miércoles, 7 de enero de 2015

La educación de Podemos

Por Barb

Atendiendo al documento final del programa  de Podemos, resulta evidente que se trata de un texto elaborado con vistas a las ya acaecidas elecciones al Parlamento Europeo de 2014. Nos encontramos, por tanto, ante una serie de interesantes propuestas aún por desarrollar. Debe destacarse que el texto es el “resultado de un proceso de elaboración colectiva (…) a través de un método abierto y ciudadano en el que han participado miles de personas” que, tal y como se indica en su web, se ha llevado a cabo “partiendo de la propuesta de un borrador” a través de tres etapas: “(i) debate y aportaciones online a título individual, (ii) enmiendas colectivas de los Círculos Podemos y (iii) referéndum online sobre las enmiendas.”
Así, centrándonos en sus políticas educativas, dentro del apartado 3. Conquistar la igualdad, construir la democracia, hallamos a penas dos puntos, entendidos más como una declaración de intenciones respecto a dicha cuestión en el marco de la Unión Europea, que como un conjunto de medidas estratégicas de acción: 
  •  3. 5 - Garantía del derecho al conocimiento, la formación académica y una educación pública, gratuita, laica y universal, participada democráticamente por todos los miembros de la comunidad educativa
  • 3.6 - Defensa de un modelo de investigación independiente y de una Universidad pública, gratuita, laica y de calidad, que responda verdaderamente a las necesidades de la sociedad y no a las de las grandes empresas y el capital financiero 
En el primer apartado, destaca el rechazo total del proceso de privatización que parece extenderse progresivamente a todos esos sectores cuya gestión se supone insostenible para el Estado, como la sanidad, la cultura y la educación, y que, sin embargo, resultan atractivos para el capital privado. De esta forma, las políticas actuales, marcadas por una austeridad impuesta desde fuera, se ven encaminadas hacia modelos liberales, haciendo de la externalización de estos servicios, vitales para la sociedad, la solución para lograr esa anhelada “autofinanciación”. En relación a esto, dentro del programa cabe destacar la propuesta de “eliminación de cualquier subvención y ayuda a la enseñanza privada, incluida la modalidad de concertada, destinando el ahorro a la financiación y mejora de los centros públicos. Durante su etapa obligatoria, la educación debe ser gratuita.”
Dicho párrafo contrasta sustancialmente con las últimas declaraciones del líder del movimiento, Pablo Iglesias, realizadas en La Sexta: "Hay que reducir la educación concertada a situaciones experimentales". Resulta innecesario señalar que entre los verbos “eliminar” y “reducir” existe una diferencia sustancial, y que esa susceptibilidad a las matizaciones parece extenderse a la totalidad de las propuestas del programa cuya vacuidad responde precisamente a esa necesidad de moderación de un discurso político que pretende no ser 'ni de derechas, ni de izquierdas'. Dicha indefinición suscita inquietudes entre sectores de todos los colores, siendo llamativos ciertos análisis y paralelismos que podemos leer en relación a lo anterior, donde se rememoran unas palabras- ”el movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas”-  pronunciadas por José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española.  Sin embargo, al margen de comparaciones anecdóticas, el programa de Podemos se compone de unas intenciones de un socialismo evidente, teniendo como prioridad la reducción de las desigualdades sociales que, ante una crisis del sistema como esta, se hacen todavía más evidentes.
Por tanto, en materia de educación, el objetivo general sería garantizar “un sistema educativo abierto a la innovación pedagógica, descentralizado, inclusivo y que contribuya a reducir las desigualdades sociales, prestando especial atención a la diversidad individual y cultural de los y las estudiantes, y fomentando las prácticas de cooperación y ayuda mutua. Implementación en los planes educativos herramientas que fomenten la innovación, el pensamiento crítico, los procesos creativos y la educación profesional, y que garanticen la defensa de las lenguas minoritarias a nivel europeo.” Sin olvidar, como se señala en el punto 2 del programa, “implantar políticas educativas que aseguren una educación no sexista ni lgtbifóbica”.
En relación al ámbito universitario, nos encontramos dentro del punto 3.6, con más pretensiones interesantes como la “derogación del Plan Bolonia y modificación del Espacio Europeo de Educación Superior” o la “limitación de las tasas universitarias y dotación de becas suficientes de movilidad y ayuda al estudio”, con idénticas exigencias académicas para becados y no becados.
Además, destaca ese propósito de año nuevo para el 2024 de “elevar un 200% en 10 años la financiación pública para la investigación en todos sus niveles y su aplicación en toda la cadena de valor, particularmente en aquellos sectores que directamente mejoran la calidad de vida de las gentes.”

En definitiva, tal y como proclaman en esta resolución: nos merecemos una educación pública, digna, laica y de calidad. Y la vamos a recuperar”, quizás con alguna que otra matización… pero a través de un proceso asambleario abierto a toda la comunidad educativa.

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