Un reciente informe de EUROSTAT revela que casi la mitad de los españoles entre 25 y 64 años no conoce ninguna lengua extranjera. El dato nos sitúa a la cola de los países europeos en dominio de idiomas, sólo superados por húngaros, rumanos y portugueses. Para intentar corregir esta situación, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha propuesto revisar la política de doblaje en España, ya que todos los estudios señalan que ver cine y televisión en versión original estimula desde niños el aprendizaje de idiomas. "Espero que mis palabras no resulten atrevidas para el Ministerio de Cultura (responsable de la política de doblaje)", ha señalado Gabilondo, "pero creo que es atinado proponer un debate sobre esta cuestión dada la influencia determinante que tiene sobre el conocimiento de lenguas extranjeras".
¿Ministerio de Cultura? Acaso debiera preguntar qué opinan las productoras norteamericanas y quienes defienden sus intereses.
Me sigo preguntando quién asesorará a los miembros del "gobierno Zapatero" o si entre ellos harán apuestas para ver quien es el más original. Lo que ha dicho el señor Ministro de Educación parece una obviedad, que se puede formular en una conversación de cafetería o, incluso, en un debate de la Cadena Ser o de Tele5, pero un ministro debería tener en cuenta las circunstancias que rodeen a las obviedades aparentes, no sea que las "circunstancias periféricas" las trastoquen en estupideces solemnes.
Las "circunstancias periféricas". Mencionaré sólo tres (no me pagan para asesorar a nadie):
1. Si la película se ofrece en versión original, quienes no entiendan el idioma con fluidez no podrán entrar en el juego elemental que supone "ver una película". La lectura de los subtítulos impide el seguimiento automático de lo que sucede en la pantalla. Esa limitación es un obstáculo muy importante para que el ritmo narrativo fluya con "naturalidad" (como debería), sobre todo en las películas con guión de cierta complejidad.
2. Las películas en versión original subtitulada pierden posibilidades de explotación comercial, porque muchas personas tienen la mala costumbre de acudir al cine para "divertirse" o "entretenerse" y no para aprender idiomas. Éramos pocos y parió la abuela. ¡Lo que faltaba para enderezar la situación de la industria cinematográfica!
3. Muchas personas dejarían de ver cine "extranjero" para ver cine español... Esta sería la mayor atrocidad, desde los intereses que debiera defender el Ministro de Educación, porque si los jóvenes estudiantes completaran su formación viendo películas de González-Sinde, no crecerían los conocimientos de inglés y, además, aparecerían carencias mucho más graves.
Como soy mal pensado... Imagino que en los ambientes del ministerio habrá cundido el pánico al conocer el "nivel de conocimientos" en los colegios e institutos bilingües... Y de "charleta" con la Ministra de Cultura, se habrán dicho: "Así matamos dos pájaros de un tiro". Cualquier cosa antes de afrontar el problema con inteligencia.
La "clase política" es uno de los problemas más importantes de los españoles, pero, si cambiamos de postura, es francamente divertido observar a quienes detentan el poder.
Start spreadin' the news,
I'm leavin' today
I want to be a part of it,
New York, New York...
These vagabond shoes
Are longing to stray
Right through the very heart of it,
New York, New York...
No hay comentarios:
Publicar un comentario