Según el comentario de la web:
"Etienne Chevalier, tesorero de los reyes de Francia Carlos VII y Luis XI, encargó a Jean Fouquet un díptico que permaneció en la iglesia colegial de Nôtre Dame de Melun hasta que a finales del siglo XVIII fue dividido. El panel izquierdo, perteneciente a la Gemäldegalerie de Berlín, muestra a Etienne Chevalier arrodillado, acompañado por su santo patrón san Esteban, mientras que el panel derecho, propiedad del Real Museo de Bellas Artes de Amberes, representa a la Virgen de una manera sorprendentemente original en el contexto de la pintura francesa de la época."
Sea como fuere, la pintura es, ante todo, divertida. Me excuso por no enfatizar demasiado los detalles de una pintura tan elocuente sobre cómo veían a las figuras religiosas en aquellos tiempos y, en especial, cómo imaginaban o idealizaban sus atributos sexuales. Los pechos de la Virgen hacen pensar en Cézanne...
El juego de ángeles azules y rojos hace pensar en las estructuras en competencia figural de Escher o, según la voluntad de cada cual, en el Barça o, incluso, uniendo los tonos claros de las imágenes principales, en la bandera francesa.
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