jueves, 20 de enero de 2011

Tindaya: «El Gran Templo», de Chillida, 1.




El origen de la idea.
A mediados del año 1995, los medios de comunicación dieron a conocer la propuesta de Chillida para crear la obra que, «si todo sale bien», marcaría la culminación de su carrera como artista.  Chillida hizo pública su idea en el curso de una intervención realizada en la Academia de San Fernando dentro de un ciclo dedicado a «Las artes al final del siglo XX». La noticia apareció en El Mundo del día 28 de junio de 1995 en un artículo firmado por José Ramón Danvila:
“El escultor Eduardo Chillida explicó ayer el que será su siguiente proyecto: horadar el Tindaya, una montaña mágica situada en la costa de Fuerteventura. Tras la intervención, la montaña quedará convertida en una gigantesca escultura, cuyo núcleo vacío será un cubo de 50 metros de lado, dimensión superior a la del panteón romano y a la de la iglesia de Santa Sofía, dos construcciones cuyos espacios interiores cautivan al escultor vasco".
«En mi obra es esencial el problema de la escala, algo que depende del tamaño y que indica la relación del hombre con todas las dimensiones que le rodean»”.
Y explicó con más detalle sus intenciones en el País (27 de julio de 1996):
"Hace años tuve una intuición, que sinceramente creí utópica. Dentro de una montaña crear un espacio interior que pudiera ofrecerse a los hombres de todas las razas y colores, una gran escultura para la tolerancia.
Un día surgió la posibilidad de realizar la escultura en Tindaya, en Fuerteventura, la montaña donde la utopía podía ser realidad. La escultura ayudaba a proteger la montaña sagrada. El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol, de la luna, dentro de una montaña volcada al mar, y al horizonte, inalcanzable, necesario, inexistente. . .
El apoyo dado por el Gobierno de Canarias a la idea escultórica reforzó mi ilusión. Creí que la obra no suscitaría controversia en el pueblo canario, al que pensé donar la escultura y mi trabajo en ella. Pero he comprobado que el proyecto escultórico despierta en muchos resquemores y suspicacias imprevistos, una oposición difícil de evaluar ahora en su verdadera importancia, pero suficiente para mermar mi entusiasmo hasta desistir de la realización de la obra. sin embargo creo que sería muy positivo mostrar al pueblo canario y a todo el mundo en una exposición de maquetas y dibujos lo que se pretendía hacer en Tindaya.
La escultura está concebida como un monumento a la tolerancia, como he dicho, y es una obra para el pueblo canario. No deseo, pues, que sirva como elemento de división, y menos aún como piedra de escándalo arrojada en luchas políticas, que no comprendo y en las que no deseo verme envuelto.
Sólo me interesa el debate artístico, que lamentablemente no se ha producido. No he oído ni leído ninguna crítica desfavorable de la escultura que haya sido realizada por alguien que verdaderamente conozca el proyecto. Pero se que algunas personas que lo desconocen han afirmado que la obra destrozaría la montaña, cuando mi obra lo que quería era salvarla.
Quizás la utopía no pueda ser nunca realidad. Quizás otros lo consigan en otro lugar. O quizás la escul-tura, ese espacio amplio y profundo, accesible a la luz del sol y a la luna, lugar de encuentro de los hombres, pueda llegar al corazón de la montaña sagrada de Tindaya".

En los días sucesivos fueron ampliándose los detalles:  sobre una montaña, que –al parecer– fue considerada mágica por los pobladores antiguos, Chillida haría excavar un espacio de dimensiones formidables  (50 x 50 x 50 m) y «forma» próxima a un cubo, con tres pasillos de visión, dos verticales, orientadas al Sol y la Luna, y otro más hacia el mar.
Tras una fase de dimes y diretes, inducidos por el precario y peculiar equilibrio político de las Islas en aquella época, la idea produjo la adhesión casi inmediata de los medios de comunicación social más influyentes, con independencia del color de alineación política o del grupo de poder económico.  Los tres medios de comunicación social de ámbito estatal editados en Madrid (El País, ABC y El Mundo) asumieron  la misma postura, abiertamente favorable al proyecto de Chillida. El ambiente era similar al reinante cuando se debatió  la  ley del Patrimonio Histórico Español, y los políticos participantes se felicitaron por el buen ambiente de las  sesiones. Ante los problemas del «espíritu«, «todo el mundo» parece comulgar con los mismos dogmas, aunque intervengan tantísimas variables...
Frente a ellos tomaron posición grupos minoritarios amparados en razones arqueológicas, geológicas y ecológicas. Se dijo que encubría un pelotazo inmobiliario descomunal, que la idea de Chillida otorgaba coartada a la extracción irregular de piedra para las construcciones próximas... Los contestatarios argumentaron  que con el proyecto se infringirían daños irreparables en un ambiente sumamente sensible a las consecuencias sociológicas asociadas a esas iniciativas
Estas reacciones indujeron fuerte malestar en el ánimo del artista, quien llegó a formular su voluntad de marcharse a otro lugar, incluso fuera de España, si su idea no era aprobada por «todos»...



Dieciséis años después
Muerto Chillida, con el proyecto ambientado en un gigantesco galimatías judicial, del que se han derivado varias indemnizaciones millonarias, con algún informe "fantasma" sobre la inviabilidad técnica del proyecto original, reaparece la iniciativa en los medios de comunicación porque el presidente de la Comunidad Canaria ha firmado un acuerdo con la familia Chillida para reactiva la idea en el seno de un Fundación concebida con esa finalidad... (La familia Chillida acaba de cerrar el Chillida Leku por falta de rentabilidad)
Con una promoción publicitaria muy bien diseñada (ver vídeo adjunto), se está "vendiendo" a la opinión pública la idea afirmando que no costará nada a los contribuyentes: se financiará con la concesión de la explotación turística durante un periodo prolongado (25 años o más).  Los medios son menos elocuentes al divulgar que la iniciativa ya ha costado al erario más de 150 millones de euros, tal y como informan otras fuentes...

( La imagen fotográfica procede de Picasa,  es obra de Rosa y está titulada "Tindaya-Montaña Sagrada)

4 comentarios:

  1. A ver, ¿urbanísticamente como está el tema? Probablemente el terreno no sea urbanizable, así que me da igual que se trate de una “escultura”, es un espacio que por sus dimensiones debería regirse por la ley urbanística. Aunque esto no será un impedimento, con que cambien la ley... En fin, que barbaridad.

    Y lo de que se financiará con la explotación turística… lo dudo, ¿no acaban de cerrar el Chillida Leku?

    ResponderEliminar
  2. "Poderoso caballero es don dinero"

    Me entristece en notable manera comprobar cuál es el fin último de las actuaciones autonómicas (o al menos de esta), luego nos preguntamos porque no se preocupan en mayor manera por la conservación del patrimonio histórico, o porqué no realizan mayor inversión en educación artística.

    Pero debo reconocer que por otro lado me indigna el proyecto en sí, ya sé que no es nuevo, algo sé del "land art", y del estudio de los efectos de la luz en la generación de obras, pero lamento apuntar que me resulta tremendamente comparable este proyecto de Tindaya al proyecto sobre el Roden Cráter de James Turrell, pero al fin y al cabo dicho artista siempre ha jugado con la luz y analizado sus efectos, por ello me resulta menos insultante.

    Me resulta insultante que se plantee alguien modificar una obra de arte natural, bella por sí misma, grandiosa, ¿es que ahora el arte no tiene límites?, ya sé que podemos enunciar gran número de actitudes de este tipo, pero en este caso en particular me resulta insultante.

    Si consideramos arte cuando experimentamos sensaciones o sentimientos excepcionales, ¿no es acaso arte la propia montaña en sí?, ¿no nos genera una sensación de insignificancia?, ¿poder?.

    En fin, cuando aparentemente esto era comprendido, el poderoso caballero se lleva todo por delante y mueve el mundo.

    ResponderEliminar
  3. Para Andrea:
    No existe ningún problema urbanístico porque quienes se oponen a la aventura Tindaya son muy minoritarios. Supongo que los Ayuntamientos ya habrán resuelto el problema urbanístico...

    ResponderEliminar
  4. Ya se que estará resuelte. Ese es preciesamente el problema que cambian la calificación del suelo a su antojo y conveniencia.

    ResponderEliminar