domingo, 2 de abril de 2017

El Museo de la Ciudad de Antequera

Acaso sea uno de los museos municipales más antiguos de España porque, según consta en la página de la propia institución, fue creado como "Museo Arqueológico Municipal" en 1908, fecha realmente temprana. Con el paso de los años se procedió a varias reformas y mejoras hasta que en 1972 se trasladó al palacio de Nájera, donde se encuentra en la actualidad con una sección de bellas artes, con bloque de arte contemporáneo polarizada por la obra de Cristóbal Toral. En 2010 se procedió a una remodelación del modelo museístico que lo ha dejado convertido en una institución de aspecto comparable a los museos provinciales de menor empaque.

Entre las peculiaridades de la fórmula elegida llaman la atención vitrinas con fondo "decorado" mediante dibujos que informan al visitante sobre el carácter de las piezas contenidas en ellas;  creo haber aludido a este recurso en otros museos... 
Entre los restos arqueológico destacan el monumento funerario de Acilia Plecusa (siglo II d.c.), mujer de vida singular, y un efebo en bronce ("el joven que nos alumbra"), según fórmula que se relaciona con los talleres áticos del siglo I d.C; es posible que en estado original, portara una lucerna en la mano derecha, perdida junto con el dedo pulgar.


El museo ofrece varios capiteles, que imponen un breve comentario. El MANT01 está acompañado de una cartela que lo sitúa entre los siglos III y IV con evaluación tipológica discutible: "Capitel corintio y elementos vegetales (sic). Caliza marmórea (siglos III d.C-IV d.C.). Procedencia: Entorno de Singilia Barba. Antequera".  En realidad es un capitel corintizante de concepción tosca, que sigue fórmulas comentadas varias veces en este blog, propias de los siglos I y II d.C. Entre lo más relevante, se debe mencionar el tratamiento distinto de las caras, mediante cáliz en una de ellas y motivo liriforme simplificado en la otra.
Destaca el carácter del labio del kalathos, demasiado grueso para pertenecer a una pieza de los siglos III y IV. Tal vez, la confusión de quien lo ha evaluado en dichos términos derive de la inexistencia de los roleos que suelen rodear a las flores de las zonas axiales del cesto; sin embargo, la simplificación del motivo liriforme es común en piezas realizadas para áreas geográficas relativamente marginales.
A mi juicio, se debió realizar durante el siglo II d. C. 

MANT01
Es un poco más difícil de evaluar el MANT02, muy erosionado que, sin embargo permite contemplar lo más característico de su ornato: dos coronas de hojas de acanto de hojas gruesas y carnosas sobre el cesto y decoración superior a medio camino entre las fórmulas del orden corintio y las variaciones corintizantes; se intuye un gran desarrollo del cáliz que hace pensar en las variantes de volutas vegetales. En Bilbilis (Calatayud) aparecieron capiteles comparables a éste. Por desgracia, el estado de conservación impide precisar su valoración. El carácter del cesto, menos definido que en el anterior, asegura concepción más evolucionada, aunque como ya hemos visto en otras ocasiones (ver Museo de Tarragona, por ejemplo), ello no asegura gran desfase cronológico.
La cartela del museo informa que procede de Anticaria (Antequera) y lo sitúa entre los siglos I y II d.C. A mi juicio, lo más probable es que fuera realizado en la misma época que el anterior. Siglo II.

MANT02
En una vitrina tienen dos placas pequeñas con estructura de capitel (MANT04 Y MANT05) procedentes de las termas romanas de Santa María (Antequera) y que, según la cartela, corresponderían a un momento indeterminado entre los siglos III y V.
Aunque siempre es complicado clasificar este tipo de elementos (ver las placas de Els Munts), me inclino por una clasificación anterior a la indicada en el museo por varias razones. En primer lugar, destaca la inexistencia de elementos relacionados con el influjo oriental que se enseñoreó por todo el universo mediterráneo (ver placas del Museo de Sofía). Los acantos de la corona inferior y los angulares, sumamente esquematizados, está relacionados directamente con los de los dos capiteles mencionados (MANT01 y MANT02). El ornato de las zonas centrales y el florón central derivan de fórmulas corintizantes, condicionadas por un tipo de talla que acredita escasa habilidad. Y por fin, la molduración del ábaco, de gran espesor relativo, como algunos capiteles romanos de la Bética, apunta en la misma dirección.
En suma, a mi juicio, es muy probable que estas placas sean de la misma época que los dos capiteles mencionados anteriormente y aunque sean distintas de las que conserva el Museo de Málaga; en todo caso, deberían fecharse hacia el siglo II.

MANT04

MANT05
Existe un capitel jónico (MANT03) algo erosionado con gran remate floral de cinco pétalos y ábaco fuertemente resaltado sin molduración, con detalles de aparente evolución que, tal vez, pudiéramos relacionar de nuevo con un taller de escasa cualificación técnica. Por las razones expuestas en otro lugar, me atrevo a situarlo con mucha prudencia entre los siglos II y III.

MANT03


El museo contiene también un dintel atribuido a época visigoda (siglo VII) y varias "placas cerámicas decorativas" y ladrillos "paleocristianos" fechados entre los siglos V y VII, procedentes de la villa romana de Caserio Silverio (Antequera) y otros yacimientos. Tal vez debieran volver a ser estudiados estos elementos, aunque sólo fuera para matizar las cartelas: si son de los siglos V, VI y VII no deberían evaluarse como "paleocristianas"...

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