Por María Gil y Clara Fernández
Érase una vez un futuro Presidente de Gobierno que en su programa electoral proponía un cambio en la ley de Educación. La modificación consistía en aumentar un año más de Bachillerato con el fin de disminuir el fracaso escolar. Pues bien, durante los días de campaña en las tertulias eso no sería importante porque no lo comentaron, pero llegó el día. El 20 de Noviembre de 2011 Mariano Rajoy es elegido Presi.
Pasados unos días empezaron a pasarse las carteras a los nuevos miembros del Gobierno para que pudiesen ver la deuda que tenía el país y ajustar los presupuestos. Aquí viene la gracia. De repente, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dio cuenta que para hacer el cambio en la ley había que gastar dinero ¡Qué sorpresa! En los fantásticos programas de televisión de por la mañana, donde hacen esas tertulias tan amenas, decidieron seguir con el tema. No sabemos por qué pero nos sorprendimos de que todos se preocuparan de lo mismo: ¡¡que hay que invertir dinero señores!! Y nadie se preocupó si la enseñanza mejoraría con el cambio o no, y eso que en los mítines es uno de los temas que más preocupan.
Con lo cual, que seguimos en las mismas, la pela es la pela, y donde esté un buen coche para un ministro que se quite la educación.
Érase una vez un futuro Presidente de Gobierno que en su programa electoral proponía un cambio en la ley de Educación. La modificación consistía en aumentar un año más de Bachillerato con el fin de disminuir el fracaso escolar. Pues bien, durante los días de campaña en las tertulias eso no sería importante porque no lo comentaron, pero llegó el día. El 20 de Noviembre de 2011 Mariano Rajoy es elegido Presi.
Pasados unos días empezaron a pasarse las carteras a los nuevos miembros del Gobierno para que pudiesen ver la deuda que tenía el país y ajustar los presupuestos. Aquí viene la gracia. De repente, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dio cuenta que para hacer el cambio en la ley había que gastar dinero ¡Qué sorpresa! En los fantásticos programas de televisión de por la mañana, donde hacen esas tertulias tan amenas, decidieron seguir con el tema. No sabemos por qué pero nos sorprendimos de que todos se preocuparan de lo mismo: ¡¡que hay que invertir dinero señores!! Y nadie se preocupó si la enseñanza mejoraría con el cambio o no, y eso que en los mítines es uno de los temas que más preocupan.
Con lo cual, que seguimos en las mismas, la pela es la pela, y donde esté un buen coche para un ministro que se quite la educación.
Mi padre siempre me dice que la educación está cada vez más fácil para los alumnos. Y tiene razón, todas las propuestas en educación que se van haciendo son para suavizar contenidos, añadir un curso, reducir la cantidad de asignaturas suspensas con las que puedes pasar de curso... Y todo para aparentar. Para aparentar de cara al exterior presumiendo nuestro gobierno de que no tenemos tanto fracaso escolar como tal o cual. Pero es que lo importante no es la cantidad de niños que aprueben, lo importante es enseñar bien y cantidad suficiente de contenidos; se está creando gente vacía que aprueba tests a boleo y se está fomentando la (por otro lado para mí Gloriosa) Ley del Minimo Esfuerzo. Y eso sí que es vergonzoso.
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