Por Patricia Puchol Carabaña
La situación que se vive en estos momentos tanto en el mundo del arte como en otros aspectos es muy difícil. Por lo tanto la inauguración de un nuevo local interactivo dedicado en exclusiva al mundo de la fotografía me parece que se puede considerar casi un milagro actualmente en nuestro país.
La reconocida escuela de imagen y fotografía Efti inauguró el pasado Martes 13 de Diciembre un anexo a sus dos anteriores locales en Madrid. Uno Nueve (nombre otorgado a la sala), se ha concebido como un espacio multidisciplinar: sala de exposiciones y conferencias, plató fotográfico tanto para uso de profesionales como para los alumnos de la escuela…
Con motivo de su inauguración Efti apostó por la exposición de una serie fotográfica realizada por Manuel de los Galanes (antiguo alumno de la escuela y actual profesor del master que allí se imparte). La serie denominada “No tan felices” se compone por 15 instantáneas en las que se muestra una visión diferente de los cuentos tradicionales. Los personajes han sido encarnados por diversos actores del panorama nacional de mayor o menor relevancia, y este es el objeto de mi comentario.
Como resultado de la participación de los intérpretes, durante la inauguración de la sala la atención se mantuvo centrada completamente en la presencia, los movimientos, y la promoción de los actores, en lugar de prestarse atención a las fotografías y a su autor.
Usando como excusa el interés por el arte y la fotografía, alrededor de un centenar de personas abarrotaban la sala, vestidos para la ocasión, por supuesto. Y yo me pregunto si en parte la culpa de la mala situación del arte no es culpa del mismo grupo que se apena y se compadece por su estado. Teniendo en cuenta que las mismas obras que allí se exponían, ya estaban vendidas en lugares tan dispares como Nueva York y Tokyo, ¿por qué aquí ni siquiera se las reconsidera?
Será quizá porque, como se ha dado en este caso, a la gente le llama más la atención el aparentar, hacerse una foto con el famoso de turno, pedirle un autógrafo, observar y criticar su vestimenta, su apariencia, incluso su actitud y comportamiento, que la obra de un gran fotógrafo que se nos planta ante nuestras narices.
Cierto es que nunca hay que generalizar y hablar por boca de todos…pero en este caso debo decir que si existe un grupo que dice y aparenta interesarse por el arte pero que en realidad está interesado por la apariencia que esa actitud aporta. Es decir, utilizamos el arte para colocarlo en nuestro escaparate hacia los demás, hacía un mundo que aunque le pongan lo verdaderamente bueno en sus narices siempre girara la cabeza hacia lo superficial.
La situación que se vive en estos momentos tanto en el mundo del arte como en otros aspectos es muy difícil. Por lo tanto la inauguración de un nuevo local interactivo dedicado en exclusiva al mundo de la fotografía me parece que se puede considerar casi un milagro actualmente en nuestro país.
La reconocida escuela de imagen y fotografía Efti inauguró el pasado Martes 13 de Diciembre un anexo a sus dos anteriores locales en Madrid. Uno Nueve (nombre otorgado a la sala), se ha concebido como un espacio multidisciplinar: sala de exposiciones y conferencias, plató fotográfico tanto para uso de profesionales como para los alumnos de la escuela…
Con motivo de su inauguración Efti apostó por la exposición de una serie fotográfica realizada por Manuel de los Galanes (antiguo alumno de la escuela y actual profesor del master que allí se imparte). La serie denominada “No tan felices” se compone por 15 instantáneas en las que se muestra una visión diferente de los cuentos tradicionales. Los personajes han sido encarnados por diversos actores del panorama nacional de mayor o menor relevancia, y este es el objeto de mi comentario.
Como resultado de la participación de los intérpretes, durante la inauguración de la sala la atención se mantuvo centrada completamente en la presencia, los movimientos, y la promoción de los actores, en lugar de prestarse atención a las fotografías y a su autor.
Usando como excusa el interés por el arte y la fotografía, alrededor de un centenar de personas abarrotaban la sala, vestidos para la ocasión, por supuesto. Y yo me pregunto si en parte la culpa de la mala situación del arte no es culpa del mismo grupo que se apena y se compadece por su estado. Teniendo en cuenta que las mismas obras que allí se exponían, ya estaban vendidas en lugares tan dispares como Nueva York y Tokyo, ¿por qué aquí ni siquiera se las reconsidera?
Será quizá porque, como se ha dado en este caso, a la gente le llama más la atención el aparentar, hacerse una foto con el famoso de turno, pedirle un autógrafo, observar y criticar su vestimenta, su apariencia, incluso su actitud y comportamiento, que la obra de un gran fotógrafo que se nos planta ante nuestras narices.
Cierto es que nunca hay que generalizar y hablar por boca de todos…pero en este caso debo decir que si existe un grupo que dice y aparenta interesarse por el arte pero que en realidad está interesado por la apariencia que esa actitud aporta. Es decir, utilizamos el arte para colocarlo en nuestro escaparate hacia los demás, hacía un mundo que aunque le pongan lo verdaderamente bueno en sus narices siempre girara la cabeza hacia lo superficial.
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