Es conocido que el actual museo visigodo de Mérida o, si se prefiere, la "Colección Visigoda" del Museo Nacional de Arte Romano, tiene vocación de provisionalidad, al menos, hasta que existan los medios necesarios para afrontar la construcción de uno nuevo. Hoy por hoy y como las cosas discurran por su aparente cauce natural, podría ser que el nuevo museo visigodo tuviera que llamarse de otro modo, de un modo menos sugerente que el consagrado durante la espera. Cualquier seguidor de este blog ya sabrá que quien lo redacta entiende que seguir hablando de "arte visigodo" e, incluso, de "arte de época visigoda" tiene el mismo sentido que denominar "arte de godos" al arte gótico.
De hecho, en la península Ibérica el término ya se aplica para catalogar la cultura material de un período definido entre la aparición del cristianismo y la llegada de los musulmanes o, lo que es lo mismo para abarcar los producido durante uno de los períodos más oscuros de nuestra historia, fase de transición entre unos "orígenes" cimentados en el Bajo Imperio Romano y el punto de inflexión definido por un cambio cultural que acaso fuera menos relevante de lo que pudiera parecer contemplando el proceso con ojos actuales.
La "colección" está instalada en la iglesia de Santa Clara, obra del siglo XVII, mediante una fórmula museográfica manifiestamente mejorable. Contando, incluso, con que se inaugurara un nuevo museo en breve, no sería muy laborioso resolver algunas de las carencias más obvias y, entre ella, la manera de etiquetar las piezas, mediante números, que remiten a un folleto que es preciso comprar... No creo que fuera muy complicado colocar unas tarjetas indicando al público la catalogación propuesta por los gestores del museo en el cuadernillo de 27 páginas, de edición cuidada pero de contenido sumario, que ofrecen al precio de 2 €; mínima dádiva teniendo en cuenta las cifras que se mueven en la actualidad dentro del territorio museístico. Por fortuna y excepcionalmente, las cronologías del folleto son bastante razonables en lo que se refiere a los capiteles... incluso aunque algunas sean, a mi juicio, discutibles o matizables.
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MMV01 |
Uno de los capiteles más antiguos del conjunto (MMV01), recogido en la imagen adjunta, tiene estructura derivada del orden compuesto, pero con varias peculiaridades relevantes: el reducido espesor del "equino", casi comparable al de la banda del contario, y el arranque de los discos angulares, de la moldura superior del "equino"; también son significativos el escaso espacio existente entre la moldura que ocupa el lugar del contario y la corona superior y el diseño de las hojas concebidas sin resalto en a la zona axial. En Ostia son relativamente frecuente los capiteles comparables a éste, con una o dos coronas de hojas en el cesto; en la imagen adjunta he recogido uno de la Domus de Amor y Psique, que Pensabene (485) situaba en la segunda mitad del siglo IV. La mayor concentración de capiteles con esta estructura que conozco está en el conjunto de los reutilizados en la mezquita mayor de Kairouan (Harrazi, recogió en su catálogo más de 40 ejemplares, algunos muy similares al de Mérida). Entre otros muchos repartidos por el área mediterránea, tengo recogido uno en Santa María del Cosmedin, también muy similar al de Mérida; por supuesto en la mezquita mayor de Córdoba se conservan, al menos, tres con diferencias leves, apreciables en el perfil de las hojas, en la dimensión de los "equinos", etc.
La existencia de tantas piezas afines nos remite a una época de gran uniformidad cultural. que acaso debiera corresponder con un momento más próximo al año 300 que al 400.
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Ostia. Capitel de la Domus de Amor y Psique, Pensabene 485 |
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Capitel de la mezquita mayor de Córdoba
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La estructura del MMV86 deriva de las variedades corintizantes, aunque se advierten demasiadas circunstancias que lo alejan de los más depurados de esa "familia". Cuenta con una corona de hojas lisas, que acaso estuvieran concebidas para ser decoradas con pinturas. Por encima de ellas surgen cuatro grandes hojas angulares con labor de escasa cualificación técnica, que define una fórmula derivada de los modelos tradicionales. En el espacio definido entre las hojas angulares aparece un
kalathos mal definido, alejado de la forma tradicional; a pesar de ello, se aprecia perfectamente lo que debería ser el labio, asociado en su concepción a los brazos del ábaco, de escasa curvatura. No se aprecian rasgos que hagan pensar en tiempos de implantación del cristianismo ni tampoco elementos de tradición bizantina.
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MMV86 |
G. Behemerid (725) lo situó en siglo IV; en el cuadernillo dicen que es un capitel
"corintio de hojas lisas" de
"finales del siglo IV o comienzos del siglo V". Tal y como he planteado en varias ocasiones, estas piezas de concepción tosca siempre abren la posibilidad de que fueran realizadas por un taller escasamente cualificado. No obstante, en este caso y frente a lo enunciado en el caso anterior, aquíe es difícil encontrar paralelos claros y se aprecia demasiado la voluntad de "copiar" las fórmulas tradicionales sin entender su sentido orgánico. Ello abre la posibilidad de que fuera realizada al margen de las corrientes uniformadoras, en un momento de grave penuria no sólo artesanal sino también de recursos técnicos. En consecuencia, deberíamos considerar la posibilidad de que fuera tallado en época visigoda, durante los siglos VI y VII, por supuesto, sin olvidar la opción de un taller marginal anterior, tal y como defienden quienes han redactado el cuadernillo.
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MMV87 |
Existen dos capiteles de concepción similar: una corona de ocho hojas en la parte inferior del cesto, soportan a otras cuatro que llegan hasta las esquinas del ábaco, escasamente articulado y con una moldura de dos acanaladuras que lo recorre en todo su perímetro sin detenerse en las cartelas. En los centros de las caras y bajo las cartelas existen cuatro hojas de concepción ornamental similar al resto. Estructuralmente se parecen mucho a las series de capiteles corintizantes de
"feuille grasse a pointe courte" de Harrazi, pero con una diferencia substancial: los orientales suelen ofrecer un relieve de mayor volumen, con fuerte uso del trépano. A efectos de catalogación lo más significativo es el tipo de "acanto", tallado mediante técnica sumaria para definir folios muy alargados, siguiendo la tradición de los corintios asiáticos, pero con una concepción más próxima a los repertorios de escaso relieve empleados en frisos, pilastras e, incluso, cimacios en tiempos de gran influjo bizantino. En el cuadernillo los sitúan entre finales del siglo IV y comienzos del siglo V. Aunque está clara la relación de estas piezas con las fórmulas orientales de esa época, la inexistencia de alusión a las volutas y el carácter de las cartelas (este detalle también se aprecia en los capiteles de pilastra atribuidos a época visigoda), cualidades ambas ajenas a esas tradiciones, así como la existencia de referencias netamente bizantinas en la Península a partir del siglo V, aconsejan pensar en un momento más avanzado, seguramente más cerca del año 500 que del 300.
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MMV79 |
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Capitel del Museo Bizantino de Atenas procedente de la zona del Monasterio Petrake, siglos V-VI |
Existe otro capitel muy "degradado" (MMV88), de concepción casi prismática, con dos coronas hojas lisas, volutas espirales bien definidas, culículos apenas esbozados y ábaco cuadrado y casi imperceptible (pudo haber sido retallado). Forma parte del grupo que, hace años, no dudábamos en considerar "visigodos"... Sin embargo, ofrece un detalle inquietante, si se me permite la broma tonta (¿quién puede sentir inquietud ante un capitel?): la concepción de las hojas lisas con una vuelta tan acusada hace pensar en una pieza concebida para una talla de cierto volumen. Todo ello nos aconseja establecer una horquilla de atribución entre los siglos II (d. C.) y el IV.
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MMV88 |
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MMV02 |
El MMV02 tiene una concepción que ha aparecido varias veces en este blog: está articulado mediante dos coronas de ocho hojas que, en este caso, aún permite apreciar un ornato relacionado con los acantos tradicionales, pero entendidos con cierta estilización, conseguida mediante incisiones que conforman folios aún dependientes de la tradición del acanto. Estructuralmente sebemos situarlo en el paso inmediatamente posterior a las variedades del conjunto caulículo-volutas "atrofiados", que están documentadas en la mezquita mayor de Córdoba y en el noroeste penínsular. El modelo se aproxima mucho a otro, muy repetido en la zona asturiana, que anticipa en línea evolutiva los llamados "capiteles de pencas", de la arquitectura asturiana. Los modelos asturianos en algunos casos cuentan con tres coronas de hojas
El de Mérida se distingue por ofrecer un ornato algo más vinculado a las tradiciones helenísticas y por carecer de collarino en la base, como es relativamente frecuente en el noroeste de la Península
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Capitel del Museo Arqueológico de Oviedo |
En el cuaderno lo sitúan en el siglo IV y la inexistencia aparente de elementos bizantino evolucionados podría justificar esa catalogación, por supuesto, en un ambiente cultural marginal; sin embargo, creo que en este caso, sería razonable tomar en consideración la posibilidad de que fuera realizado en un momento de mayor "evolución", contando, incluso, con alguna influencia bizantina: el diseño de las hojas, con folíolos estilizados y alargados podrían indicarlo así.
Sea como fuere, debemos situarlo en la línea que conduce a los mencionados capiteles "de pencas", en un momento más avanzado que el indicado por el capitel del Museo Arqueológico de Lisboa, recogido en
otra entrada y atribuido a los siglos XIII-XIV. A mi juicio, lo más probable es que se trate de una pieza realizada en los alrededores del año 500.
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MMV78 |
El museo cuenta con un ejemplar evaluado como "capitel compuesto" (MMV78). Obviamente, no es un capitel compuesto sino una variedad a medio camino entre ese orden y los capiteles "mixtos", por supuesto, con toques "creativos" de carácter local. Esa circunstancia, unida la interpretación "libre" de los elementos propios del orden jónico nos hace pensar en un taller local no demasiado tardío. Aunque los discos parecen ornados con cruces, es muy probable que sólo se trate de una "flor" de cuatro pétalos.
En su estructura casi de tronco de cono, me ha recordado uno compuesto de Volubilis, donde han aparecido muchas variedades de fuerte personalidad local, difíciles de situar en un contexto cronológico preciso, pero siempre en "tiempos romanos"; entre ellas existen varios capiteles de sección cónica como el de la imagen adjunta y algunos más que reflejan en su concepción estructural una tendencia clara, incluso entre los corientios o corintizantes, a conformar dicha forma cónica; por lo general, los de Volubilis suelen ofrecer ábacos de escaso espesor y, con frecuencia, de forma sensiblemente cuadrada.
A mi juicio se trata de un capitel temprano, probablemente realizado hacia los siglos I o II.
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Capitel de Volubilis |
En el cuadernillo citan al MMV15 como
"capitel corintizante con esquema liriforme", pero no mencionan ninguna cronología. Guarda relación
con otro de Beja, aunque es obvio que les distinguen la mayor parte de los elementos ornamentales y una concepción estructural más próxima a las variedades de los siglos I y II; en el de Mérida subsiste un ábaco moldurado pero de escasa curvatura, que permite imaginar fue concebido para una organización estructural de raíz latina.
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MMV15 |
En la Alcazaba existen varios capiteles bastante bien conservados, de la misma tipología estructural, que para unos autores son "romanos"(G. Behemerid, nº 837, 838 y 841) y para otros "de época visigoda". Basta contemplar los elementos que definen la estructura del MMA02 (GB837 y 838) y, muy especialmente, el carácter del ábaco de curvatura perfectamente definida, incluso en la moldura que lo filetea en la parte superior, para comprender que no pueden ser muy tardías. Ambos ofrecen una configuración propia de los siglos I y II, con un detalle que adelanta su cronología levemente: el carácter de los "acantos" con unos grupos de folíolos biselados y alargados que hacen pensar en los años de gran influencia oriental, es decir, en los alrededores del año 300. Para la autora mencionada, esa sería la cronología de las dos piezas indicadas.
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Capitel de la Alcazaba de Mérida, MMA02 |
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Capitel de la Alcazaba de Mérida MMA07 |
Sin embargo, no comparto su clasificación del tercer ejemplar (MMA07), que Gutiérrez Behemerid situaba en el siglo II (GB841), aunque algunos de sus elementos ornamentales tengan un carácter aparentemente más antiguo, incluidos los ejes de las hojas con espiguillas que ya hemos mencionado aquí fueron empleadas
desde muy pronto. El carácter de las coronas de hojas, que ofrecen un perfil próximo a los modelos de los siglos I y II, no puede hacernos pasar por alto detalles como el hiperdesarrollado labio del
kalathos y, sobre todo, la escasa molduración del ábaco, de curvatura menos pronunciada que en los dos precedentes. A mi juicio, los tres pueden ser obra del mismo momento cultural, cuando manos menos expertas que las de los artífices imperiales intentaren emular piezas espectaculares como la adjunta (MMA01, GB814, Barrera, 64), que seguramente fue realizada durante el siglo II, tal vez, en época de Adriano.
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Capitel de la Alcazaba de Mérida, MMA01 del siglo II |
En definitiva, el capitel del museo visigodo (MMV15), que no refleja influjos orientales ni bizantinos claros y que, en cierto modo, "se da un aire" a los modelos esquemáticos de Volubilis, pudo ser realizado algo después que los otros de la Alcazaba o por obra de un taller menos cualificado, en los alrededores del año 300.
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MMV16 |
En el cuadernillo dicen del MMV16 que es un "
capitel figurado, decorado con veneras", sin indicar una cronología precisa. Su estructura deriva de las variedades corintizantes, con hojas de configuración peculiar y tratamiento torco, que aparece en otros capiteles de Mérida y alrededores. Las hojas angulares ofrecen una agrupación seriada de folíolos lanceolados que, en cierto modo, recuerda fórmulas de los primeros siglos de nuestra era.
Lo más peculiar está en las hojas de la corona inferior, con anulaciones derivadas de una interpretación poco precisa de los repertorios grecolatinos, similares a las empleadas en capiteles como el mencionado de Oviedo, el de Beja y alguno más de Mérida (Santa Eulalia).
La escasa habilidad de su tallista no debería empujarnos a buscar una cronología demasiado tardía. Tampoco aquí se aprecian influjos orientales claros aunque la existencia de veneras puede relacionarlo con la implantación del cristianismo. Los alrededores del año 500 podrían definir una buena referencia para su catalogación.
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Placa del museo visigodo de Mérida (nº 60) |
En suma, tal y como ya reconoce el cuadernillo que ofrecen en el propio museo, la mitad podrían ser capiteles de "época visigoda"; el resto son, a mi juicio, anteriores. Y mucho me temo que sucede algo parecido con los relieves, en proporción estimable, concebidos para edificaciones cristianas tempranas, de fuerte homogeneidad cultural, al menos, en el suroeste de la Península. El de la imagen adjunta, mencionado en el cuadernillo como
"placa con caulículos y roleos; 2ª mitad del siglo VI d.C", acaso sea muy anterior.
Supongo que la espiguilla pesó considerablemente en la clasificación; sin embargo, es curioso advertir cómo se representan los elementos arquitectónicos y muy especialmente, las columnas, con capitelillos que aún contienen volutas, según configuración más próxima a los sarcófagos romanos que a las fórmulas de raíz bizantina, contando, incluso, con el hecho de que en ellos y, sobre todo, en los cristianos, prevalecen los capitelillos compuestos. A mi juicio, aunque es difícil emitir un juicio general preciso y bien fundamentado, la catalogación de estos elementos debería retrasarse, en ocasiones, hasta más de 100 años.
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