Por Raquel Asiaín
Tras la polémica surgida a causa de la publicación hace unas semanas de una fotografía en el diario El Mundo, donde se podía ver y leer con claridad un SMS recibido por el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, los fotógrafos del Congreso se han rebelado contra la censura impuesta por Rajoy.
En dicho mensaje se le anunciaba al diputado socialista, el nombramiento de Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de Defensa. Esta acción fue calificada de “intolerable” por parte del presidente de la Cámara baja, y del propio Rajoy.
Como consecuencia de este acto el presidente del Gobierno junto al presidente del Congreso, formularon una serie de normas que advertían de que de que "solamente los informadores gráficos acreditados podrán efectuar fotografías en el recinto del Congreso", y ello mediante los accesos que se determinen, sin poder captar imágenes en aquellas áreas que se señalen expresamente como prohibidas para tal actividad. El apartado 5 del documento, bajo el epígrafe "límites", contiene una única disposición que señala: "En el desempeño de la actividad autorizada, los redactores gráficos deberán respetar los derechos fundamentales de los diputados y demás personas que prestan sus servicios en la Cámara".
Estas normas, que entraron en vigor el pasado 1 de enero de 2012, provocarán que los que los fotógrafos que difundan imágenes de los móviles, papeles o anotaciones de los diputados (aunque no vulneren su intimidad) perderán la acreditación para seguir entrando en el Congreso y serán expulsados de los plenos. Pese a la restricción los informadores gráficos han advertido que continuarán haciendo su trabajo "como hasta ahora", ya que consideran ilegal la instrucción, y así se lo manifestaron al presidente de la Cámara, Jesús Posada, al que exigieron la retirada de la norma, sin éxito. Anuncian que no están "dispuestos a trabajar bajo amenazas, ni a aplicar la autocensura"
Y como respuesta ante tales circunstancias su reacción no se ha hecho esperar y han difundido una serie de fotografías a través de agencias donde se puede ver al jefe del ejecutivo sacando la lengua, con la boca abierta, con cara de perplejidad e incluso de terror. No son pocos los que aseguran que la difusión de estas fotografías, tomadas el miércoles, corresponden a una venganza de los informadores gráficos contra las nuevas normas que entraban en vigor el pasado miércoles en el Congreso.
Referencia:
Tras la polémica surgida a causa de la publicación hace unas semanas de una fotografía en el diario El Mundo, donde se podía ver y leer con claridad un SMS recibido por el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, los fotógrafos del Congreso se han rebelado contra la censura impuesta por Rajoy.
En dicho mensaje se le anunciaba al diputado socialista, el nombramiento de Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de Defensa. Esta acción fue calificada de “intolerable” por parte del presidente de la Cámara baja, y del propio Rajoy.
Como consecuencia de este acto el presidente del Gobierno junto al presidente del Congreso, formularon una serie de normas que advertían de que de que "solamente los informadores gráficos acreditados podrán efectuar fotografías en el recinto del Congreso", y ello mediante los accesos que se determinen, sin poder captar imágenes en aquellas áreas que se señalen expresamente como prohibidas para tal actividad. El apartado 5 del documento, bajo el epígrafe "límites", contiene una única disposición que señala: "En el desempeño de la actividad autorizada, los redactores gráficos deberán respetar los derechos fundamentales de los diputados y demás personas que prestan sus servicios en la Cámara".
Estas normas, que entraron en vigor el pasado 1 de enero de 2012, provocarán que los que los fotógrafos que difundan imágenes de los móviles, papeles o anotaciones de los diputados (aunque no vulneren su intimidad) perderán la acreditación para seguir entrando en el Congreso y serán expulsados de los plenos. Pese a la restricción los informadores gráficos han advertido que continuarán haciendo su trabajo "como hasta ahora", ya que consideran ilegal la instrucción, y así se lo manifestaron al presidente de la Cámara, Jesús Posada, al que exigieron la retirada de la norma, sin éxito. Anuncian que no están "dispuestos a trabajar bajo amenazas, ni a aplicar la autocensura"
Y como respuesta ante tales circunstancias su reacción no se ha hecho esperar y han difundido una serie de fotografías a través de agencias donde se puede ver al jefe del ejecutivo sacando la lengua, con la boca abierta, con cara de perplejidad e incluso de terror. No son pocos los que aseguran que la difusión de estas fotografías, tomadas el miércoles, corresponden a una venganza de los informadores gráficos contra las nuevas normas que entraban en vigor el pasado miércoles en el Congreso.
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Que guapo nuestro señor presidente, en su máximo esplendor.
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