Por Vice
Hoy es la mañana de Santo Tomas de Aquino, patrón de la universidad. Y nos despertábamos con esta noticia de El País, en la que podemos leer el contradictorio homenaje que nuestro gobierno guardaba para la universidad este día.Todavía con el reciente plan Bolonia de 2010 asentándose como sistema. Agravando más el asunto, se hace especial hincapié en su carácter de urgencia, con pretensiones a ser aplicado desde el 2015. En principio no será una imposición sino una opción de cada facultad, pero está claro que es muy difícil que ambos sistemas convivan juntos, sin crear disonancias. Como ya han advertido los rectores, al final será cuestión de tiempo que prevalezca el último.
La diferencia de relevancia es el cambio de grados de 4 años (con masters de un año), por otro modelo 3+2, en el que el alumno se verá mucho más encauzado a acabar en el máster de 2 años, como obligación para ejercer su profesión. Ya que estos nuevos grados prometen ser generalistas y de carácter básico (como si muchos de ellos no lo fueran ya), citado del propio borrador de la nueva ley. Con esa falta de ambición está bastante claro que las intenciones educativas han desaparecido en la confección del nuevo plan.
La principal justificación del cambio es la equiparación y homologación con el entorno europeo. Lo que parecen olvidar es que las tasas de master y grado de nuestros vecinos son generalmente inferiores, podemos imaginar que en este aspecto la equidad con el resto de Europa será olvidada. Una de las primeras consecuencias de esto será que, si en este momento afrontar el coste de una carrera ya inspiraba un poco de temor en algunas familias, ahora con el coste añadido les resultará imposible.
El resultado serán menos universitarios y los que queden lo harán a un mayor coste, para los propósitos de cuadrar cuentas y puestos de empleo han encontrado toda una solución. El ministerio de educación ha dejado patente su idea a lo largo de estos años,los españoles hemos sido educados por encima de nuestras posibilidades. Si hablamos del plano educativo y la validación de la titulación, todo en desastre. Los estudiantes de los actuales grados pueden quedar en clara desventaja comparativa, y en un limbo administrativo que sospecho que nadie tiene ni idea que como se va a solucionar.
Con el previsible y necesario cambio de gobierno, se puede prever que el sistema educativo español estará en plena reforma una década más. Mientras se efectúan y se deshacen estos cambios, imagino que el mismo ciclo de eterna modificación sucederá en la educación secundaria.¿Hay posibilidades de que el gremio de la educación y sus profesionales puedan parar esta reforma? En vista de la poca predisposición al diálogo del ministerio de educación, a pesar de que todo el mundo parece estar en desacuerdo con él, una vez más. Lo más probable es que volvamos a asistir a su enrocamiento, y desgraciadamente lo máximo a lo que se podrá aspirar será a pequeños cambios en el borrador y no su paralización.
Hoy es la mañana de Santo Tomas de Aquino, patrón de la universidad. Y nos despertábamos con esta noticia de El País, en la que podemos leer el contradictorio homenaje que nuestro gobierno guardaba para la universidad este día.Todavía con el reciente plan Bolonia de 2010 asentándose como sistema. Agravando más el asunto, se hace especial hincapié en su carácter de urgencia, con pretensiones a ser aplicado desde el 2015. En principio no será una imposición sino una opción de cada facultad, pero está claro que es muy difícil que ambos sistemas convivan juntos, sin crear disonancias. Como ya han advertido los rectores, al final será cuestión de tiempo que prevalezca el último.
La diferencia de relevancia es el cambio de grados de 4 años (con masters de un año), por otro modelo 3+2, en el que el alumno se verá mucho más encauzado a acabar en el máster de 2 años, como obligación para ejercer su profesión. Ya que estos nuevos grados prometen ser generalistas y de carácter básico (como si muchos de ellos no lo fueran ya), citado del propio borrador de la nueva ley. Con esa falta de ambición está bastante claro que las intenciones educativas han desaparecido en la confección del nuevo plan.
La principal justificación del cambio es la equiparación y homologación con el entorno europeo. Lo que parecen olvidar es que las tasas de master y grado de nuestros vecinos son generalmente inferiores, podemos imaginar que en este aspecto la equidad con el resto de Europa será olvidada. Una de las primeras consecuencias de esto será que, si en este momento afrontar el coste de una carrera ya inspiraba un poco de temor en algunas familias, ahora con el coste añadido les resultará imposible.
El resultado serán menos universitarios y los que queden lo harán a un mayor coste, para los propósitos de cuadrar cuentas y puestos de empleo han encontrado toda una solución. El ministerio de educación ha dejado patente su idea a lo largo de estos años,los españoles hemos sido educados por encima de nuestras posibilidades. Si hablamos del plano educativo y la validación de la titulación, todo en desastre. Los estudiantes de los actuales grados pueden quedar en clara desventaja comparativa, y en un limbo administrativo que sospecho que nadie tiene ni idea que como se va a solucionar.
Con el previsible y necesario cambio de gobierno, se puede prever que el sistema educativo español estará en plena reforma una década más. Mientras se efectúan y se deshacen estos cambios, imagino que el mismo ciclo de eterna modificación sucederá en la educación secundaria.¿Hay posibilidades de que el gremio de la educación y sus profesionales puedan parar esta reforma? En vista de la poca predisposición al diálogo del ministerio de educación, a pesar de que todo el mundo parece estar en desacuerdo con él, una vez más. Lo más probable es que volvamos a asistir a su enrocamiento, y desgraciadamente lo máximo a lo que se podrá aspirar será a pequeños cambios en el borrador y no su paralización.
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