En un país donde caen antes los jueces que los presuntos mangantes, es noticia deslumbrante la sentencia conocida hoy sobre el bloqueo de la "externalización sanitaria" de Madrid. Tras muchas manifestaciones por las calles de Madrid, silenciadas por casi todos los medios de comunicación, y según informa El País:
"Más de un millón de madrileños (el 18,02% de los que tienen tarjeta sanitaria) y 5.128 profesionales sanitarios y no sanitarios podrían sufrir "perjuicios irreparables" si no se hubiera paralizado la privatización de seis hospitales madrileños, una operación que conllevaría transacciones económicas de casi 4.680 millones de euros. Esas son algunas de las razones esgrimidas por la sección tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid para ratificar la suspensión de la externalización aprobada por el Gobierno de Ignacio González (PP). En su resolución, los magistrados han puesto números a "la dimensión extraordinaria del proceso" que, aseguran, podría no tener vuelta atrás en caso de que hubiera seguido adelante."
"Más de un millón de madrileños (el 18,02% de los que tienen tarjeta sanitaria) y 5.128 profesionales sanitarios y no sanitarios podrían sufrir "perjuicios irreparables" si no se hubiera paralizado la privatización de seis hospitales madrileños, una operación que conllevaría transacciones económicas de casi 4.680 millones de euros. Esas son algunas de las razones esgrimidas por la sección tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid para ratificar la suspensión de la externalización aprobada por el Gobierno de Ignacio González (PP). En su resolución, los magistrados han puesto números a "la dimensión extraordinaria del proceso" que, aseguran, podría no tener vuelta atrás en caso de que hubiera seguido adelante."
El consejero de sanidad, señor Fernández-Lasquetty, el de las justificaciones contradictorias, vagas y cínicas, presentó la dimisión, que le fue admitida, tal vez para dejar a cubierto las responsabilidades políticas de una iniciativa que jamás debió ponerse en marcha.
Vivimos en la sociedad de la inmediatez, y la lucha del pueblo no da resultados inmediatos, pero sí que sirve, y ayer pudimos comprobarlo. La paralización de la privatización de la sanidad pública ha sido un gran paso. Esperemos que sea el primero de muchos.
ResponderEliminarEn este caso el éxito de la paralización corresponde a los tribunales. La llamada de atención de la "Lagarta" del FMI a la justicia en España para que los jueces no hagan "interpretaciones restrictivas" de la reforma laboral señala directamente a una institución que, en alguna medida, pero de alcance menor, todavía podemos alcanzar a ver como una plaza de resistencia frente al puro autoritarismo. Han faltado decenas de miles de manifestantes en la calle para defender la sanidad pública. Si la lucha hubiera correspondido solo al pueblo, sin la mediación de los tribunales, ahora estaríamos en el mismo apuro que ayer. La paralización de las negociaciones ha supuesto eso: ¡la paralización de las negociaciones! ¿Qué se estaba negociando mientras unas decenas de miles de personas se manifestaban en contra de la privatización? La mesa de sanidad estaba cediendo a la presión del gobierno, con acuerdos personales de por medio, entre distintos cargos del sector público y los buitres del PP. Los sindicatos, ¿se planteaban paralizar la privatización liderando la lucha del pueblo obrero? No hace mucho tiempo podíamos verles negociando las condiciones de trabajo de las lavanderas de los hospitales privatizados (ya suponiendo que se iban a privatizar). Por lo tanto, ojalá esta hubiera sido una lucha del pueblo tan real como la que se ha ganado en Gamonal. Entonces podría estar de acuerdo con Drobnjak y sería el primero en ayudar a izar la bandera roja de la victoria, para el regocijo de la clase obrera.
ResponderEliminarLa paralización de la privatización de la sanidad pública ha sido un gran paso. Pero antes de dar el siguiente, haremos bien en saber con qué pie se ha conseguido dar el primero, si es nuestro pie el que se levantó, o si, en cambio, todavía no nos hemos movido del sitio. Hay muchas piedras en el campo que están esperando a los incautos.