El Cultural ha publicado un artículo firmado por Bea Espejo, sumamente interesante para evaluar la situación actual (y la actitud) de las galerías españolas. Lo más interesante:
1. La creación artística no se libra de los reajustes liberales. Para algunos galeristas, los artistas españoles también tienen que "apretarse el cinturón", bajar los precios y reducir el porcentaje recibido de las galerías (muchos artistas perciben menos del 50 % de las ventas). Naturalmente, para otros, esa rebaja sería perjudicial porque afectaría a sus ingresos... Problema mil veces planteado, desde que tengo recuerdo; nudo gordiano tejido por una situación alejada de la dinámica comercial convencional; en España el "precio" de las obras de un joven artista, por lo general, depende de la estrategia de la galería y no del equilibrio entre oferta y demanda ni de la voluntad del creador.
2. Participar en ARCO costará este año alrededor de 30.000 €, que se debería compensar con ventas superiores a los 70.000 €. Contando con la caída de los presupuestos oficiales, la cifra me parece inalcanzable. ¿Se convertirá la asistencia a ARCO en un simple protocolo de prestigio? ¿Cuántos años puede aguantar un evento de este tipo en esas condiciones?
3. El sector es incapaz de ofrecer un frente unido... Seguramente porque en éste como en otros muchos de la estructura comercial y productiva española el sector sumergido es demasiado grande y en él imperan los negocios anómalos, las triquiñuelas, las tasaciones sorprendentes, etc. Además, entre las galerías españolas existen estrategias comerciales muy diversas... Existen galerías "oficialistas", galerías de orientación especulativa; otras integradas en estrategias empresariales complejas, ocupacionales, etc.
4. La piedra filosofal: reducir el IVA del actual 18 % al 4 % ("IVA cultural"). Hablando en román paladino: a las galerías les vendría muy bien incrementar sus beneficios en un 12 %... Porque imagino que se refieren a eso...
5. “En España somos periferia, pero no de la “sexy” como México, Brasil o Polonia. Esto también es una cuestión de marketing”. A mí no se me habría ocurrido explicarlo con esas palabras.
6. La solución: acrecentar la afición al arte contemporáneo, mediante las oportunas estrategias educativas, favorecer la filantropía y tratar con guante de seda a los coleccionistas...
¿Quién dijo que el mundo del arte no era divertido?
Desde luego que el autor del comentario es una persona resolutiva...las soluciones las tiene claras pero algo no me cuadra: En teoría económica es sabido que cuando existen intermediarios, los beneficios se los llevan los intermediarios, sobre todo en caso en que no existe información perfecta, es decir, no se conoce todo. Y en que actividad sucede esto en mayor medida que en el arte?, donde las tasaciones a veces son impredecibles y claro...al final el artista es el culpable, el que recibe un minúsculo porcentaje de las ventas sólo por no conocer a la gente indicada...
ResponderEliminarsin duda...bajar el iva...