miércoles, 15 de septiembre de 2010

La "Biblia para iletrados" de Ripoll

Cada vez me molesta más oír que la escultura románica fue concebida como "Biblia para los iletrados". Lo dijo la joven guía que nos explicó la iglesia de Ripoll y sentí un latigazo en los rincones más obscuros de mi espíritu. Hay sentencias que no adquieren matices de "verdad" por más que las repita todo el mundo y ésta es una de ellas. ¿Biblia para iletrados?
Existen, al menos, tres reparos para proponer una reflexión crítica sobre el latiguillo:
1. Entender un conjunto iconográfico pictórico o escultórico —ya sea románico o de cualquier otro ciclo cultural—requiere estar familiarizado con los elementos empleados en él. Si no sabemos, si no hemos aprendido mediante la comunicación verbal o escrita, que un anciano con barba, túnica y llaves es san Pedro, seremos incapaces de identificarlo y, en consecuencia, de entender lo que nos quiera contar el tallista en una portada con dicha figura. Ítem más, la iconografía es una disciplina de gran complejidad, que requiere una formación específica de muchos años, no exenta de grandes debates entre los especialistas.
2. Sería imposible realizar un programa iconográfico que concentrara el contenido de la Biblia, pero además, es raro encontrar ciclos iconográficos que, tan siquiera, substancien el contenido dogmático fundamental de la Iglesia (el "Credo"). Los programas iconográficos románicos se limitan a unas pocas "escenas bíblicas".
3. Asumiendo con generosidad la hipotética intención retórica del término, deberíamos prestar atención a lo que es más específico de cada ciclo cultural. El románico no fue un movimiento diseñado con el objetivo de divulgar las Sagradas Escrituras entre los iletrados.
Al objetivo de unificar los ritos, probablemente, le correspondió la voluntad de definir de modo claro los elementos fundamentales del "nuevo" cristianismo, aquellos que deberían tener en cuenta quienes estuvieran bajo el manto de poder de los monasterios. Y en ese sentido, acaso fuera mejor hablar de "catecismo en piedra", de proclamas fundamentales o de algo parecido. No obstante, la discutida intención de ilustrar a los iletrados, acaso fuera menos relevante que la de ofrecer imagen de poder o de fuerza económica, porque entender eso sí que estaba al alcance de cualquiera, con independencia del grado de formación, de sus conocimientos previos en asuntos de iconografía cristiana o incluso de su actitud religiosa.
El visitante actual ilustra muy bien la cuestión: aunque sea aficionado al arte románico, necesita que un guía le explique el sentido específico de las representaciones de la portada y no necesitará ningún auxilio para "entender" o, cuando menos, "intuir" la relación de esa iglesia con el poder: le bastaré entrar y encontrarse con el gran "estendard" que cuelga de la nave central: "Dissenyat per Josep Puig i Cadafalch, la ciutat de Mataró va fer-ne ofrena, el 1893, en consagrar la basílica restaurada. Fou destruït el 1936. El Grup d'Història del Casal de Mataró, el 1997, en promogué aquesta reproducció."
Al ver el estandarte, me acordé de la basílica de El Valle de los Caídos... La Iglesia siempre tan proclive a fotografiarse junto al poder nacional.
El edificio está tan restaurado, que es difícil hacerse una idea de cómo pudieron ser las construcciones primitivas: la que promovió Guifré el Pilós (absolutamente desaparecida) y la que patrocinó el abad Oliva, pretendidamente empleada como referencia. Y sólo nos habla de con qué oropeles algunos personajes catalanes del siglo XIX deseaban reconstruir su pasado.
Aunque se haya escrito tanto, huelga afrontar aquí ninguna consideración sobre el "primer románico catalán"; lo haré en otra entrada.

6 comentarios:

  1. Si bien este término no me parece del todo incorrecto, no me gusta nada su uso gratuito por los guías. Es evidente que la iconografía “es una disciplina de gran complejidad, que requiere una formación específica de muchos años, no exenta de grandes debates entre los especialistas” …salvo que esto, lo diríamos en un contexto histórico muy posterior. Creo que, en el siglo XII, la posibilidad de reconocer a “un anciano con barba, túnica y llaves” no sería exclusivamente de los pocos letrados de la época ¿No? Otra cosa sería si se tratara de una prefiguración
    en la que se representara la letra tau junto a la cruz de cristo. Supongo que las claves interpretativas solo las tendrían una élite de eclesiásticos.
    En cuanto lo del “primer románico catalán” no se si sugieres que no se caracteriza tanto como para definirlo como un estilo…

    Saludos

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  2. Aún hoy en ambientes alejados de la iconografía cristiana es fácil encontrar personas capaces de identificar a san Pedro, a san Roque, a la Virgen Maria... Lo han aprendido porque alguién se lo explicó en un momento indeterminado, acaso, en la niñez. Por otra parte, los motivos iconográficos del románico son demasiado limitados para entenderlos como instrumentos de difusión bíblica. Supongo que su finalidad pudo ser otra muy diferente, en sintonía con los objetivos de unificación ritual asociados a la expansión del románico.
    Lo del "primer románico catalán"... Tal y como lo encontramos definido, por ejemplo, en los textos de difusión actuales o en la obra de J. Yarza, el "primer románico catalán" me parece un "estilo" demasiado forzado y modelado a beneficio de los intereses ideológicos del nacionalismo catalán. Algo comenté cuando traté sobre las iglesias de Tahull y tengo la intención de redactar unos pocos renglones lo antes posible.

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  3. ¿En el románico se representaban escenas desarrolladas en los libros considerados apócrifos? Pregunto como profana en la materia.

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  4. Si no me fallan las neuronas... El niño Jesús con los pajaritos alude a una tradición piadosa no canónica que suele aparecer en los relieves y pinturas dedicadas a su infancia.

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  5. Entonces "biblia ilustrada" sería, de base, una definición falsa.

    ¿Los capiteles con figuras monstruosas y obscenas conformarían también parte de ese afán didáctico? Uhm uhm...

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  6. Hay personas que necesitan enseñanza pétrea para todo... En Fuentidueña existe un canecillo que es todo un manual de sexología elemental, acaso demasiado elemental.

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