Durante estos días y hasta mediados de junio podemos ver en Madrid una exposición centrada en la obra de Ramón Casas (1866-1932), uno de los pintores más interesantes de cuantos ejercieron su profesión en Cataluña durante los años de las grandes transformaciones estéticas. Dada su vinculación a las corrientes más atentas a dichos cambios, sus obras se mantuvieron en sintonía con las tradiciones académicas, para incomodidad de quienes preferirían que el yermo cultural hispano no hubiera contaminado las tierras catalanas.
Como de costumbre, únicamente destacaré de la exposición algunas circunstancias que me han sorprendido y, entre ellas, casi todos los "paneles pedagógicos o divulgativos" repartidos por la salas que agrupan los diferentes bloques temáticos, que a mi juicio reflejan un lamento soterrado porque Ramón Casas no entrara con más decisión en las propuestas vanguardistas, tal y como hiciera Picasso, 15 años más joven que él. Creo que el panel más explícito en ese sentido es el titulado "La paradoja del artista moderno":
Como de costumbre, únicamente destacaré de la exposición algunas circunstancias que me han sorprendido y, entre ellas, casi todos los "paneles pedagógicos o divulgativos" repartidos por la salas que agrupan los diferentes bloques temáticos, que a mi juicio reflejan un lamento soterrado porque Ramón Casas no entrara con más decisión en las propuestas vanguardistas, tal y como hiciera Picasso, 15 años más joven que él. Creo que el panel más explícito en ese sentido es el titulado "La paradoja del artista moderno":
"No deja de resultar paradójico que un pintor cosmopolita y receptivo a las corrientes pictóricas internacionales se sintiera atraído por el cultivo de la temática popular. La destacada presencia de los motivos pintorescos en su producción, con una especial predilección por la representación de escenas taurinas o tipologías de majas y toreros, muy en sintonía con la más tradicional veta brava española, deja patente la permeabilidad de Casas a la hora de incorporar un repertorio lleno de referencias locales, muy apreciado por una clientela muy identificada con estos elementos simbólicos. Después de todo, su obra evidenciaba un modelo híbrido en el cual el pintor moderno tendía a nutrir su imaginario con todos aquellos elementos que pudieran enriquecerlo, superando la tradicional diferencia que separaba la alta cultura de la baja. El circo, la tauromaquia, los espectáculos populares permitían la conexión con unas formas de recreo muy arraigadas en el imaginario popular y que desvelaron el interés de las nuevas generaciones de artistas. Sin embargo, la sobreinterpretación abusiva del tema produjo un efecto contrario, dado que Casas también tuvo la tendencia de fijar una imagen tópica y estereotipada, sin pretender revisar la visión folclórica hegemónica."
Sucedió lo mismo con Picasso. ¿Por qué paradójico? Responda el lector a una pregunta de voluntad provocadora que destaca, sobre todo, los "problemas" implícitos no en la obra de Casas sino en el texto de quien lo ha redactado. Ramón Casas viajó a París pero prefirió establecerse en Cataluña, donde gozó de las posibilidades que le proporcionaba la muy desahogada hacienda familiar...
También me ha hecho gracia el texto que ilustra una de las salas dedicadas a la iconografía femenina:
"La representación del desnudo femenino es uno de los temas más visitados por los artistas de finales del siglo XIX. Ya desde mediados del siglo XVIII, la academia, entendida en términos literales como estudio del cuerpo humano y su conversión en formas artísticas, forma parte del entramado del aprendizaje institucional de la época. Sin embargo, la práctica formativa, basada en la repetición del gesto y en la que la copia de modelos vivos constituye uno de sus principios fundamentales, dará paso a un modelo menos rígido, más abierto a la transgresión y a la superación de las limitaciones académicas. Entre otras causas, la irrupción de la fotografía supone una alteración del método clásico de acercarse al motivo, pues la técnica fotográfica abre la puerta al descubrimiento de nuevas posibilidades formales y estéticas. En este sentido, la difusión de las revistas fotográficas se convierte en un instrumento eficaz de irradiación de un proyecto visual muy útil para los pintores"
¿El desnudo de la imagen adjunta, que tanto recuerda a La Venus del espejo de Velázquez, es un reflejo del mencionado intento de convertir el erotismo femenino en formas artísticas puras? A mi me parece, simplemente, un estudio de las posibilidades del cuerpo femenino para facilitar composiciones de contemplación grata, por razones que van mucho más allá —o acá— del sustrtato "espiritual" —de elevada sofisticación "intelectual"— que se supone al goce estético. Desde la "objetualización" que ello implica y que se aprecia en casi todos los desnudos de la época, se "comprende" la reacción de Mary Richardson, cuando se abalanzó sobre la obra de Velázquez; muchos años después Mary Richardson confesó que no le gustaba cómo los hombres contemplaban boquiabiertos The Toilet of Venus...
Es curioso comparar esos desnudos con los retratos de Julia Peraire, que también están documentados en la exposición y que, según mi humilde criterio, sí ofrecen una visión más actual de la mujer.
En todo caso, sería absurdo discutir la relevancia adquirida por el desnudo femenino en Europa desde mediados del siglo XVIII. Tampoco descubriría el Mediterráneo si indicara que ese tema inocográfico se extendió, muy especialmente, por las zonas de mayor desarrollo cultural; o si se prefiere, allí donde cedió el influjo católico gracias a las transformaciones asociadas al período de las revoluciones. Y es particularmente obvio también que la Cataluña del Modernismo y del Noucentisme fue una de las regiones donde arraigó con mayor fuerza esa corriente que "moralmente" se justificó mediante argumentos que hoy hacen sonreír y que aparecen aludidos en el texto mencionado.
Casas, Retrato de Julia Peraire, 1905 |
En todo caso, sería absurdo discutir la relevancia adquirida por el desnudo femenino en Europa desde mediados del siglo XVIII. Tampoco descubriría el Mediterráneo si indicara que ese tema inocográfico se extendió, muy especialmente, por las zonas de mayor desarrollo cultural; o si se prefiere, allí donde cedió el influjo católico gracias a las transformaciones asociadas al período de las revoluciones. Y es particularmente obvio también que la Cataluña del Modernismo y del Noucentisme fue una de las regiones donde arraigó con mayor fuerza esa corriente que "moralmente" se justificó mediante argumentos que hoy hacen sonreír y que aparecen aludidos en el texto mencionado.
En este caso es de agradecer que la exposición contenga fotografías que relacionan las obras de Casas con la fotografía, para expresar una situación similar a la definida entre Nadar y los pintores impresionistas. La difusión de la fotografía fue un factor fundamental en la activación del mecanismo que desembocó en las Vanguardias y, por supuesto, en la consolidación de un repertorio publicitario que también fue enriquecido gracias al talento de Ramón Casas. Sin embargo, no sé si es oportuno asociar la difusión de las imágenes de l'Etude Academique y publicaciones similares con las fórmulas compositivas elegidas por Casas.
Aunque faltan muchas de sus obras más interesantes y aunque los paneles divulgativos sean manifiestamente mejorables, a mi juicio, la exposición tiene un interés excepcional.
Aunque faltan muchas de sus obras más interesantes y aunque los paneles divulgativos sean manifiestamente mejorables, a mi juicio, la exposición tiene un interés excepcional.