martes, 28 de junio de 2016

3 + 1 = 3. Vote Come Back

Los españoles nos hemos manifestado... sorprendentemente, si tenemos la ingenuidad de los niños de corta edad. El bloqueo ha funcionado magistralmente: el señor Inda y sus "compis" apoyados "científicamente" por tantos "expertos" en comunicación —sociólogos, politólogos, analistas y otros mercenarios de la pluma—,  han conseguido el objetivo propuesto con tanto éxito que la situación deviene diabólica: el PP, supuestamente flagelado por los ecos de la corrupción, ha ganado unos cuantos escaños; el PSOE se ha quedado casi como estaba, que no es poco; la fusión entre Podemos e IU ha propiciado una suma aparentemente ilógica (3+1 = 3); el señor Rivera ha perdido opciones para encabezar un gobierno "de renovación", que acabe con la corrupción y la ineptitud de los viejos conservadores.
Lo que ahora parecen exigir las urnas es continuar por la senda definida por la praxis del señor Rajoy, que seguramente es una bellísima persona pero ha convertido España en un lodazal. Eso o encaminarnos a unas terceras elecciones.

Foto tomada de El Confidencial, Álvaro García Fuentes
Algunos  líderes de Unidos Podemos se han preguntado en qué han fallado. No sé si con demasiada premura, en el blog del señor Monedero, que la publicidad agresiva ha convertido en un lugar hostil, aparecía un comentario con título propio de escuela para ejecutivos de empresas norteamericanas: “A la primera no va la vencida”. Y ofrecía varias consideraciones de fuste afín al que nos tiene acostumbrados: buena música y letra discutible.
Decía el señor Monedero que “Podemos ha sido rehén del infantilismo y se ha creído las encuestas”, como si el error hubiera sido no conseguir las cifras enunciadas para asustar a quienes estuvieran dispuestos a creer que la victoria de Unidos Podemos convertiría España en un país latinoamericano.
Decía el señor Monedero: “No es que Unidos Podemos se haya equivocado. Es que hay un país real que sigue rehén del pasado y deprime. Si algo permanece de la idea de las dos Españas es que hay una que vive en el miedo y el egoísmo. Pero como tienen hijos y nietos que sufren las políticas de ajuste, irán dándose cuenta. Falta que vean la alternativa (…)“  La música suena bien, pero la letra no puede ser más inconsistente, como la de los argumentos maniqueos de las historias malas. ¿Miedosos y egoístas? ¡Qué chorrada, qué inmensa chorrada!
¿Qué decía el señor Monedero sobre la “desaparición” de 1,5 millones de votos “de izquierda”? Nada.
A mi juicio Unidos Podemos ha fracasado porque no ha conseguido mantener los votos que las dos formaciones ahora unidas habían obtenido por separado seis meses antes. Y ese era un objetivo estratégico esencial.
¿En qué se han equivocado concretamente quienes han diseñado la estrategia electoral? A mi juicio, cuando menos, en diez circunstancias casi obvias:

La primera, en entender las posibilidades políticas españolas con un optimismo exagerado. Conseguir la "anuencia general" no es un problema de “buenos” y “malos” ni de “tontos” y de “listos”, sino de diferentes concepciones culturales y, sobre todo, de inercia histórica, con lo que ello implica de complejidad. Contemplar los resultados en un mapa es elocuente por demás. Un amigo me comentaba el otro día que cuando, en ciertas zonas de España, comentas la actual penuria de las infraestructuras escolares y sanitarias, las gentes se encogen de hombros y responden:
—¿Y qué le vamos a hacer? Siempre ha sido así.

La segunda, en no haber encontrado recursos para compensar las maniobras de bloqueo del voto aplicadas por quienes se han propuesto cerrar el paso a un partido con planteamientos inconvenientes para sus intereses. Es incomprensible que no hayan sido capaces de rectificar una cagada monumental (la "formación de gobierno progresista") y explicar con claridad y contundencia al electorado "de izquierdas" por qué no aceptaron apoyar al PSOE para sacar del gobierno a Mariano Rajoy.

La tercera, en no entender que entrar en un proceso democrático “a la europea” supone tener en cuenta los factores no racionales (automáticos y de conducta profunda) que movilizan a amplios sectores de votantes. Algo han aprendido los líderes de Podemos desde las elecciones anteriores, pero aún queda un trabajo inmenso que hacer en ese sentido.

La cuarta, en no acertar con la manera de explicar o plantear un giro “de adaptación moderada”, desentendiéndose de una parte importante de quienes tradicionalmente apoyaban a IU y apoyaron la apuesta inicial de Podemos. .

La quinta, en dejarse arrastrar por la dinámica de debates nebulosos y olvidar los problemas concretos. Seguramente, hemos sido muchos quienes hemos pensado que también los de Unidos Podemos se acercaban demasiado  a las “formas tradicionales” de hacer política.

La sexta, en  ofrecer una gestión que no satisface a todos los votantes allí donde triunfaron en las elecciones municipales. Supongo que en el País Vasco y en Cataluña la situación es diferente, pero en el resto de España, son legión quienes, tras entregarles el voto, se han enfadado con la manera de hacer política municipal. Y no estoy pensando, precisamente, en los “argumentos” esgrimidos por los partidos “de la casta”.

La séptima, en ofrecer mensajes ideológicos contradictorios y, por ende, desconcertantes. Cuando se suponía que las etiquetas estaban fuera de lugar, aparece la socialdemocracia… ¿para captar votos entre quienes tradicionalmente han apostado por el PSOE? Ignoro cuántos votantes históricos del PSOE habrán cambiado la chaqueta, pero creo que oír la palabra “socialdemócrata” habrá sonado a cuerno quemado a muchos de quienes votaron en diciembre.

La octava, en gestionar el fondo electoral del mismo modo que lo hacen los partidos tradicionales, mediante fórmulas de bloqueo. Tengo la sensación de que los líderes de Unidos Podemos aún no se han enterado de cómo es el perfil medio de quienes más fuertemente habían apostado por apoyar su ascenso electoral; y con ello no me refiero al perfil medio de sus votantes. Esas personas no “funcionan” como las minorías silenciosas que respaldan al PP y al PSOE, a las que es relativamente sencillo manipular.

La novena, en no haber encontrado una fórmula de participación, adhesión y colaboración más operativa y que no cierre el paso a grupos sociales relativamente ajenos a los empleados hasta ahora.

La décima, en ofrecer al votante activo una forma de análisis político “profundo”, según postulados implícitos y explícitos ajenos a las circunstancias culturales del presente. Las explicaciones de los líderes de Podemos son sensatas y se entienden perfectamente; los ”argumentos” del señor Monedero polarizan a los posibles votantes ente quienes se adhieren a ellos “visceralmente” y quienes salen de su blog pensando que sus premisas son buenas para la Italia de principios del siglo XX.

Decía el señor Monedero que “la nave” (la fusión entre Podemos e IU)  va en la dirección correcta. Y culminaba indicando que Felipe González llegó a la Moncloa después de fracasar en dos elecciones, que Aznar perdió en 1993; y Rajoy, en 2004 y 2008. Y que por fin, “aparecerá Unidos Podemos como la única fuerza que puede representar los intereses de la mayoría. Sólo falta que haga un ejercicio de madurez y, pasadas las elecciones, pase a hacer política en serio. A partir de ahora lo que le toca es crecer”. Suena como las canciones de Labordeta, pero…

Me temo que, de no mediar milagro ni cambio de rumbo significativo, fuera del País Vasco y Cataluña, los actuales líderes de Unidos Podemos se van a llevar una sorpresa muy desagradable en las próximas elecciones, ya sean generales o municipales.

domingo, 26 de junio de 2016

Santa Sofía de Benevento, 2. El claustro

El claustro de Santa Sofía de Benevento se construyó entre 1142 y 1176, con elementos de acarreo entre los que seguramente habría de la edificación anterior, levantada durante el siglo VIII y destruida por la acción del terremoto del año 986, Desde los datos que nos suministra la iglesia en materia de reutilizaciones, cabe esperar que también aquí se emplearan restos de edificaciones anteriores...
El claustro está construido de manera particularmente anómala para ser un edificio cristiano del siglo XII porque las arquerías fueron diseñadas mediante arcos de herradura que se han interpretado como influencias islámicas, no sé si con acierto; la existencia de arcos de herradura en Albi, junto con estos de Benevento, abre otras posibilidades que, de momento, no me permiten ser demasiado explícito... Tiempo habrá de volver a ello en otro momento.



Los soportes, con fustes de origen y hechura variados, incluyen capiteles que, a su vez, soportan cimacios prismatoides, de concepción similar a lo que algunos denominan —no sé si oportunamente— capiteles "a stampella" (de percha). Desde un punto de vista global y ortodoxo, son especialmente interesantes éstos, que reúnen un conjunto iconográfico de particular interés, sobre el que el diletante encontrará abundante material en Internet. Obviamente, los realizados durante el siglo XII, que son la mayoría, sobrepasan los límites de mis posibilidades.
Como el lector imaginará, desde los planeamientos de este blog interesan más los discretos elementos que les sirven de soporte inmediato. Estos componen varias familias de cualidades culturales diversas, que impiden establecer un origen único para todos ellos y que informa de ese fenómeno tantas veces aludido en este blog de las reutilizaciones. En este caso, se emplearon capiteles reutilizados muy diferentes a los de la iglesia: mientras los de ésta procedían de edificios, seguramente templos, construidos durante los siglos II y IV, los del claustro establecen un abanico tipológico y cultural mucho más abierto.
Lógicamente, desde esa observación elemental, nace una pregunta casi obvia: ¿cuáles serían realizados durante el siglo VIII, coincidiendo con la fundación del edificio de promoción longobarda? Por desgracia, existen pocas referencias bien documentadas y las que hay no arrojan demasiada luz sobre el particular.
Lo más conocido del arte longobardo son relieves planos que, en su propia naturaleza, impiden cualquier valoración directa. Desde la preocupación por la ornamentación arquitectónica, las referencias más importantes debemos situarlas en el oratorio de Santa Maria in Valle, de Cividale del Friuli, edificio que, de acuerdo con el sentir general, determina excepción sobre los rasgos más genéricos del arte longobardo: no es lo mismo tallar estucos que fabricar elementos de cuyas cualidades tectónicas depende la estabilidad del edificio. Dicho con otras palabras: tal y como sucede en otras partes de Europa, no es fácil concretar los rasgos genéricos de la cultura longobarda y, menos aún, si nuestro objetivo atiende a la ornamentación arquitectónica.
Por otra parte, entre los capiteles asociados a las escasas edificaciones longobardas que existen (Brescia, Friuli, Spoleto, etc.), es difícil encontrar piezas indiscutiblemente realizadas durante los tiempos longobardos; en Brescia y en Friuli existen algunas adjudicadas a esa época, pero no sé si con buen tino.

BSSM01, capitel atribuido a los siglos VII-VIII
En el museo del Sannio ofrecen varios capiteles supuestamente realizados entre los siglos VII y IX, que pueden dar una idea sobre "el estado de la cuestión" en estos asuntos. El primero (BSSM01) es clasificado como "capitello composito", aunque, en realidad, cuenta con cuatro hojas angulares, volutas en V y mascarones en lugar de florones. La molduración del ábaco y el carácter de las hojas angulares, aún muy dependientes del acanto, podrían situarlo en época anterior. Sigue fórmulas que podrían ser de origen bizantino paro también romano, tal y como he comentado en otras ocasiones; asimismo, los mascarones nos remiten a fórmulas propias de lo romano pero que se siguieron empleando en tiempos bizantino, al menos, en el sur de Italia (Otranto, Bari, Trani, etc.).
Son muy curiosas las hojas, con eje "sogueado" y folíolos afilados de hechura torpe; por la parte inferior parece tener astrágalo abocelado liso. El conjunto del cuerpo superior cuenta con volutas de talla simple, que brotan de una especie de receptáculo rematado por cuatro bolas. Por fin, el ábaco de cierta concavidad, está moldurado con sencillez.
Lo clasifican entre los siglos VII y VIII, acaso por su relación con ciertos ejemplares bizantinos (ver capitel OTC17) pero, dadas sus relaciones con lo romano, también podría ser anterior...

OTC17, capitel de la cripta de Otranto
Otro tanto sucede con el "capitello composito" BSSM02, que ha perdido parte substancial de su volumen, que también cuenta con mascarones de hechura particularmente torpe, dos coronas de hojas con "vueltas"  "de penca" y folíolos definidos mediante incisiones de escaso relieve, pero muy próximos a las fórmulas del Pleno Imperio. Como el BSSM01, tiene ábaco de cierta concavidad y está moldurado en el frente. Si lo han interpretado bien quienes lo han clasificado, en origen, acaso tuviera los discos angulares de los derivados del orden compuesto, por lo que se intuye en la zona inmediata a las máscaras.
Por supuesto, también lo sitúan entre los siglos VII y VIII: entiendo que sólo le une al anterior los rasgos de torpeza y cierta proximidad entre los mascarones, pero si extrajéramos conclusiones exclusivamente desde rasgos de afinidad formal, también podríamos situarlos entre los siglos II, por obra de un taller marginal, y el X. Por desgracia, en estos casos (véase el ejemplo de Els Munts), no siempre es fácil extraer conclusiones "acertadas", incluso, aunque se haya tenido acceso al contexto arqueológico, por razones que podrá deducir con facilidad el seguidor de este blog.

BSSM02, capitel atribuido a los siglos VII-VIII
Los BSSM03 y BSSM04 responden a los que en Italia denominan "capiteles" "a stampella" ("capiteles de percha")... Entiendo que si estas piezas se colocaran entre los pilares o los fustes y el arranque de los arcos o del entablamento, la denominación sería correcta, pero si, como sucede en el propio claustro de Santa Sofía de Benevento, fueron concebidos para servir de elementos de transición entre el ábaco del capitel y el arranque de los arcos, lo más apropiado sería denominarlos "cimacios" y, si se quiere, "cimacios de percha" o de alguna otra forma que no entre en conflicto con la función arquitectónica de los capiteles.
La mayor parte de estos cimacios de percha son paralelos a los que en la península Ibérica se valoran como "de época visigoda", aunque, a mi juicio —iterum atque iterum— , sería más propio relacionarlos con la institucionalización del cristianismo, a partir del Edicto de Salónica.
Parece claro que los dos cimacios responden al mismo contexto cultural, acotado mediante las cualidades "tecnicas" expresadas por el tipo de talla y por la cruz que se aprecia en la fotografía adjunta, cuajada de trepanaciones, tal vez, concebidas para ser rellenadas con algún material más o menos noble. Están decorados mediante estructuras simétricas que también encontraremos en los del claustro y en la mayor parte de las piezas afines. Asimismo, los elementos ornamentales, tallos rematados en espiral, flores, palmas de perfil, etc., pertenecen al mismo universo cultural y formal
En el museo los sitúan entre los siglos VIII y IX, seguramente atendiendo a la posibilidad de que fueran tallados para una articulación estructural similar a la del claustro de Santa Sofía. Con la osadía que proporciona la ignorancia (soy muy consciente de mis limitaciones, especialmente, en arqueología italiana), me atrevería a sugerir que ampliaran la horquilla de adjudicación...

BSSM03, capitel "a stampella", atribuido a los siglos VIII-IX
BSSM04, Capitel "a stampella", atribuido a los siglos VIII-IX
En todo caso, desde ellos se deriva una cuestión relevante para situar las "fuentes" de las que bebieron quienes realizaron el claustro durante el siglo XII que, a su vez, ofrece una interesante cuestión: ¿hasta qué punto los constructores del siglo XII otorgaron continuidad a las fórmulas longobardas? ¿Sería inimaginable que los arcos de herradura fueran un elemento empleado en algunas partes del complejo longobardo?

El BSSM05 es un capitelillo con los elementos básicos del orden, reinterpretados de manera sumaria, con estructura de volutas en V y hojas angulares. Seguramente fue concebido para soportar un cimacio de concepción próxima a los anteriores, por supuesto, con las dimensiones adecuadas.
Aunque lo sitúan entre los siglos VIII y IX, también podría ser anterior.
BSSM05, capitel atribuido a los siglos VIII-IX
El BSSM06 responde a la misma estructura que el BSSM01 y el BSSM05, aquí más clara, de tronco piramidal, con hojas angulares y volutas en V; como los otros dos también conserva alusión al florón y como ellos participa de la misma problemática de adjudicación cronológica y cultural.
En el museo lo clasifican entre los siglos VIII y IX...

BSSM06, capitel atribuido a los siglos VIII-IX
En las salas altas del museo se pueden ver dos capiteles de concepción sumaria; tienen estructuras similares y tal vez uno de ellos haya sido mutilado en la parte inferior. Cuentan con cuatro hojas angulares lanceoladas y otras tantas afines en los ejes de las caras que, en la parte superior, ofrecen un abultamiento que recuerda al florón. Desde la configuración del ábaco, es posible deducir que también fueron concebidos para formar parte de estructuras con cimacios pero de pretensiones ornamentales más simples, tal vez por el lugar ocupado, por ejemplo, en una zona de difícil acceso, o tal vez, por las escasas pretensiones retóricas de la propia edificación.
A mi juicio, deberíamos incluirlos en el mismo ambiente cultural que los anteriores, entre los siglos VIII y IX, si seguimos las ideas de los técnicos del museo, o en una banda cronológica más amplia si la dinámica cultural italiana se parce a la hispana.

BSSM07

BSSM08
Los capiteles del claustro

Reconozco que el paseo por el Museo del Sannio me dejó perplejo por cuanto desde los fondos expuestos es difícil enfrentarse al caudal de capiteles recogido en el claustro.  Apenas los cimacios permiten establecer una relación más o menos directa.
En todo caso, confío en que lo recogido en esta entrada hasta aquí le sirva al lector para hacerse una idea de la enorme complejidad que encierra enfrentarse a una colección de piezas realizadas, muy probablemente, durante los años de transición entre la Antigüedad y la Edad Media, esa época que algunos valoran como "los siglos obscuros" de la historia europea.
Sobre ellas apenas podemos estar seguros de una cosa: todas ellas fueron realizadas antes del siglo XII...

Los capiteles del Pleno Imperio

A los constructores del claustro no les preocupó romper la homogeneidad que racionaliza los procesos constructivos y probablemente por la capacidad simbólica que veían en los objetos antiguos (aunque desconocieran su antigüedad concreta) de cualidades excepcionales, emplearon incluso capiteles de ubicación muy forzada, realizados en los alrededores del año 100 d.C.  
El primero (BSSC16), es un capitel muy erosionado, seguramente realizado durante el siglo II, que fue retallado en la parte inferior para adoptarlo a su función como soporte de dos fustes unidos, asimismo reutilizados. Enseguida veremos que esta forma de "encajar" las piezas al contexto inmediato no será privativo de este caso.

BSSC16
El segundo (BSSC19), también muy deteriorado (carece de media corona inferior) y de cronología afín, se empleó a pesar de que tanto por el tamaño como por la hechura encajaba mal en el contexto del claustro. Ello acota espectacularmente hasta qué extremos llegaba en el siglo XII la valoración de "lo antiguo", que seguramente habría hecho las delicias de Aloix Riegl, si hubiera entrado en detalles tan "locales" como los proporcionados por este peculiar monasterio.

BSSC19
El BSSC18 está superficialmente muy erosionado y además parece haber sido retallado en el cuerpo superior y, muy especialmente, en el ábaco. No obstante, de lo que queda se puede deducir que estuvo tallado según prototipo de variedad "corintizante de cáliz central" con una corona de hojas de concepción tosca, según fórmula "evolucionada" o "degradada". Lo más habitual en este tipo de capiteles es que en la corona inferior alternen acantos con hojas "de agua" o palmas de folios anchos lisos. La sustitución de esos elementos por hojas sumarias de concepción "oriental" ("asiática") adelanta la cronología pero no demasiado, porque estas variedades corintizantes tendieron a desaparecer con el paso de los años.
La existencia de huellas de trépanos con cabezas de diversos diámetros (algunos, muy finos) permite situarlo en un contexto tecnológico de cierta sofisticación, probablemente en los alrededores del año 300 d. C.

BSSC18
En el centro del patio, a modo de brocal hay un capitel compuesto muy erosionado y recortado por la base, seguramente realizado durante el siglo II y que da la medida de cómo se valoraron estos elementos, no siempre respetando su naturaleza primaria. En estado original no sería muy diferente del magnífico NAM01, conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. 

BSSC35
NMAN01
Los capiteles "tardoantiguos", por llamarlos de algún modo

He intentado ordenar los capiteles según parámetros tipológicos, aunque ello suponga o pueda suponer desenfocar la ubicación cultural de las piezas. Por fortuna, en este conjunto es fácil establecer grupos de homogeneidad cultural para la mayoría de las piezas —sólo unas pocas escapan de esa posibilidad—, que debería servir para hacerse una idea de cuál fue el destino inicial de todos ellos.

Los derivados del orden corintio con dos coronas de hojas

El grupo nos ayuda a establecer una línea de evolución cultural que nos remite a los orígenes, obviamente, derivados de las fórmulas del Pleno Imperio.
Uno de los capiteles que mejor documenta la pervivencia de las fórmulas romanas de los siglos I y II es el BSSC28, que repite la estructura del orden corintio sin otras "anomalías" que la inexistencia de conjunto axial; el florón ha sido sustituido por un motivo ajeno a las tradiciones de los siglos I y II, pero frecuente entre los modelos bizantinos de los siglos V y VI.
El ábaco tiene una curvatura comparable a la de sus homónimos del Pleno Imperio; no sucede lo mismo con el frente, liso y sin molduras, como es habitual a partir del siglo V.
Cuenta con dos coronas de hojas con "acantos" de concepción sucinta pero "ortodoxos", aunque de claras conexiones con "lo oriental", caulículos sugeridos por un remate de sogueado sumario, cáliz de cierto desarrollo y dobles volutas rematadas en hélices de cierto volumen. Tanto en el cáliz como en las hojas de acanto prevalecen agrupaciones de tres o cuatro folíolos que nos emiten a fórmulas frecuentes entre "lo oriental" (entrecomillo "lo oriental" porque, desde los restos encontrados en las ciudades de la antigua Magna Grecia,  el sur de Italia participó muy activamente en la conformación de lo que acabaría siendo la estética bizantina).
Cuenta con kalathos, que otorga continuidad al volumen troncocónico del cuerpo inferior.
Fue tallado por artífices habilidosos que contaba con la riqueza de herramientas reflejadas en las huellas de los trépanos y en los ahuecados de las volutas exteriores.
Si este capitel hubiera aparecido aislado, desde las vicisitudes históricas mencionadas, deberíamos situarlo en los alrededores del siglo IV, por las circunstancias indicadas y por la naturaleza de los acantos próximos a las fórmulas "asiáticas". Su aparición en este contexto y, sobre todo, por las relaciones que tiene con otras piezas del conjunto, debería ampliar la horquilla de adjudicación hasta el siglo VI.

BSSC28
Existe otro similar (BSSC29), peor conservado (ha perdido las volutas exteriores), probablemente, porque fue colocado en situación especialmente agresiva para la fragilidad de los extremos del ábaco. En él se aprecia con claridad el carácter del abultamiento del ábaco, que hace pensar en las fórmulas conocidas en capiteles de los tiempos de Justiniano.

BSSC29
El BSSC47 sigue la misma estructura aunque con un tipo de ornato vegetal más tupido y con acantos de folíolos alargados y agrupados según modalidad comparable a las de otras variedades asimismo de sentido "oriental". Por la naturaleza de las volutas y del ábaco y sobre todo por la riqueza de variedades acumuladas en el claustro, no creo que pertenezca a un momento diferente de los dos anteriores. Este capitel es pieza clave para conectar los dos anteriores con parte de los que veremos a continuación.

BSSC47
El BSSC06 obedece a una estructura relacionada con el orden corintio, del que se distancia con claridad por los detalles genéricos de su grupo y por algunos otros específicos y de especial significación: la carencia de eje axial, la naturaleza del ábaco, decorado en su frente pero sumamente estrecho y el desequilibrio en el conjunto del cuerpo superior en beneficio de un cáliz exuberante. Por lo demás, cuenta con ornato vegetal directamente relacionado con las fórmulas grecolatinas y, sobre todo, con las variedades locales del corintio asiático. Tampoco aquí son contundentes las influencias bizantinas, aunque si son relevantes los indicios, como la estrechez del ábaco, la peculiar forma del abultamiento colocado en el lugar del florón y la manera de comprimir las volutas, que remiten a fórmulas bizantinas. Por todo ello y aunque siempre debería estar presente la posibilidad de una cronología temprana como en los casos del BSSC28 y del BSSC29, a mi juicio, lo más probable es que ser trate de un capitel del siglo VI.

BSSC06
El BSSC07 acaso sea uno de los más creativos, en la línea de lo que parece ser rasgo más repetido en todos los del grupo: el barroquismo en la interpretación de la parte vegetal del cuerpo superior. Casi han desaparecido las volutas, apenas sugeridas por unos zarcillos angulares de escaso tamaño, mientras que la parte vegetal, nacida de una cadeneta de tallos entrelazados, ha sido confeccionada mediante palmetas asociadas a un kalathos más sugerido que apreciable en sus cualidades volumétricas; este planteamiento guarda cierta similitud con los capiteles de Cornellá, aunque éstos responden a fórmulas más alejadas de las referencias grecolatinas.
El cuerpo inferior está recubierto por dos coronas de hojas, sensiblemente relacionadas con la tradición del acanto, asimismo definidas mediante series de las mismas palmetas de tres ápices, muy frecuentes entre lo bizantino.
Siglo VI.

BSSC07
En el claustro hay varios capiteles  que parecen haber sido retallados para hacer más "coherente" su función estructural asociados a los cimacios de base cuadrada y más estrecha que el tamaño de los ábacos. Obviamente, esa pretensión de "coherencia" parece impuesta mediante criterios estéticos de dudoso gusto; pero en todo caso, la iniciativa supone una alteración radical del sentido de los órdenes tradicionales grecorromanos, que se podría interpretar en buena sintonía con la manera de entender estos elementos en tiempos del románico.
De hecho, capiteles como el BSSC03  recuperan la idea del relato mítico de Calímaco, con un grado de elementalidad superior a las maneras del Imperio Romano: hojas de acanto se desarrollan alrededor de un "cesto", que ya no es tal sino una especie de prolongación cilíndrica del fuste.
Por fortuna es fácil imaginar la estructura de este capitel y comparar los acantos con los de otras piezas de motivos ornamentales similares.
La convivencia de capiteles retallados y enteros permite plantear una hipótesis, a mi juicio, bastante plausible: que se aplicara la retalla únicamente a los capiteles que presentaban desperfectos de mayor o menor entidad.
En todo caso, este capitel y los afines deberían considerarse del siglo VI.

BSSC03
BSSC25
BSSC27
BSSC40
BSSC43
BSSC42
El BSSC32 tiene la particularidad de contar con dos coronas de hojas escalonadas y contrapeadas según fórmula peculiar, de la que no poseo referencias. Para complicar aún más el análisis, ha sido retallado en la parte superior. En todo caso, perece formar parte del mismo ciclo cultural que los precedentes.

BSSC32
El  BSSC24 parece haber sido retallado para incluir elementos iconográficos ajenos a la pieza original pero entonados con las tallas de los cimacios. También en él aparecen acantos de manifiesta vinculación con los paradigmas grecolatinos pero de diseño singular entre los de Benevento.

BSSC24
Capiteles derivados del orden corintio con una corona de hojas

Hay dos capiteles derivados del orden corintio, erosionados y retallados parcialmente, que constan de una única corona de hojas alargadas en el cesto, ornadas mediante fórmulas similares a las ya comentadas. Aunque el estado de conservación dificulta el análisis, lo que subsiste permite hacerse una idea que cambia poco lo visto en los menos evolucionados de los que cuentan con dos coronas de hojas; sobre ellos, le identifica un cuerpo superior algo más simple, mediante volutas casi tapadas por el ornato vegetal, circunscrito a ellas. Tanto el tipo de acanto como la concepción del conjunto volutas-cáliz los hacen pensar en fórmulas empleadas en capiteles corintios asiáticos evolucionados (catedral y San Nicolás de Bari) y en los de tiempos de gran influjo bizantino.
El BSSC20 aún conserva los florones, de sentido tradicional, y el frente del ábaco decorado mediante cenefa de hojas. Es de suponer que el BSSC17 tendría un aspecto similar y que fue retallado hasta conseguir una configuración del ábaco peculiar, que encontraremos en algunos de los retallados.
Estos capiteles deberían vincularse a la misma fase que los más tradicionales de dos coronas, es decir, entre los siglos IV y VI, aunque, a mi juicio, lo más probable es que correspondan a la expansión constructiva de la época de Justiniano.

BSSC17
El BSSC20 es similar al anterior, pero lo más interesante es el cimacio que soporta, sensiblemente distinto del resto, con iconografía del Tetramorfos; en una de las caras (no recogida en la imagen) está representado el arcángel San Miguel, tal vez aludiendo a la leyenda del monte Gárgano.

BSSC20

El capitel BSSC01 ofrece una estructura derivada del orden corintio con una única corona de hojas en la zona inferior y la agrupación cáliz volutas en la superior. Las hojas conservan la tradición del acanto mediante elementos que hacen pensar en las variedades asiáticas. El cuerpo superior ofrece una configuración escasamente dependiente de la idea del kalathos tradicional; de hecho, está más cerca del tronco de pirámide que del de cono. Sobre ese sólido se circunscriben cálices hiperdesarrollados que no surgen de caulículos perceptibles y que soportan dobles volutas de concepción torpe y distanciada de las fórmulas tradicionales. 
Remata el capitel por la parte superior un ábaco de escaso desarrollo y poco curvatura, de "brazos" prácticamente rectos, que en los centros de las casaras contiene florones "acartelados" (si se me permite la expresión), desconectados de la tradición romana de los siglos I y II. En este caso concreto no se aprecia molduraje alguno, aunque conociendo el periplo de estos capiteles no debería despreciarse la posibilidad de que hubiera sido retallado.
Siglo VI.

BSSC01
El BSSC37, como el BSSC24, también parece haber sido retallado para incluir elementos ajenos al sentido orgánico original del capitel.

BSSC37
El BSSC39 responde a la misma modalidad estructural de los anteriores, pero sus cualidades formales y técnicas apuntan hacia una época diferente o hacia un taller marginal. Destaca el exagerado alargamiento de las hojas, en paralelo a la concepción estructural más peraltada, en cierto modo próxima a los de tres coronas que veremos en el siguiente grupo tipológico, Tiene especial interés la manera de recuperar la idea de los florones, según una fórmula que recuerda la gran flor de uno de los capiteles corintios asiáticos reaprovechados de la fachada.
Siglos VI-VII.

BSSC39
Capiteles de tres coronas

Otro de los capiteles "innovadores" es éste que parece concebido para fundir las tradiciones de los órdenes corintio y compuesto. Consta de tres coronas de hojas de concepción similar a la de sus "parientes", pero se distingue de ellos en la manera de organizar la estructura global y, sobre todo, la parte superior, delimitada por un ábaco estrecho, moldurado y con el frente ornado mediante seriado de hojas, de escas concavidad.
Bajo el ábaco los tallistas dispusieron volutas vegetales rematadas en flores de cuatro pétalos, que nos hacen pensar en fórmulas muy empleadas en el califato de Córdoba.
Son muy curiosos los "florones" de los ábacos de configuración variada y los rollitos dispuestos bajo las esquinas del ábaco, según fórmula específica de la serie.
Desde las cualidades de los acantos, de nuevo nos encontramos ante fórmulas que es posible relacionar con las tradiciones orientales acaso más en este caso que con las estrictamente bizantinas, pero también debemos tener en cuenta la existencia de capiteles bizantinos con tres coronas de hojas, que proporcionan un referente estructural importante.
El planteamiento estético general lo pone en relación con algunos ejemplares de dos coronas y, sobre todo, con los derivados del orden compuesto, que contienen elementos "vegetales" prácticamente idénticos.
Siglo VI.

BSSC09
BSSC44
BSSC33
BSSC34
BSSC30
El BSSC26 parece pertenecer al mismo grupo, aunque los elementos del cuerpo superior definen cualidades específicas diferentes; en todo caso, puede pertenecer a la misma fase cultural que los anteriores.

BSSC26
Otras variedades derivadas del orden corintio

El BSSC04 cuenta con una estructura probablemente derivada de las modalidades de volutas angulares de época bizantina con ciertas peculiaridades que empiezan en el reparto alternado de las hojas de la primera corona, entre "acantos" de tamaño diferente; las centrales son mayores que las angulares. En contraposición, las pequeñas de la primera corona tienen sobre ellas cuatro angulares de tamaño descomunal.Todas ellas siguen una fórmula ornamental similar, derivado de folíolos alargados, agrupados en abanico y relacionadas con las fórmulas "orientales", aunque con cualidades específicas relacionadas con el tamaño.
Tiene particular interés el cuerpo superior, donde subsiste la idea del conjunto axial definida mediante una yema de tres ápices en la parte baja, una especie de muñón del que nacen las volutas, que ascienden hasta definir hélices de curvatura hacia arriba, frente a lo más frecuente en la tradición del orden corintio, incluso en época bizantina; por fin, en los ejes de los ábacos hay florones de cierta relación con las fórmulas tradicionales, pero sobre un abombamiento que nos vuelve a poner la pieza en la órbita de los capiteles bizantinos.
El ábaco está moldurado y ornado mediante un motivo seriado que, de nuevo, nos hace pensar tanto en lo romano como en lo bizantino.
Siglos V-VI.

BSSC04
Hay varios capiteles de concepción más tosca, que podrían interpretarse como "copias" de los anteriores realizadas con medios técnicos y humanos más pobres. También fueron tallados mediante relieve en bisel y toques de trépano pero con una calidad plástica muy inferior.
Es muy curiosa la manera de componer palmetas completas de tres hojas rectas y dos curvadas, muy habituales entre lo bizantino, mediante las medias palmetas que "derivan" del ornamento de los "acantos" de la corona inferior, como en una de las series del pórtico de Escalada y en los de Santiago de Pañalba, que repiten fórmula pero con la palmas en posición invertida.
El cuerpo superior reinterpreta las tradiciones del orden corintio de modo sumario para definir un ábaco de espesor exagerado, con un abultamiento como de aplique (de lámpara) en la zona del florón, que, de nuevo, podemos relacionar con soluciones de los capiteles bizantinos sin volutas interiores.

BSSC10

LME30, capitel del pórtico de Escalada
Aunque es muy tentador situar la realización de estos capiteles durante el siglo VIII, tal y como proponen en el museo para piezas relativamente afines, no sería demasiado aventurado adjudicarlos una cronología anterior, más próxima al siglo VI, teniendo en cuenta la posibilidad de que fueran obra de un taller contemporáneo al de los mejores del conjunto pero dotado de menor pericia.
Siglos VI-VII.

BSSC14
Al menos tres capiteles (BSSC21, BSSC22 y BSSC41) tienen cualidades homogéneas entre ellos, que permiten asociarlos a un origen común. Son de estructura peraltada, de concepción próxima a los anteriores, pero de ejecución sumaria; se caracterizan por una manera peculiar de resolver el "conjunto axial" según fórmula que recuerda al capitel animado de la fachada de la iglesia, mediante flores relativamente grandes asociadas a pedúnculo perfectamente marcado.
Aunque dos de ellos parecen haber sido retallados, mantienen los rasgos de parentesco que nos permiten situarlo entre los siglos VII y VIII.

BSSC21
BSSC22
BSSC41
El capitel BSSC36 presenta una fórmula derivada de las variedades de volutas en V, con una corona de hojas "pencas" comparables a las que se emplearon en el norte de la península Ibérica en tiempos de la monarquía asturiana, Se le ha considerado del siglo VIII, seguramente desde la valoración de su estructura, afín a los capiteles citados del museo.
A mi juicio, este capitel cuenta con mayores posibilidades de pertenecer a esa época, aunque desde la valoración plástica de los huecos y desde la configuración del ábaco, también podría ser posterior.

BSSC36
Los capiteles derivados del orden compuesto

Los capiteles de esa modalidad que aún podemos ver en el claustro forman dos grupos de cualidades similares, individualizados por el tipo de ornamento que recubre la superficie de los cestos. El primero está compuesto por cuatro piezas de concepción homogénea y buen estado de conservación. El segundo, por otras dos más, de estructura similar a la de las anteriores pero que han perdido los discos angulares; asimismo se distinguen (los del segundo grupo) por un tipo de acanto de folíolos cortos, casi triangulares y muy agudos.

OTC10 Capitel bizantino reutilizado en la cripta de Otranto
Los capiteles del grupo más numeroso emplean fórmulas ornamentales de "sabor" homogéneo pero con variaciones de detalle significativas que individualizan a cada uno de ellos,
El BSSC02 mediante un tipo de talla con biseles de escaso volumen; consta de dos coronas de hojas obtenidas mediante series de tres de folíolos alargados con venas centrales muy marcadas, comparables a algunos de los derivados del orden corintio ya comentados. Frente a lo que sucedía en éstos, que, en muchos casos, ofrecían cestos casi cilíndricos, en los derivados del orden compuesto los acantos se acoplan a cestos marcadamente troncocónicos; esta circunstancia nos aproxima a fórmulas especialmente arraigadas a partir del siglo V en los ambientes de gran influjo bizantino. Es muy habitual entre éstos (ver OTC10) el ensanchamiento del cesto en la zona próxima al cuerpo superior.
Algo similar sucede con el cuerpo superior, resuelto mediante un equino es escaso espesor, ornado según fórmula tradicional mediante contario y ovas y dardos interpretados con cierta torpeza pero sobre volumen bien trazado,
Completa el diseño un ábaco moldurado de concavidad estimable, apeado sobre los discos angulares con rollitos similares a los habituales durante los siglos del Pleno Imperio. Por fin, en los centros de las caras aparece un florón peculiar rematado en ménsula semicircular, que hace pensar en los elementos afines empleados en los capiteles corintios antes mencionados y, por supuesto, en los bizantinos de los siglos V y VI.

Capitel BSSC02
Si el BSSC05 hubiera aparecido en otro lugar, cabrían muchas cábalas sobre el origen de su particular manera de interpretar el orden compuesto. Como Benevento es una zona de fuerte implantación bizantina, donde además, el arraigo de influencias orientales está acreditado desde tiempos tempranos, es relativamente sencillo deducir que estos capiteles deben incluirse en ese proceso con apenas una duda fundamental: si fue tallado antes o después de la aparición de los influjos bizantinos de la época de Justiniano.
A favor de la cronología tardía: también en este caso aparecen indicios como los mencionados con los derivados del orden corintio (tipo de ornato, "cartelas", carácter del ábaco). En contra: el mantenimiento de elementos propios de las tradiciones engendradas entre los siglos I y II.

BSSC05
Para complicar la evaluación del grupo, resulta que este capitel está decorado mediante una variedad de acanto similar al empleado en una de las series de Esacala. Sin embargo, las diferencias son notorias: en éste no existe collarino, sólo posee una corona de hojas, el cuerpo superior ofrece cáliz hiperdesarrollado mientras que en los de Escalada ese elemento está atrofiado, y frente a los leoneses aquí la alusión al "cesto" casi es inexistente. En suma, el parentesco se limita a el ornato de la corona inferior que, a su vez, hace pensar en el desarrollo de las fórmulas orientales que ya he comentado en varias ocasiones.
No obstante, como ellos, parece concebido para estar asociado a cimacios de cierto desarrollo, acaso de concepción volumétrica similar a los del claustro de Benevento.
Francamente no creo que, en principio, se pueda establecer una relación directa entre ambos grupos, dadas las diferencias estructurales, pero, en todo caso, tampoco creo que sea casual esa coincidencia. A mi juicio, probablemente ello se deba a la existencia de circunstancias culturales relativamente comparables, casi paralelas.

LME23, capitel del pórtico de Escala
BSSC45???
BSSC08
En suma, los cuatro capiteles ofrecen testimonio de la fusión entre las tradiciones romanas y las aportaciones bizantinas para crear una variedad de capiteles que, en lo formal, permanece más cerca de aquellas que de éstas.

Los capiteles del segundo grupo ofrecen un estado de conservación similar. Se caracterizan por la peculiar distribución del cuerpo superior, con banda de ovas y dardos muy estrecha, contario y cojinete de gran amplitud que, probablemente derivaba en volutas vegetales que se han perdido.
En el cuerpo inferior aparece un tipo de acanto que me ha hecho pensar en capiteles andalusíes de finales del siglo X; en este caso, no creo que ese paralelsismo sea otra cosa que una coincidencia circunstancial, porque la concepción estructural nos remite a fórmulas documentadas en el propio claustro de Benevento. En todo caso, la manera de interpretar el acanto vuelve a poner sobre la mesa la relación de estos dos capiteles con fórmulas que están a medio camino entre las variedades orientales de los siglos III y IV y las bizantinas.
Por las razones esgrimidas ante el grupo anterior, lo más probable es que también estos capiteles fueran realizados entre los siglos V y VI.

BSSC23
BSSC31
Capiteles estrictamente bizantinos

En el claustro hay dos capiteles imposta bizantinos reutilizados como basas, según fórmula que también se empleó en otros lugares; por el carácter de las piezaa, la situación me ha hecho pensar en Santa Irene de Constantinopla, reformada con capiteles que se emplearon como basas. Uno de ellos, el BSSC46, reproducido en la imagen adjunta, está muy erosionado y retallado. El segundo, que no pude fotografiar por despiste, está identificado y clasificado desde finales del siglo XIX ( Meomartini, I monumenti e le opere d'arte della città di Benevento, 1889).
Sin otros datos, me siento incapaz de clasificarlos.

BSSC46
BSSC50, Foto Meomartini
Capiteles del siglo XII


El BSSC13 está estructurado mediante una fórmula que es común en momentos tardíos. Aunque el cesto está cubierto por cuatro grandes hojas que recuerdan la idea del acanto con cierta fidelidad, el cuerpo superior ha perdido por completo la idea del orden, aunque se mantiene una referencia a las fórmulas bizantinas con volutas en V. El ábaco, mal definido, carece de referencias a los florones o cartelas.
Lo más probable es que se trate de un capitel tardío, tal vez, concebido para adaptarse expresamente al claustro; pero tenga en cuenta el lector que estas piezas escapan de mi "negociado", al menos, de momento...

BSSC13
El BSSC1, que contiene inscripción fundacional proporciona una idea de la manera de entender el ornato de los capiteles durante el siglo XII, ya mediante recursos próximos a los empleados en tiempos del Imperio Romano. Tal y como sucede en toda Europa, ya no interesa seguir la tradición de Calímaco, sino afrontar planteamientos ornamentales más abiertos, incluso, aunque se mantengan elementos tomados directamente de las tradiciones grecolatina. En este caso subsisten las volutas exteriores con cáliz, los florones, los "acantos", pero todo ello interpretado con voluntad estética diferente a la de las tradiciones romanas.

BSSC11
Otro tanto sucede con el BSSC49, dotado de cuatro hojas angulares sobre estructura derivada del orden compuesto, interpretado con manifiesta libertad o, si se me permite la broma, libertinaje.

BSSC49
Como es notorio, el claustro también cuenta con capiteles de voluntad narrativa, bien para aludir a elementos específicamente cristianos, bien para aludir al universo de las fábulas moralizantes o a las referencias tradicionales de cada zona, sin eludir ni lo escatológico,

BSSC15
BSSC12
BSSC48
BSSC38
Para finalizar

Confieso que al ofrecer un análisis como éste me siento como pollo en corral ajeno; no obstante, contemplados los elementos de ornamentación arquitectónica desde la península Ibérica, tiene sentido cierta osadía...
En Santa Sofía apenas han aparecido restos de ornamentación arquitectónica que podamos clasificar como estrictamente bizantinos: los dos capiteles reutilizados como basas en un conjunto de casi cien piezas repartidas entre la iglesia, el claustro y el museo. Puede que ello respondiera a la voluntad de marginar "lo oriental", según fórmula que no se manifestó del mismo modo en otros lugares próximos. Sin embargo, el peso de lo bizantino es particularmente claro en la concepción arquitectónica del claustro.
A mi juicio, aquella carencia ayuda a entender la existencia del conjunto de capiteles del claustro de Benevento, dentro de un fenómeno cultural dominado por el influjo oriental pero muy condicionado por las tradiciones derivadas de las fórmulas romanas. Capiteles como el BDU03, reutilizado en la fachada de lo poco que queda de la antigua catedral de Benevento (destruida durante la Segunda Guerra Mundial), y el RSLF04 (de San Lorenzo Extramuros, Roma), que algún autor ha citado como referencia dan testimonio de dónde podrían estar las fuentes que propiciaron el extraordinario paralelismo entre los capiteles de Benevento y los del pórtico de Escalada, situado a más de 2.000 kilómetros.

Capitel reaprovechado en la fachada de la catedral de Benevento BDU03
En todo caso, no debemos olvidar que el paralelismo formal, asociado a los modelos de "acantos", no se corresponde con la relación estructural. Ni la concepción general de las piezas, exclusivamente "corintias" en la diócesis de Astorga (tal vez, con alguna de tradición "corintiante") y "corintias" y "compuestas" en Benevento, ni la forma del ábaco, fuertemente caracterizada en los de Escalada y Peñalba, ni la articulación del cuerpo superior, con la característica atrofia del cáliz en los hispanos, ni el remate inferior del cesto (collarino), guardan relación estrecha entre unos y otros. Paradójicamente, si atendemos a lo que sucede en el noroeste de la península Ibérica y, sobre todo, en los alrededores de Mazote, se advierte mayor peso de las fórmulas bizantinas "aquí" que en el Sannio, pero esa situación cambia radicalmente en las poblaciones importantes del sur de Italia, donde son muy frecuentes los capiteles bizantinos en riqueza tipológica que desborda la ingenuidad de quien crea que el arte bizantino es cosa de Estambul, Rávena, el note de África y alguna otra ciudad marginal como Poreč...

RSLF04, capitel de San Lorenzo Extramuros (Roma)
En todo caso, dejando a un lado los capiteles del Pleno Imperio, que admiten pocas dudas (acaso sea discutible la clasificación del BSSC18) y los del siglo XII, a mi juicio, se aprecian los siguientes conjuntos de homogeneidad tipológica y cultural:
1. Los capiteles corintios atribuibles, en principio, entre los siglos IV y VI (probablemente sean del VI).
2. Los dos capiteles estrictamente bizantinos, reempleados como basas.
3. Los que componen el grupo más numeroso, entre los que destacan los que guardan similitud con las series de Escalada y Peñalba, probablemente realizados también durante el siglo VI.
4. Los que parecen derivar de los anteriores pero fueron realizados con recursos tecnológicos y humanos precarios, probablemente tallados entre los siglos VI y VII.
5. Varias piezas "sueltas" datables entre los siglos VI y VIII
6. Los de concepción más irregular que podrían corresponder al siglo VIII.


Estas seis categorías permiten deducir que los capiteles reutilizados del claustro de Benevento proceden, cuando menos, de cuatro o cinco edificios o "impulsos constructivos" diferentes, que pudieron formar parte del complejo fundado y reformado durante la segunda mitad del siglo VIII y los años sucesivos; pero también de otros.
Se sabe que Benevento había sufrido un terremoto terrible a mediados del siglo IV (375 ó 369), que la aniquiló: murió la mitad de una población estimada en 200.000 almas. Sabiendo que el hecho ocurrió pocos años antes de la promulgación del Edicto de Tesalónica, que supuso el reconocimiento del cristianismo niceno como religión oficial del Estado, es fácil imaginar las consecuencias de la tragedia. Pero la actividad sísmica no se detuvo en el siglo IV: hubo otro asimismo terrible en el año 840, un tercero de menor entidad a finales del siglo X y dos más en 1125 y 1138, poco antes de que comenzara los trabajos del claustro.
En suma, cuando comenzaron los trabajos del siglo XII (entre 1142 y 1176), seguramente eran muy abundantes los restos arquitectónicos disponibles tanto en la edificación longobarda como en otros templos de la ciudad. Frente a la situación del siglo VIII, cuando cabría argumentar que acaso no existieran artífices especializados ni herramientas específicas, para el sigo XII, el propio claustro documenta niveles técnológicos y artesanos suficientes para afrontar la realización de elementos de ornamentación arquitectónica de calidad notoria; y sin embargo, recurrieron a piezas antiguas, algunas probablemente procedentes del monasterio fundado durante la segunda mitad del siglo VIII y, tal vez, de otros lugares, seguramente por las implicaciones simbólicas y legitimadoras que ello implicaba.