Ni por un segundo cabía imaginar que la actitud de Pedro, el Guaperas, "designado" con la aquiescencia de los barones y, por supuesto, las baronesas, habida cuenta de unas "virtudes" idóneas para movilizar el voto femenino, desencadenara una maniobra de autodestrucción tan surrealista. Porque, contemplada con frialdad, su planteamiento era estratégicamente bastante sensato. Quien acaso fuera elegido por su grisura, emergió como estratega estimable... Su "incomprensible" cerrazón tenía la virtud de romper ante el electorado la imagen de casta endogámica propiciada por el auge de Podemos desde los tiempos de Zapatero, a quien sin duda corresponde el mérito en la debacle. A la postre, por la mediación de quien predicara el imperio de las puertas giratorias y otras fórmulas aún menos edificantes, el "muera Sansón, mueran los filisteos", ha derivado en "muera Sansón para mayor gloria de los filisteos". Para su desgracia, a Pedro, el Guaperas, no le ha tocado vivir en los tiempos de Claudio, sino en los de Julio César.También tenía cerca un "Bruto", o tal vez, una "Bruta"...
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado: ya no será necesario ni recurrir a una solución de "apariencia noble", que pase por el ostracismo del señor Rajoy. Aunque caigan los chuzos de punta de la corrupción en formato de cascada purulenta, el señor Rajoy seguirá gobernando con un horizonte diáfano de estabilidad política. En el orden celestial del sistema liberal, Dios continúa escribiendo "a derechas" sobre renglones torcidos... ¿Se habrán enterado los de Podemos? Si llegaran al cielo, a buen seguro se llevarían una sorpresa...
Hace gracia echar un vistazo superficial a los datos proporcionados desde la calle Ferraz, convertida en Jonestown, para imaginarse la situación previa al suicidio colectivo. Nadie debatía sobre las acciones políticas medianas o inmediatas; la pugna sólo era por el control del "aparato" del partido. Es de suponer cómo había de sentirse un militante que hace años apostó por una carrera profesional de buenas perspectivas a largo plazo, apuntándose a las juventudes socialistas y hoy, convertido ya en "ejecutivo" del PSOE, se encontraba ante la reducción radical de sus posibilidades: no es lo mismo ser concejal de cultura o de urbanismo que meritorio en el despacho municipal del PSOE. La acumulación de resultados negativos condenaba a muchos a un futuro profesional incierto. Y la amenaza no era para mantener la calma ni las formas. Votar o no votar a Rajoy era un asunto secundario. Lo importante, lo realmente importante, era asegurarse las lentejas y ese seguro venía, en lo más inmediato, de no perder un milímetro en la proximidad al poder; ni siquiera para tomar impulso.
Y Casca se abalanzó sobre Pedro, el Guaperas...
Dicen que Pedro Sánchez, con su nueva imagen de lider social y estratega notable, se presentará a las primarias... Estoy seguro de que, en cuanto se plantee las implicaciones que ello tendría en los medios, que podrían aniquilarlo como personaje y como persona, replanteará sus intenciones. Ignoro si para entonces se habrán enfriado las circunstancias tanto como para que los meritorios del PSOE se hayan adaptado a la nueva situación y hayan comprendido que ya no vale sólo con lamer el culo a quien está delante en la cuerda de "méritos" o cadena de "favores" propia del genio de El Bosco. Pero lo que no ofrece dudas es que, suceda lo que suceda, tanto si los diputados del PSOE votan no como si se abstienen, tenemos PP para rato... con lo que ello implica para la vidriosa situación del Estado español. El imprevisto "motín de los chusqueros" (y las "chusqueras") ha terminado donde debía: consolidando una estabilidad política a prueba de rayos, centellas y veleidades nacionalistas. Ni siquiera ha sido "necesario" poner en valor la fragmentación de "la izquierda" para eternizar el Estado "bloqueado" o "suspendido" de los meses precedentes...
Veremos si las sociedades catalana y vasca lo asumen pasivamente, porque el argado continúa arrojando gasolina a un fuego cada vez más vivo. De nuevo imagino que nuestros líderes mueven las fichas por los escaques del diabólico tablero hispano como si fueran balones de fútbol, a coces; de algo tendría que valer la acreditada cultura futbolera que tienen muchos de sus protagonistas, tanto por el lado político como por el mediático. Desde aquel mítico "¡Muera la inteligencia!" no parece que hayamos avanzado mucho.
Por ese camino el siguiente y natural paso es que el PSOE se fusione con el PP, "por el bien de España, de los españoles y de las españolas", para hacer bueno el cántico que iluminó las calles durante el 15 M: "PSOE, PP, la misma mierda es".
Seguro que los de Podemos han entrado en fase orgiástica imaginando a Pedro Sánchez vestido de morado...
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado: ya no será necesario ni recurrir a una solución de "apariencia noble", que pase por el ostracismo del señor Rajoy. Aunque caigan los chuzos de punta de la corrupción en formato de cascada purulenta, el señor Rajoy seguirá gobernando con un horizonte diáfano de estabilidad política. En el orden celestial del sistema liberal, Dios continúa escribiendo "a derechas" sobre renglones torcidos... ¿Se habrán enterado los de Podemos? Si llegaran al cielo, a buen seguro se llevarían una sorpresa...
Hace gracia echar un vistazo superficial a los datos proporcionados desde la calle Ferraz, convertida en Jonestown, para imaginarse la situación previa al suicidio colectivo. Nadie debatía sobre las acciones políticas medianas o inmediatas; la pugna sólo era por el control del "aparato" del partido. Es de suponer cómo había de sentirse un militante que hace años apostó por una carrera profesional de buenas perspectivas a largo plazo, apuntándose a las juventudes socialistas y hoy, convertido ya en "ejecutivo" del PSOE, se encontraba ante la reducción radical de sus posibilidades: no es lo mismo ser concejal de cultura o de urbanismo que meritorio en el despacho municipal del PSOE. La acumulación de resultados negativos condenaba a muchos a un futuro profesional incierto. Y la amenaza no era para mantener la calma ni las formas. Votar o no votar a Rajoy era un asunto secundario. Lo importante, lo realmente importante, era asegurarse las lentejas y ese seguro venía, en lo más inmediato, de no perder un milímetro en la proximidad al poder; ni siquiera para tomar impulso.
Y Casca se abalanzó sobre Pedro, el Guaperas...
Cleopatra, Joseph L. Mankiewicz, 1963 |
Veremos si las sociedades catalana y vasca lo asumen pasivamente, porque el argado continúa arrojando gasolina a un fuego cada vez más vivo. De nuevo imagino que nuestros líderes mueven las fichas por los escaques del diabólico tablero hispano como si fueran balones de fútbol, a coces; de algo tendría que valer la acreditada cultura futbolera que tienen muchos de sus protagonistas, tanto por el lado político como por el mediático. Desde aquel mítico "¡Muera la inteligencia!" no parece que hayamos avanzado mucho.
Por ese camino el siguiente y natural paso es que el PSOE se fusione con el PP, "por el bien de España, de los españoles y de las españolas", para hacer bueno el cántico que iluminó las calles durante el 15 M: "PSOE, PP, la misma mierda es".
Seguro que los de Podemos han entrado en fase orgiástica imaginando a Pedro Sánchez vestido de morado...
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