractivo estético la aboliría también, a la vista estaba la inapreciable presencia humana, a parte de los guardas, aunque hay gustos para todo…
Los empleados de allí afirmaban que venía gente de todas las edades. También reconocieron que aliciente de esto era la presencia de la biblioteca, otras instalaciones y exposiciones más relevantes que ésta. Supongo que el planteamiento sería: “pues ya que estamos, echamos un ojo”. Tampoco encontrabas mucha publicidad ni información acerca de la exposición (algo raro para tratarse de uno de los pintores más influyentes de la actualidad), lo cual también influiría en el número de visitas.
En definitiva, una exposición con demasiados agujeros que tapar, supongo que después de Louise Bourgeois se quedarían sin mucho presupuesto. Según afirma la descripción general de Internet, es “una muestra concebida a la medida del artista”. Sinceramente, creo que no le han hecho ningún favor con este comentario…

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