Supongo que a estas alturas, quienes se escandalizaron porque algunos nos burlamos al saber que había concedido el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, habrán metido la cabeza debajo de la arena a ver si escampa, mientras cae granizo sobre tanta "sensibilidad poética" y tanta "frescura". Al parecer y según han recogido los medios, el discurso del ya "ilustre literato" parece ser un trabajo de corta y pega, de esos a los que están tan acostumbrados ciertos estudiantes cuando han de enfrentarse al apremio de los plazos de entrega... En estos tiempos de posverdad, parece natural que el prestigio de los académicos suecos caiga unos cuantos puntos más; es el impuesto natural por ejercer la vocación de mercachifles, acreditada desde cuando prevalecieron "razones" políticas sobre argumentos escritos...
El premio nobel de este año, no es más que el reflejo de cierta realidad: los populismos extremistas, con ellos hemos bajado todos varios peldaños.
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