domingo, 23 de febrero de 2014

¿Jordi Évole como William Karel?

En el momento de escribir este comentario, la Sexta está emitiendo, en colaboración con varios personajes de gran proyección social, "Operación Palace" como imitación de "Operación Luna" de William Karel. ¡Qué cosas!
Me ha ofendido que haya colocado a José Luis Garci en el lugar de Stanley Kubrick... 

3 comentarios:

  1. Qué cutre... Si todo el mundo sabe que fue Pedro Erquicia el que grabó el mensaje del rey, se ha contado mil veces esa historia. Por cierto, Jordi Évole no debía ser tan imparcial como aparece ahora cuando trabajaba con Andreu Buenafuente.
    http://youtu.be/0QfySacRHpc

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  2. Pero para quienes no conocían la relación del falso documental "Operación Luna" de William Karel con el falso documental "Operación Luna", la situación se presentó como se esperaba. Se había anunciado a bombo y platillo que hoy se emitiría en "La Sexta" un programa especial dirigido por Jordi Évole. Se decía que podríamos ver por primera vez en televisión las pruebas y testimonios que confirmarían las teorías sobre que el golpe de Estado del 23F fue un montaje político amañado para apuntalar el Estado monárquico y la figura del rey. Por lo tanto, se esperaba de este "documental" que fuera un torpedo contra la línea de flotación de la monarquía, más aún por cuanto Jordi Évole, cada vez más famoso por su programa "Salvados", no solo se había granjeado una fama mediática, sino un respeto social amplio dentro de un sector sociológico de población con actividad política, o en proceso de formación y orientación políticas. En un país dominado por la apatía y la pasividad, es lógico que la agenda política del régimen incluya entre sus maquiavélicos planes de reproducción y perpetuación del poder, confundir a los movimientos sociales emergentes de muy diversas maneras. Y quién mejor para servir a esta noble causa, que un periodista del siglo XXI con influencia pseudodivina para los "pijoprogres" que hoy en las "redes sociales" defienden con obstinación, pero con "arrebatado sentido del humor", las frivolidades de los dioses del panteón mediático de "La Sexta" (Columna). Sin embargo, todavía ayer, para confusión de muchos y desazón de los más incomprendidos (que gracias a esta magnífica genialidad serán aún más incomprendidos), se sorprendían de que Jordi Évole hubiera realizado un "falso documental".

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  3. (Continúa) Podría haber escogido un tema extraterrestre, y tomar ejemplo de William Karel e incluso de Orson Welles, para darnos una clase magistral de manipulación mediática. Pero, en cambio, eligió elevar a las alturas de lo supralunar un tema esencialmente político y específicamente... español. Se basa así en unas hipótesis que han sido investigadas con seriedad y que tienen una importancia histórica determinante para entender el Estado que tenemos, pero que ayer fueron burladas por ese "falso documental", que no hace sino transmitir a 80.000 espectadores la idea de que hipótesis como esas son un perfecto "objeto de mofa". Menudo papelón.¿Por qué marear la perdiz precisamente con un tema como este? "Incomprendidos", "pijoprogres" e "indiferentes", mientras que ayer la mayoría de ellos alucinaban con "Operación Palace" y miraban con los ojos abiertos como platos la televisión, hoy ninguno reconoce "haber caído en el engaño" y, de repente, por temor a la vergüenza que puede producir pensar en que comparen su ingenuidad con la de un niño, "todo el mundo sabía" que esa "absurda historia del 23F" era un "falso documental" a los pocos minutos de su retransmisión. Pero el proceso de descubrimiento de "la verdad" se produce de forma inversa a la que nos relata Andersen en el cuento "El rey desnudo". Mientras que en el cuento de Andersen las palabras de un niño dieron voz a una verdad que el pueblo podía ver, pero que se avergonzaba de expresar por temor a ser ellos los tontos que no veían el traje, en el falso documental Évole nos cuenta: "lo que el niño dice que ve es solo una "hipótesis", pero además es una "hipótesis falsa", es "ficción", es el cuento de Andersen. No podemos saber si el rey estaba desnudo o no, porque, "aunque lo parezca", y aunque algunos "niños" lo hayan señalado, están clasificados los documentos en donde se explica el origen y manufactura del traje." Entonces, de forma inversa al relato del cuento, los telespectadores sienten vergüenza de haber creído en las especulaciones del niño y sigue mirando al rey desnudo con una sonrisa nerviosa en la boca, pensando cómo no había caído antes en que es cierto que nada se sabe sobre "el verdadero origen (y constitución) del traje que lo cubre", esa formidable investidura divina que tiene la propiedad no envejecer a lo largo de los siglos. "¿Quién puede ser más ingenuo que un niño que cree en reyes desnudos?" Pero la historia no acaba ahí. Después de esta burla astronómica que hará que todos hablemos del magisterio de Évole y su obra sea referencia común hasta el año 2031, nos invita a ver un debate, esta vez sí, real o "royal", sobre el 23F. Las últimas pinceladas están por venir. Decenas de miles de convidados de piedra de muy distintos estratos sociales, somos invitados a contemplar el debate "verdadero" con el testimonio de tres personajes, todos ellos integrados en el sistema, para charlar desde el punto de vista del sistema, sobre... la portada de la revista de "El Jueves" y documentos clasificados... . Ayer Évole, con independencia de su "genialidad" o de su "utilidad" se ganó el cabreo de mucha gente, pero el olvido y las carcajadas cínicas quizás contribuyan a "salvar" su imagen. Al fin y al cabo, sí hay algo en lo que cínicos, escépticos, ingenuos y comprometidos podemos coincidir, es que, con esta obra, Jordi Évole ha inaugurado un nuevo género documental: el "documental campechano".

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