Aunque me consta que las pocas personas que leen estas páginas no lo necesitan, por razones de coherencia expositiva, me apetece abrir estas notas a vuelapluma, recordando los objetivos del proceso educativo:
— Facilitar el desarrollo integral del niño y joven, fomentando el equilibrio entre lo físico y lo psíquico (inteligencia y emociones).
— Fomentar la capacidad de integración social, el respeto a los demás y el desarrollo de inteligencia emocional.
— Favorecer el desarrollo de los instrumentos relacionados específicamente con las potencialidades de la mente; de las cualidades asociadas a la capacidad cognitiva y, en general, al pensamiento; de la inteligencia (inteligencias), la capacidad de abstracción, la memoria, la capacidad crítica y, por supuesto, la capacidad creativa, el ingenio, en el sentido noble del término.
—Favorecer las potencialidades relacionadas con la verbalización (lectura, comprensión, escritura, expresión hablaba, etc.)
— Desarrollo del autocontrol y la capacidad de esfuerzo, que son fundamentales para completar la formación en las fases superiores.
— Capacidad para armonizar con los demás (trabajo en equipo)
— Sintonización crítica con el momento cultural. ¿Borregos o personas?
— Prevenir, en la medida de lo posible, los problemas de desarrollo a medio plazo (pérdida de opciones) que surgirán al niño si no existe coherencia entre sus aspiraciones personales y sus posibilidades
— Prestar atención a los alumnos problemáticos e intentar ayudarlos...
El problema aparente.
Si atendemos a los medios de información, obtendremos una imagen fuertemente distorsionada, en la que no hay espacio para enfatizar la importancia de la educación en una sociedad civilizada. En la actualidad, coincidiendo con los reajustes del gasto público en la Comunidad de Madrid, se diría que asistimos a un enfrentamiento entre el PP y PSOE materializado en un dilema trivial según los medios progresistas: el PP estaría minando la educación pública para favorecer a las entidades privadas (y concertadas); según los medios conservadores, el conflicto de los últimos días sería una agitación política instigada desde los sectores de izquierda (rojos, resentidos, perroflautas, etc.) para restar votos al PP...
El problema real.
El problema real está perfilado por varias circunstancias que no siempre protagonizan los debates políticos o los análisis de los medios de comunicación, en razón de sus respectivos intereses:
Los datos
El Informe PISA sitúa al sistema educativo español en posiciones inconvenientes teniendo el cuenta la situación de España en el contexto sociopolítico internacional. En los sucesivos análisis destaca, sobre todo, la exagerada tasa de fracaso escolar, que es dramática en algunas regiones (País Valenciano), pero también las variables estudiadas (lengua, matemáticas y ciencias) en los análisis comparativos. Se ha escrito mucho sobre las causas de esta deficiencia, acaso demasiado, frente a lo poco que se ha hecho para reconducir una situación de tan graves implicaciones a medio y largo plazo. A mi juicio, con independencia de que existan otros factores importantes, se deberían tener muy en cuenta los siguientes:
— Las posibilidades del sistema educativo en su conjunto o dicho de otro modo: convertir en objetivo prioritario la homogeneización del sistema educativo. Los políticos conservadores hablan de "libertad de elección", pasando por alto que esa libertad es una entelequia salvo en las zonas de mayor poder adquisitivo. Del mismo modo, los políticos conservadores hablan de incrementar medios en los colegios e institutos sin tomar en consideración que el modelo de reparto presupuestario, según los repartos de "la tarta", no responden a necesidades reales sino a estrategias preventivas; el dinero es un medio muy importante, pero sólo si se emplea con inteligencia.
— El lamentable enfoque que se da a la educación infantil. La formación del carácter y el desarrollo preliminar de aptitudes y capacidades está muy desarrollado en la educación infantil (hasta los 6 años). Hoy sabemos que los niños tienen formado el carácter en esa fase y que es fundamental para el ajuste y desarrollo de todas las cualidades y aptitudes requeridas por el aprendizaje. Lo ha acreditado uno de los informes
PISA.
— El aún más lamentable enfoque ofrecido a los ciudadanos sobre el "problema educativo". Una de las claves de la eficacia educativa depende de la colaboración de los padres, que con mucha frecuencia, convierten su participación en influjo negativo. El sistema público, sujeto a una normativa muy rígida, tiene escasas posibilidades para resolver este inconveniente.
— El asunto de la motivación, tantas veces enarbolado... Por la vertiente de los alumnos, es fácil imaginar la actitud de un joven que observa en el horizonte las expectativas ofrecidas por una sociedad que valora más a los presuntos inocentes que a los ciudadanos honestos; que ha integrado en su estructura productiva un 50 % de paro juvenil; que, por la dejación de responsabilidades sociales implícitas en la privatización de servicios, paga más a un chamarilero (economía submergida) que a un licenciado universitario...
— Y por la parte de los profesores... ¿Cómo han de estar unos profesionales mal pagados, continuamente sometidos a vejaciones morales y sujetos a sistemas de control y gestión que dependen más de apuestas políticas y administrativas que de la eficacia profesional?
Los asuntos polémicos.
El peso del estamento eclesiástico.
Hace unos años el gran problema era si en los colegios debía haber educación religiosa; más tarde, la famosa "Educación para la ciudadanía"... El caso era y es forzar situaciones que alejen del debate público las cuestiones realmente importantes...
España cuenta con un modelo educativo anómalo, teniendo en cuenta lo que es habitual en nuestro entorno socioeconómico y en los principios más elementales del sistema democrático: la fuerte implantación de las órdenes religiosas. La situación deriva de las estructuras heredadas del régimen franquista y de la pasividad de los sectores "progresistas", que no han hecho prácticamente nada para definir un línea evolutiva diferente.
Los paradigmas.
El paradigma "progresista". La adopción, en los ambientes políticos progresistas, de unos paradigmas educativos (LOGSE) derivados de una concepción educativa excesivamente declinada hacia ciertas utopías, de éxito en la Centroeuropa de los años sesenta y principios de los setenta, pero progresivamente abandonadas con el paso de los años. Aún son numerosos los "expertos" en educación que adjudican al profesor —a los profesores— la responsabilidad en el fracaso de los alumnos por su incapacidad para activar los sistemas de motivación que requiere el proceso educativo. Hoy sabemos que el fracaso educativo conjuga múltiples factores que casi nunca pueden ser ni tan siquiera afrontados por el profesor
El paradigma conservador. La idea, arraigada en los medios conservadores, avalada por los resultados prácticos (PISA y escalas de valoración de los centros), de que los colegios privados y concertados acreditan mejores resultados que las instituciones públicas, contando con profesores peor pagados y más vulnerables a la presión de las respectivas direcciones. "Si un profesor sabe que le pueden echar a la calle de un día para otro, espabila". Seguramente añoran los tiempos en los que la educación de los jóvenes correspondía a esclavos griegos... Naturalmente, la idea encierra más trampas que una película mala, porque desde hace muchos años los colegios religiosos (hablar de colegios privados y concertados es un eufemismo) han funcionado procurando quedar al margen de algunos de los problemas más graves del sistema español, sobre todo, cuando la emigración dejó de ser una anécdota.
En estas condiciones, la situación de crisis que impone reducir el gasto público se presenta como una ocasión magnífica para avanzar en la línea que, según los criterios conservadores, ofrece mayor rendimiento aparente. Todo el mundo occidental está equivocado: lo mejor es volver a los modelos educativos de fundamento religioso, que tan magnífico resultado dan en el mundo islámico. Me temo que aciertos dignatarios les falta capacidad para vislumbrar un paralelo tan poco prometedor.
El contexto administrativo
Una estructura administrativa excesivamente burocratizada que impone carácter a muchos aspectos de la sociedad española, entre los que destacan la Justicia, la economía sumergida... y, por supuesto, la educación en todos sus niveles y estamentos; porque si en ese aspecto está mal la Enseñanza Media acaso esté todavía peor la Universidad, aunque las debilidades de ésta sean menos apreciables dada la aún escasa implantación de las universidades privadas. No se me ocurre fórmula para compensar este factor salvo la profesionalidad del profesor bien formado.
La imposición de modelos pedagógicos y didácticos, desde el poder político con la finalidad de resolver todos los problemas del sistema, sólo sirven para marear la perdiz y desmotivar a los docentes.
La incapacidad de las diferentes administraciones para ofrecer un modelo funcional que evitara el desequilibrio de resultados (expedientes) frente a los colegios privados y concertados, que en ese sentido siempre han tenido las ideas muy claras. Es absurdo que el sistema público penalice los expedientes de sus alumnos, por lo que ello supone de limitación en cuanto a la elección de estudios universitarios. Debería existir un sistema de compensación de calificaciones que evitara una situación tramposa, maliciosamente justificada desde los sectores conservadores porque, según ellos, ese desequilibrio “pone de manifiesto que el sistema privado es mejor que el público”.
Las referencias ambientales
Un conjunto de referencias culturales implantadas en nuestra sociedad, que conforman un sistema de valores en las antípodas de los objetivos educativos más obvios y elementales:
— Tal y como están acreditando los recientes movimientos sociales, el sistema democrático se presenta apoyado en los sectores de menor capacidad crítica. En la praxis actual, la clase política no argumenta, se limita a proyectar consignas.
— Los políticos ofrecen una referencia contraria al paradigma de persona honesta y socialmente integrada que debe propugnar el sistema educativo.
— El modelo garantista, que rige sobre nuestro sistema legislativo, tiene, a mi juicio un reflejo nefasto en el sistema educativo público. No se puede tratar a los alumnos, que en el proceso educativo deben aprender a conciliar el principio del placer con el de la realidad y a asumir las normas sociales, como a ciudadanos con derechos plenos. Los sistemas disciplinarios que se emplean en el sistema público son aberrantes, sobre todo, porque no colaboran en absoluto en el proceso educativo. El sistema educativo debe formar ciudadanos honestos, no presuntos inocentes.
PISA también he presentado recientemente un documento sobre la disciplina,
—El entretenimiento propugna fórmulas de éxito social que, a su vez, definen paradigmas aberrantes. El ejemplo más claro lo encontramos en la programación de Tele 5.
Para finalizar... de momento.
La conjugación de los factores mencionados, más los marginados por mi ignorancia o por mi manera de entender el asunto ofrece un panorama de complejidad endiablada, incompatible con políticos como nuestro actual ministro, que pierde el culo por hacerse la foto junto al Papa, o con una presidenta de la Comunidad de Madrid, que no tiene ni idea sobre las actividades de los profesores o que ignora si las universidades cobran o no por un máster.
Con unos políticos así, ignorantes o desinformados, que a la hora de repartir dinero anteponen los intereses de los mercados a los de las personas, con una sociedad global cada vez más competitiva, quedan pocas opciones para el optimismo: en el horizonte aparecen no los nubarrones de las tormentas, sino los colores del apocalípsis.
Post scriptum
Me dice un amigo que he olvidado a los interinos... la reducción drástica de los "recursos humanos". No, claro que no me he olvidado; está implícita en el modo de entender la educación que tienen los sectores conservadores, como una simple actividad "empresarial" (al volver a leerlo, observo que no lo he desarrollado prácticamente nada). Me pregunto por qué no proponen lo mismo para otras instituciones caras...