viernes, 29 de mayo de 2009
La "metáfora"(estética) se muerde la cola
Seguro que a alguien se le ocurre colocarse un orinal en la cabeza, montarse en un "dos caballos" con un amigo flipado y lanzarse a recorrer el mundo para reflexionar sobre los problemas circundantes. ¿Nos estamos volviendo locos o vivimos bajo el imperio de la estulticia estética?
jueves, 28 de mayo de 2009
Sorolla para masoquistas
Mucho me temo que si, en los próximos días, cuando suban las temperaturas según la costumbre del estío mesetario, no desean convertir la explanada de la puerta de Goya en un escenario bélico para el famoso travelling de Lo que el viento se llevó, los "gestores" del Museo deberán inspirarse en Benidorm o Marbella, ampliar las zonas de sombra y, sobre todo, instalar máquinas expendedoras de refrescos.
Por desgracia, al llegar a la taquilla (eran las 12), informaban al visitante que no se podía acceder a la exposición de Sorolla hasta las 13, 15... Oh fatalidad, el ticket de aparcamiento me obligaba a recoger el automóvil a las 13 h... ¡A quién se le ocurre emplear el automóvil para ir al Prado, con lo bien que funciona el transporte público!
No sé si volveré otro día... Mi afición por Sorolla y por el disfrute estético no da para reclamar el martirio... Acaso por observar las previsibles aglomeraciones, me dé una vuelta el próximo domingo... Es previsible que el gentío supere lo sucedido con Velázquez.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Miquel Barceló en la Bienal de Venecia
martes, 26 de mayo de 2009
La Alhambra, otro caso de gestión "peculiar"
Los gestores de la Alhambra dijeron que la masificación turística imponía reformas... Ya no hay gitanas, pero para mi gusto la situación ha empeorado, porque han cambiado el antiguo "impuesto" por otro de cuantía superior y además nadie te obsequia claveles ni te augura un romance venturoso. Y, por supuesto, los cambios han llegado mucho más lejos, acaso, demasiado lejos.
Para empezar, es preciso adquirir la entrada con antelación mediante los servicios de una entidad financiera; la entrada sólo sirve para unas pocas horas; si acudimos en grupo, debemos dirigirnos a una "empresa" de comisionistas (por supuesto, "legalmente constituida", que aplica una "mordida" del 30 %) porque el banco no entrega más de diez por petición en el mismo bloque horario. Se argumentan razones de "conservación" para limitar el número de visitantes diarios... Es fácil imaginar la cara del visitante interesado en la "cosa artística", cuando le digan que no puede entrar en la Alhambra porque el aforo está completo hasta el mes próximo...
El cómodo paseo de acceso se ha transformado en una penosa peregrinación desde los aparcamientos situados a unos centenares de metros... Por fortuna, la excursión no es tan larga como la de San Frutos del Duratón. ¿Razones? El ejercicio físico facilita la eliminación del colesterol y como el perfil sociológico de los "turistas culturales" bascula hacia la "tercera edad", sobran argumentos para justificar una medida que, además, tiene la virtud de alejar los automóviles de las zonas de mayor interés cultural; y es sabido que éstos destrozan la ambientación "temática"...
No se puede tocar nada, los itinerarios están marcados con sogas y vigilados por infinidad de vigilantes que me hicieron recordar el ambiente universitario de los años 70, cuando los estudiantes debían ser protegidos de sí mismos... ¡La puñetera manía de prohibir y vigilar!. Visto con otro criterio, es natural: un complejo palatino que ha padecido mil vicisitudes (abandono, saqueo salvaje de las tropas napoleónicas y otras circunstancias menores) se conserva tan maravillosamente bien desde que fue construido no se puede exponer a las veleidades de unos visitantes potencialmente agresivos...
Boabdil me susurra al oído que no diga tonterías, porque el actual palacio de la Alhambra es fruto de una "reconstrucción" demasiado imaginativa, que funde varias iniciativas constructoras y "restauradoras" en las antípodas del rigor arqueológico... El espíritu del rey llorón recuerda muy especialmente las labores realizadas por los gitanos poco antes de que llegara al trono José I y por las autoridades franquistas después de la Guerra Civil... En aquellos tiempos se hicieron verdaderas barrabasadas —me grita al oído. Acaso tenga razón el rey llorón porque es necesario ser un verdadero experto en arte hispanomusulmán para distinguir las zonas originales de las "reconstruidas" y aún así, no siempre están las cosas claras.
Y continúa diciéndome que, como de costumbre, las argumentaciones "oficiales" ("políticamente correctas") sólo son excusas para disimular la penuria inversora, la precariedad imaginativa y el resto de los pecados afines que dificultan la conservación, el disfrute y la explotación turísticas del inmenso Patrimonio Histórico-Artístico Español. Si no se limitara el número de visitantes, se producirían problemas de aglomeración, como los que existen en algunas zonas del palacio de Topkapi o en las salas más "populares" del Ermitage o de cualquier otro lugar de gran interés público, pero no de conservación. Y en el caso de la Alhambra, para resolver esos inconvenientes, con diversificar la circulación de los visitantes y, para ello, poner a disposición del público todas las zonas potencialmente interesantes desde el punto de vista arqueológico, que son muy numerosas en el recinto fortificado. Algo parecido han hecho en el Museo del Louvre y el resultado es bastante aceptable.
Han remodelado radicalmente el patio de la fuente de los leones transformando el antiguo jardín en superficies de gravilla, al gusto de las actuales modas "japoneses" y, por razones de conservación urgente, ha sido sustituido la fuente por un engendro postminimalista... ¿No se le ha ocurrido a nadie hacer una réplica antes de quitarla?
No dejan entrar en los baños porque, según dicen, los visitantes podrían causar graves inconvenientes... El espíritu de Boabdil se agita de nuevo.
En suma, hoy por hoy, la visita a los palacios de la Alhambra se ha convertido en un evento a medio camino entre un viacrucis por el Cerro de los Ángeles o por Cuelgamuros (La Cruz de los Caídos) y un paseo por los palacios del rey Minos...
Si deseamos contemplar el vaso medio lleno, a pesar, incluso, de las quejas del rey llorón, y de los inconvenientes asociados a los criterios de conservación según fórmulas rigurosas, subsiste la epigrafía árabe, la decoración tapizante, las sebcas, los mocárabes, los juegos de columnas con capiteles que estilizan radicalmente los ordenes grecolatinos, los aliceres, las techumbres de madera... Y la Alhambra sigue ofreciéndonos la posibilidad de imaginar cómo pudo ser aquella corte nacida de la decadencia del esplendor califal.
Boabdil me susurra , de nuevo, que para hacerse una idea de cómo fue su querido palacio faltan los colores, sobre todo, los colores... los tonos dorados, azules, rojos, verdes... Las sedas, los tapices, el mobiliario, los objetos preciosos, los servidores... ¡La lujuria del color! Y confiesa que se encuentra más cómodo en la sacristía de la Cartuja, que en esa "feria temática" fría y aséptica para sableo de guiris. Y me lo explica argumentando que el arte "merengario" (de merengue) que cubre sus paredes y la fastuosidad del camarín está más cerca de sus recuerdos que los actuales salones ofrecidos al público en una desnudez impúdica e incompatible con su sentido del placer visual.
¿Será verdad que la cultura hispanomusulmana subsiste en la ornamentación del barroco granadino?
El espíritu de Boabdil lanza una carcajada metálica y chirriante que me eriza el cabello: ¿No has comprendido aún que las últimas obras de Barceló participan de ese espíritu "merengario"...?
¡Por fin entiendo la canción de Miguel Ríos!
lunes, 18 de mayo de 2009
MAUS
Esta novela gráfica del dibujante americano Art Spiegelman fue publicada por primera vez en varias entregas de la revista Raw, en 1980. Está considerado como uno de los mejores cómics de la historia, como demuestra el hecho de ser la primera y única novela gráfica ganadora del Premio Pulitzer, en el año 1992. Además, fue ganador de una beca de la Fundación Guggenheim y dio lugar a una exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. "No ocurre muy a menudo que aparezca un libro que sea tan arriesgado como aclamado. Éste es uno de dichos libros." (Esquire) "El relato más efectivo y exitoso que jamás se haya hecho sobre el Holocausto." (The Wall Street Journal) "Un logro sin ruido, conmovedor y sencillo, imposible de ser descrito con precisión e imposible sino mediante el cómic" (The Washington Post)
La originalidad
Si bien es cierto que el holocausto es un tema más que utilizado, podemos decir que Maus es un cómic absolutamente original. En él, Vladek Spiegelman, un superviviente de Auschwitz, cuenta a su hijo las vivencias que tuvo durante la guerra, decidiendo éste escribir un cómic sobre su historia.
Por lo tanto, con un tema tan conocido y explotado ya, ¿qué hay tan original, tan maravilloso y destacable, que consigue convertir a Maus en el único cómic ganador del premio Pulitzer?
Para empezar, -porque hay tantos matices y detalles muy destacables en esta obra- Maus crea, por decirlo de alguna manera, un lenguaje completamente nuevo. Los saltos en el tiempo nos hacen sentirnos cerca del autor en el momento de concepción y autoría del cómic que tenemos en las manos, en la tarea de recopilación de información, e incluso las vivencias de Art durante su trabajo. Pero, con una gran agilidad nos sitúa de pronto y sin esfuerzo alguno 65 años atrás, en la guerra, en los campos de concentración y en unos sucesos completamente distintos. Tan pronto Art conversa con su mujer acerca de su relación con su padre, la irritación que este le produce en ocasiones, la preocupación que también siente por él…como nos vemos en el refugio que Vladek construyó para evitar que los nazis se los llevaran a él y a su familia. Es decir, se desarrollan dos historias paralelas, muy distintas pero relacionadas: la lucha por sobrevivir de un judío durante la Segunda Guerra Mundial, y la relación de un artista en pleno trabajo con su padre, quien es una carga a la vez que su inspiración.
Otro punto de originalidad es, sin duda, la forma que tiene Art de representar a los personajes: cada uno como un animal. En principio puede parecer algo extraño, que carece de la seriedad necesaria en el tema e incluso de la madurez y calidad que merecería una obra tan reconocida, pero nada más lejos de la realidad: La expresividad no queda mermada en absoluto; al contrario, Spiegelman crea unas figuras tremendamente expresivas, cargadas de simbolismo y facilitando la comprensión de la historia. Los judíos son representados como ratones; los alemanes, como gatos; los polacos son cerdos, los norteamericanos, perros… Esto no provoca ni mucho menos la pérdida de su dramatismo, con escenas que conmueven, asustan, sorprenden, e ilustran inmejorablemente la narración. Una tercera característica que hace a esta obra totalmente única, es el punto de vista tan lejos de manipulación y denuncia como no se había visto antes en este tema. El propio protagonista judío es en muchas ocasiones egoísta, tacaño y muy pesado. No pretenden vendernos la imagen consabida de los buenos y los malos, sino que simplemente nos cuentan una historia que pasó, en la cual sus protagonistas son personas como cualquier otra, con sus faltas y debilidades, con sus fallos.
Aparte es digno de considerar el punto artístico. Art Spiegelman es un dibujante notable, que crea figuras con movimiento, belleza y claridad; figuras muy humanas a pesar de lo que parezca, y que se convierten en perfectos protagonistas de la historia que narra.
Sobre el autor
Art Spiegelman nació en 1948 en Estocolmo, donde se habían establecido sus padres tras haber pasado por los campos de concentración nazis. Posteriormente, en 1951, se trasladaron a Nueva York. Comenzó a hacer trabajos profesionales de dibujante a la edad de dieciséis años. Art estudió en la neoyorquina Universidad de Binghamton. En 1977 se casó con Francoise Mouly. Al año siguiente ambos crearían la revista Raw, sinónimo desde entonces de vanguardia en el mundo del cómic. Será dentro de la revista Raw donde comience la serialización de Maus, la narración de Vladek Spiegelman y su familia durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el trabajo de Spiegelman se ha repartido entre las tareas de ilustrador (colaboraciones en revistas como The New Yorker, o el libro The Wild Party ilustrando un poema clásico de Joseph Moncure) y las de magisterio (en instituciones como New York School of Visual Arts). Un condicionante de la vida de Art Spiegelman es el fallecimiento de su hermano Richieu durante la II Guerra Mundial a consecuencia del holocausto o genocidio judío (y narrada por supuesto en el cómic). Aunque dicha defunción tuvo lugar con anterioridad al nacimiento de Spiegelman, éste afirma en su obra Maus que siempre sintió rivalidad con la fotografía del hermano difunto al que nunca conoció y a cuya muerte nunca lograron sobreponerse sus padres.
Mujer desnuda sentada, 1914 (Egon Schiele)
Mírame,
quién lo diría,
estoy masturbándome sobre tu cabeza
muerta, (a lo Jeffrey Dahmer)
sobre tu microcosmos
en forma de triángulo escaleno.
Egon da puñetazos
al otro lado del universo,
tú, en cambio, aplaudes
inundando tus manos
de todo el polvo no particular
en un ambiente intemporal,
ultra-sensorial…
tu mirada ultravioleta
atraviesa cualquier balada,
cualquier automatismo,
y tu ojo derecho me hace sentir
inferior… (estoy de acuerdo)
ya que la escritura automática
de tus parpadeos desacelera
cualquier idiosincrasia exacta.
Mujer de mil nombres,
y de ninguno,
mujer de una sola página,
de miles de lágrimas,
no entiendes, ni quieres entender
de conversaciones postmodernas,
porque lo supiste todo,
intuiste el desastre
guardado bajo las cerraduras metálicas
que encarnan tus labios.
Tú que te bañaste en la fuente
de R.Mutt,
tú,
que encierras
el azul de Yves Klein,
el negro de Malevich,
el blanco del infinito,
y el rojo del sufrimiento,
bajas mi cremallera indiferente,
porque intuiste el desastre…
La circunferencia entrópica de tu seno
bordea mi bulbo raquídeo transmutando mi percepción voluntaria
hacia la más feliz oligofrenia,
contigo no quiero llegar
al cuarto estadio del desarrollo
(¿Quién me guió al destructivo
cuarto estadio?).
Necesito estrangular
tu clítoris con una sonrisa,
oler la sangre de tus respiraciones,
pero tu ventrículo bidimensional
huye de cualquier ósmosis sentimental…
Mujer neurótica
jonkie
prostituta de mis reacciones neuronales,
mujer de trece gritos por minuto,
de un susurro eterno,
“la eterna novia desnudada
`por sus pretendientes,
incluso”,
nos enseñarás el secreto del arte
un segundo antes de morir…
no te molestan las
lágrimas de semen
ni los besos de cristal.
jueves, 14 de mayo de 2009
Concha García. "En lo profundo del bosque"
Creo que es la primera vez que doy noticia de una exposición comercial "homologable" (criterios selectivos de ARCO) en este espacio virtual... La excepcionalidad se justifica en razones personales que me conducen a un pasado casi remoto, en los abajaderos del Gianicolo, donde supimos que estábamos tan cerca... Desde entonces, Concha, que estaba enfrascada en procesos frenéticos de búsqueda, ha tomado un camino de reflexión estética por las laderas de la metáfora. De momento, tras desgastar muchas zapatillas entre guijarros y zancadillas, esos itinerarios le han conducido a fundir recursos que, como en este caso, emparejan cualidades propias de las estéticas objetuales con otras de origen cinematográfico, tomadas, en este caso, de Sir Alfred Hitchcock (Los pájaros). Y todo ello para indicarnos una reflexión a varias bandas que comprende la necesidad acercarse a las raíces naturales para encontrar la propia personalidad, la recuperación de los objetos (frágiles) de nuestra cotidianeidad y el enfrentamiento de nuestros miedos o temores... nuestra propia fragilidad. Fusión entre Platón, Nietzsche, Goethe y Freud, que encierra algunas claves de nuestras propias existencias... No imaginé que con tantos años de por medio siguiéramos tan cerca y pudiéramos compartir una cita que Concha ofrece resumida, según su conveniencia, para situar al visitante ante su obra. Permíteme, querida Concha, que la recoja en su integridad y alabe tu intuición para magnificar una reflexión existencial de esas que perviven aunque transcurran mil años:
"(Habla Fausto) Espíritu sublime, tú me has dado todo cuanto te pedí. Tú no has hecho que volviera en vano mi rostro hacia el fuego. Me has dado a la magnífica naturaleza por reino y fuerza para sentirla y disfrutarla. No sólo me concedes una visita fría y pasiva. Me permites mirar en su hondo pecho como en el pecho de un amigo. Haces pasar ante mí el conjunto de lo viviente y me enseñas a conocer a mis hermanos en las tranquilas frondas, en el aire y en el agua. Y cuando en el bosque brama y gime la tormenta, cuando los enormes pinos, agitándose, aplastan y tumban las ramas y los troncos vecinos, cuando con su caída retumba sorda y hueca la colina, tú me llevas a una segura caverna y allí me muestras a mí mismo y se me desvelan los secretos prodigios de mi corazón. Al subir ante mi mirada la suave luna, que todo lo apacigua, flotan sobre mí, por el húmedo bosque, en las laderas rocosas, formas plateadas que dulcifican el deseo de contemplación.
Ah, ya noto que no hay nada perfecto para el hombre. Además de este placer que me acerca a los dioses cada vez más, me diste el compañero al que no puedo renunciar, por más que, frío y descarado, me humille ante mí mismo y, con su palabrería, reduzca a nada todos tus dones. Él atiza en mi pecho el fuego salvaje que quiere atrapar esa bella imagen. Así me tambaleo yendo del deseo al placer y, una vez en el placer, ansío el deseo". Goethe, Fausto, El bosque y la caverna.
Por desgracia, los gestores de la galería Fúcares no han acertado con la distribución espacial y nos ofrecen "la obra" deslavazada, sin que sea fácil establecer la relación que integran copas, abetos, sillas y pájaros... Y para mayor sonrojo, el pasado miércoles, cuando acudí a visitarla, la primera sala era extraño almacenillo, donde convivían con la obra de Concha García objetos ajenos a ella. Una verdadera lástima.
martes, 12 de mayo de 2009
Más sobre la Caja Mágica
De cualquier manera, parece que no es el único problema que tiene en la actualidad, puesto que dicha instalación ha sido ‘vendida’ como una dotación de infraestructura deportiva para el distrito de Usera, y para que pueda ser disfrutada por sus vecinos. Desgraciadamente, parece que se les ha olvidado el detalle de comunicarla por transporte público puesto que, de momento, sólo existirá una línea que lleve a dichas instalaciones desde la plaza de Legazpi y únicamente los días de eventos. Supongo que mejorará en un futuro lejano…
Respecto al edificio, la ‘Caja Mágica’ ha sido concebida como un proyecto especialmente flexible en sus usos y volúmenes. La capacidad de movilidad de sus cubiertas intenta generar diferentes espacios (que pueden quedar al aire libre), unido al hecho del uso de materiales que efectúan el juego de opacos y reflectantes durante el día y la noche. El complejo cuenta con 3 canchas cubiertas con capacidad para 12.000, 5.000 y 3.000 espectadores. También existen pistas exteriores y otras con cubierta fija.
Dominique Perrault, es un arquitecto francés que se hizo famoso por sus cuatro edificios en forma de libro que conforman la Biblioteca Nacional de Francia en París, que diseñó para François Miterrand. En Madrid parece haber encontrado un nuevo filón en otro megalómano, y ha ‘soltado’ ese cubo o caja en el distrito de Usera, aunque bien podría haberlo hecho en cualquier otro punto de la ciudad o del país.
Supongo que los arquitectos franceses estaban en oferta 2x3 (contrato dos pero les pago como a tres) y su nombre se puede unir al de Jean Nouvel, autor de la cosa que han pegado al Reina Sofía. Desgraciadamente, a Perrault habrá que sufrirle/disfrutarle (según gustos) nuevamente en el citado parque del Manzanares, donde colocará la ‘pasarela Arganzuela’. Como no hay dos sin tres, en León tendrán un recuerdo suyo con el Palacio de Congresos, que se acabará para el 2011.
Respecto al color azul de la pista de la ‘Caja mágica’, decir que ya ha sufrido críticas este fin de semana por parte de Nadal, que hacía un alegato de las tradiciones en contra del negocio/marketing. El discurso es muy bonito, pero al final del torneo él querrá cobrar su cheque de los organizadores (muy honestamente ganado, por supuesto) y, si éstos tienen que teñir una pista de azul porque uno de sus principales patrocinadores (Mutua Madrileña) la quieren en su color corporativo, pues lo hacen, porque a fin de cuentas lo único que pretenden todos, tenista incluido, es ganar dinero (es otro caso como el de las modelos recoge-pelotas y Hugo Boss). De cualquier forma, parece que el bote en la pista azul era irregular y la idea no prosperó hacia las demás, por lo que la ‘tradición’ está a salvo.
sábado, 9 de mayo de 2009
Algo huele a podrido en la Caja Mágica
Sin embargo, no seré yo quien critique el emplazamiento, porque me parece bien que estas dotaciones, adornadas de cualidades arquitectónicas excepcionales, se construyan también a los barrios del sur... incluso aunque las tierras rojas se disfracen del color de los pitufos y de don Alberto, que según fuentes generalmente bien informadas está pensando pintar en tonos de lapislázuli el antiguo Palacio de Comunicaciones.
Lamento no poder decir nada sobre las cualidades del edificio proyectado por Dominique Perrault, que sólo he visto desde la M-40 y desde esa posición parece un engendro cuadriculado...
Rastros de estética fascista en Madrid. El monumento a Eugenio (Eugeni) d'Ors.
El conjunto escultórico, de cierta complejidad iconográfica, fue inaugurado el 17 de julio de 1863 y comprende una pared con una extensa y farragosa inscripción, que proporciona telón al grupo escultórico de fuente con señora y dragón-babosa picassiano; y por la parte posterior, un medallón con el perfil de "don Ugenio" (como pronunciaba con mucha retranca un viejo amigo "rojo" e iconoclasta). Según explicaron en su día los creadores (así lo recogieron los periódicos de la época), la mujer representa al clasicismo, lo angélico, la cultura y la norma, que se opone al pequeño dragón, trasunto de lo espontáneo, lo natural, lo demoníaco... es decir, lo que Hitler llamaba "el arte degenerado"
El texto de la inscripción, elegido por el propio Víctor d'Ors, a partir de pensamientos de su padre, dice:
TODO PASA: UNA SOLA COSA TE SERÁ CONTADA Y ES TU OBRA BIEN HECHA. NOBLE ES EL QUE SE EXIGE Y HOMBRE, TAN SOLO, QUIEN CADA DIA RENUEVA SU ENTUSIASMO; SABIO, AL DESCUBRIR EL ORDEN DEL MUNDO, QUE INCLUYE LA IRONÍA. PADRE ES EL RESPONSABLE, Y PATRICIA MISIÓN DE SERVICIO, LA POLÍTICA. DEBE SER CATÓLICA, QUE ES DECIR, UNIVERSAL, APOSTÓLICA, ES DECIR, ESCOGIDA, ROMANA, ES DECIR, UNA. UNA TAMBIEN LA CULTURA: ESTADO LIBRE DE SOLIDARIDAD EN EL ESPACIO Y DE CONTINUIDAD EN EL TIEMPO. QUE TODO LO QUE NO ES TRADICIÓN, ES PLAGIO. PECA LA NATURALEZA; SON ENFERMIZOS OCIO Y SOLEDAD. QUE CADA CUAL CULTIVE LO QUE DE ANGÉLICO LE AGRACIA, EN AMISTAD Y DIÁLOGO.
Como el texto es muy elocuente, sólo subrayaré las ideas "fuertes", para quienes estén poco familiarizados con las cosas de "don Claudillo":
-Alineación cultural dentro de las tradiciones más añejas del "nacional-catolicismo", que establecen una relación muy sólida entre el Bien, la Verdad y la Belleza
-Condena la innovación y, muy especialmente, la transgresión.
-Reivindicación del "clasicismo", entendido como expresión de habilidad y orden, con matices de ironía, como única concesión a "lo moderno"
-Defensa de una sociedad estamental jerarquizada, dirigida por "la nobleza".
Añade significación al "monumento", el lugar elegido, dentro de la franja espacial que une la puerta de Velázquez del Museo del Prado (relicario de nuestras más queridas tradiciones estéticas) con uno de los edificios de manifiesta orientación fascista que aún perviven en Madrid: el antiguo "edificio de Sindicatos", reconvertido actualmente en sede del Ministerio de Sanidad y Consumo, que fue diseñado por Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo y Rafael de Aburto Renobales, siguiendo las ideas de los más destacados arquitectos mussolinianos (Mario Sironi, Adalberto Libera, Terragni...)
Para enfatizar los objetivos retóricos de Víctor D'Ors y las autoridades municipales franquistas de la época, el medallón con el perfil de Eugeni d'Ors da la cara al edificio de sindicatos, mientras la lápida se ofrece hacia el Museo del Prado...
¿Es imaginable un "monumento" más antivanguardista? Es difícil entender que las vanguardias homologadas internacionalmente no lo hayan convertido en "manifestódromo" y punto álgido de estética antifascista, porque para más INRI, el monumento armoniza mal con los elementos de su proximidad, es más feo que el "tag" de un analfabeto y ofrece una superficie que haría las delicias de cualquier "grafitero" ácrata. Debe ser el noble espíritu de "don Ugenio", que como cuando se hizo nombrar caballero, vela por su memoria día y noche.
Para finalizar me gustaría dejar claro que si dependiera de mí, este engendro de "monumento" permanecería donde está por toda la eternidad, para que no se nos olvide lo que sucedió en España durante aquellos lejanos años...
viernes, 8 de mayo de 2009
La miseria de los museos "menores"
Se podría decir que había más vigilantes que visitantes, porque aunque el conteo reflejaba otro resultado, más de la mitad de estos últimos eran veinte niños de corta edad (6 ó 7 años) en cuerda de presos más propia de la época franquista. Por lo demás: dos señoras de edad incierta pero "semi-seculares", un grupo de cuatro latinoamericanos especialmente interesados por las rosas del claustro, también cincuentones, otro de italianos (4 ò 5 personas) de la misma edad, cinco personas más vestidas como "ejecutivos agresivos" (traje oscuro y corbata, los hombres y vestido negro, las mujeres), acaso en la cuarentena y cuatro o cinco personaS más sin otra cualificación especial que la mucha experiencia acumulada.
La desagradable imagen de Fernando VII parecía lamentarse de su escasa capacidad de convocatoria... A mí tampoco me gusta su cara.
Para mi desventura, los pocos restos medievales (islámicos) accesibles están en el claustro, repartidos con criterios de museo "preconciliar"... Se diría que las relaciones de Toledo con el Islam no pasaron de meras anécdotas (casi cuatro siglos)... Según dijo la empleada que respondió a mi curiosidad, la "sección arqueológica" está cerrada al público desde tiempo inmemorial y no saben cuándo se ofrecerá de nuevo al público.
Francamente, no recomiendo a nadie que haga el esfuerzo de llegar a Toledo a ver la exposición, porque, según mi criterio, los efectos escenográficos del montaje (para mi gusto algo "forzados") no enjugan la pobreza del conjunto, con apenas media docena de pinturas destacables. Creo que tenga sentido ese empeño en hacer exposiciones sólo para atormentar a los niños y entretener a los viejos ilustrados... El perfil sociológico de los visitantes se acerca sospechosamente al de quienes acuden los domingos a misa en el barrio Salamanca...
Y regreso a Madrid cavilando mientras conduzco si realmente habremos dejado de ser súbditos... Acaso seamos ciudadanos, pero la gestión de los museos "menores" no ha mejorado mucho desde los tiempos del general innombrable.