Así lo explican en el Museo del Prado:
“La incorporación de este conjunto a los fondos del Museo palia algunas de las carencias de esta parte de la colección y contribuye a enriquecer y complementar otros estilos o autores ya representados. Conforme a lo estipulado en el acuerdo de donación, la colección se expondrá en una sala bajo el nombre "Sala Várez Fisa", en reconocimiento a la generosidad de los donantes. La sala estará ubicada dentro del nuevo emplazamiento de las colecciones de pintura española del Románico al Renacimiento siendo encomendada su instalación por el Real Patronato a Rafael Moneo, responsable de la ampliación del Museo y patrono del mismo. En esta misma sala se expondrán también el Retablo de San Cristóbal, donado por el patriarca de la familia José Luis Várez Fisaen 1970, y la tabla de Lluís Borrassà, San Andrés se niega a adorar a los ídolos, adscripción del Estado y procedente de la misma colección”.
No sé si es buen o mal indicio, pero es indiscutible su proyección social, incluso aunque en su materialización aparezcan componentes indeseables para la práctica museística: crear una “capilla” de dedicación privada es circunstancia habitual al otro lado del Atlántico, que tiene virtudes obvias y el inconveniente menor de alterar el diseño expositivo; nada que no pueda solventar el buen hacer de los conservadores.
Según informan los medios, en este caso no ha habido ningún pago, ni tan siquiera contrapartidas fiscales. No lo he podido contrastar porque no he sido capaz de leer el acuerdo de donación... Acaso sea torpeza propia o simple discreción.
Como de costumbre, los medios conservadores hablan de “amor al arte”... Un aficionado a Wenceslo Fernández Florez y a Marcuse, hablaría de vanidad sublimada... aunque, según dicen los teólogos, la vanidad no es pecado capital, que no se debe confundir con la soberbia.
Naturalmente, existen otros puntos de vista:
"(...) quiero subrayar el significado de este acto de generosidad hacia el pueblo español. El mecenas no espera nada a cambio, tiene un vínculo emocional con el proyecto en el que se implica. El mecenazgo es una forma de responsabilidad social y su fundamento de comportamiento cívico nos exige, como es el caso que hoy nos reúne, el reconocimiento público. Es esencial que el mecenas se sienta orgulloso y así espero que se sientan José Luis Várez y su familia, que pasan a formar parte de la gran tradición de incorporación de grandes colecciones particulares a instituciones públicas. Ramón Errazu, Alberto Bosch, Fernández Durán, Francesc Cambó, la marquesa de Balboa y, ahora, Várez Fisa unen sus nombres a la extraordinaria colección real que hoy hace del Museo del Prado la pinacoteca europea de referencia."
Mariano Rajoy dixit
¿Orgullo? Pura magnanimidad... ¡Goce desinteresado!
Cuanto más pienso en Kant... más recuerdo a Bertrand Russell.
No entiendo mucho de burocracia ni de por qué se donan obras a museos, pero nunca me he tragado mucho eso del amor al arte... y menos aún estando Rajoy de por medio!
ResponderEliminarLo de Álvarez Fisa es bastante interesante y trae mucha cola... Ya te contaré alguna cosa.
ResponderEliminarDiscurso trasnochado donde los haya,recuerdo de otros tiempos con los mismos collares.¡Orgullo y Patria!. Es que no puedo con este señor...
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