Por Marco Sánchez Godoy
“Los Turner: mierda conceptual o arte”, así comienza el artículo publicado en el periódico “20 minutos” del día 4 de diciembre de 2009, un texto que repasa brevemente la historia de los premios Turner, y muestra un ejemplo de algunas actitudes frente al mundo del arte contemporáneo. La periodista usa un tono algo reaccionario y no duda en destacar los aspectos que le interesan para su argumento. Se centra en resaltar la polémica y desacreditar las obras elegidas, aludiendo al aparente sin sentido y mencionando premiados con el titulo de “peor artista del año”. Es ambicioso resumir 25 años de obras ganadoras en tan pocas líneas y resulta inevitable terminar simplificando la complejidad de ciertos temas. Personalmente creo que es complicado leer el artículo y no tener la sensación de que el arte contemporáneo es una tomadura de pelo.
Pero, ¿a quién va dirigido este artículo?.
Este periódico se reparte a un público que por las mañanas en hora punta intenta salir del aburrimiento con la prensa gratuita. Personas que no tienen una formación específica en arte y probablemente las mismas que tienen asociadas el sentimiento de desconcierto cuando visitan (ocasionalmente y casi siempre como turista) una exposición de arte contemporáneo.
Éste artículo no pretende darnos información sobre los premios y su evolución, nos está dando un juicio subjetivo muy definido mediante un análisis superficial.
¿Se puede esperar una actitud semejante hacia el último premio científico?, ¿ o sobre los debates en Humanidades?. Desde los medios apenas hay respeto hacia las artes visuales. ¿Cuándo se va a empezar a tomar enserio la complejidad de las imágenes?.
Parece que el “todo vale” del mundo del arte también se puede aplicar hacia la libertad con la que se opina acerca de lo visual, incluso sin tener una formación especializada. ¿Opinaríamos igual del trabajo de un ingeniero, farmacéutico o arquitecto entrando en aspectos subjetivos que rocen lo despectivo hacia su trabajo?. Porque en otros ámbitos de conocimiento la complejidad de la materia es evidente y se da otro tratamiento, tampoco nos permitimos hablar con esa facilidad si no conocemos la materia.
Aquellas cosas que están basadas exclusivamente en lo visual llevan intrínseco un problema para el observador: en la imagen uno tiende a confundir entre conocer y reconocer. Muchos reconocen lo que ocurre en las obras de arte contemporáneo como si de hitos visuales se tratara, se refieren a Koons como “el de la Chicholina”, a Kapoor como “el de los montones de grasa roja” o a Hirst como “ese que mete los animales en formol”. Pero en esa faceta de reconocer se tiende a creer que uno posee la autoridad para hablar de ello. De forma inversa y con otro tipo de obras, ésto también ocurre en el Museo del Prado cuando alguno de los visitantes sueltan el ya tradicional comentario: “esto si que es arte y no lo que hacen ahora”, pero el pobre no puede ver la cantidad de mensajes que encierran los cuadros y esculturas del museo, sin embargo el asimilar las formas de la imagen lo tranquiliza. Esa seguridad que da el reconocer supone una trampa, donde el espectador tiene la sensación de no estar perdiéndose nada ya que la imagen parece hablar por si misma.
La mayoría de obras de arte contemporáneo el receptor casi siempre es incapaz de asimilar lo que tiene delante y necesita hacer un gran esfuerzo para descifrar uno a uno los símbolos y metáforas que puede encerrar la obra. Desgraciadamente este esfuerzo normalmente no llega mucho más lejos de “esto lo hace mi hijo de 5 años” otra frase muy repetida en cualquier museo de arte moderno.
¿Y quien ha escrito esto?
Es difícil entender el empeño de algunos medios en desacreditar al arte contemporáneo, pero ¿quién está detrás de este tipo de artículos? El ejemplo como punto de partida puede ser esta reseña del 20minutos, donde vemos cómo abordan algunos medios no especializados el mundo del arte. Se puede encontrar bastante material publicado en Internet por la autora de “Mierda conceptual o arte”, los artículos de Raquel G. Otero tienen un repertorio que va desde Bisbal a “La economía de los famosos durante las crisis”. Con este curriculum no parece que la joven periodista sea una experta en arte contemporáneo que pueda articular una crítica decente a los premios, sin embargo su (falta de) profesionalidad ha llegado a miles de personas en una mañana.
Es ésta una actitud muy común en los medios donde muchas veces no hay una intención de que el espectador conozca más sobre la naturaleza del premio, premiados o proyectos, donde los artículos ni siquiera se acercan a un carácter divulgativo cuando se enfrentan a un público que en su mayoría no sabe apenas nada del arte contemporáneo. Fomentan la polémica y el desprecio con una actitud crítica desde el desconocimiento que inevitablemente genera confusión. Es dar lo que se demanda, cuando resulta hasta halagador para el lector que lee el artículo y siente reforzada su teoría y vuelve a exclamar orgulloso en tono fanfarrón: “si ya lo decía yo, esto lo hace mi hijo de 5 años”.
Mi preocupación es ¿cuándo las obras de arte serán tratadas al mismo nivel que otras disciplinas?. La falta de valoración ¿es culpa del espectáculo del mundo del arte o de artículos como el publicado en el 20minutos?¿cuándo tendremos periodistas formados dispuestos a no aprovechar la polémica y realmente hablar de las obras?
Mientras tanto no habrá que dejar de ser crítico con lo que vemos pero tampoco caer en una crítica gratuita desde la superficialidad. Obras malas y tomaduras de pelo las hay en todas partes, pero desgraciadamente casi tantas como ignorantes escribiendo sobre ellas.
A propósito de los Turner como dicen el “El mundo” “Turner vuelve a la pintura”
tras leer el artículo del 20 minutos me queda una sensación de batiburrillo.. unos cuantos párrafos puestos unos detrás de otros sin demasiado sentido, no se, ni artículo informativo ni manifiestamente de opinión.. un montón de descripiciones (ridiculizantes?) de las obras, no hay más que ver los fragmentos destacados en negrita
ResponderEliminar"montones de arroz dispuestos en línea recta"
"una vaca y a un ternero en tanques de cristal llenos de formol"
"sobre dos boñigas de elefante"
"su propia cama rodeada de botellas de bebidas alcohólicas"
(aquí se les ha olvidado destacar el vacías y sobre todo los condones teniendo en cuenta lo que viene ahora)
"muñeca hinchable sexualmente explícita"
"escenas de abusos sexuales y maltrato infantil"
muy escandaloso todo..
está claro que el artículo no informa sobre ni beneficia al arte contemporáneo sino que más bien crea una idea bastante desagradable del mismo.. pero es que pretender encontrar una gran reseña de los premios turner en el 20 minutos.. ¿con cuantos expertos en arte contemporáneo contarán en la redacción?
al igual que sucede con otras noticias interesa el punto escabroso, "sucesos": mierda, alcohol, sexo
no se, es cosa de este tipo de periódicos, capta más
Pero ¿qué más dará lo que genere 20 minutos?...
ResponderEliminarLa prensa solo nos dice lo que queremos escuchar (mejor dicho, leer). A los periodistas los pagan por escribir lo que los lectores quieren leer y, a veces, lo que otros desean que lean. En estos periódicos (y en otros) no sería difícil encontrar un extenso artículo dedicado a las bondades del balón gástrico (o intragástrico). Buscad y mirad quien habla sobre este balón y dónde.
En cuanto a 20 minutos, creo que nadie duda sobre el público a quien va dirigido el folleto… Me encantaría encontrar un artículo sobre arte en Pronto, a ver qué dice. En cualquier caso, nada que interese a un público como vosotros. Hay otros muchos periódicos y escritores que si profundizan en el arte.
Respeto al tema del arte y su “asimilación”; a nadie le resulta fácil asimilar el arte. El arte tan sólo requiere otro tipo de mirada. Una mirada enferma que (considero) responde a una experiencia intelectual un tanto desmesurada… del arte. O sea, de la vida y de sus cosas…
Ahora bien, si queremos hablar sobre arte a “los otros” (y cuando digo los otros no me refiero a los lectores de 20 minutos sino a muchas otras personas) y que nos “respeten”, habrá que hacerlo dentro de los círculos establecidos y pagando los impuestos adecuados (en base a los preceptos establecidos dentro de cada uno de los círculos). De otra manera, el “público” solamente considerará que decimos cosas muy raras y que estamos como regaderas. Salvo que quien nos lea o escuche sea alguien con una mirada similar a la nuestra. Genéticamente hablando esto es muy improbable. Así que mejor adaptarse al círculo que nos interese.
Para poder apreciar el arte en todas sus manifestaciones y no sólo en las que alguien que no le interesa el arte siente como reconocibles y cercanas por su carácter figurativo, necesitamos interesarnos por la educación artística no simplemente entendida como "plástica" en el cole (clase que mucha gente se toma a pitorreo, y ciertamente por su habitual calidad en los colegios no me extraña).
ResponderEliminarAlguien que no siente la necesidad de ahondar en las razones del arte y sus reflexiones, porque además no le gusta ni le interesa, es obvio que se va a quedar con esta impresión del arte contemporáneo.
Es un tipo de arte orientado a los entendidos o a los acostumbrados a ver arte y ser críticos con él, y aceptémoslo, la mayoría del mundo hoy en día no lo está, tal y como vimos en clase, no era para nada un factor de cohesión social, ni algo de lo que poder debatir en cualquier círculo de amigos. Y no porque no tenga posibilidades, simplemente nos hemos esforzado por hacer del artista y su obra algo especial, hacer de la mirada artística algo superior perdido en la alta cultura que mucha gente no alcanza, y por tanto no se les facilita nada que lo entiendan.
Nosotros mismos queremos vivir del arte, pero casi nadie tiene como punto de mira la educación. Si seguimos moviéndonos en la alta cultura y criticando lo que dicen los periódicos gratuitos no cambiamos nada. No se nos enseña, ni nos interesa aprender, cómo inculcar el arte y enseñar a entenderlo de una forma que no sea un tostón obligatorio por sentir que te culturizas. No hacemos de él una necesidad para la gente. Si el arte sigue siendo una necesidad sólo para los artistas, entre los artistas se va a quedar, y no podremos pedir que un periódico de a pie para que lo lea la gente soñolienta que madruga dé un punto de vista verdaderamente interesante de él (fijaos que el 20minutos es el que antes se suele acabar.)
Por ello, si lo que le interesa a la gente no nos convence, podemos preocuparnos de conseguir que la gente comprenda el arte y lo sienta de verdad, no que recorra salas leyendo carteles y sintiéndose realizado por ello, sin afectar en su vida para nada. Pero es difícil si nos centramos en nosotros, nuestra obra, nuestro arte, nuestros intereses, y que pretendamos que en todos los círculos se nos entienda, se nos valore cuando "hablamos de cosas muy raras". Hay que ser conscientes, de que la comunicación se basa en que un emisor y un receptor se entiendan, y no solo en que el emisor deje el mensaje en el aire y pretender que la gente lo enfoque como quiere él.
Es más útil pensar en qué podemos proponer para que la gente no quiera leer estas descripciones ridiculizantes y se interese más en la globalidad del asunto y no sólo en sus aspectos negativos. La causa es la gente, no el periódico.
Para poder apreciar el arte en todas sus manifestaciones y no sólo en las que alguien que no le interesa el arte siente como reconocibles y cercanas por su carácter figurativo, necesitamos interesarnos por la educación artística no simplemente entendida como "plástica" en el cole (clase que mucha gente se toma a pitorreo, y ciertamente por su habitual calidad en los colegios no me extraña).
ResponderEliminarAlguien que no siente la necesidad de ahondar en las razones del arte y sus reflexiones, porque además no le gusta ni le interesa, es obvio que se va a quedar con esta impresión del arte contemporáneo.
Es un tipo de arte orientado a los entendidos o a los acostumbrados a ver arte y ser críticos con él, y aceptémoslo, la mayoría del mundo hoy en día no lo está, tal y como vimos en clase, no era para nada un factor de cohesión social, ni algo de lo que poder debatir en cualquier círculo de amigos. Y no porque no tenga posibilidades, simplemente nos hemos esforzado por hacer del artista y su obra algo especial, hacer de la mirada artística algo superior perdido en la alta cultura que mucha gente no alcanza, y por tanto no se les facilita nada que lo entiendan.
Nosotros mismos queremos vivir del arte, pero casi nadie tiene como punto de mira la educación. Si seguimos moviéndonos en la alta cultura y criticando lo que dicen los periódicos gratuitos no cambiamos nada. No se nos enseña, ni nos interesa aprender, cómo inculcar el arte y enseñar a entenderlo de una forma que no sea un tostón obligatorio por sentir que te culturizas. No hacemos de él una necesidad para la gente. Si el arte sigue siendo una necesidad sólo para los artistas, entre los artistas se va a quedar, y no podremos pedir que un periódico de a pie para que lo lea la gente soñolienta que madruga dé un punto de vista verdaderamente interesante de él (fijaos que el 20minutos es el que antes se suele acabar.)
Por ello, si lo que le interesa a la gente no nos convence, podemos preocuparnos de conseguir que la gente comprenda el arte y lo sienta de verdad, no que recorra salas leyendo carteles y sintiéndose realizado por ello, sin afectar en su vida para nada. Pero es difícil si nos centramos en nosotros, nuestra obra, nuestro arte, nuestros intereses, y que pretendamos que en todos los círculos se nos entienda, se nos valore cuando "hablamos de cosas muy raras". Hay que ser conscientes, de que la comunicación se basa en que un emisor y un receptor se entiendan, y no solo en que el emisor deje el mensaje en el aire y pretender que la gente lo enfoque como quiere él.
Es más útil pensar en qué podemos proponer para que la gente no quiera leer estas descripciones ridiculizantes y se interese más en la globalidad del asunto y no sólo en sus aspectos negativos. La causa es la gente, no el periódico.
No termina de convencerme el discurso sobre arte contemporaneo, Sr. Sánchez...
ResponderEliminarEn cuanto al artículo de El Mundo, creo que no se trata ni por asomo de un fresco, sino más bien de una pared con láminas de oro, por lo que sí estoy totalmente de acuerdo con que algunos periodistas deberían dedicarse a las esquelas, y que frivolicen lo que les plazca.
El Turner en todo caso, ha vuelto a las artes ornamentales... Otra cosa es que se quede.
"Esa seguridad que da el reconocer supone una trampa, donde el espectador tiene la sensación de no estar perdiéndose nada ya que la imagen parece hablar por si misma"
ResponderEliminarUna cosa es reconocer y otra muy distinta conocer, no es lo mismo reconocer lo que hay en un cuadro que comprender lo que quiere decir, el problema se encuentra en llegar a comprender lo que no reconocemos...
Al margen de lo que nos guste o no profundizar intelectualmente en una obra, creo que la diferencia fundamental entre el tipo de obra del Prado y la de la Tate, es que las obras del Prado hablan por si mismas aunque no conozcamos todo sobre ellas; mientras que en Tate la mayoría de las veces hablan los artistas, y no las obras. Claro que a nadie se le ocurriría criticar a la ligera el trabajo de un farmacéutico, o un ingeniero, o un científico. Pero esto es porque a esta gente se la valora en base a los resultados de su trabajo (y su repercusión-utilidad social), mientras que a los creadores contemporáneos se le valora en base al discurso de la crítica y el propio artista; no se tiene en consideración el reconocimiento social o el mérito técnico porque se sitúan en esferas más elevadas que el resto de los mortales. Y cuando la sociedad no reconoce al arte moderno como tal, quizá habría que plantearse que el circuito del arte contemporáneo está demasiado encerrado en si mismo, que ha adquirido cierto carácter dictatorial de "porque yo lo valgo". Si uno no tiene la formación necesaria para ver una obra con un criterio propio; quedan dos opciones: aceptar tácitamente lo que digan los críticos, o renegar del arte contemporáneo por completo. Puede que hace unos años, la gente no se cuestionaba que lo que había en los museos era arte. Esto ha propiciado la aparición de multitud de artistas mediocres, que han sabido promocionarse muy bien al margen de sus obras; pero que han acabado por gustar sólo a la crítica, creando en el público general una cierta sensación de estafa o inferioridad intectual, hasta que llega al punto de inflexión en el que se hace necesaria una vuelta a lo más tradicional o digerible. A nadie se le ocurriría decir ante un Picasso, o un Malevich, o un Miró "esto lo hace mi crío de cinco años", sencillamente porque estos autores tienen la suficiente repercusión y reconocimiento social como para que la gente haga el esfuerzo de profundizar en sus obras. El problema de esos "peores artistas" (y peores galeristas) es que venden un reconocimiento inexistente, y pretenden lograr una repercusión (sino social, al menos mediática) mediante medios publicitarios y sensacionalistas; nada de discurso intelectual ni artístico. Si este se encuentra presente, suele serlo sólo como justificación al adefesio que hay detrás.
Cuando os escribía sobre el artículo en el 20 minutos siempre tenía en mente publicaciones no especializadas que lanzan información u opinión sobre arte, este terreno es el que más me interesa ya uqe sale de los reducidos círculos intelectuales que no tienen ninguna repercusión en el ciudadano sin un interés en el arte. Son también estas publicaciones las que por llegar a más personas generan una opinión y deberían tomarlo en cuenta. Por eso aludo a la humildad frente al mundo visual, que consigue reprimir al periodista ignorante a escribir impulsivamente sobre los premios Turner y al visitante despistado en la aparente superficialidad de lo visual. Seamos realistas, en lo que respecta en generar una opinión la revista lapiz o exit digan quedan en un número muy reducido y especializado de lectores que no tiene repercusión ni relevancia fuera del mundo del arte.
ResponderEliminarEstoy con Vera en que un público como nosotros no encontrará un artículo relevante en el 20 minutos pero aunque no busco un articulo especializado en un medio que no lo es creo que es importante que la complejidad de ciertas materias no se banalice y exista algún interés divulgativo, por lo menos alguno, un poco, un mínimo , pero algo por Dios.
Aun no lo he visto y no creo que lo vea, pero si alguien en el 20 minutos decide escribir un artículo dilapidando los textos clásicos griegos todo el mundo imagina que es algo más complicado que simplemente observar desde fuera las tapas del un libro de la colección Gredos. Y nadie dirá nada.
Por eso este artículo sobre los Turner remite a otro problema mayor, que empezando por esas terribles clases de plástica donde los niños no aprenden nada sobre imágenes, ni sobre arte y donde se niega un tipo de educación visual muy importante hoy en día.
No estoy pidiendo una reflexión sesuda propia de una revista especializada, solo un tratamiento desde la información incluso si se decide hacer una dura visión crítica. La falta total de divulgación junto con el tono que casi roza el desprecio del artículo del 20 minutos no me parecen formas, y vuelvo al poco respeto que se tiene hacia los visual, de las imágenes, del arte…
Desde mi punto de vista la culpa claro que no es de la gente , sino de la escasa información sobre el análisis y bagaje de imágenes que tienen en parte por el sistema educativo y en parte por culpa de artículos como el de la Raque G Otero “periodista” que generan opinión. Por eso IX de Picas si le echo la culpa al periódico, junto con otros factores, pero desde luego esto no ayuda a cambiar la situación.
Y respondiendo al Sr Genaro no pretendo convencerte, expongo mi opinión sobre este tema. Aun así preferiría que argumentaras aquello que no compartes. Por cierto el artículo de El Mundo era algo anecdótico
Ahora que pienso en las imágenes, en la relevancia que tienen en la sociedad y en el poco aprecio que tiene la gente hacia el arte contemporáneo ¿serán estas las razones por las que la gente en otras carreras se piensa que bbaa es una carrera donde no hay que estudiar? ¿será por eso que el estudiante medio de bbaa no pisa la biblioteca? Aquí ya entramos en ese lastre romántico de que la inspiración le viene al genio cuando está solo y quiere crear desde lo que lleva dentro…Pero ¿cuándo se va a considerar la sociedad al artista como un intelectual y no como un iluminado de la inspiración? ¿Que parte de culpa tienen artículos como el comentado o la carencia de formación?
Bueno esto son otros caminos, perderse para volver es inevitable.
Por ser algo más claro, estoy de acuerdo con usted en que algunos medios sólo tratan de crear sensacionalismo sin tener idea en según qué temas, no sería razonable que "El Papus" o "el Jueves", o como se llame la actual revista de sátira nacional, haga un artículo acerca de nanomecánica cuántica, porque, se les acabaría pillando por cualquier sitio, sobre todo si lo que buscan es el "amarillismo".
ResponderEliminarHasta ahí, de acuerdo.
Pero en el mundo del arte, y más en el arte contemporáneo, hay algunas tomaduras de pelo muy escandalosas, y generalmente millonarias y de carácter especulativo.
Digamos que de los aspirantes al Turner, ha ganado lo que Séneca llamaba "el mejor de los peores"...
Claro que la periodista habla en un tono muy subjetivo y despectivo, la cuestión es porqué puede permitirse hacerlo...
ResponderEliminar¿Pretender educar (o adoctrinar...)a toda la sociedad para que acepten el arte moderno y lo traten con respeto? Me parece una idea irrisoria. Cuando hablamos de conocimiento, de datos; podemos hablar de divulgación informativa y objetividad; pero con el arte esto es imposible. Seguramente la señora que ha redactado el artículo no pudo o no se molestó en informarse de primera mano, sino que partió de opiniones negativas sobre los Turner para llegar a la conclusión que quería. Podría haber hecho lo mismo partiendo de opiniones positivas, pero no creo que con esto mejorara el carácter informativo; y me parece mucho más peligroso para el desarrollo de un buen criterio socio-cultural vender la moto de que los Turner son alta cultura, a fomentar la duda.
Si se puede publicar un artículo como este en un periódico de estas características, es (como dijo Vera ) porque a mayoría de la gente comparte su opinión, y ellos se limitan a darles lo que demandan. Que nos creamos mejores, o con mayor derecho a opinar, por tener cierta formación de dudosa calidad; al resto de la gente le importa una mierda. Y no me parece justo pedirles que sigan financiando, y que además comprendan este tipo de arte que están hartos de decir que no les gusta. Es mucho más fácil hacer una obra críptica y dotarla del significado o intención que nos convenga, a hacerla accesible para la mayoría de la gente sin que pierda calidad y complejidad conceptual y /o estética. Esta muy bien eso de creernos especiales y elevados por molestarnos en escuchar lo que dicen los "expertos", pero la gente que tiene relación con el arte moderno (incluyendo a esas figuras de autoridad) no es representativa en absoluto de la sociedad por tratarse de un porcentaje ínfimo. Y teniendo en cuenta que la relación del ser humano con el arte siempre es subjetiva ¿crees en serio que estos pocos tenemos la obligación de formar al resto en base a nuestros criterios? Ya puestos, y por fastidiar un poco más, ¿son realmente nuestros criterios con los que contamos cuando hablamos de arte contemporáneo?
¿Distinguir entre "conocer" y "reconocer"? Me temo que en asuntos estéticos, esa distinción es tan problemática como la diferencia entre "adoración" y "veneración". Para los "especialistas" (teóricos del arte y teólogos, respectivamente) la diferencia es obvia; para los demás...
ResponderEliminarSería más propio, a mi juicio, hablar de la capacidad de "contextualizar"… que es exclusiva de quienes tienen cierta “formación específica”. Sin conocer el proceso seguido por el arte a lo largo del siglo XX es imposible “comprender” (conocer, reconocer, valorar, criticar,¡¡explicar!) el sentido estético de las obras de J. Koons, por ejemplo. Pero por desgracia, en ese caso, el asunto se complica, porque algunos juicios descalificantes no proceden, precisamente, de zonas sociológicas marginales ni de personas “descontextualizadas”. Nieva, Vargas Llosa, Muñoz Molina, ¡Kubrick! (“eres tan feo que deberías estar en un museo de arte contemporáneo”), etc. "entienden" de sobra los ploanteamientos estéticos de los hemranos Chapman, D. Hirst, etc. y, sin embargo, entienden que sus obras son "basura estética".
Me temo que el asunto no es tan sencillo como pretende Marco… y, en todo caso, resulta imposible de sistematizar en un comentario de este tipo.
Vera nos ha ofrecido una línea muy interesante que, asimismo, requiere amplio desarrollo...
Rectifico, no es lo mismo recibir información visual con la que estamos familiarizados que interpretarla. Si queremos hacerlo adecuadamente, acercándonos a la intención del creador; algunas veces tendremos que fijarnos en el contexto histórico o externo del artista; y otras muchas tendremos que acercarnos al lenguaje propio del autor para tratar de dilucidar con qué propósito a puesto una manzana, o a un señor con sombrero que sale de un coche y se pone a volar. También depende mucho del tipo de artista con que estemos tratando; los hay que para encontrar una motivación con la que realizar su obra miran hacia afuera y hablan del mundo que los rodea; y los hay que miran hacia dentro haciendo un tipo de discurso más íntimo; que quizá pierde cualidades comunicativas en beneficio de las expresivas y poéticas. El caso es que para contextualizar o interpretar hace falta un conocimiento del contexto y/ o de la trayectoria artística del autor que la mayoría de la gente no tiene. Pero no creo que haga falta profundizar de esta manera para disfrutar de una buena obra, y Kubrick puede ser el mejor ejemplo de ello. También creo que si somos capaces de vislumbrar un poquito lo que que pretende el creador, disfrutaremos de la obra mucho más; y en este sentido entiendo que nos produzca cierta indignación encontrarnos con gente que emite sus opiniones demasiado a la ligera.
ResponderEliminarPor otro lado no veo por qué no habrían de hacerlo ante la falta de consideración que tienen los productores de arte contemporáneo para con el público, considerando la inteligibilidad como una especie de tara. Y me inclino a pensar que no es que no quieran llegar a más gente, es que no son capaces de hacerlo sin que se les vea el plumero, que solo puede parecer intelectuales o espíritus sensibles mientras se envuelvan de misterio. Cuando no se puede intentar ver de forma clara la intención o el significado de lo que nos ponen delante, dependemos por completo de lo que nos diga el creador; y la mayoría de las veces intentarán metérnosla doblada. Si nos pusieran delante una manzana y una serpiente; y nos dijeran que es una alusión bíblica al pecado diríamos "tiene sentido", pero si nos dijeran que es una crítica al precio del petróleo mandaríamos al listillo en cuestión a freír espárragos, o le preguntaríamos si no ha encontrado otra forma más eficaz de expresar eso. Por eso estos creadores juegan a resultar inaccesibles. Y cuando no lo son tanto les llueven críticas feroces, y bien fundadas. A mi qué me importa con quién se ha acostado Tracy Emin, o que su vida y su cama parezcan las de Amy Winehouse. Si admitir que eres un desecho humano incapaz de actuar de forma responsable y madura te convierte en artista, Las Barraquillas están llenas de ellos. Se puede generar polémica con fines constructivos y entonces resulta últil. O con fines destructivos y entonces resulta inútil. O con el único fin de llamar la atención, y entonces resulta francamente irritante.
ResponderEliminarPero por muy a la ligera que un periódico pueda tratar los premios Turner; jamás tratarían de forma tan simplista una obra musical, o una película, o cualquier otro producto creativo que se encuentre integrado en la cultura visual. El arte de la Tate no lo está, y eso es lo que le pierde. Decía Demóstenes que hay tres animales feroces sobre todos: la lechuza, el dragón y el pueblo; el ostracismo al que ha sido condenado el arte moderno no es más que la consecuencia de su afán de escindirse del grueso de la sociedad, produciendo monólogos y no diálogos. Si continúa por ese camino, acabará por perder el apoyo incluso de las instituciones, hundiéndose definitivamente. Y creo que lo merecerá
Quizás de forma algo inocente he intentado darle una explicación al problema que genera el conocimiento de las imágenes hablando del espectador del prado y del reina, pero no era por este camino por el que había empezado mi artículo, aunque me he dado cuenta de que casi todos os habéis centrado en esa parte. Claro que el conflicto entre ver y reconocer es como para hacer una tesis, aquí está traído como una anécdota o como una forma de intentar entender la actitud de la periodista del 20 minutos. El nucleo del artículo está en la poca formación para hablar de arte, nunca he entrado a quejarme de que el enfrentamiento a “¿mierda conceptual o arte?” esto sea porque se habla mal de arte. En el arte hay cosas buenas y malas, como es natural. Que se hagan críticas negativas ocurre todos los días, incluso si lo hacen personas con mucha formación como a la que Perela se refiere. Las críticas son necesarias y que las hagan gente con conocimiento de lo que habla es primordial. Que cualquiera puede escribir de arte solo por que lo ve a mi me parece un pecado.
ResponderEliminarBueno, en un mundo donde he visto que se divide "arte cultural" de "artes adicionales" en temática a tratar por los periodistas...
ResponderEliminar"Está el Crítico de arte periodístico que a diferencia del crítico de arte como tal, éste se inició en la Comunicación o Periodismo y terminó haciendo crítica artística en los medios de comunicación. Aunque ésto recientemente surgió en pleno Siglo XXI, tampoco limita que pueda incluirse en el crítico de arte cultural y viceversa. Esto es posible en la actualidad debido a los grandes cambios de personalidad del crítico de arte, el avance y desarrollo de los medios de comunicación, y las nuevas tecnologías en la Edad contemporánea. El crítico de arte periodístico se incluye en una amplia variedad de temas de artes adicionales y muy diferentes a los del crítico de arte cultural como: cine, farándula, tv, radio, etc."
Dicho por la Wikipedia (española, como el 20 minutos). No me extraña que teniendo en consideración la farándula dentro de la aparente especialidad de artes adicionales...observando que estas artes adicionales son tanto cine y televisión como farándula...en fin, curiosa la clasificación de las artes lo menos. Visto así el artículo podría haber sido peor si lo hubiera escrito un experto (crítico de arte periodístico).
Por otro lado, el arte contemporáneo sólo lo complica en el aspecto que podría referirse, si no me equivoco, Adolfo Vásquez Rocca, doctor en Filosofía y Teoría del Arte de la Complutense, al decir:
"Pese a todo –no somos ingenuos– el negocio del arte es un sistema de celos. En él el deseo de las obras consiste en convertirse en objetos de deseo. En cuanto una obra atrae el deseo, aparecen a su lado las rivales queriendo apropiarse del anhelo de que disfruta. En todos los objetos brilla el anhelo de los otros. El mercado los hace sensuales, el hambre de deseo los hace bellos, la obligación de llamar la atención genera lo interesante."
La gente no tiene mucha ayuda para cambiar de opinión respecto al arte contemporáneo, ni la forma de mirarlo...
Estoy muy de acuerdo en lo que dice IXdePIKAS sobre la necesaria educación de la "plebe" sobre la materia que tratamos, especialmente si queremos ampliar nuestro mercado.
ResponderEliminarSabemos que el arte conceptual, al igual que otras materias artísticas,no es fácil de "pillar" por consiguiente,ofrecer claves para entenderlo abriría muchas puertas a gente que aún estando interesada en dicha materia, no sabe cómo "hincarle el diente".Más de uno habrá escuchado en una exposición la frase "sé que hay una idea detrás de esta obra pero por más que quiero no la pillo".
Pues para este sector de público vendría de perlas una información ofrecida incluso por los propios artistas explicando sus planteamientos. No obstante, sabemos que desarrollar el intelecto en estas áreas tampoco es cosa de una semana pero principio y tesón requieren las cosas.
Cuando necesitas que tu obra sea explicada, es que no es muy buena, en mi opinión... En las exposiciones se oye más aquello de "eso lo hace mi hijo de cinco años..." u otras en la que el sujeto pronunciante indica con qué parte del cuerpo sería capaz de realizar la obra
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