Por Carmela Alcolea
La tan traída y llevada crisis se ha adueñado de Arco 2009. A pesar que todas las miradas estaban puestas en la salud financiera del encuentro, y concentradas como estaban las galerías en pasar con nota el trago amargo de la recesión, encontramos crisis de innovación, crisis de nuevos modos y estilos, crisis de valor y hasta de valores, la recesión de la imaginación y una año más, más de lo mismo. Exigirle a la economía, la real y la virtual, la ficticia y la de todos los días, un elevado grado de riesgo, no es adecuado, pero hacerlo con el arte en un evento de vanguardia, parece más que justificado, hasta en los tiempos que corren. Sin embargo, la exigencia tiene un resultado nulo, y volvemos a contemplar elementos caducados de años anteriores, excesivamente vistos, acusadamente banales, desinflados, flacos, denostados de modernidad acuciada por la necesidad imperiosa de hacer caja.
A la luz de lo visto, o por así decirlo, visto lo visto, debemos catalogar la feria como mucha repetición, falta de originalidad haciéndonos contemplar obras basadas en temáticas parecidas, escandalosamente parecidas a las provocaciones de años anteriores. Tanto fue la provocación a la fuente, que terminó dejando de provocar; cuando algo despierta nuestra atención con su punto de atrevimiento, bien por “morbo” o “repugnancia”, no nos plantearnos nada más, sumiéndonos en el impacto que esto nos causa; así y todo, nos sirve. Lo perverso es cuando, conocido el riesgo de la saturación, por la repetición del estímulo, lo trasgresor se desvanece y se convierte en un simple y llano indicio de aburrimiento. El resultado final son obras con poca calidad y sin ningún tipo de atractivo, atrevimiento o motivación, dada la abundancia de artistas que tocan el mismo tema, provocando sin duda un preocupante grado de insensibilización.
Por qué no decir que se echa en falta alguna instalación de gran tamaño, cuando la calidad no aparece, la cantidad importa, por ejemplo la obra de Bill Viola casi pasaba desapercibida, escondida a pesar de su interesante ritmo. La escultura, quizá una forma desconocida de hacer arte, apenas ha tenido cabida en la feria; Cristina Iglesias, George Pineda, Juan Muñoz, Mar Solís…..y poco más.
Tratando de no demoler la expresión en su conjunto, destacaría la investigación que se está realizando dentro del campo de la fotografía, con nuevos materiales. Destaco la obra de Dario Urzay sobre aluminio.
En fin, otro Arco, esta vez el de 2009.
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