sábado, 24 de mayo de 2014

Cristina Iglesias en Toledo

Así lo explica la página oficial de los actos relacionados con la celebración del centenario del Greco:

El proyecto TRES AGUAS es una trilogía que recorre Toledo exaltando la relación de la ciudad y su río, el Tajo, que la abraza antes de continuar su largo recorrido por la península.
TRES AGUAS es uno de los proyectos urbanos más ambiciosos llevados a cabo en Europa en los últimos años, tres expresiones distintas que se unen en una. La Torre del Agua, a orillas del Tajo; la fuente en el Convento de Santa Clara, una de las zonas más altas de la ciudad, y la nueva fuente creada por la artista en la Plaza del Ayuntamiento. 
La fundación Artangel, con amplia experiencia en proyectos culturales de primer nivel, encargó a Iglesias el desarrollo de un proyecto que fundiera arte y entorno. Tras varios años estudiando la ubicación idónea para materializarlo, la escultora vasca señaló Toledo: un lugar en el que vio la fusión ideal de naturaleza y entorno urbano para desarrollar su proyecto.
Toledo le ofrecía una acervo histórico y cultural único en un escenario natural en el que el agua, agente y protagonista principal de su proyecto, fluía con singularidad abrazando la ciudad y buceando por ella.
Diseñó para Toledo una trilogía que se extendiera por la ciudad, que respirara del flujo mismo del agua, tanto a orillas del Tajo como en los lugares de encuentro más íntimo o más público de sus ciudadanos.
Surgió así, en la ciudad de las tres culturas, el proyecto de las Tres Aguas. El Agua del río que la envuelve, el del agua que sube a lo más alto y el agua que reúne a los toledanos en el lugar común, el centro de la ciudad. TRES AGUAS es un proyecto que simboliza la fusión de las culturas en Toledo, un espíritu que se respira en el recorrido que el visitante hace entre los tres trabajos de Iglesias, que conectan la ciudad a través de tres lugares separados entre sí y unidos por una misma idea.
TRES AGUAS es una de las más grandes actuaciones de escultura contemporánea realizadas en Europa hasta la fecha. El proyecto es una gran expresión de arquitectura y escultura en el que se funden los más diversos materiales, de la solidez de la piedra o el metal a la fluidez del agua a su paso por Toledo.
TRES AGUAS, un gran proyecto artístico cuyo equilibrio sube de las orillas del Tajo a lo alto del cerro, que se esparce abarcándolo todo y explicando a su paso la singular relación de Toledo con su agua, con su misma historia.
Un proyecto que se comprende en su recorrido, y que nos enseña las aguas ocultas y manifiestas de la ciudad con la que convive desde hace siglos.


El otro día intentamos hacer el recorrido completo, pero no fue posible porque, al parecer, la instalación de Santa Clara no funcionaba... En todo caso, desde lo que ofrecen la Torre del Agua y la "fuente oscilante" de la plaza del Ayuntamiento, es posible emitir un juicio o, si se prefiere, una "opinión", que bascula sobre las siguientes circunstancias:
1. No es una obra fácil de "entender" por quien no esté familiarizado con los planteamientos estéticos y poéticos de su autora, y esa circunstancia crea una situación difícil de solventar por mucho que, como están proponiendo desde el Ayuntamiento, se tome la medida de colocar paneles que la "expliquen". Pero no creo que con ellos se resuelva la distancia que hay entre las expectativas de cualquier "aficionado al arte" con los planteamientos de Cristina Iglesias.
2. Es difícil imaginar que un visitante "estadísticamente normal" se tome la molestia de recorrer la propuesta completa porque la Torre del Agua está en un lugar retirado del casco histórico, donde estuvo la antigua Fábrica de Armas, que hoy es recinto universitario. En consecuencia, es previsible que el discurso completo ofrecido por el planteamiento estético no llegue fácilmente al público no residente en Toledo; únicamente quienes lleguen a la capital de las tres culturas con la voluntad expresa de contemplar la obra de Cristina Iglesias estarán en condiciones de percibirla y valorarla
3. Por razones que tienen mucho que ver con el intimismo que caracteriza el planteamiento estético de Cristina Iglesias, su propuesta no se caracteriza, precisamente, por los componentes de espectacularidad que seguramente activan las expectativas estéticas de un "aficionado al arte" ("medio") de nuestros días, y ello seguramente ayuda a "entender" las descalificaciones que se empezaron a formular inmediatamente después de retirar las vallas de protección de la plaza del Ayuntamiento. Asimismo, es previsible que suceda algo parecido con la Torre del Agua.
4. Debido a la situación de la "fuente oscilante" de la plaza del Ayuntamiento es prácticamente imposible que permanezca limpia durante más de dos o tres minutos, sobre todo, cuando exista el menor movimiento del aire.
5. Asimismo, debido a las especiales características de la Torre del Agua y a cómo ha quedado la restauración, es previsible que sucedan incidentes indeseables; en mi presencia una persona se golpeó fuertemente la cabeza con una de las vigas de arriostramiento de la escalera exterior. Supongo que también serán numerosos quienes "entren" involuntariamente en la fuente de la plaza del Ayuntamiento...



Al poco de la inauguración, ante la reacción irregular de los toledanos con capacidad para crear opinión y ante los comentarios de las redes sociales, el asunto estético derivó en problema político aireado por los medios de comunicación contrarios a quienes afrontaron el encargo; la respuesta de éstos se apoyó en que Cristina Iglesias es una de las artistas españolas más reconocidas por los "expertos":

"-En el mundo de la cultura la polémica vivifica y la indiferencia adormece. Lo que no se puede discutir es que Cristina Iglesias es la escultora española que tiene una mayor proyección internacional, y que instalaciones suyas en espacios públicos como las que tenemos en Toledo existen en Amberes, Londres, Nueva York y California, por citar sólo algunos ejemplos. Suyas son también las puertas del Museo del Prado, y sus obras figuran en los principales museos del mundo. Sólo desde la ignorancia puede discutirse el valor de su obra, aunque, como es natural, el gusto personal es libre y siempre respetable. Lo que no es respetable es el desprecio del mérito ajeno y menos los actos de incivismo, entre los que incluyo ensuciar los espacios públicos. Espero que los toledanos nos comportemos al respecto como los ciudadanos de los otros lugares que he mencionado y sepamos mantenerla adecuadamente."

Como ya he manifestado mi "opinión personal" sobre la obra de Cristina Iglesias, es innecesario reiterar un juicio que nada añadiría a la polémica actual, pero en este caso creo que el encargo no ha sido muy consecuente con la supuesta voluntad de engrandecer el patrimonio histórico-artístico de Toledo. Por sus características espaciales y por las referencias próximas, la plaza del Ayuntamiento hubiera requerido un tratamiento más "arquitectónico" que "escultórico"; las "fuentes" de Cristina Iglesias quedarían, a mi juicio, mejor en espacios más recoletos o con menos condicionantes en el entorno y, en todo caso, mediante fórmulas diseñadas con especial cuidado. Frente al resultado brillante de las puertas del Museo del Prado, el reciente montaje que se hizo en el Reina Sofía no fue demasiado afortunado, por supuesto, según mi criterio...

Me pregunto cuánto tiempo transcurrirá hasta que las autoridades competentes dejen de mantener los mecanismos de estos ingenios y las fuentes oscilantes se conviertan en estanques con fondo de apariencia orgánica...

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