"El Ministerio de Cultura presenta ésta exposición que forma parte del programa de actividades organizado con motivo de la Presidencia Española de la Unión Europea, y que rinde homenaje a uno de los artistas españoles más importantes del siglo XX.
La muestra reúne un total de 130 piezas, entre las que se mezclan cuadros, grabados, fotografías, piezas textiles y sobre todo magníficas creaciones de diseño de moda pertenecientes a las colecciones del Museo del Traje. CIPE, del Museo Fortuny de Venecia, de la Fundación Giorgio Cini de Venecia, así como de varias colecciones particulares. La exposición se completa con piezas provenientes del Museo del Prado, del Museo Arqueológico Nacional, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Calcografía Nacional y la Biblioteca Nacional, que ilustran las inspiraciones y obras de arte de una de las mentes más creativas de su tiempo: Mariano Fortuny y Madrazo".
Merece la pena visitar esta exposición, si estamos interesados en los asuntos propios de este atormentado museo.
Lo manifiestamente mejorable:
1. Seguramente a causa del escaso espacio de la sala de exposiciones, la zona de circulación resulta demasiado angosta. En consecuencia, los conserjes deben cuidar para que los visitantes la recorran en una única dirección sin posibilidad de retroceder... El resultado es algo chusco, casi esperpéntico.
2. Como es habitual en los museos pacatos y ramplones —si es posible aplicar estos calificativos a un museo—, está prohibido hacer fotografías... Por fortuna, viene en mi auxilio Atenea, que lo ve todo, y me permite documentar una aparente irregularidad: la colocación de uno de los fragmentos de telas árabes con la epigrafía invertida. En árabe, "los palitos", siempre para arriba, en la posición "natural".
Como indiqué al referirme al Museo Tropezólogico Provincial, algunos directores harían mejor en prestar atención a las cuestiones que justifican su función social en lugar de orientar sus atribuciones en el muy cómodo ejercicio de la prohibición...
La cuestión de la exposición de materiales considerados como muy sensibles a la luz es algo para lo que aún no se ha encontrado una solución considerada como satisfactoria. Que la iluminación tenga que ser tenue (alrededor de 50 luxes como máximo) es una putada y además supone un problema de accesibilidad para sectores del público cuya vista no sea o perfecta o muy buena. Quizá exponer además macrofotografías para mostrar detalles o complementos similares ayude al público, pero desde luego este es un tema peliagudo.
ResponderEliminarEl problema induce situaciones muy chuscas. Casi todos los que estábamos viendo la expósición no cumplíamos los 50 y ya te puedes imaginar; una señora se ha subido al zócalo-tarima de protección para ver mejor; un señor en silla de ruedas chocaba constantemente para desazón de los vigilantes... De traca. Por fortuna, los diletantes son fáciles de contentar, porque a pesar de las dificultades, a todo el mundo le parecían maravillosas las telas, los vestidos, los focos... hasta mi gorra, si la hubieran cologado de un gancho. Ya sabes.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que estas piezas merecen otro tipo de exposiciones mientras no conozcamos un sistema adecuado para estabilizar los soportes y los pigmentos. Pero la mítica del objeto sigue siendo importante, incluso para los propios conservadores de los museos. Tengo entendido que llevaban unos cuantos años preparando esta exposición...
Claro, si no tuviéramos ese afán por el original, gente como yo no nos ganaríamos la vida ;)
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