Todo empezó cuando el alcalde de Cádiz decidió conceder a a la Virgen del Rosario la medalla de oro del Ayuntamiento. Ante la sorpresa general, el 28 de mayo, Juan Carlos Monedero publicaba en su blog un breve artículo de tintes difíciles de calificar titulado "¡Ahí va, la virgen!", que con una introducción solemne de contraposiciones más o menos claras, continuaba:
"No es lo mismo que los humildes celebren a la Virgen, en su mundo sin grandes esperanzas, a que la celebren los que cierran a los humildes sus esperanzas. No es lo mismo que los que han construido sus biografías al ritmo de la Iglesia sigan teniendo oído musical para los ritos religiosos a que obliguen a ir a misa los que siempre han usado el temor de Dios para conseguir obediencia. Porque la Virgen de los humildes, aun siendo cierto que trabaja más tiempo para los poderosos que para los pobres, ayuda a que los golpeados imaginen la vida un poco menos miserable. Y eso, nos guste más o menos, hay que respetarlo."
Y lo cerraba en tono de reivindicación marxista, casi como ciertos textos de los años sesenta, cuando algunos sacerdotes y "cristianos de base" militaban en ciertas agrupaciones políticas, cuyas siglas he olvidado en la estantería de la Historia.
Por fin —de momento—, el 3 de junio aparecía en Diario de Cádiz el adelanto de una entrevista a Pablo Iglesias en la que el líder de Podemos expresaba su juicio sobre el asunto en términos similares a los de Monedero:
"Admito que cuando me enteré no entendía nada y tuve que llamar a Kichi para que me lo explicara. Para alguien de Madrid suena raro y no encajaría en otros ayuntamientos que gobernamos. Pero él me convenció. Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo que nos podría parecer desde fuera. Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata una muestra de respeto a los sentimientos populares demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierda tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo"
¿Que Kichi "ha manejado la situación de manera muy laica"? La situación y, sobre todo, el texto del señor Monedero, como siempre, daría para volver a escribir algún ensayo de esos que proliferaron en los años posteriores a la publicación de ciertas obras de Nietzsche sobre "la necesidad" de contar con el apoyo de los dioses. Hasta Los Simpson dedicaron un episodio para explicar las razones por las que algunas personas creen en Dios y en la Virgen. A estas alturas no sería propio discutir que cualquier persona con sentimientos religiosos ha de ser respetada, entre otras razones, porque nuestro ordenamiento jurídico así lo impone: si a un "urbanita de izquierdas" se le ocurriera no respetar los sentimientos religiosos de los gaditanos píos, podría acabar en la cárcel.
Por muchas florituras retóricas que empleemos, que un alcalde no sujeto a las servidumbres de la "vieja política", continúe con los despropósitos a los que nos tienen acostumbrados ciertos magnates, es para, como dicen en mi pueblo, mear y no echar gota. Por ese camino, acabaremos repitiendo aquellas viejas cantinelas que proliferaron en los diarios "liberales" (en las cuarta y quinta acepciones del DRAE), sobre la figura de Jesucristo, a quien en ciertos ambientes se presentaba como un precursor revolucionario, alguien comparable al (complejísimo) Espartaco de Kubrick-Trumbo. Y lo haremos perdiendo de vista que el actual cristianismo, tanto en su versión institucionalizada como en las "personalizadas", que imperan entre quienes se dicen "no practicantes", tienen poco que ver son aquel personaje más o menos histórico, reelaborado a partir de los primeros concilios y las polémicas posteriores que culminaron en el siglo XI (separación de las iglesias Occidental y Oriental).
Quiero imaginar que nos encontramos ante una estrategia política que intenta aprovechar el "giro" ofrecido por el actual Papa; sin embargo, teniendo en cuenta los antecedentes históricos españoles, acaso fuera más conveniente, desde el interés que parecía defender Podemos, tocar el asunto religioso con pinzas, sin perder de vista las implicaciones que tantas veces ha indicado Richard Dawkins. Una cosa es diseñar una política concreta para una sociedad como la gaditana, teniendo en cuenta que una parte muy relevante de quienes la integran son creyentes o que están inmersos en determinados fenómenos sociales y otra muy diferente tomar esa circunstancia para ofrecer "buena imagen" a quienes, en principio, pudieran desconfiar de un planteamiento político laico. Esto último, si además está enfatizado y certificado por tres líderes relevantes de Podemos, sencillamente me parece lo que reza el título de la entrada. Puede que alguna persona "proletaria y piadosa" de Cádiz, que haya votado tradicionalmente al PSOE, en las próximas elecciones se incline por Podemos, pero con planteamientos como éste, ¿cuántos votantes de Podemos pasarán a la abstención?
Va a resultar que "todos" estamos trabajando para consolidar la estabilidad política española... A este paso, en unos años, acabaremos descubriendo las "bondades" del franquismo, que fue capaz de conectar magníficamente con las tradiciones religiosas más arraigadas en "el pueblo español".
"No es lo mismo que los humildes celebren a la Virgen, en su mundo sin grandes esperanzas, a que la celebren los que cierran a los humildes sus esperanzas. No es lo mismo que los que han construido sus biografías al ritmo de la Iglesia sigan teniendo oído musical para los ritos religiosos a que obliguen a ir a misa los que siempre han usado el temor de Dios para conseguir obediencia. Porque la Virgen de los humildes, aun siendo cierto que trabaja más tiempo para los poderosos que para los pobres, ayuda a que los golpeados imaginen la vida un poco menos miserable. Y eso, nos guste más o menos, hay que respetarlo."
Y lo cerraba en tono de reivindicación marxista, casi como ciertos textos de los años sesenta, cuando algunos sacerdotes y "cristianos de base" militaban en ciertas agrupaciones políticas, cuyas siglas he olvidado en la estantería de la Historia.
Por fin —de momento—, el 3 de junio aparecía en Diario de Cádiz el adelanto de una entrevista a Pablo Iglesias en la que el líder de Podemos expresaba su juicio sobre el asunto en términos similares a los de Monedero:
"Admito que cuando me enteré no entendía nada y tuve que llamar a Kichi para que me lo explicara. Para alguien de Madrid suena raro y no encajaría en otros ayuntamientos que gobernamos. Pero él me convenció. Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo que nos podría parecer desde fuera. Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata una muestra de respeto a los sentimientos populares demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierda tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo"
¿Que Kichi "ha manejado la situación de manera muy laica"? La situación y, sobre todo, el texto del señor Monedero, como siempre, daría para volver a escribir algún ensayo de esos que proliferaron en los años posteriores a la publicación de ciertas obras de Nietzsche sobre "la necesidad" de contar con el apoyo de los dioses. Hasta Los Simpson dedicaron un episodio para explicar las razones por las que algunas personas creen en Dios y en la Virgen. A estas alturas no sería propio discutir que cualquier persona con sentimientos religiosos ha de ser respetada, entre otras razones, porque nuestro ordenamiento jurídico así lo impone: si a un "urbanita de izquierdas" se le ocurriera no respetar los sentimientos religiosos de los gaditanos píos, podría acabar en la cárcel.
Por muchas florituras retóricas que empleemos, que un alcalde no sujeto a las servidumbres de la "vieja política", continúe con los despropósitos a los que nos tienen acostumbrados ciertos magnates, es para, como dicen en mi pueblo, mear y no echar gota. Por ese camino, acabaremos repitiendo aquellas viejas cantinelas que proliferaron en los diarios "liberales" (en las cuarta y quinta acepciones del DRAE), sobre la figura de Jesucristo, a quien en ciertos ambientes se presentaba como un precursor revolucionario, alguien comparable al (complejísimo) Espartaco de Kubrick-Trumbo. Y lo haremos perdiendo de vista que el actual cristianismo, tanto en su versión institucionalizada como en las "personalizadas", que imperan entre quienes se dicen "no practicantes", tienen poco que ver son aquel personaje más o menos histórico, reelaborado a partir de los primeros concilios y las polémicas posteriores que culminaron en el siglo XI (separación de las iglesias Occidental y Oriental).
Quiero imaginar que nos encontramos ante una estrategia política que intenta aprovechar el "giro" ofrecido por el actual Papa; sin embargo, teniendo en cuenta los antecedentes históricos españoles, acaso fuera más conveniente, desde el interés que parecía defender Podemos, tocar el asunto religioso con pinzas, sin perder de vista las implicaciones que tantas veces ha indicado Richard Dawkins. Una cosa es diseñar una política concreta para una sociedad como la gaditana, teniendo en cuenta que una parte muy relevante de quienes la integran son creyentes o que están inmersos en determinados fenómenos sociales y otra muy diferente tomar esa circunstancia para ofrecer "buena imagen" a quienes, en principio, pudieran desconfiar de un planteamiento político laico. Esto último, si además está enfatizado y certificado por tres líderes relevantes de Podemos, sencillamente me parece lo que reza el título de la entrada. Puede que alguna persona "proletaria y piadosa" de Cádiz, que haya votado tradicionalmente al PSOE, en las próximas elecciones se incline por Podemos, pero con planteamientos como éste, ¿cuántos votantes de Podemos pasarán a la abstención?
Va a resultar que "todos" estamos trabajando para consolidar la estabilidad política española... A este paso, en unos años, acabaremos descubriendo las "bondades" del franquismo, que fue capaz de conectar magníficamente con las tradiciones religiosas más arraigadas en "el pueblo español".
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