martes, 29 de septiembre de 2015

Los capiteles de la iglesia de Santo Amaro del Museo Regional de Beja

La iglesia de San Amaro es un edificio rehabilitado substancialmente a principios del siglo XVI, a su vez, construido sobre una iglesia primitiva de época incierta. En su interior está el "núcleo visigótico", del museo de Beja.

En los paneles colocados en el interior, matizan el "valor" de un término tan fuera de lugar en Portugal como en España:

"Seria errado pensar que a arte visigótica chegou à Península Ibérica trazida por cavaleiros bárbaros invasores.
A arte visigótica assim classificada por convençao e porque a sua expressao mais significativa coincide com a monarquia visigótica de Toledo encuadra-se exclusivamente na linguagem tradicional das formas decorativas criadas e veiculadas através da bacia mediterrânica."

Sin embargo, no parecen ser muy consecuentes en el planteamiento del propio "museo". Si es así, ¿por qué mantienen el término "visigótico" en el nombre de esta colección? Como ya he indicado, por mi parte haré lo posible por eludirlo y, sobre todo,por relacionar elementos de arquitectura con un grupo humano que, salvando el aspecto institucional, tuvieron escasa relevancia en el desarrollo cultural ibérico.
Asimismo, en la clasificación ofrecida en las cartelas, que se puede ampliar algo en el libro que venden en la propia iglesia-museo, se advierten los "vicios" consagrados por la historiografía tradicional hispana, que ya he mencionado en alguna ocasión: todo lo "raro", lo que no encaja bien entre las modalidades "clásicas" ha de ser "visigodo" (o "de época visigoda") o del siglo IX. Obviamente, la percepción de "rareza" no sólo depende de las cualidades de la pieza sino, sobre todo, de las referencias empleadas por quien cataloga; al mismísimo Gómez-Moreno le parecieron "raras" varias modalidades, hoy perfectamente documentadas en otros puntos de la geografía mediterránea (contizantes liriformes, corintizantes con volutas en V, variedades de gran influjo oriental, etc.).

Los capiteles ofrecidos componen dos grupos fácticos: los que aún cumplen funciones tectónicas y los ofrecidos como piezas absolutamente descontextualizadas. Los del primer grupo son 9 piezas reutilizadas de cualidades diversas; los "absolutamente descontextualizados" también establecen un conjunto heterogéneo.

Los capiteles "in situ"


Dentro de la iglesia, cumpliendo funciones estructurales en compañía de un cimacio moldurado, hay un capitel muy erosionado, pero aún permite advertir su estructura de capitel corintizante liriforme, con casi todos los elementos propios de las tradiciones imperiales. Para datarlo es importante tener en cuenta el carácter del ábaco, de escasa articulación y brazos rectos, que obliga a considerarlo evolucionado; en la misma dirección argumentaría el ornato tosco. Sin embargo, aún conserva rasgos que indican en dirección contraria, como el mencionado tipo estructural, perfectamente definido y, sobre todo, el labio del khálatos, difícil de encontrar en piezas tardías. Aunque en el museo lo consideran del siglo V, a mi juicio este capitel debió ser realizado antes del año 400, acaso mucho antes; lo más probable es que sea una pieza "local"de los siglos II-III.


Otro de los capiteles de este grupo ofrece una configuración sumamente degradada, en la que apenas existe alusión a los elementos tradicionales del orden corintio; cuenta con coronas de hojas definidas mediante estrías verticales  y protuberancias a modo de "pencas". En el cuerpo superior el artífice talló un recuerdo de las volutas mediante una especie de vena en V muy abierta con remate irregular en los ángulos. Apenas podríamos hablar de ábaco. Lo más interesante acaso sea un relieve antropomorfo que, muy probablemente, fue tallado sobre una de las pencas con posterioridad a su realización. Lo atribuyen al siglo IX, "por razones tipológicas" (?); supongo que se refieren a los paralelos relativos con las piezas reutilizadas más "degradadas" de Mazote. Huelga decir que me parece excesivamente forzada esa clasificación, pero reconozco que, a la falta de paralelos claros, es difícil situar su realización, aunque ciertamente, en su concepción tosca, "se da un aire" a las piezas estrictamente "mozárabes" Escalada, es decir, aquellas que fueron realizadas expresamente para la iglesia, En esa hipótesis, aceptado su carácter cristiano, lo más razonable sería adelantar la cronología hasta el momento en que esta zona dejó de depender del poder islámico. No obstante, como no contiene ningún elemento cristiano, parece forzada la atribución al siglo IX. Teniendo en cuenta los resultados de las excavaciones recientes en villas de la península Ibérica, donde son frecuentes los tipos "anómalos", lo más probable es que se trate de una pieza realizada por un taller marginal a las grandes corrientes de la Antigüedad, en un momento difícil de precisar, pero no muy alejada de la frontera del año 400.




Otro de los capiteles situado en la iglesia tiene una configuración difícil de catalogar, porque aunque posee una estructura próxima a las de los corintizantes, también cuenta con "anomalías" que desnaturalizan la posibilidad de una evaluación desde los posibles paralelos conocidos. Lo específicamente corintizante: la existencia de cesto troncocónico perfectamente marcado y rematado con un labio bien definido; asimismo también podemos relacionar con la misma tradición lo poco que se ha conservado del ábaco, con ornato en el frente similar a los capiteles romanos de los siglos I y II; por fin, también, los ángulos ofrecen volutas con cierto desarrollo espacial. Sin embargo, el cuerpo inferior aparece decorado con unos relieves que desnaturalizan la idea de las coronas de acantos y nos remiten a fórmulas muy evolucionadas, propias de épocas tardías.
Lo más probable es que ser trate de un capitel corintizante hispanoromano (o lusoromano) retallado en época incierta por alguien poco capacitado para el trabajo de la piedra.


Mediante argumentos acaso demasiado fantasiosos, C. Torres vincula el capitel anterior con el más "creativo" de cuantos aún cumplen funciones estructurales, un ejemplar que apenas contiene elementos relacionados con las tradiciones grecolatinas; la corona de hojas lisas inferiores y algunos detalles de carácter indicativo. Entre éstos podemos incluir ciertas referencias a los caulículos, reinterpretados con un sentido alejado del tradicional; otro tanto sucede con las volutas, definidas mediante espirales cordadas ajenas a las fórmulas de los capiteles de la tradición grecolatina. Y aún hay más, porque el diseño estructural, mediante un prismatoide muy irregular, con vaciados de masa muy fuertes bajo los ángulos de las volutas, apeados sobre la corona de hojas,  informa sobre el escaso conocimiento constructivo de quienes lo realizaron; no es demasiado práctico que la sección resistente del capitel sea menor que la determinada por el diámetro de la base, a su vez, similar a la de los fustes; ni tan siquiera tiene sentido la configuración del ábaco, de concavidad anómala para un capitel tardío.
Para encontrar paralelos estructurales más o menos forzados debemos ir hasta Mazote, donde hay algunos capiteles sin otro parentesco claro que el alejamiento de las pautas hispanorromanas. Alguno de San Millán de la Cogolla también ofrece ciertas "similitudes", en cuanto a la heterodoxia... Es más fácil hallar paralelos para los motivos ornamentales empleador para recubrir su superficie. Los sogueados son frecuentes en lo romano tardío y, por supuesto, en la diócesis de Astorga. Los florones, a medio camino entre veneras flores cóncavas, nos remiten a la tradicón helenística; otro tanto se puede decir de los discos, los motivos en espiguilla, las cenefas geométricas de cruces en aspa, etc.
Teniendo en cuenta que no se aprecian elementos derivados de lo cordobés, es difícil imaginar el marco cronológico donde colocarlo; no así, el marco cultural, definido por las limitadas capacidades de talla y el alejamiento de las fórmulas romanas: debe corresponder a un ambiente marginal entre los siglos V y VII, pero tampoco sería descabellado atribuirlo a una época anterior, acaso para un edificio alejado de los "refinamientos" de las grandes ciudades hispanorromanas.


El capitel compuesto de hojas lisas, que sitúan en el siglo IX por su relación con un capitel de Kariruán no tiene sentido; supongo que se refiere al nº 159 de Harrazi, obviamente reutilizado como el resto de sus compañeros. Este de Santo Amaro es un ejemplar de una tipología relativamente frecuente en el mundo mediterráneo con muchos paralelos conocidos. Concretamente, Pensabene en su estudio de Ostia, publicó varios comparables (473 y ss), que situaba en el siglo IV. Pero también tengo registrados algunos más de la cripta de San Miniato (Florencia) más evolucionados, en Cartago, etc.
El de Beja presenta varias diferencias relevantes y significativas con los mencionados de Ostia, que establecen jalón claro. En primer lugar destaca el carácter del cuerpo superior con un diseño más próximo al origen del capitel compuesto, obtenido por la fusión entre el corintio y el jónico. El segundo factor relevante es la existencia de un bosquejo de los elementos florales (tallos mediales) según una fórmula próxima a la encontrada en los capiteles estrictamente romanos conservados en el mismo museo (en el convento).
El único elemento que podría indicar cierta evolución es la existencia de una única corona de hojas, pero tampoco esa circunstancia, por sí sola se puede entender como factor determinante. Muy probablemente este capitel sea romano, realizado antes del año 300.

Capitel de Santo Amaro (Beja)
El sexto capitel de función portante responde a un esquema derivado del orden corintio, sumamente simplificado y de hojas lisas. La concepción estructural se mantiene fiel a las fórmulas grecolatinas, con khálatos bien definido en la parte superior, y ábaco estrecho, de articulación tradicional, que apunta a su uso relacionado con el correspondiente cimacio. Existen varios capiteles comparables en la mezquita aljama de Córdoba. Concretamente existen dos familias de concepción similar al de Beja; una se distingue de la otra en la existencia de un contario que delimita el borde superior del khálatos, como para aludir sumariamente al orden compuesto. Pero estructuralmente todos son similares al de Beja y, por consiguiente los supongo frutos del mismo momento cultural.
También en este caso, debemos tener en cuenta que el mantenimiento de los elementos estructurales del orden nos indica un momento no muy alejado de las referencias hispnorromanas. C. Torres dice que fue realizado durante el siglo IX "por razones tipológicas". La existencia de las mencionadas familias comparables en el interior de la mezquita aljama de Córdoba desvirtúa esa hipótesis (no forman parte del grupo del siglo IX definido por Gómez-Moreno). La probable concepción para estructuras constructivas con cimacios nos ofrece una pista para situar a todo el conjunto entre los siglos V y VII, con mayor probabilidad hacia el siglo V, para el de Beja, porque parece menos evolucionado que los cordobeses.

Capitel de la mezquita aljama de Córdoba
Capitel de la mezquita aljama de Córdoba
Los capiteles descontextualizados



Procede de la capilla de Nuestra Señora da Guia (Beja). Responde a la tradición de las variedades corintizantes pero presenta algunas peculiaridades dignas de mención: el collarino abocelado liso, un ábaco extraordinariamente delgado de diseño sensiblemente cuadrado, y motivos diferentes en las cuatro caras. La ornamentación, sumaria, ofrece fórmulas "estructurales" relativamente próximas a las variedades corintizantes tardías y detalles "locales" muy habituales en el norte de la península Ibérica, sobre todo, en Oviedo (Museo Arqueológico) y sus proximidades. El carácter del ábaco acaso indique que fue concebido para una estructura arquitectónica similar a la de la propia iglesia de Santo Amaro, con el sistema fuste-capitel-cimacio.
C. Torres, lo sitúa en el siglo IV; teniendo en cuenta las vinculaciones con los restos asturianos, acaso fuera prudente ampliar la horquilla de atribución hasta el siglo V o, incluso, hasta el VI. El rasgo que enfatiza el adelanto aparece en el tipo de hojas, comparables a ciertas modalidades evolucionadas del norte de la península Ibérica. No obstante, contando con esa cualidad, la posibilidad de que el capitel fuera realizado cuando indica Cláudio Torres, en el siglo IV, es alta.


Otro capitel situado en el interior de la iglesia, de procedencia poco clara (¿Beja?)  responde a una reinterpretación de las variedades corintizantes (en este caso, podríamos discutir la terminología de Pensabene). Lo sitúan entre los siglos VI-VII, pero sus cualidades apuntan en dirección diferente. La fuerte valoración del labio del khálatos así como la configuración del ábaco y las volutas en V, que aparecen con cierta frecuencia en Mérida, aconsejan relacionarlo con los  siglos III-IV (Pensabene, Ostia, 440 y ss.).

Aún hay tres capiteles más de factura tosca y estructura sumaria, seguramente aparecidos en Beja (lo indican entre interrogaciones), atribuidos a los siglos VIII-IX. Entiendo que plantean un problema similar al de otros comparables, repartidos por toda la geografía peninsular; en el Museo de Cástulo hay dos que podrían servirnos para definir un jalón referencial.  A mi juicio, es probable que fueran realizados mucho antes, acaso en contexto rural o por un artífice poco hábil.



El primero cuenta con una corona inferior de hojas lisas y un conjunto de protuberancias que cuesta identificar como hojas, florones o volutas, se diría que es una simplificación tosca de las fórmulas de la tradición helenística; y aunque carece de ábaco, la parte superior define cierta "concavidad". Pensabene aplicaba a capiteles similares a éste aparecidos en Ostia el término "esbozados" y los situaba durante los siglos IV y V. Seguramente, los de Beja fueran tallados en la misma época.



El segundo ofrece algunas circunstancias más fáciles de contextualizar. Su estructura es similar a la del anterior, aunque aquí están claras sus cualidades: corona inferior de hojas sumarias, recercadas en su perímetro y apoyadas sobre una especie de collarino liso, volutas exteriores que aún merecen tal nombre y volutas interiores aludidas en las cartelas del ábaco. Los alrededores del año 400 podrían marcar el eje de una horquilla ampliable según la voluntad del lector.



El tercero es otra pieza "fuera de norma", articulada en dos zonas, que hacen pensar en una reinterpretación sumaria del orden compuesto; tengo registrados varios de Túnez que, forzando los términos, podrían relacionarse con éste de Beja, pero no conozco paralelos exactos. Tampoco creo que fuera realizado mucho después del año 400.

Cierre de Dismaland

Al parecer, Banksy ha decidido trasladar los restos de Dismaland a Calais, para que sirvan de cobijo a los emigrantes que pretenden entrar en el Reino Unido de forma irregular. Me pregunto si los "medios informativos" relacionaran Banksy con "las mafias" que, supuestamente, se benefician de los movimientos migratorios...

YUI MOK/PA Photos /Landov
Según algunos medios, la iniciativa de Banksy ha sido el acontecimiento artístico del año que, a pesar de su marginalidad (Weston-super-Mare), concentró cifras de visitantes apenas superadas por alguna exposición (David Hockney).

Reuters

viernes, 25 de septiembre de 2015

Los capiteles romanos del Museo Regional de Beja

Tampoco el museo de Beja es un ejemplo a imitar; se aprecia demasiado la precariedad de medios. Cuando lo visitamos estaban realizando obras que dificultaban el acceso a algunas piezas... Comprende dos edificios separados a tiro de piedra: el convento de la Concepción, reconvertido en 1927, y la iglesia de San Amaro, donde estuvo una de las iglesias cristianas más antiguas de Portugal.
En el Convento de la Concepción existe una colección de capiteles romanos que es posible agrupar según las cuatro tipologías más frecuentes durante el pleno imperio: corintios, corintizantes, compuestos y jónicos
Los cinco corintios están en muy estropeados: han perdido las volutas angulares (sólo uno rompe le regla); dos de ellos fueron retallados hasta perder los ábacos; a otros dos les falta la parte inferior del cesto. Teniendo en cuenta el tipo de acanto que aún documenta uno de ellos y la naturaleza del arranque del florón, muy esbelto, podrían ser piezas realizadas entre los siglos I y II. 





Los cuatro capiteles compuestos responden a la misma sub-tipología, aunque uno de ellos está muy erosionado. Se caracterizan por una talla bastante carnosa y por los motivos florales dispuestos en la parte superior del cuerpo inferior, debajo del contario. Existen paralelos en casi todos los puntos del Imperio donde la implantación fue relevante: en Mérida han aparecido varios comparables (Barrera, 104 y ss); también en Sevilla y, por supuesto, en la mezquita aljama de Córdoba.
Los de Beja, por el tipo de acanto y el carácter de la ornamentación, están muy alejados de los hipotéticos prototipos reutilizados en el mausoleo de Santa Constanza y muy próximos a los aparecidos en las termas de Caracalla; en consecuencia, debieron ser realizados entre finales del siglo II y comienzos del III.
Esta modalidad, frecuente en la Bética, fue empleada como referencia para el capitel compuesto califal, de cualidades similares, si exceptuamos el distinto tratamiento del relieve y la modulación de los diferentes elementos del conjunto ornamental.




Los dos corintizantes, concebidos ambos para coronar pilares de sección cuadrada, y seguramente pertenecientes al mismo edificio, responden a la variedad "liriforme", con muchos paralelos documentados también en todos los puntos del Imperio Romano; por el carácter de sus elementos ornamentales, deberíamos situarlos durante la primera mitad del siglo II.



Los jónicos, también en mal estado de conservación, pudieron ser realizados entre los siglos II y III, aunque debo advertir al lector que este tipo de capiteles me crea muchos problemas de clasificación. Rconozco estar marcado por el origen de mi interés hacia la Alta Edad Media, y porque la modalidad jónica prácticamente desaparece con la disolución de la Antigüedad, pero el lector también debe tener en cuenta que los estudios sobre estos elementos, publicados por los diferentes especialistas, suelen estar condicionados por la escasez de piezas de cada fase.



jueves, 24 de septiembre de 2015

El museo arqueológico de Toulouse

No es de los lugares más populares de Toulouse y sin embargo, merece la pena darse una vuelta por sus salas por varias razones y, muy especialmente, porque reúne una magnífica colección de esculturas romanas y los restos procedentes de una de las villas más importantes situadas en territorio no italiano: la de Chiragan. Entre todo ello destacan unas cuantas esculturas que recogen las tradiciones estéticas griegas para ponerlas al servicio de los planteamientos culturales específicos del Imperio Romano.

Retrato de Julia (39 aC-14 dC), hija de Augusto y Escribonia
Desde el punto de vista museográfico, acaso no determine una referencia ideal, sin embargo, presenta las obras en buenas circunstancias visuales salvo las sometidas a los muy habituales efectos escenográficos, comunes en muchos museos con instalaciones antiguas y modernas. Las cartelas ofrecen información suficiente...


En el exterior hay un capitel bastante erosionado que permite relacionarlo con algunas variedades del norte de la península Ibérica, sobre todo por la concepción sumaria de la talla, que configura una modalidad de acanto de apariencia evolucionada; sin embargo, mantiene la estructura del orden corintio con rasgos que resultan familiares si conocemos el rompecabezas hispano. El tipo de acanto recuerda soluciones ornamentales comunes en el norte de la península Ibérica, de las que me he ocupado en este blog varias veces. Asimismo, contemplamos volutas de escaso desarrollo, como también es relativamente frecuente en el norte de la Península; otro tanto sucede con el resto de elementos del cuerpo superior, donde el tallista ha forzado la relación entre el cáliz tradicional y los acantos hasta configurar una modalidad híbrida, que podemos contemplar entre los capiteles reaprovechados de la mezquita mayor de Córdoba. Apenas está valorado el khálatos en el cuerpo superior, definido mediante un abultamiento pequeño y no parece contar con el tallo que debería unir los frentes del ábaco con la yema que debería aparecer en los ejes de la parte superior de cada "cara". El ábaco, de escasa concavidad, sin embargo, ofrece en los frentes decoración comparable a las fórmulas propias del Pleno Imperio (Maison Carrée). Entre lo más curioso, que no lo más original, destacan los motivos vegetales estilizados sobre los "triángulos cónicos" delimitados por los conjuntos de volutas, circunstancia "barroca" o tapizante, no demasiado extraña porque conocemos capiteles romanos de los siglos II e, incluso anteriores, con recursos ornamentales comparables. También es interesante la especie de banda que delimita el cesto por su parte inferior, que podría ser efecto de la erosión o de alguna acción menos accidental.
Como no se aprecian rasgos de influjo oriental, el año 200 podría ser, a mi juicio, una buena referencia para orientar su realización, contando, incluso, con sus rasgos "evolucionados", probablemente debidos a las limitaciones de un taller local.


En el interior hay otros tres capiteles interesantes. El primero, procedente de la antigua iglesia de la Daurade, se ofrece junto con un fuste y un cimacio y ofrece una configuración relativamente común en la Península: consta de dos coronas de hojas de acanto escasamente evolucionadas, pero carece del resto de los elementos del orden corintio, aunque aún existen volutas exteriores apenas perceptibles, que hacen pensar en modalidades no demasiado tardías. Las hojas de acanto poseen foliolos alargados que inducen a pensar en las fórmulas de influencia oriental posteriores al año 200; en la misma dirección señalan los "ojales" definidos por los foliolos más cortos, exageradamente alargados. Es destacable la existencia de una banda lisa, a modo de collarino, en la parte inferior del cesto, que nos pone en conexión con el uso de ese elemento en el noroeste de la península Ibérica. Tiene interés la configuración del ábaco, muy estrecho y de fuerte concavidad, según fórmula muy relacionada con lo sistemas estructurales del bajo imperio; la colocación bajo un cimacio de molduración sencilla me parece un acierto; ello matiza su ubicación cultural en un contexto arquitectónico de fórmulas bizantinas. A mi juicio, también es acertada la clasificación indicada en la cartela: siglos IV o V, aunque por lo mencionado, acaso fuera más preciso apuntar hacia el siglo V. Por el contrario, no me parece correcto que le clasifiquen como “capitel corintio”; sería más apropiado hablar de “capitel corintizante”, en este caso, con una tipología estructural relativamente próxima a los capiteles con volutas en V, específicamente bizantinos.


El segundo capitel es un ejemplar singular, en cierto modo, comparable a uno de Valencia mencionado en este mismo blog, que en la cartela se define como “jónico” (entre comillas) con toda la razón del mundo, porque es una variedad híbrida entre las modalidades jónicas y las corintias, de aspecto general próximo a ciertas variedades compuestas. Asimismo procede de la Daurade y está articulado en dos partes: un cesto cilíndrico de cierto desarrollo, con un orden de hojas de acanto poco evolucionadas con abanico de folíolos alargados entre ellas, y un cuerpo superior a medio camino entre la tradición del orden jónico y ciertas variedades corintias evolucionadas. El ábaco tiene muy escaso desarrollo; indicio que podría situarnos en época temprana o tardía, según entandamos la voluntad del taller o las circunstancias estructurales circundantes. Sea cual fuere esta circunstancia, corresponde a un momento cultural diferente del anterior, que nos coloca frente al dilema de elegir entre la "creatividad" de un taller local temprano u otro muy evolucionado. Aunque en la cartela del museo lo sitúan entre los siglos IV y V, desde los rasgos de la corona de acantos, me inclino por una cronología "de compromiso" algo anterior, en los alrededores del año 300.


El tercer capitel, procedente de la mismo iglesia,  sigue estructura de capitel compuesto muy evolucionado, tal y como se advierte ante un cuerpo superior que no sigue la estructura tórica o troncocónica tradicional; salvando los discos angulares, el cuerpo superior se aproxima mucho a un tronco de pirámide. Esa circunstancia le aleja relativamente de otros capiteles de configuración comparable conocidos en la península Ibérica (San Pablo al Campo, Córdoba, etc.). La parte inferior posee dos coronas de hojas de concepción tosca, pero aún muy dependiente de las fórmulas tradicionales del acanto. Algo parecido se puede decir del ornato del cuerpo superior con ovas y dardos de hechura sumaria. Como los otros dos capiteles ofrece un ábaco de escaso desarrollo que también nos hace pensar en fórmulas constructivas relativamente tardías. Le adjudican a los siglos IV y V, a mi juicio, con acierto, a pesar de su aparente estado de evolución, por las razones ya esgrimidas varias veces en este blog. Teniendo en cuenta que en Francia como en el sur de la península Ibérica, pervivieron las fórmulas romanas (en contextos culturales muy diferentes), entre los tres procedente de la Daurade, este sería el que ofrecería mayores posibilidades de ser una "copia" tardía, aunque reitero que mi valoración lo sitúa en la época mencionada.


También ofrecen un capitel corintio muy erosionado, pero que aún conserva restos de los elementos del orden según configuración temprana. Podría ser una pieza de la época de Augusto.


Muestran otro capitel corintio de aceptable estado de conservación, recuperado de uno de los muros del claustro de la Daurade, de concepción perfectamente "canónica", si se me permite el uso de término tan desafortunado pero elocuente. El alargamiento indica los alrededores del año 100.

Capitel bizantino aparecido en Chirigan
Interés especial ofrece el conjunto de capiteles procedentes de Chirigan , acotados en contexto arqueológico relativamente tardío. Uno de ellos, encontrado en las excavaciones del año 1842, se sitúa entre interrogación entre los siglos III y IV: “Il est orné de deux rangs de feuilles d’acanthe, criblées de trous de trépan: ce qui pourrait être l’indice d’una réalisation dans l’Antiquité tardive”. En realidad es un capitel con ornamento similar a los “teodosianos”, en cierto modo comparable a otro del Museo Arqueológico de Barcelona por las implicaciones culturales que ese paralelismo activa. Frente al capitel de Barcelona y aunque recurre a fórmulas ornamentales específicamente bizantinas, este de Toulouse posee juegos de volutas que hacen pensar en una pervivencia mayor de las fórmulas tradicionales del Pleno Imperio, en fenómeno comparable a lo indicado por los capiteles de Escalada y, sobre todo, los más bizantinos de Mazote. En todo caso, debemos tener en cuenta que no es rara entre los capiteles bizantinos la valoración plástica de las volutas, incluso durante los siglos posteriores. Responde a la misma filiación cultural bizantina la hoja "movida por el viento" dispuesta en el lugar de la cartela. Para concretar la relación puede servir el capitel también de pilastra, del Museo Arqueológico de Estambul de la imagen adjunta, con acantos muy parecidos, obtenidos mediante el uso del trépano, cuyas huellas proporcionan un efecto plástico derivado de la valoración del contraste e, incluo, de las huellas de la propia herramienta.
En suma, el capitel de Chirigan debió realizarse durante el siglo V, acaso en talleres bizantinos.

Capitel procedente de las excavaciones de la mezquita Bodrum, de Estambul (Museo Arqueológico de Estambul)
El mismo yacimiento ha proporcionado otras piezas de cualidades singulares; entre ellas destacan los dos capiteles (o "capitelillos") de pilastra, reproducidos a continuación, con ornato de fuerte caracterización. Uno de ellos, el que conserva la estructura completa del orden corintio, presenta la particularidad, no muy anómala, de contar con figuras animadas en la zona de los florones axiales. Conocemos piezas con esa peculiaridad entre lo griego prerromano y sobre todo, en las edificaciones de ciertas pretensiones posteriores al siglo II (Roma, Cartago, etc.). Lo más significativo es, a mi juicio, el tipo de acanto, que parece solución de compromiso entre las variedades orientales y una reinterpretación "original" de las tradiciones imperiales.
El segundo capitelillo, por su parte, está definido por una hoja comparable a la del anterior, y dos angulares "de aguas"; sus peculiaridades acaso deriven de su reducido tamaño.
En la cartela del museo se han inclinado por situar la realización durante los siglos II-III. A mi juicio, podría adelantarse algo el margen de atribución... pero reconozco mis limitaciones para ser contundente antes restos que seguramente estarán acotados por los datos proporcionados por las excavaciones...


Capitelillo de pilastra, según la cartela del museo, de los siglo II o III
En la planta más baja, que integra un pequeño yacimiento arqueológico, podemos ver un conjunto de relieves que si hubieran aparecido en la península Ibérica, con criterios tradicionales, habrían sido clasificados como “visigodos” o “de época visigoda”; aquí se han situado entre los siglos IV  y VI, con un criterio, a mi juicio, razonable.

martes, 22 de septiembre de 2015

Brian Sewell

Ha muerto Brian Sewell, uno de los críticos de arte más polémicos y descontrolados del universo estético europeo.

Foto David Levenson / Getty Images (The Guardian)

lunes, 21 de septiembre de 2015

A río revuelto...

La noticia, divulgada por los medios durante el verano, enfatizó que el Estado egipcio se había manifestado particularmente irritado porque el museo de Northampton había sacado a la venta una obra adquirida por el museo en circunstancias "dudosas" durante el siglo XIX. Se trata de una estatua que representa a Sekhemka, inspector de los escribas de la corte real de hacia el año 2000 a.C.
La puja se cerró en 15,7 millones de libras, cifra muy estimable para materializar la ampliación del museo en un momento dominado por las nuevas formas de gestionar el funcionamiento de los servicios culturales. Al parecer, los 15,7 millones de libras se repartirán entre la ampliación (8 millones), lo recibido por Lord Northampton (6 millones) y los gastos propios de estos negocios.
El hecho se convirtió en uno de los escándalos más amplificados por los medios durante el mes de agosto, seguramente por razones difíciles de entender desde cualquier análisis frío. A falta de ayudas institucionales los museos tienen pocas opciones para sobrevivir; y en ese contexto de río revuelto, es inevitable la aparición de emprendedores con voluntad de ganar dinero.
Según informó The Guardian,  un portavoz de The England Arts Council indicó que el museo podría perder futuras ayudas financieras y subvenciones…  Algo debían decir para salvar la cara ante una situación tan bochornosa...

Foto The Guardian

domingo, 20 de septiembre de 2015

Ree Morton en el Reina Sofía

A punto de cerrar, porque finaliza el 28 de septiembre, acudo al Reina Sofía para echar un vistazo a la exposición dedicada a Ree Morton (1936-1977) y de nuevo me pregunto si no existen en España artistas de calidad superior…¿Ha de ser relevante contar con el apoyo de la embajada USA para exponer el Reina Sofía? Supongo que estas cosas ocurren porque el museo debe alambicar sus recursos, pero no se si es buena idea profundizar en esa política e insistir en que el MNCARS en un lugar exclusivamente apreciado por El Guernica. Una pena.

Foto MNCARS

El arte Pop en la Tate

La Tate acaba de abrir una exposición que ofrece una "revisión" de la implantación de las corrientes de arte Pop en todo el planeta, para poner de manifiesto, entre otras cosas, la vinculación de la nueva concepción iconográfica con movimientos políticos revolucionarios, por supuesto, fuera de USA y Reino Unido. Obviamente, el caso español es paradigmático, porque gracias a una "extraña paradoja", la consagración de las imágenes de la cultura popular impulsada por el sistema capitalista vino a coincidir con las estrategias de quienes concebían las posibilidades políticas del arte, precisamente, a partir de su capacidad para conectar con las clases trabajadoras (populares).

Equipo Crónica, El intruso, 1969

El museo Arqueológico de Nimes

Si alguien desea ver un museo del siglo XIX, debe darse prisa porque el museo de Nimes, que ocupa un antiguo colegio jesuita, tiene sus días contados. En la actualidad proporciona la imagen de una institución obsoleta a la espera del cambio de ubicación, que si no median circunstancias impuestas por la crisis o por otros imponderables, tendrá lugar en el año 2017; el proyecto fue diseñado por Elizabeth de Portzamparc, se llamará Museo de la Romanización y albergará la colección acumulada y que, en la actualidad, no es posible ver más que parcialmente.


La instalación actual sigue el modelo generado durante la Ilustración que yuxtaponía la Arqueología con la Historia Natural, entendida en clave etnográfica y zoológica; a ella debemos añadir una zona anexa que informa al visitante de las circunstancias del museo nuevo. El mantenimiento de dicha estructura justifica que reciba al visitante una jirafa disecada, protegida por una urna, acaso buen factor de motivación para los escolares de hace cien años.
Quien cuidaba de la entrada nos advirtió la imposibilidad de visitar uno de los patios, precisamente, el que reúne los restos de época romana más interesantes...
En otro patio, de circunstancias museísticas poco presentables se acumulaban estelas, lápidas sepulcrales, aras y toda suerte de restos de la Antigüedad temprana y tardía; entre ellos destacan el monumento funerario de Licinia Favila y su esposo S. Adgennius, que por mor de un montaje en vídeo han convertido en "símbolo" del Nimes romano, y el sarcófago "de Vallbone", atribuido a "la escuela de Aquitania", y fechado entre los siglos V y VI.

Monumento funerario de Licinia Fávila
Obviamente, lo más relevante desde la "línea editorial" de este blog es el sarcófago, cuyas cualidades ilustran el influjo bizantino sobre los talleres aquitanos, en ese aspecto sujetos a circunstancias culturales similares a las documentadas en el norte de España.


En el anexo dedicado a presentar el museo futuro existe un capitel corintio de buena hechura, cuya cartela indica que fue realizado entre los siglos I y II. Responde a una modalidad muy repetida en todo el orbe mediterráneo durante esos años, más tosca que la empleada en la Maison Carrée, cuya edificación corresponde a los alrededores del cambio de era. Aunque el diferente punto de vista de las fotografías puede llevar a equívoco, merece la pena destacar la diferente concepción de los acantos, como rasgo característico de cada momento. Al margen de esa diferencia, ambas piezas ofrecen los rasgos característicos de as modalidades más depuradas, con todos los componentes perfectamente definidos.


Capitel de la Maison Carrée