sábado, 7 de diciembre de 2013

El informe PISA: Asia también destaca en educación

La publicación de los resultados de la encuesta PISA de 2012, ha permitido al ministerio de educación cultura y Deporte, ofrecer una interpretación "a beneficio de inventario", de la que me place destacar los siguientes puntos:

VIII. Fortalezas del sistema educativo español

a) La ratio alumnos por profesor en los centros evaluados en PISA es ligeramente más baja en España (12,5%) que en la OCDE (12,6%). Además esta ratio ha disminuido en España entre 2003 y 2012 en mayor medida que en la OCDE (de 13,6 a 12,5) aunque esta tendencia no ha contribuido a mejorar los resultados.
b) Los alumnos españoles de la ESO tienen 1.050 horas de clase al año por las 907 de la OCDE. Sin embargo, nuestros estudiantes dedican menos horas de clase al año a las matemáticas que la OCDE (130 por 145), lengua (125 frente a 143) y ciencias (113 frente a 133). La combinación de ambos datos implica que los alumnos españoles dedican muchas horas de clase a materias distintas a matemáticas, lengua y ciencias.

IX. Deficiencias del sistema educativo español

a) La autonomía de los centros escolares, especialmente en cuanto a las decisiones sobre los contenidos, sigue siendo mucho más baja en España que en el promedio de los países de la OCDE. Solamente el 58% de los estudiantes asisten a centros educativos que tengan algún papel en la decisión sobre su oferta de cursos frente al 82% de promedio en los países de la OCDE.
b) La presencia de evaluaciones externas y estandarizadas en España es menor que en la OCDE. Un 44% de los alumnos españoles acude a centros en donde los resultados de la evaluación se utilizan para compararlos con los puntos de referencia regionales y nacionales. En la OCDE este porcentaje es superior, del 61,7%.
c) En cuanto a los mecanismos de rendición de cuentas, se observa una clara tendencia hacía el uso de los resultados académicos para comparar los centros educativos con la media nacional o regional tanto en España, como en la OCDE. En la OCDE el 45 por ciento de los alumnos asisten a centros que hacen públicos sus resultados, mientras que en España esa cifra se reduce a un 13%. La autonomía de los centros en la gestión de recursos en combinación con los mecanismos de rendición de cuentas aumenta el rendimiento educativo.
d) Los alumnos escolarizados en centros con una alta proporción de estudiantes que faltan a alguna clase (absentismo escolar no justificado) tienden a obtener peor rendimiento. En PISA 2012 su rendimiento empeora considerablemente respecto a PISA 2003. En PISA 2003 el alumnado que acudía a centros donde más del 25% del alumnado llega con retraso a clase obtuvieron 18 puntos menos en Matemáticas. En PISA 2012 esta diferencia ha ascendido a 26 puntos. En España el 28% de los alumnos declaran haber faltado a 1 o más días de clase sin justificar en las dos semanas previas a la evaluación. En la OCDE este porcentaje es significativamente inferior (un 15%).
e) Una parte importante de los estudiantes españoles que han repetido curso aprueban el examen PISA 2012. El 23% de los que han repetido un curso logran buenos niveles de rendimiento en PISA. Otro 34% de repetidores se sitúan en un nivel aceptable de rendimiento. El resultado promedio de los alumnos españoles que no han repetido ningún curso (519 puntos) es superior al de los países de la OCDE (506) y de la UE (502).


Sin embargo, los datos ofrecidos por el informe PISA no sólo refuerzan al señor Wert... Lo más destacable es la aparición de varias "zonas" asiáticas  (China, Corea, Japón) en los primeros puestos del ranking, que hasta ahora dominaban los países nórdicos europeos...

Durante estos días se están vertiendo opiniones y juicios para todos los gustos: entre ellas me han desconcertado los juicios de cierto profesor (universitario) que explicaba los brillantes resultados de los orientales porque en aquellos lugares se preparaba (¿adiestraba?) a los jóvenes para conseguir calificaciones brillantes ante los estudios de la OCDE. Y añadía que los modelos orientales no prestaban atención a otros aspectos importantes de los objetivos educativos...
Obviamente, el sistema de evaluación PISA no sigue las fórmulas de Sir Ken Robinson y, en consecuencia, no tiene en cuanta las posibles virtudes divergentes de los alumnos... Acaso se debiera preguntar a los alumnos con calificaciones bajas qué harían si consiguieran un cargo político. Acaso pueda explicarse la picaresca como destello de creatividad —así lo expresó un colega públicamente no hace mucho—. Acaso pudiéramos entender el rechazo al esfuerzo de los alumnos brillantes como reflejo de gran inteligencia emocional. Acaso debiéramos insistir en resolver el problema educativo mediante leyes...

Podríamos discutir si son galgos o podencos, pero a lo mejor no es mala idea preguntar cómo han conseguido los chinos y los coreanos resultados tan brillantes en tan poco tiempo...  Si no sonara a atrevimiento intolerable, concluiría que a lo mejor pueden enseñarnos a generar paradigmas educativos más operativos... aunque ello nos obligue a construir barreras sociales que, en su voluntad de proteger el desarrollo de los niños, pusieran coto a ciertas aberraciones que desnaturalizan buena parte de los esfuerzos de unos profesionales cada vez más desanimados.

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