domingo, 4 de diciembre de 2011

Muntadas en el Reina Sofía


Es sabido que vale más una imagen que mil palabras; una situación, más que mil párrafos; una instalación, más que mil páginas. 
Seguramente por ello, Muntadas recurre a las imágenes y a las instalaciones para ilustrar fenómenos y situaciones complejas, para hacernos reflexionar sobre ellos.
Y seguramente por razones parejas, los técnicos del Reina Sofía han derivado por el mismo sendero. El potencial retórico de las instalaciones, sus posibilidades metafóricas, desbordan elocuencia sobre la cultura y el arte actuales.








¿Y quién soy yo para discutir obviedades? 
El sábado pasado la multitud se agolpaba a las puertas y por las salas de la exposición para hilar el complejo argumento desarrollado por Muntadas y "los montadores" entre todas las plantas del museo. 
Y el políptico que ofrecen a la entrada es tan sencillo de entender como los planos de IKEA.

4 comentarios:

  1. Ya te digo...
    Aquí todo el mundo va "a lo suyo"; aquí las autoridades políticas y culturales (etc.), mientras ocupan el cargo, gestionan las entidades correspondientes como si fueran cortijos de su propiedad. Una exposición que debería hacer sido "maravillosa", condicionada por las características del RS (sus posibilidades físicas) y por una gestión a la que le importa un bledo el público, se ofrece como un engendro imposible de seguir a no ser que el visitante sea un "especialista" en Muntadas. Consecuencia: no le interesa a nadie.

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  2. Voy a ser claro.
    La exposición me parece un engendro. No sólo como estructura expositiva, sino porque reconozco que Muntadas no me interesa, y al Reina sí.
    Llevo unas cuantas semanas de debates sobre Estrella vs Ángel. Si bien no estoy al 100% de acuerdo con el segundo, tengo claro que el módelo de arte que "moviliza", no lo quiero. Muntadas no sólo representa eso, sino que encima es transparente... y eso no me gusta.
    No quiero que me escribas con letras gordas para que no pueda interpretar nada... pero evidentemente al Reina sí le interesa esta estrategia, más en un momento cómo este.
    Creo que las revueltas socio-políticas del último año a esta parte nos han dejado un panorama institucional en el arte contemporáneo que ya no podremos parar, y eso me expulsa directamente fuera porque no quiero volver a ver más cosas como Efecto Potosí.

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  3. No sé muy bien por dónde vas... Creo que no dediqué ningún comentario a la exposición del "Principio Potosí" porque me pareció una tontería... Y a lo peor, me equivoqué.
    Si los gestores culturales interpretan la historia forzando los términos hasta disolver o modificar su imagen, los demás debemos trabajar en la dirección contraria, en reforzar los perfiles del pasado.

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