jueves, 27 de junio de 2013

Skertzò en Reims. Las proyecciones sobre edificios de interés estético.

Desde hace tiempo se ofrecen proyecciones de luz y sonido sobre algunos edificios de especial significación histórico-artística. El caso más antiguo que conozco es el de la Grande Place, de Bruxelas, donde se vienen organizando espectáculos combinando juegos de luz y música, por supuesto, con gran éxito de público,  desde hace más de treinta años.


La aparición de la tecnología digital, que abría un amplísimo repertorio de posibilidades, supuso un importante cambio cualitativo, que fue aprovechado mediante proyectos de mayor enjundia en diferentes ámbitos de la creación, la representación y los espectáculos en general. Centrándonos en la proyección sobre edificios histórico-artísticos, el jalón relevante posterior a la Grande Place que conozco fue el de la fachada de Notre-Dame-la-Grande de Poitiers en el año 1995. Quienes asistimos a las proyecciones pudimos alucinar contemplando la fachada absolutamente coloreada, según tonos y matices más o menos próximos a la concepción original. La fórmula era ideal para conjugar el respeto al edificio, según los criterios de conservación del momento y los intereses "históricos" (arqueológicos)  por mostrar al público la "imagen del edificio original"; por supuesto, el sistema contaba con un importante factor que convertía ese objetivo en meramente aproximativo: en origen, la fachada estaba pintada y, en consecuencia, ofrecía al visitante el efecto perceptivo derivado de los "colores-pigmento", mientras que en la interpretación moderna esos colores se obtenían a partir de la luz (luz coloreada). Pero, en todo caso, aunque el resultado fuera distinto, el espectador podía hacerse una idea de cómo había sido la iglesia en su concepción original y, al tiempo, quedar satisfecho ante el espectáculo...
Aquella, para mí, mítica "reconstrucción cromática" de Poitiers fue organizada por una empresa de escenografía cuyas actividades continúan desarrollándose por todo el mundo: Skertzò.


Skerzò es la entidad creativa responsable del espectáculo "Sueño de colores", que durante estos días se ofrece sobre la fachada de la catedral de Reims mediante un sistema de proyecciones fijo, que también existe en otras ciudades francesas (Amiens, Chartres, etc.). La proyección sobre la fachadas del "maestro de la sonrisa", de casi media hora, ofrece un espectáculo que va más allá de la mera coloración para ofrecer al público una experiencia que le anime a pernoctar en una ciudad frecuentada por los parisinos con vocación de paseo rápido. Y lo cierto es que Reims ofrece un ambiente nocturno de concurrencia joven, sumamente atractivo, en la place Drouet d'Erlon y alrededores.
Tiene interés observar cómo se transforma la fachada barroca en una pantalla de proyección, en la que suceden "cosas" más o menos relacionadas con la catedral pero, en todo caso, concebidas en un alarde de creatividad que se apoya en el juego de doble articulación figural definido entre la proyección y el perfil de la catedral. No sé si sería preciso hablar de "videocreación" —me incomoda insistir en la muy dudosa naturaleza de la videocreación— o sería más correcto llamarlo "montaje escenográfico" o simplemente "espectáculo audiovisual", pero elegido el nombre que más nos guste, lo que allí sucede tiene interés —acaso estético— para una generalidad muy amplia de personas.


Durante los últimos años, no es raro que los lugares emblemáticos de muchas ciudades europeas organicen espectáculos afines de mayor o menor ambición. Pudimos ver los ofrecidos en varios edificios de Chartres, incluida la catedral... bastante menos interesantes.

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