domingo, 21 de febrero de 2010

ARCO me recuerda viejos tiempos

El otro día escuchaba una entrevista que le hacían al director del Reina Sofía y cuando lanzó sus opiniones sobre ARCO, sobre lo que debería ser ARCO, por extrañas e insondables razones mi mente recuperó el recuerdo de las "Ferias del Campo", quintaesencia de la ideología "nacional-catolicista" (falangista), elevada a la categoría de romería-espectáculo. Las diferentes "regiones" y provincias mostraban a los visitantes, reducidos a la categoría triste de súbditos, sus bondades y grandezas. Y los súbditos paseábamos por las instalaciones de la Casa Campo como hoy por los pabellones de FITUR, a la búsqueda de publicidad turística, de las mil bagatelas preparadas por las "chicas" de la "Sección Femenina" o de los "productos autóctonos", difíciles de encontrar en los ultramarinos al uso. Las instituciones fascistas organizaban un espectáculo-romería para consumo exterior e interior en el que los súbditos componíamos la masa de figurantes...

Más o menos como ahora sucede con ARCO... Una feria con dos vertientes independientes, de escasísima interrelación. Por un lado, los tejemanejes entre expertos, coleccionistas y políticos. Y por el otro, el espectáculo para desfogue emocional de súbditos estéticos... y lubricación financiera de IFEMA, porque ese parece ser el papel adjudicado a los contribuyentes por Manuel Borja-Villel (y lo que él representa) y Luis Eduardo Cortés (y lo que él representa, asimismo). ¿He olvidado a los artistas...? No, creo que no.
Propongo para el año próximo unificar (fundir) ARCO y FITUR... El momento sería idóneo para "recuperar" las cualidades estéticas de las iniciativas "protoautonómicas" promovidas por Pilar Primo de Rivera...

2 comentarios:

  1. Me identifico plenamente con tu análisis, yo no lo hubiera podido expresar mejor. La comparación con el nodo franquista o la propaganda de la época es muy lúcida. Coincido en que el arte en el plano puramente económico (no sé en que porcentajes en otras aspectos) es una expresión del capitalismo: que transmuta el arte en simbolismo de poder, del que puede adquirir la obra de arte;de un discurso maniqueo de superioridad pseudo estético-intelectual que cada vez engaña menos; y de un recurso pseudo-religioso de que lo que no tiene explicación racional la tiene por una cuestión de fé. Todo Lo cual va en detrimento de la calidad en el arte oficial.
    Usando las armas de la propaganda a de una conocida marca comercial, de venta de electrodomésticos, podriamos decir que “no somos tontos”.

    Un saludo

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  2. La situación tiene guasa... Ahí están los pepineros recuperando, de hecho, las ideas socioestéticas de Pilar Primo de Rivera.
    http://www.20minutos.es/noticia/635954/0/gallardon/seccion/femenina/

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